¿Quién no conoce los icónicos cabezudos que años tras año forman parte de nuestras tradicionales Fiestas de la Calle San Sebastián? Estos queridos personajes folclóricos son solo algunos de los elementos ofrecidos por el colectivo de teatro Agua, Sol y Sereno (ASYS), que por los pasados 27 años se dedica a la gestión cultural a través de obras teatrales, talleres artísticos, comparsas, diseño estético y artístico, entre tantas otras cosas. Fue su director artístico Pedro Adorno quien, junto a su esposa, la bailarina y maestra de ballet clásico Cathy Vigo, tuvo la visión e iniciativa de crear ASYS en 1993. Consigo, Adorno trajo una amalgama de experiencias que incluyen sus inicios en el 1986 como percusionista y actor en Los Teatreros Ambulantes de Cayey, dirigido por Rosa Luisa Márquez y Antonio Martorell, y su participación en el Bread & Puppet Theatre de Vermont con el que giró y ofreció talleres en Corea del Sur, Colombia, Nicaragua, Costa Rica, Italia, Escocia, Canadá, Estados Unidos y Méjico. A lo largo de su trayectoria con ASYS, Adorno ha tenido la oportunidad de formar parte de numerosas actividades artísticas, como la codirección de vídeos musicales para artistas como Andy Montañez y Vivanativa, y en el 2006 co-escribió y co-dirigió el largometraje “El Clown”, el cual estrenó en el Los Ángeles Latino International Film Festival y ganó varios premios. En calidad de actor, Pedro se destacó con su personaje Epifanio Díaz en la película “The Argentine” (El Che), producida y protagonizada por Benicio Del Toro. Como si fuera poco, Adorno tuvo la oportunidad de contribuir por dos años a la creación del tradicional Especial del Banco Popular. Al escuchar la cantidad de actividades en las que el colectivo participa cada año por medio de comparsas, procesiones, pasacalles, piezas dramáticas y piezas teatrales salpicados de elementos como zancos, cabezudos, esculturas, malabarismo y máscaras, queda claro que Adorno y su equipo dedican cuerpo y alma a continuar su significativa labor de mantener un diálogo constante con el pueblo, asegurándose de que todos los sectores sociales y públicos de diferentes edades tengan acceso a nuestra cultura. Aunque oficialmente el colectivo se creó hace 27 años, luego de contratiempos ocasionados por el huracán María, este año celebrará sus 25 años con varias ofertas y exhibiciones artísticas. A continuación, la entrevista que le hicimos a Pedro en su versión editada y condensada.
GDE: ¿En sus más de 25 años de trayectoria, ¿cuáles son algunos de los mayores logros de Agua, Sol y Sereno? PA: Podría puntualizar que el primero es en el sentido personal de que grupos de familias, que incluye la mía, puedan vivir del trabajo artístico que hacemos como gestores culturales. Eso incluye la posibilidad de que hoy día no tan solo podemos beneficiar a unos 10 artistas a tiempo completo y a unos 20 que entran y salen por proyecto, sino también a mi familia, a mis hijas que ahora son artistas a tiempo completo con el grupo. Creo que ahí hay una parte muy linda de la autogestión, de un sueño que todos tenemos de poder combinar esa vocación con la forma en que nos ganamos la vida. Segundo, el cariño de nuestro país a través del trabajo que hacemos en las fiestas populares. Nosotros como grupo de teatro nos formamos para ser autores y cantores de nuestras propias piezas como un colectivo. Cada uno aporta y cada intérprete es responsable de los contenidos, poesía, narrativas y cuentos de esos personajes. Eso ha tenido un espacio tanto en el Carnaval de Ponce, como en las Fiestas de Santiago Apóstol en Loíza, como en las Fiestas de la Calle San Sebastián. Ese interés que tenemos de mantenernos en contacto con las fiestas populares cobró un cariño muy grande y un reconocimiento por parte del país. Eso es un logro, pero también es un regalo. Mi interés era que pudiéramos tener la presencia que tenía la música en la vida de la gente. Ver cómo hacíamos para que un grupo de teatro tuviera la presencia que tienen los cantantes, sin tener radiodifusión y sin grabar un disco. Ocurrió a través de esta experiencia de los cabezudos, máscaras, zancos, comparsas, de las piezas de teatros que llevamos a las salas de teatros y festivales internacionales, de las fiestas de pueblo, de los pasacalles al aire libre... El tercer logro que quisiera identificar es la consistencia de llevar esas piezas para niños y adultos, piezas de temas sociales, obras de circo, historias de personajes importantes como Julia de Burgos y Antulio Parrilla, a las comunidades, campamentos de verano, escuelas, barrios, cárceles y centros de recuperación de adictos, entre otros. Así que esos son los tres logros: la parte económica de autogestión y gestión cultural; el agradecimiento con que un país recibe con cariño y alegría lo que haces como grupo y como artistas, y el elemento de mantenernos consistentes en ese trabajo que hoy se transforma en un trabajo comunitario, no tan sólo con asuntos de interés o responsabilidad social, sino también como una herramienta de sanación ante todo lo que hemos vivido. GDE: Hablando de esa consistencia, durante todo el año ustedes participan de fiestas de pueblo, festivales internacionales, ¿cómo en cuántas actividades participan al año? PA: Cada año hacemos de una a dos piezas nuevas de repertorio, es decir, piezas con música, texto, máscaras, coreografía y temática original. Esas piezas originales se presentan inicialmente en eventos como La Campechada y el Circo