#41 - Jorge Quiñones y su visión de convertir a Puerto Rico en un destino amigable con el sordo9/23/2019 Jorge Quiñones aprendió a comunicarse en lenguaje de señas antes de pronunciar su primera palabra. Hijo de padres sordos, a temprana edad se vio en la necesidad de servir de intérprete en su familia, mientras en su interior se desarrollaba la inquietud de que tal vez esa era su vocación: servir de instrumento a la comunidad sorda. Por los últimos veinte años, Jorge se dedica a la profesión de intérprete de lenguaje de señas. En sus inicios laboró de manera independiente y luego tuvo la oportunidad de fungir como director de operaciones para Purple Communications, empresa que brinda servicios de video relevo (VRS, por sus siglas en inglés) a la comunidad sorda. Durante este tiempo tuvo la iniciativa de crear los primeros noticiarios en lenguaje de señas en Puerto Rico: "Noti-Enseñas" y "Puerto Rico Sign Language News". Debido a que siempre quiso establecer su propia compañía, hace cinco años fundó Servicios de Interpretación y Educación al Sordo (SIES) Inc. Con esta empresa, Jorge busca oportunidades innovadoras atadas a la tecnología para el beneficio de la comunidad sorda. Su objetivo final, convertir a Puerto Rico en un lugar amigable con el sordo. A continuación, la entrevista que le hicimos a Jorge en su versión editada y condensada. GDE: Saludos Jorge, ¿de dónde nació tu inquietud por este tipo de proyecto hacia la comunidad sorda? JQ: Soy hijo de padres sordos. Ninguno nació sordo, a los tres meses a mami le dio fiebre y en aquel tiempo la fiebre se atacaba con penicilina, con la mala suerte de que ella era alérgica y le reventaron los tímpanos. Mi papá se cayó de un tercer piso a los siete años. Somos tres hermanos y ninguno somos sordos. Todos utilizamos lenguaje de señas para comunicarnos con nuestros padres. Básicamente, es un regalo que tenemos. GDE: ¿O sea que ellos les enseñaron lenguaje de señas para poder comunicarse?JQ: Sí, mi primer idioma fue lenguaje de señas y este descubrimiento no surgió hasta después de 25 años. En todo momento pensé que mi primer idioma fue el español. No fue hasta que me senté con mi abuela, que en paz descanse, y empezamos a hablar e indagar y me dijo: “no, si tu empezaste haciendo señas, después desarrollaste el habla.” Pues es un regalo a pesar del discrimen que viví y vi hacia mis padres. GDE: ¿Cómo se reflejaba ese discrimen? ¿Cómo lo presenciaste? JQ: Por ejemplo, algo que me impactó mucho es que mi mamá, que es una mujer súper talentosa, fue a rehabilitación y dijo que quería ser psicóloga. La consejera en aquel tiempo le dijo: “no, pero es que tú no puedes ser psicóloga porque eres sorda.” Recuerdo ver que no la pasó bien. Sabía que tenía la habilidad y lo que necesitaba era el recurso, que es el intérprete de lenguaje de señas. También tengo que aclarar que, si bien hoy en día no hay intérpretes suficientes para cubrir la necesidad, para aquel tiempo eran bien escasos. Hace poco hablé con ella acerca de eso y me dijo: “los sordos de hoy en día se quejan porque no tienen servicios, yo los entiendo, pero están muchísimo mejor que cuando yo era joven y estudiaba.” Ver a mami sufrir siempre estuvo presente durante mi crecimiento. Siempre tenía los guantes puestos; me lo tomé personal. Faltaba mucho a la escuela pues, al no haber muchos intérpretes, si mami tenía una cita me decía: “tú no vas a la escuela hoy, tienes que venir a interpretar.” Pues donde manda capitán no manda marinero. Recuerdo como a los seis, siete años interpretar en una cita con el ginecólogo. Fue un impacto. Imagínate, papi y mami nunca me habían hablado del tema y entonces llego allí, fue impactante. Sí tuve que madurar un poquito más rápido. Entonces con mis hermanos era como la alarma. Mami me decía: “ahí está el nene, voy a estar aquí cocinando, si oyes que llora o algo pues me llamas.” Entonces fungía de alarma, o si alguien tocaba a la puerta: “mami, ahí hay alguien.” Entonces también aporté, con mi mamá, al desarrollo del lenguaje de señas de mis hermanos. Obviamente no entendía que era una