Fest, en festivales de teatro del Instituto de Cultura, y en festivales internacionales. También hay piezas de teatro que han durado muchos años como “Una de cal y una de arena” para la que hacemos música con objeto de la construcción y que cuenta el desarrollo acelerado en Puerto Rico. Todos los años esa pieza se presenta entre 12 y 20 veces. Además, hacemos unos 20 talleres anuales en comunidades que son residencias de una o dos semanas. Ahora trabajamos el ciclo en apoyo a los hermanos del sur afectados por el terremoto. Durante el año tenemos las Fiestas de la Calle San Sebastián en enero; el Festival de Claridad en febrero; el Circo Fest en marzo para el que hacemos piezas de teatro con elementos circenses, y casi siempre entre marzo y mayo presentamos las piezas nuevas. Entre mayo y junio empiezan las residencias artísticas en Estados Unidos para las que vamos a comunidades puertorriqueñas. Por ejemplo, llevamos muchos años visitando el Ceveland Museum of Art donde hacemos una residencia artística por un mes que incluye una comparsa gigante de máscaras, cabezudos, zancos. Luego hacemos proyectos de campamentos de verano y de agosto a noviembre por lo general llevamos talleres o seminarios a las universidades. Esto es a la vez que se mantiene nuestro taller vivo en diferentes eventos para los que nos llaman como comparsas en hoteles y eventos para los que necesitan cabezudos. Ahora tenemos una beca por los próximos tres años del Fondo Flamboyán para las Artes, que es un apoyo muy importante y que viene del dinero que generó Lin-Manuel Miranda con sus presentaciones de Hamilton en Puerto Rico. Por otro lado, tenemos proyectos con la Boston Foundation, la Hispanic Federation, la Fundación del Banco Popular y la Fundación Comunitaria de Puerto Rico. GDE: ¿Cuándo comienzan a prepararse para las Fiestas de la Calle San Sebastián? PA: Por lo general la planificación ocurre entre octubre y noviembre y en diciembre se empieza a construir. Este año nos cogió más tarde debido a los terremotos y porque trabajamos en un documental de nuestros 25 años. La Dra. Mareia Quintero escribe un libro para el que entrevistamos a 60 compañeros que pasaron por aquí: especialistas de teatro, intelectuales, escritoras, filósofos, gente de diferentes ámbitos. Todo eso se hizo en las últimas dos semanas de diciembre así que fue bien intenso. Terminamos en diciembre, vinieron los temblores de Reyes y en medio de eso construíamos cabezudos. GDE: Háblame un poco más del documental y del libro. PA: El libro y la investigación la escribe la Dra. Mareia Quintero, quien diseñó y dirigió por muchos años el programa de maestría de Administración y Gestión Cultural de la Universidad de Puerto Rico. Ella es presidenta de nuestra junta y lleva tres años iniciando esta investigación que también cuenta con el apoyo de Cristina Vives e Ivelisse Rivera y todo el equipo de Agua, Sol y Sereno: Jean Soto Villarini, Patricia Cay, Coralys Márquez, Alba Taina Ortiz, Tania Adorno, Kenneth Salgado, Héctor “Quique” Rodríguez, Paola Adorno, la cofundadora y codirectora Cathy Vigo, y yo. El libro incluye entrevistas que se utilizaron para iniciar la investigación del documental que hago en colaboración con la Dra. Quintero y el editor Pedro Iván Bonilla. GDE: ¿Cuándo esperan completar ambas cosas? PA: Todo se planifica para el semestre de agosto a noviembre. En agosto empieza la exhibición de los 25 años en el Museo de Las Américas en el Viejo San Juan, que contará con todas nuestras máscaras, memorabilia, fotos, proyecciones y diferentes elementos, y un taller vivo que tendremos de agosto a las Fiestas de la Calle San Sebastián de 2021. Presentaremos el libro como para octubre y el documental en noviembre y diciembre, o para el cierre de la exhibición. GDE: ¿Qué retos enfrenta el colectivo? PA: Después del huracán María, estos 10 compañeros que también incluye a nuestras hijas y gente de diversas edades, vivimos una nueva etapa al interior del grupo de establecer una nueva dinámica de creación colectiva y de toma de decisiones participativas que son los valores del grupo. Pero queremos que también sea cónsono con el respeto a los que llevan más años, con el intercambio de conocimiento, dándoles la oportunidad a los más jóvenes y que llevan menos tiempo de ser cocreadores de cada pieza. Siempre ocurre, pero ahora se hace una nueva forma de democracia interna. Creamos todo para que ese semillero de artistas y toda nuestra experiencia se organice. Eso trae mejores financiamientos y una recuperación de la metodología que hemos hecho, pero que a la vez nos funcione para que todo el mundo esté motivado y contento de estar en el colectivo. Es un diálogo bien lindo lo que ocurre ahora y es como el momento más interesante para mí. Además, tenemos un nuevo taller. Por muchos años estuvimos detrás del Capitolio en Puerta de Tierra y ahora estamos al lado de Tras Talleres en Santurce. Cambiamos de vecindario y queremos tener una relación con ese vecindario y con los artistas del área; estamos creando un nuevo momento. GDE: En estos 27 años, ¿notan diferencias entre el público de aquel entonces y el de ahora? PA: Es un poco difícil porque, de hecho, en las teorías de estudios culturales y en las conversaciones que tengo en las conferencias que doy siempre hago esa crítica, que hay veces en que los artistas hablan de sus públicos de forma un poco mítica. No puedes hacer una generalización por una reacción o porque a alguien le gustó o no le gustó algo. Hay una tendencia del consumo cultural de los mercados que genera estas generalizaciones, que en realidad crea ciertas falacias de quiénes son los jóvenes. Cuando das talleres en un barrio y te das cuenta de la diversidad que hay de una joven de 18 años cuando trabajas con un grupo de un residencial en Morovis, de un grupo de jóvenes en una escuela pública en Lares, y luego ese mismo mes das un taller a muchachos de la escuela superior de la UPR, ves la diversidad en esas edades y los elementos en común. No solo juegan los mismos juegos de vídeo o escuchan la misma música de Bad Bunny, sino que tienen unos criterios generacionales que nacen de los cambios que ha vivido Puerto Rico y la economía, pero también de cómo ellos los asumen desde su familia, su experiencia de identidad y su lugar. Así que me interesa mucho este tema de los públicos porque pienso que es de donde más se ha manipulado la opinión de si algo está pegao o es un branding o tiene pertinencia comercial. Lo que sí puedo decir es que la oferta de los artistas se diversificó. Habemos muchos más grupos de teatro y artistas interesados en llevar arte a lugares no tradicionales del arte. Hoy hay mucho más financiamiento para que ese elemento comunitario se materialice. Hay más fundaciones interesadas en el apoyo de las artes como una punta de lanza importante para los procesos de desarrollo, convivencia y autogestión de las comunidades. Así que como esos elementos cambiaron, pues cambió la oferta y la democracia cultural y los públicos se amplían. Hoy día en un evento de un museo, o en uno de nuestros eventos, ves más familias negras, mulatas, gente de otras clases sociales. Veo más participación, más iniciativa de la gente, de que no es solo llevar a los nenes a la feria, sino también llevarlos a eventos culturales. Eso es un cambio. Por ejemplo, cuando nosotros empezamos había muy pocos eventos de teatro y arte en las calles financiados por el municipio de San Juan, por el estado o por la gestión privada. ¿Cómo los artistas contemporáneos, los artistas de los museos y los artistas de teatro nos relacionamos con esos eventos populares y comerciales? En nuestro caso, como tenemos el elemento de la comparsa, los zancos, la plena y los elementos de la calle, empezamos a tener una relación con esos espacios, a no esperar que la gente pague un boleto para ir al teatro. Pero también nos presentamos en los teatros. Así que creo que hay un cambio de interés y una mayor visibilidad por lo menos en nuestro trabajo. La gente sabe que existimos, nos llaman todos los días y eso nos permite estar hoy en Naranjito y mañana en la San Sebastián o en un concierto de salsa en el “Choliseo”. GDE: ¿Qué proyectos tienen para este año? PA: Trabajamos para hacer el diseño participativo de lo que será la exhibición en el museo. Empieza un proceso en el que todos los compañeros también aportan cómo haremos esas diferentes propuestas y cuál será su participación porque también se han convertido en estudiosos de la historia del grupo. Ven las piezas de teatro de hace 25 años y algunos de ellos no habían nacido para ese entonces; ha sido bien interesante. Así que lo que tiene que ver con la exhibición, el libro y el documental es el centro de este año. Es un recaudo de toda esa información para también identificar cuáles son los principios que se han continuado y cuál es la metodología y los puentes entre arte y filosofía, arte y sanación, arte y espiritualidad popular, arte e investigación social, arte y responsabilidad política... Estamos creando esa cosa permeable de esos intereses académicos, pero convirtiéndolo rápido en una comparsa, en una pieza de teatro para niños, en un proyecto de talleres para el sur. Siempre hemos sido bien doers; no se queda en lo teórico. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: nieto, hijo, padre y ahora seré abuelo. Un libro o disco que te haya influenciado: “Buscando América” de Rubén Blades Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: la estoy parafraseando: “Los afectos es la columna vertebral del pensamiento” de María Zambrano. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Que nunca hablo de dinero y produzco mucho. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Que no hay nada afuera. Todo está dentro de nosotros y eso siempre ha existido en un espacio de tranquilidad interna dentro de toda la vorágine externa. Pero se reafirmó ese concepto de que el mundo es un espejo de tus percepciones y de cómo ves las posibilidades y las construyes creativamente. Así que la metodología de trabajo artístico que hago ahora es, prioridad, conocerse uno mismo sin descuidar toda la historia del colonialismo, represión, abuso, hostilidad, pero que no hay que fajarse para hacer nada allá afuera. Lo que tiene que cambiar es adentro y eso te ayudará a cambiar fuera, incluso a cambiar la realidad política. Ese cambio ocurrió en los últimos 10 años. Siempre lo supe, pero ahora se concretó en la práctica y en lo que soy. ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? Ya la hice, se llama “El Clown”. Un puertorriqueñ@ que admires: vivos: Antonio Martorell y Jacobo Morales; de los que me cuidan: Julia de Burgos y Albizu Campos. Quisieras aprender a: cocinar. Yo cocino, pero criollo y me gustaría coger talleres de cocina internacional y aprender a hacer cosas distintas. Por otro lado, me interesa mucho la tela y nunca he podido diseñar vestuario, alta costura, porque me dedico a otra cosa, pero eso me fascina. ¿Qué te inspira? Los ojos. Para mí son los ojos de los seres humanos, de los niños, de los envejecientes, de las mujeres, de los hombres, de los animales… Me gusta mucho esa relación entre el ojo, el espejo y el paisaje. Eso para mí es lo espiritual, ese contacto con lo sagrado. Sigue a Pedro Adorno y a Agua, Sol y Sereno en las redes sociales: [email protected] Facebook: Agua, Sol y Sereno Instagram: @aguasolyserenopr