responsabilidad en ese momento, pero hoy veo a mis hermanos y los frutos. Una vez tienes la oportunidad de discernir y ver esa historia, dices wow, tenía en mis manos una responsabilidad que definitivamente no me tocaba. Quizás mi crianza no fue la misma que un niño oyente regular. Pero todas estas experiencias a través de la vida me llevaron a trabajar como intérprete independiente de lenguaje de señas para rehabilitación vocacional. Recuerdo el primer día en lo que era la Universidad del Este. No tenía ninguna experiencia como intérprete. No había tomado ninguna clase pues todo lo que sé del lenguaje de señas lo aprendí con mis padres. Recuerdo que llegué al salón y lo primero que le dije al consumidor, que era un estudiante: “yo no soy intérprete de lenguaje de señas, mis padres son sordos. Si entiendes que eso es un problema, pues no hay problema, me dejas saber y hablo con rehabilitación vocacional para que te busquen a alguien con experiencia.” Me dijo: “tranquilo, siéntate ahí y dale.” Fue mi primera experiencia y recuerdo que cuando salí tenía esta sensación de felicidad, porque yo lo vi como algo normal, es algo que hice siempre, pero la satisfacción de poder ser un instrumento para ayudar a una persona sorda fue una conexión inmediata. Se me erizaron los pelos y esa sensación de felicidad la recuerdo como ahora. Dije: “esto es lo que tengo que hacer,” fue como el aha moment porque nunca me sentí tan bien. Ahí fue que empezó todo esto. Seguimos interpretando hasta que caímos en otros escenarios y no he parado desde entonces. GDE: Háblame de Servicios de Interpretación y Educación al Sordo y sus comienzos. JQ: Servicios de Interpretación y Educación al Sordo o SIES, era una iniciativa que tenía hace muchos años, pero como estaba empleado con una compañía multinacional lo puse en la gaveta. En esa compañía hacía lo mismo, bregaba con lo que es el sistema de video relevo que no es nada más que un centro de llamadas equipado con una computadora, una cámara y un teléfono y donde hay un interprete en espera a que el sordo llame para entonces llamar a las personas oyentes. Todo lo que el sordo nos decía en lenguaje de señas lo decíamos hablado a la persona que el sordo quería llamar. De igual manera, todo lo que la persona oyente nos decía hablado, lo hacíamos en señas y el sordo nos veía a través de la cámara. Fue una excelente experiencia que duró desde el 2007 hasta el 2012 aproximadamente. Ahí se cerró ese capítulo. Fui a tocar puertas de nuevo con la mala suerte a corto plazo y buena suerte a largo plazo de que no me abrieron las puertas. Entonces dije: “espera, siempre quise hacer una compañía que ofrezca servicios de interpretación a la comunidad.” Arrancamos en el 2014 cuando finalmente se incorporó legalmente la compañía. Proveemos servicios de interpretación presenciales; tenemos intérpretes en distintos lugares: institutos, universidades, citas médicas, cortes, etcétera. Parte de nuestra misión es poder cerrar la brecha que hay entre la comunidad oyente y la comunicación con la persona sorda. Llevamos cinco años y en esta nueva etapa nuestra visión es convertir a Puerto Rico en un destino amigable al sordo, pero primero tenemos que lograr que las personas oyentes de Puerto Rico sean amigables con el sordo. Que el sordo no tenga la necesidad de buscar unos servicios y les digan: “no, no tenemos un intérprete,” lo que sucede en la actualidad. Si convertimos a Puerto Rico en un lugar amigable al sordo ese problema se disipa porque tenemos más personas que pueden servir como proveedores de comunicación. No tienen que ser intérpretes de lenguaje de señas, pero sí hábiles para tener conversaciones y poder comunicarse con la persona sorda. Eso abre la oportunidad a que estos servicios que necesita la comunidad sorda estén más accesibles porque hay más gente interesada. GDE: ¿Cuántos intérpretes tiene SIES? JQ: Tenemos alrededor de 85 intérpretes alrededor de toda la isla. GDE: ¿Cuántos sordos hay en Puerto Rico? JQ: Como decimos por ahí, soy un tipo muy directo y eso me trae muchos retos en la vida. Aquí se utiliza