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Desde muy joven, Isel Rodríguez sabía que su destino era entretener a otros a través de la actuación. La actriz e integrante del colectivo Teatro Breve recuerda que de niña se vestía de payasa para entretener a las clientas de su madre, que tenía un salón de belleza en su casa. Aunque tuvo algunos obstáculos en el camino, pudo más su determinación y pasión por el arte de la actuación. Cuando más feliz se sentía era en un escenario; hoy día nada ha cambiado. Acerca de Teatro Breve, el cual se originó en el 2006 y desde entonces su éxito ha sido imparable, comparte que luego del paso del huracán María el conjunto pensó que tal vez les había llegado el momento de bajar el telón indefinidamente. Sin embargo, en un momento de crisis, su fiel fanaticada eligió la risa para liberar el estrés, validando a su vez la importancia y vigencia del colectivo. Isel, quien también funge como profesora del Departamento de Drama de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, comparte sus inicios en el campo de la actuación, sus procesos creativos, y proyectos actuales y futuros. A continuación, la entrevista que le hicimos a Isel en su versión editada y condensada.
GDE: ¿Cuándo supiste que querías ser actriz y cuál fue tu primera oportunidad en este campo? IR: En mi familia todos son bien histriónicos y cantan. Mi papá hacía teatro en la iglesia, lo que pasa es que nadie nunca pensaba en eso como una carrera. Mi mamá tenía un beauty en la marquesina de la casa y de chiquita me pintaba de payasa y salía al beauty a hacer cosas para las clientas. Siempre decía: “yo quiero hacer esto.” En high school empecé a coger teatro con Elsie Moreau y un día me dijo: “ven a Bellas Artes a hacer una audición que mi esposo está dirigiendo “La Charca”. Fui y audicioné. No me acuerdo qué fue lo que hice, pero estaba muerta del miedo y de los nervios. Nunca había audicionado para nada. Me cogieron para hacer de lavandera, algo así, un personaje que si tenía una línea era mucho, pero yo era la persona más feliz del mundo. El público de La Charca era enorme porque era en la sala René Márquez. Estaba como en la parte delantera del escenario haciendo que lavaba ropa; la lavaba con una convicción… y decía: “qué cosa tan maravillosa.” Uno tiene miedo y a la vez es como el feeling más emocionante, como tirarse de bungee y quererlo hacer mil veces. Yo decía: “olvídate, se acabó, esto es.” GDE: ¿Dónde estudiaste? IR: Soy de Carolina, me crié en Villa Fontana y estudié en un montón de escuelas, pero en ese momento estaba en Carvin School. Justo antes de Carvin estuve en Calvary Baptist Christian School, una escuela cristiana y bien conservadora. No se podía hacer nada, ni hablar español. Aquello era como un infierno. Recuerdo en octavo grado decirle a mami: “por favor, ponme en una escuela normal.” De hecho, en esa escuela recuerdo que participé en una obra de teatro que era como un musical. Yo estaba “jayada”; cantaba y hacía como si estuviese en Broadway. Decía: “nací para estar aquí trepá.” Era una cosa que estaba dentro de mí. No hay forma de que a uno le saquen eso de adentro; uno lo tiene punto y se acabó. Luego estudié en la Universidad de Puerto Rico y entré por inglés porque me prohibieron estudiar drama. Mi familia era bien cristiana y para ellos ser actriz no era algo que debía ser. Podía salir en una obrita en la high, pero eso de trabajar como actriz no hacía sentido. Por un lado, te ibas a morir de hambre y por el otro, ese mundo estaba lleno de sexo y drogas; significaría la perdición. Pero no había manera de sacarme de ahí. No iba a estar en ningún otro lugar; no quiero estar en ningún otro lugar. Irónicamente, mi mamá salía con el que era el luminotécnico del teatro de la universidad en ese momento. Él me llevaba a la universidad y yo iba para el teatro todo el tiempo. Eso a mí como que me ayudó un poco. Empecé por el departamento de inglés y educación y después empecé a coger clases de teatro. Me cambié para educación en teatro para que no fuera tan loco; iba a ser maestra de teatro, pero iba a estar en teatro. Después de estar un semestre cogiendo clases en drama, hablé con mi familia y les dije: “me cambié, pero voy a estar en educación para que estén tranquilos, algún trabajo tendré.” GDE: ¿Algún actor o actriz que te sirvió de inspiración en tu trayectoria? IR: Sí, cuando estaba en high school y empecé a hacer cositas profesionales en teatro, veía a René Monclova, Cristina Soler, Marian Pabón… Conocía de Carola García, que luego fue mi maestra, y ver en el departamento a Idalia Pérez Garay, José Félix Gómez, Elsie Moreau; mis maestros eran actores profesionales. Creo que por ahí empecé a tener la conciencia de que ser actor no era sólo ser actor sino también ser maestro. Enseñas el oficio a otros actores. Así que en ese aspecto siento que mis maestros fueron mis modelos a seguir. Todos eran artistas y montaban sus cosas fuera del salón, de la universidad. Idalia estaba con Teatro