mucho la cifra de 150,000 que se deriva del último censo de las comunidades con impedimentos en general y que se realizó en el 2000. En ese número se incluyen personas que gran parte de su vida hablaron y se fueron quedando sordas a través del tiempo y personas que tuvieron un accidente y se quedaron sordas de un oído, pero culturalmente no pertenecen a la comunidad sorda, de utilizar lenguaje de señas. Hemos recorrido la isla y desde muy pequeño veo sordos todo el tiempo. No creo que hay más de 10,000 sordos que utilizan lenguaje de señas para comunicarse, que al final son los sordos con los que trabajamos. La situación de las estadísticas a nivel general en Puerto Rico es mala, pero con la cuestión del sordo es peor. Las estadísticas son súper importantes pues sin éstas descalificamos posibles propuestas federales porque al final del día, estas propuestas se basan en estadísticas. Entonces al no tener esos números perdemos dinero que puede servir para desarrollar ideas innovadoras en favor de la comunidad sorda y traer más empleos. Es preocupante, pero es la realidad. No creo que hay mas de 10,000 sordos en Puerto Rico y si la cantidad de sordos es menor pues más fácil se nos hace ayudarlos. GDE: ¿Cuáles son las principales necesidades de la comunidad sorda en Puerto Rico? JQ: Que bueno que lo preguntas. Puerto Rico no tiene establecida una investigación lingüística que nos diga qué en esencia es lo que signa el sordo puertorriqueño. Eso es un gran problema que se ha minimizado, pero es muy importante. En Puerto Rico se usa el American Sign Language o ASL, por nuestra relación política con los Estados Unidos, pero también se utiliza el lenguaje de señas puertorriqueño que es como una mezcla, como decir un spanglish. Pero eso no se ha investigado. ¿Cómo eso afecta a la comunidad sorda y a la profesión? De muchas maneras. Por ejemplo, y esto lo vivimos, organizaciones que te contratan y te dicen: “¿cuáles son los intérpretes que me vas a traer? Necesito evidencia de sus certificados.” Al final del día todos esos certificados son de participación porque no existe una credencial. Entonces llevo intérpretes que tienen un alto registro, o sea, intérpretes súper talentosos, pero van a interpretar a algún pueblo de la isla y ese sordo no entiende nada de lo que signa el intérprete porque ese intérprete probablemente se adiestró más en ASL y no está dispuesto a bajar el registro. Necesitamos investigar el idioma para también poder establecer una certificación, una licenciatura. Porque entonces ¿qué vamos a certificar, a licenciar, el lenguaje de señas americano o el lenguaje de señas de Puerto Rico? Y si tú usas más el lenguaje de señas de Puerto Rico, ¿el examen va a considerar eso o no? Entonces tenemos un problema porque tampoco todos los sordos usan ASL; ese predomina más en las áreas metropolitanas, en San Juan, Ponce, Mayagüez. En el resto de la isla hay una mezcla, están las señas caseras. El punto es que sin investigación lingüística no vamos a saber qué es lo que signa el sordo puertorriqueño y poder estandarizar unas cosas para entonces poder bregar con la educación del sordo que es deprimente. GDE: ¿Qué opciones tienen? JQ: Es un poco complejo porque es más un tema de unión. Hay gente que piensa que el lenguaje de señas americano es lo que se debe enseñar. Hay otros que piensan que no, que debe ser el lenguaje de señas puertorriqueño. Lo que vemos a nivel macro, por ejemplo, lo que pasó recientemente con la situación del gobernador y la corrupción, todo ese tipo de cosas pasa a nivel micro. Hay una palabra que se llama audismo, que todavía no es una palabra oficial, que va más con el oyente que dice: “no, tú eres sordo, déjame a mí, yo voy a bregar con esto y te digo después.” Eso sucede. El oyente no puede definir las señas que utiliza el sordo porque al final del día es su idioma. Pasa constantemente que un sordo de un pueblo te hace una seña que quizás en San Juan se hace de otra manera. Como intérprete tengo que dar un servicio y si veo que el sordo hace una seña distinta a lo que se usa en el área metropolitana, tengo que utilizar esas señas porque es la que él utiliza todo el tiempo para esa palabra en específico. El oyente tiende a tomar protagonismo, a decir: “no, tú estás mal, eso no es así, es esta seña.” Eso es audismo. Pues no, tienes que respetar su lenguaje. Los políticos no han sido lo suficientemente responsables de cumplir con su palabra. Siguen desarrollando leyes que no hacen falta porque con la Ley ADA (Ley para Personas con Discapacidades), que es la ley federal, es suficiente. Lo que necesitamos es que se implemente. Es hacerle un acercamiento a la ciudadanía para que seamos amigables con el sordo. Ves a la persona ciega porque tiene su bastón o su perro guía, ves a una persona en una silla de ruedas y sabes que tiene una discapacidad, pero a la persona sorda no la ves hasta que te topas con ella. Entiendo que hace falta unión, tanto entre los sordos como entre los colegas de la profesión. Eso ayudará a resolver muchos asuntos inconclusos. Tienes un grupo que aboga por una cosa, otro grupo que dice que por lo que esa gente aboga no está bien, y otro grupo que tampoco está de acuerdo. Entonces no nos hacen ver bien y al final del día y lo que sucede es que quien se afecta es la persona sorda. Creo que el problema se resuelve con unión y con mucha educación a los oyentes. Antes me molestaba, pero con el tiempo entendí que es falta de educación. GDE: ¿Cuáles son algunos logros de SIES? JQ: En el 2016 establecimos un noticiario en lenguaje de señas, el segundo que desarrollamos porque el primero lo desarrollamos como para el 2008. Lo hicimos por lo mismo, por la falta de información pues los noticiarios no ponen intérpretes. El Canal 6, que es el del gobierno, debería incluir entre sus responsabilidades poner un intérprete de lenguaje de señas en sus noticiarios. A falta de eso, la comunidad hizo un acercamiento porque querían y quieren saber lo que pasa en el país. Nos dimos a la tarea de desarrollar este noticiario, pero luego pasó el huracán María y no lo volvimos a reinsertar. Nos gustaría volverlo a hacer y crear una producción donde sean los sordos los que estén al frente y detrás de las cámaras en términos de edición, producción, postproducción… GDE: Además de trabajar en revivir el noticiario, ¿en qué otros proyectos trabajan a corto y largo plazo? JQ: Lo que te comenté de la campaña de “conviértete en una persona amigable al sordo.” Este proyecto va dirigido a personas oyentes que desconocen cómo tratar a una persona sorda. Queremos que a través de la información que les vamos a compartir, sean empáticas con esta comunidad. Lo que buscamos es cómo convertir a Puerto Rico en un lugar amigable al sordo o cómo te convertimos en una persona amigable al sordo, pues algo que puedes hacer es aprender lenguaje de señas. Entonces la visión es que queremos que mucha gente se una, pero con los cursos presenciales tomaría mucho tiempo. Ahora mismo aprovechamos la tecnología y cómo ésta nos conecta más rápido. Tenemos el Sistema SIES, un sistema educativo que trabajamos por niveles y en el que utilizamos la tecnología. Pues si la tecnología nos da la oportunidad de poder conectarnos de manera más rápida y de poder tener salones virtuales donde todos los días podamos tener un grupo y enseñarles, ¿por qué no? Este sistema tiene 10 niveles y en octubre comenzaremos con el primero que será el equivalente a un curso básico. Se accede a un portal educativo en el que hay unos módulos, es como un bundle. Si solamente quieres el portal educativo pues lo coges, hay videos y video libros incluidos y tiene una duración de alrededor de siete u ocho horas aproximadamente. Pero también recomendamos que tomen las clases en vivo que serían una vez a la semana por 12 semanas. Otro asunto importante que preocupa mucho es la cuestión del empleo en Puerto Rico. A la mayoría de los sordos no los emplean. Incluso cuando van a las entrevistas de trabajo, el empleador no les ofrece un intérprete de lenguaje de señas y obviamente eso es una gran desventaja a la hora del patrono tomar una decisión. Pues ¿cómo abrimos un taller de empleo