del 60 y le tenía una admiración grandísima. Carola también me dio muchas oportunidades profesionales mientras estudiaba. GDE: ¿Quiénes fueron tus mentores? IR: Carola, cien por ciento. Me dio oportunidades como actriz en su compañía que se llamaba Teatro Iré, donde salía en escena con Antonio Pantojas, Ramfis, Dolores Pedro… Salí en una obra cubana del hermano de Dolores Pedro que se llamaba “Un almirante para la mar océano” que Carola dirigió. Yo hacía como de Juana “la loca”. También recuerdo trabajar de cerca con Teresa Hernández porque era bien amiga de Carola. La admiraba mucho. La veía y decía: “Dios mío, quiero ser como ella” porque era buena haciendo cosas dramáticas, pero graciosas, y escribía sus propias cosas, se sostenía sola en un escenario. Las admiraba mucho y siempre fueron mujeres que quise emular. GDE: ¿Cómo te preparas para tus personajes y presentaciones? IR: Hoy día siento que como actriz tenemos más conciencia de los personajes femeninos que hacemos, especialmente en Teatro Breve. Siempre pensamos en cómo son estas mujeres, primero en ser graciosas, pero pensar en quiénes son, qué es lo que dicen, qué es lo gracioso de ellas. Pero cuando son otros personajes que no escribo, por ejemplo, discuto mucho con los directores. A veces les cuestiono mucho, quizás sea una actriz problemática... En Teatro Breve tenemos más espacio para cuestionar y que se cambien cosas. A veces hay espacio para hacerlo y a veces no, dependiendo de con quién trabajes. También trabajas en donde puedas porque tampoco es que hay mucho taller. Pero uno negocia con uno mismo todo el tiempo, “esto no lo quiero hacer así” o “estoy en contra de lo que hizo este personaje o de cómo se escribió.” También uno dice: “déjame ver de qué manera me puedo acercar a este personaje con empatía”, porque tienes que quererlo, aunque estés en contra de lo que haga o de cómo piensa. Tienes que buscar la manera de justificar eso y hacerlo con verdad. GDE: ¿Cómo ves la transformación de Teatro Breve desde sus inicios? ¿Cuál entiendes es la clave de su éxito? IR: Creo que muchos de nosotros no lo vimos venir. Cada año lo tomamos con sorpresa: “wow, estamos haciendo esto todavía, gracias.” Porque está against all odds. Creo que es obstinación de todos los que somos parte del grupo de actores, de la producción. Siempre decimos que Naíma es gran parte de que esto siga corriendo. Uno de sus objetivos es que esto continúe a pesar de todo, de darle trabajo a todo el mundo. La idea es que se mantenga, que continuemos haciendo teatro y trabajando. Creo que eso es clave. Segundo, negociar, negociar y negociar entre nosotros mismos como individuos porque en Teatro Breve todo el mundo está dando su opinión todo el tiempo porque es un trabajo colectivo. Eso hace que todo el tiempo estemos en un proceso constante de negociación y de tirar ideas. Quizás ninguna se escoge o quizás se escogió una y debes estar dispuesto a let go. Decir: “bueno, la solté, la guardo para después y quizás después se hace.” Creo que con “Noche de jevas” pasó algo así, de estar hablando y de momento: “vamos a hacer esto aparte y tirarnos al azar y ver si funciona.” De momento funcionó y salimos corriendo con eso y gustó; jamás lo imaginamos. Creo que es una cosa del azar y también de tener el deseo de hacer y tener un espacio. Me parece clave el hecho de que tengamos ese espacio y que Naíma trabaja tan duro para mantenerlo, que poco a poco tratamos de que funcione y de arreglarlo porque estaba cayéndose en cantos. De hecho, después de María todos pensamos: “esto se fue ajuste, se acabó.” No sabíamos cómo rayos volver y no solo volvimos, sino que sorprendió que la gente llegó uno o dos meses después. Fue como: “wow, la gente vino, quiere estar aquí y reírse de ellos mismos.” Para nosotros fue sorprendente y liberador. GDE: ¿Algún personaje al que te gustaría darle vida? IR: A veces nacen los personajes en otro contexto y después los sigues desarrollando. Hay unos que nacieron en “Noche de jevas”. Por ejemplo, Alex, un personaje transgénero que trabaja como para UPS. Entonces nació como un personaje pequeñito en un sketch y de momento creció y se transformó; pienso que es un personaje interesantísimo. Es gracioso, pero también es interesante ver su relación con los demás, cómo interactúa en la vida porque está en proceso de transición, donde se está aceptando y viendo qué tipo de hombre quiere ser en la vida, qué cosas le gustan y cómo quiere vivir. Es un personaje interesante que pienso tiene mucho que recorrer y a mí me interesaría conocerlo más. También están esos otros personajes que hacemos, que a veces nos toman por sorpresa y que de momento crecen. Hicimos conciertos de Luna y Vecky, las hipsters que cantan barbaridades. Siento que esos personajes pueden vivir fuera de la música, que todavía no lo hemos explorado, pero podría ser. Creo que en el futuro se nos dará la oportunidad de escribir otras cosas y ver qué nace. GDE: ¿En qué proyectos nuevos trabajas? IR: Ahora mismo estamos filmando la película de Teatro Breve que es como la adaptación de una obra que hicimos hace muchos años que se llamó “Picando alante”. Es una obra de esta familia que decide sembrar marihuana ilegalmente. Claro está, todo les va mal. Hace cinco años trabajábamos ese libreto para poderlo hacer en cine y se dio la oportunidad. Es una locura. Es como cuando estuvimos en el “Choliseo”, una loquera que estamos haciendo que no sabemos cómo va a quedar, pero confiamos en la gente que lo produce, así que estamos súper “pompiaos” y “cagaísimos” a la misma vez. También recién terminé de filmar otra película de Bruno Irizarry que se llama “Yerbabuena”. El tema es similar pero la historia es otra. Con las Hermanas Belén y Verónica tenemos un nuevo podcast que se llama “En el nombre del podcast”; el primer episodio ya está disponible. Además, continúo dando clases en la universidad, que también me encanta. Siento que uno se nutre un montón de ese proceso de aprendizaje. Aunque uno está dando clases, está aprendiendo a la vez; me fascina. GDE: ¿Qué consejo puedes ofrecerles a esos jóvenes que incursionan en el mundo de la actuación? IR: Siempre les digo: “la gente con la que estudian ahora mismo probablemente sea la gente con la que van a trabajar, así que cultiven esas relaciones.” También, que empiecen a montar y hacer cosas propias desde que estén estudiando. Que no esperen a terminar para empezar a hacer cosas. Ahora mismo, los que veo haciendo cosas están en la autogestión. Les digo que no paren de trabajar, aunque estén estudiando. No deben dejar de estudiar porque eso es una preparación necesaria para su conocimiento, para lo que van a hacer luego profesionalmente, porque el taller afuera es bien importante y el taller académico es igual de importante. Así que esas dos cosas no deben eliminarse. Trabajar con el corillo con el que estudian y hacer, hacer y no parar de hacer. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: hacedora, disciplinada y pesimista Un libro o disco que te haya influenciado: el libro “Como agua para chocolate” y el disco “Frío” de Robi Rosa. Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: “El actor no se enferma, se muere” de Victoria Espinosa. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Creo que una de las manías que tengo es que antes de que comience una función hago como un ritual en el que tengo que hacer todo igual, en el mismo orden y poner las cosas en el mismo lugar, no sé por qué. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Hacer ejercicios. Trato de hacer más ejercicios porque siento que eso me ayuda un montón, aunque es como bien difícil buscar el tiempo y organizarme porque tengo hijos. Tener hijos y cuidarse uno mismo es casi imposible, como contraindicado, pero trato de hacer ejercicios y respirar. Cuando sientes que pierdes el enfoque o la inspiración temporeramente, ¿qué haces? A veces me tiende a pasar eso mucho porque tiendo a ser medio pesimista y ansiosa y hay veces en que digo: “Ay, todo va a estar horrible.” Irónicamente, cuando nos juntamos de nuevo en Teatro Breve a hacer un brainstorming de algo que vamos a hacer, eso me ayuda un montón. Juntarnos a trabajar y tener algo, poner una fecha y trabajar para esa fecha me ayuda mucho porque me da something to look forward to. A veces le digo a mis estudiantes: “ponle fecha, aunque no tengas nada; si te pones ese deadline sabes que tienes que hacerlo.” ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “El balance ideal” Un puertorriqueñ@ que admires: tengo que decir que admiro a Cristina Soler. Esa mujer está brutal, es bien inteligente, talentosa, buena y amorosa. Quisieras aprender a: preocuparme menos. ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Ser mamá. Tengo dos hijas, una de trece y otra de once. ¿Cómo te relajas? En casa con mi marido, bebiéndome una copita de vino y hablando. ¿Qué te inspira? Mis compañeras de trabajo, mis hijas y mi familia. Quisieras que te recordaran por: ser íntegra Sigue a Isel en las redes sociales: Facebook: @teatrobreve Instagram: @iselr @hermanasbelenyveronica José Brocco pensó que iba a ser médico, pero mientras cursaba su tercer año de premédica en el Colegio de Mayagüez se topó con un ensayo de una obra de teatro. En ese momento descubrió que sí se podía estudiar para ser actor y que era una verdadera posibilidad para ganarse la vida. Su interés por la medicina se esfumó. Luego de formar parte del Club Dramático Colegial dirigido por el profesor Félix Díaz, participó de varios proyectos que incluyen lo que el actor oriundo de Guayanilla describe como sus primeras grandes oportunidades: la obra "Censurado" del dramaturgo Roberto Ramos Perea, y "El callejón de los cuernos" dirigida por Vicente Castro. Al sol de hoy, Brocco ha participado en más de 60 obras teatrales que incluyen: “El Alquimista”; "El Nuevo Macbeth"; "Historia de una escalera"; "Juana de Arco"; "Miles... la otra historia del 1898"; "Lo mío es de nacimiento", y "Caras", entre otras. Para televisión, formó parte del elenco de películas como: “El Corillo”; “Sirenas”; “La masacre de Ponce”; "El séptimo ángel"; "Kamaleón"; "El callejón de los cuernos", y "La noche que apareció Toño Bicicleta". También ha trabajado en cine y miniseries, y representó a Puerto Rico en festivales internacionales en Washington, Colombia, Túnez y Aruba. Su trabajo le hizo merecedor de nominaciones y premios como: Mejor Actor 2017 por la Sociedad Actoral Hispanoamericana y Mejor Actor Revelación 2015 por los Miami Life Awards. A través de la autogestión, Brocco cultiva otros talentos además de la actuación que le permiten desempeñarse como director y guionista; también cuenta con su propia compañía de cine. Su más reciente trabajo como guionista: la comedia #WHATAFCK! que se presenta actualmente en varios teatros locales. A continuación, la entrevista que le hicimos a José en su versión editada y condensada. GDE: ¿Qué fue lo que llamó