para la comunidad sorda? A través de este sistema entendemos que es una gran oportunidad de abrir un taller de empleo y emplear a profesores oyentes capacitados y a personas sordas y hacer una integración. Una vez tengamos un número razonable de personas capacitándose, que las personas digan: “acepto el reto de ser una persona amigable al sordo”, la importancia de convertir a Puerto Rico en un destino amigable al sordo es la culminación. Al haber tan pocos intérpretes pues estamos súper ocupados y no damos abasto, por eso no podemos hacer una campaña directa de convertir a Puerto Rico en un destino amigable al sordo porque no están las bases para poder suplir la demanda que vendría. En el mundo hay 360 millones de sordos. Con la tecnología nos podemos poner de frente a eso 360 millones. Ese es el proyecto. Ya vemos grupos de sordos que están tomando la responsabilidad de luchar por sus derechos, algo que me emociona. Saber que aportamos un granito de arena para que eso suceda. Entonces dejarlos que sigan haciendo el trabajo que les toca y nosotros enfocarnos en convertir a Puerto Rico en un país amigable con el sordo. GDE: ¿Algo más que te gustaría compartir? JQ: Me gustaría compartir tres páginas de internet, parte de nuestra iniciativa de convertir a Puerto Rico en un país amigable al sordo. En www.siesprsl.com estamos regalando 175 señas relacionadas al área de la comunicación, el tiempo y la familia en un video libro; en www.siesasl.com te ofrecemos un pequeño taller acerca de los métodos de comunicación que se utilizan en el lenguaje de señas, y en www.siesincpr.com regalaremos 10 becas completas valoradas en 494 dólares; cada beca incluirá el portal educativo, las salas en vivo y dos horas de mentoría de este primer nivel. Esto es gratis. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: leal, humilde y trabajador Un libro o disco que te haya influenciado: Hay varios, pero te puedo decir “La magia de pensar en grande” de David J. Schwartz Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: “Nadie aprende por cabeza ajena” En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Estaba muy renuente a la cuestión de la tecnología. Hoy mi pensamiento es totalmente distinto, entiendo que todas esas herramientas son útiles y pueden facilitar las cosas. Cuando sientes que pierdes el enfoque o la inspiración temporeramente, ¿qué haces? Me retiro para reorganizar mis pensamientos y volver al ataque. Un puertorriqueñ@ que admires: Tengo que decir que mis padres: María E. Torres y Jorge Quiñones Ramírez. Quisieras aprender a: no ser tan directo ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Lo que hago a diario, ayudar a la comunidad sorda; ser un proveedor, un instrumento de la comunidad me apasiona mucho. ¿Qué te inspira? El amor, al final del día no hay un sentimiento más grande. Quisieras que te recordaran por: luchador Sigue a Servicios de Interpretación y Educación al Sordo en las redes sociales: Facebook: @siesincpr Instagram: @siesincpr
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Marcos Santana Andújar nació y se crió en un albergue, pues su madre fue víctima de violencia de género. En ese espacio, rodeado de otros como él, comprendió que de alguna manera tenía que formar parte de la solución de ofrecerles mejores oportunidades a los niños que sufren algún tipo de violencia. Hoy día, Santana Andújar preside la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud de Puerto Rico, organización que nació en 2013 y que agrupa 104 organizaciones de niños, de los cuales 78 son albergues o facilidades grupales, que ofrecen servicios a menores sobrevivientes de maltrato en Puerto Rico. La Red es una coalición dirigida a defender los derechos de la niñez y la adolescencia, y el único colectivo que coordina, unifica y representa los albergues, instituciones y centros para menores de Puerto Rico. Con el liderazgo de Marcos, los 12 miembros de la Red trabajan incansablemente para asegurar que se escuchen las voces de los niños y adolescentes que sufren algún tipo de violencia, al colaborar estrechamente