tu atención del teatro a tal punto que descartaste continuar como estudiante de premédica para dedicarte a este campo? JB: Curiosamente no fue el teatro, fue la televisión porque de pequeño cuando veía los programas sabía que lo que quería hacer era lo que hacía la gente que estaba adentro de esa cajita. Lo que pasa es que, a los cinco o seis años, ni siquiera tenía conocimiento de que eso era una carrera y que se podía estudiar. Luego empecé mis estudios en premédica en el Colegio de Mayagüez y un día pasé por un ensayo de una obra de teatro que dirigía Félix Díaz y dije: “ah, caramba, espera, esto es posible, esto sí se puede estudiar y veo la posibilidad de convertirlo en una carrera.” Y hasta ahí llegó mi sueño de ser médico y me convertí en estudiante de humanidades. GDE: De todos los proyectos en los que estuviste involucrado a lo largo de tu carrera, ¿hay algunos que disfrutaste más? JB: Sí, hay muchos y por diversas razones. La primera obra que hice en San Juan a nivel profesional que se llamaba “Censurado”, de Roberto Ramos Perea, nos abrió la oportunidad a cuatro actores jóvenes en aquel momento: Modesto Lacén, Jorge Dieppa, Rosabel Del Valle y yo. Fue como esa primera patadita que impulsó la carrera profesional. Luego tuve la oportunidad de protagonizar la película “El callejón de los cuernos” dirigida por Vicente Castro, que creo fue la que me dio el espaldarazo que necesitaba para dedicarme full time a esto porque me abrió muchísimas puertas a los veintidós años. Protagonizar una película en ese momento creo que fue lo mejor que me pudo pasar. Así que te diría que esas dos en específico. Hay muchas más y muchísimas a las que le tengo mucho cariño por diferentes razones, pero esas dos en específico son de las que más atesoro. GDE: ¿Cómo describes esta etapa de tu vida en términos profesionales? JB: Llevo siete años en Miami. Tengo treinta años de carrera, pero cuando vine para acá fue empezar en el cero absoluto porque una desventaja que tenemos los actores puertorriqueños es que no importa la carrera que tengamos y todo lo que hicimos en nuestro país, es un cien por treinta y cinco y por lo general esos proyectos no salen de ahí. Esto a diferencia de tal vez otros actores de México, Colombia, que puede que nunca salgan de su país, pero su trabajo sí. Entonces cuando llegan a Miami pues son reconocidos y se les abren muchas más puertas que a nosotros. Así que creo que este período que llevo acá ha sido uno de organizarme y reinventarme. Por ejemplo, en Puerto Rico solamente actuaba porque no tenía la necesidad de hacer otra cosa. Siempre viví de esto y estaba en el comfort zone. Entonces cuando llegué acá tuve que buscar otras posibilidades, empecé a escribir, a dirigir, abrí mi compañía de cine, ya hice seis cortometrajes y estamos en proceso de preproducción de dos largometrajes. O sea que fue una experiencia que cambió por completo mi vida para bien en el sentido profesional, para mal en el sentido emocional porque extraño a mi país y si por mí fuera viviría en Puerto Rico. GDE: Háblame de #WHATAFCK! JB: Pues Marisa, Charlie, Noris y yo llevábamos mucho tiempo reuniéndonos como panas y hablando de las diferentes posibilidades que teníamos, de hacer cosas, y siempre estábamos: “caramba, tenemos que hacer algo, tenemos que sentarnos e inventarnos algún proyecto. Pues en las últimas reuniones que tuvimos antes de empezar todo este revolú de #WHATAFCK! empezamos a tirar ideas y a Noris se le ocurrió esta idea de cuatro panas, basada básicamente en nosotros, pero… juntos, pero no revueltos. Entonces dije: “esa es tremenda idea”. Fue bien loco pues la escribí en dos días. GDE: ¿Usualmente escribes tan rápido? JB: Por lo general, cuando escribo, lo diagramo todo en mi cabeza y ese proceso me puede llevar semanas. Pero cuando me siento a escribirlo en el papel ya tengo toda la estructura y hasta mucho de los diálogos en la cabeza así que en la mayoría de los casos lo plasmo en el papel bastante rápido. El tiempo que me toma es procesarlo en mi cabeza lo que me pasa igual como actor. Para meterme en cualquier personaje por lo general hago un trabajo mental más intenso que el proceso de ensayos y de aprenderme los parlamentos. Trato de cuadrarlo todo en mi cabeza antes de meterle mano a lo que sea que me toque hacer en ese momento. GDE: Háblame un poquito de tu personaje en #WHATAFCK! JB: Yo soy Frank. De estos cuatro individuos creo que Frank es el más chapado a la antigua y el más que se preocupa por la situación que están pasando. Como sabes, son cuatro amigos que “partysean” todos los fines de semana y se dan el palo, pero este fin de semana en particular se despiertan todos desnudos en el mismo cuarto, pero con la pareja equivocada y sin acordarse de lo que pasó la noche anterior. Entonces al personaje ser un poquito más cuadrado y más cerrado de mente, es el más que se preocupa por descubrir qué fue lo que pasó; básicamente ese es Frank. Nunca nos enteramos de lo que pasó; el público sí se va a enterar. Tengo que decirte que esto es un trabajo en equipo por completo, porque si bien a Noris se le ocurrió la idea, yo la escribí y tenemos al director venezolano Pedro Pablo Porras que le dio otra dimensión completamente al texto, o sea, vio cosas que ni siquiera yo que lo escribí había visto. Entonces nos sentimos súper seguros y contentos, y nosotros no nos paramos de reír en los ensayos, así que sé que el público se va a morir de la risa. GDE: Mencionaste que mentalizas a los personajes antes de los demás procesos, ¿cómo es esa rutina? JB: Me imagino que cada actor tiene su librito, inclusive cuando daba clases de actuación les decía a los estudiantes que les enseñaría todo lo que debían entender, pero no les podía enseñar a actuar, eso es algo que venía con ellos. Yo les iba a dar todas las herramientas para que lo pudieran hacer y de ahí, que descartaran lo que no les sirve. Efectivamente así hago las cosas. Leo el libreto una o dos veces, lo entiendo y lo escondo, pues para mí aprenderme las líneas no es lo fundamental. Para mí lo fundamental es entender el personaje y buscarle la historia que no está escrita, buscarle el imaginario, es lo que me toma un poco de tiempo. Cada detallito, cada giro del personaje y lo que lo llevó a donde está, lo que estamos leyendo, lo que vamos a representar. Luego que lo entiendo, entonces, solamente entonces, estudio el libreto como está y me aprendo las líneas. Creo que así me resulta súper orgánico porque fluye prefecto. GDE: Además de la obra, ¿en qué otros proyectos trabajas? JB: Estoy asociado con Osvaldo Ríos en un proyecto que también escribí para cine, que se llama “Historias de a peso”. Estamos en el proceso de preproducción y en la búsqueda de los presupuestos para hacerlo. Aparte de eso, me llamaron también para dirigir una película en Puerto Rico, pero no puedo dar muchos detalles. También esperamos que #WHATAFCK! siga de gira por Latinoamérica y Estados Unidos. GDE: ¿Qué consejo puedes ofrecerles a esos jóvenes que incursionan en el mundo del entretenimiento? JB: Que lo piensen bien y cuando decidan que esto es lo que quieren hacer, que vuelvan y lo piensen porque es una profesión bien difícil, complicada y de mucha paciencia, sobre todo en estos tiempos donde lamentablemente el físico importa más que el talento. Pero cuando estén decididos y sepan que esto es lo que quieren hacer, que no hay otra posibilidad para ser feliz en la vida, pues que metan mano y se tiren de pecho. Que crean mucho en la autogestión y que no se sienten a esperar a que nadie los llame para trabajar porque eso pocas veces pasa; que creen sus propios proyectos y metan mano. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: actor, papá y soñador Un libro o disco que te haya influenciado: El disco “Fiel a la Vega” de Fiel a la Vega que tiene dos canciones que me encantan, que de hecho, las pongo antes de salir a escena porque me pompean: “Salimos de aquí” y “El Wanabí”. Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: Mi cita favorita y creo que es mi trademark en este negocio, de hecho, tengo un tatuaje que lo dice, la dijo Facundo Cabral: “Bienaventurado el que no cambia el sueño de su vida por el pan de cada día.” ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Manía tengo muchísimas. Soy adicto al Diet Coke. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Lo que te comenté, el hecho de la autogestión. Creo que eso me abrió otras posibilidades porque al salir del confort zone y verme obligado a crear mi propio trabajo me di cuenta de que tengo unas capacidades que no había explorado. Cuando sientes que pierdes el enfoque o la inspiración temporeramente, ¿qué haces? Medito en todo lo que me costó llegar hasta aquí. Recuerdo todo lo bueno y lo malo, y cómo en ocasiones pasadas también me desenfoqué, pero más adelante me di cuenta de que este era el único camino para seguir, así que no queda otra que seguir pa’lante. No llegamos tan lejos para parar aquí. Un puertorriqueñ@ que admires: son tantos, pero si pueden ser dos el primero es Jonathan Dwayne y el segundo Éktor Rivera. Son dos artistas muy completos que tiene Puerto Rico. Quisieras aprender a: bailar ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Hace como diez años tuvimos la oportunidad de presentar la obra “El Alquimista” en el Teatro Hermitage en Rusia. A pesar de que la hicimos en español y los rusos no entendían nada de lo que decíamos, te juro que el standing ovation fue como de veinte minutos y esa es una de las cosas más gratificantes, por lo menos en el ámbito profesional, que tengo en la vida. Bonito por un lado porque caramba, una isla tan chiquita, porque yo vivía en Puerto Rico para eso y la producción era boricua, ir a formar ese escándalo, en el buen sentido, en un país tan grande como Rusia, obviamente te llena de satisfacción. Pero triste por otro lado porque de momento dije: “¿pero de verdad tenemos que llegar tan lejos para que nos dieran un reconocimiento como éste?” Dicen que nadie es profeta en su tierra. ¿Cómo te relajas? Soy un tipo relajado, creo que nunca estoy en estrés. ¿Qué te inspira? Te juro que me inspira mucho Puerto Rico, hacer las cosas por mi país y por mi gente. Quisieras que te recordaran por: no por la fama que pueda llegar a tener sino por el prestigio que pueda tener como actor o como artista. Mucha gente entra en este negocio pensando que quieren ser famosos y para mí eso es una equivocación. Creo que tienes que buscar prestigio, que se hable bien de tu trabajo, no que te reconozcan en el supermercado. Sigue a José en las redes sociales: Facebook: @jose.brocco Instagram: @jbrocco #WHATAFCK! se presentará el 10 y 11 de agosto en el Teatro Braulio Castillo en Bayamón, y el 17 de agosto en el Teatro Yagüez en Mayagüez. Más información y boletos en www.ticketerapr.com |
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Diciembre 2020
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