con el gobierno y otras organizaciones para cumplir con su misión de erradicar la violencia contra los niños en todos los niveles. Marcos afirma tener más de 10,000 hijos que ganó a través del amor incondicional que les regala a estos niños, quienes a su vez lo miran como su superhéroe sin capa y de ojos color esperanza que se materializa cada vez que lo necesitan. A continuación, la entrevista que le hicimos a Marcos en su versión editada y condensada. GDE: Marcos, hoy día presides la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud de Puerto Rico, y tú que naciste y viviste en un albergue con tu mamá, ¿por cuánto tiempo viviste en el albergue y qué fue una de las cosas que más te impactó durante tu tiempo allí? MS: Nací, crecí y viví en un albergue. Mi mamá es sobreviviente de violencia y hace más de 30 años tuvo que huir e ir a un albergue. El agresor la encontró y tuvo que moverse a otro albergue en Juncos; justamente en el que nací y pasé los primeros ocho, nueve años de mi vida. En ese espacio me di cuenta de la importancia que tenía involucrarme en los trabajos por la equidad y la paz, para que otros niños y niñas que también sufrían violencia en contextos de violencia doméstica tuvieran una oportunidad de vida. Cuando estaba en primer año de universidad, falleció la monja fundadora del hogar. Así que regresé en el 2005 como voluntario a ver cómo podía ayudar. Allí estuve 10 años; empecé como voluntario y terminé dirigiendo el hogar. Un poco antes, en el 2013, fue que decidí que lo que hacíamos en Juncos había que multiplicarlo. Fundamos la Red de Albergues, Instituciones y Centros para Menores de Puerto Rico, una coalición de albergues que poco a poco se transformó. Al igual que todo el país, los albergues de niños sufrieron un grave embate por el huracán María, con la diferencia de que los niños que estaban ubicados en los albergues vivían ahí. Nosotros, como organizaciones de servicios, no podíamos darnos el lujo de decir: lo que viene es muy fuerte, vamos a cerrar y abrimos cuando pase. Pasamos el huracán en los albergues con los niños y cuando pudimos salir, recuerdo que fui albergue por albergue para ver que los niños y las monjas que trabajan en éstos estuvieran bien. Entonces vino la tarea más difícil, buscar recursos. Estábamos muy desesperados porque el gobierno tenía demasiado en las manos. Cargué agua de un albergue a otro hasta que lentamente se fue normalizando la situación. En ese proceso de ir a los albergues a llevar suministros, nos dimos cuenta de que había más niños con muchos más problemas fuera de los albergues. Así que ahí surgió el cambio de nombre de Red de Albergues, Instituciones y Centros para Menores de Puerto Rico, a Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud de Puerto Rico. Nuestra misión y propósito es erradicar la violencia contra los niños y niñas en todos los niveles. Como parte de la experiencia tan dolorosa que tuvimos, nunca olvidaré el día en que llegando a Adjuntas vimos un grupo de niños que bailaba al ritmo del trimmer, del pico y la pala. ¡Qué capacidad de resiliencia tienen nuestros niños! Mi cuerpo y mi mente estaban agotados, los recursos no llegaban, pero había que continuar. GDE: ¿Cuáles son algunos de los mayores retos que enfrenta la organización? ¿Cómo se pueden solucionar? MS: Creo que lo primero y más importante es el tema de la sostenibilidad, de cómo conseguir recursos económicos para poder mantener los programas, para los servicios a los niños y para la operación de la organización. Durante el mes de abril estuvimos reclamándole al gobierno para que se establezcan políticas públicas dirigidas a erradicar la pobreza infantil, a invertir en proyectos de prevención evidenciados como los estamos implementando nosotros. También hicimos acercamientos a fundaciones norteamericanas y de otro tipo para ir acercando recursos. En segundo lugar, el tipo de violencia que hoy día recibimos en los albergues es descomunal. Los casos son como nunca antes vistos; infantes con el fémur roto, con un parcho en un ojo, niñas de cinco, seis, siete años abusadas sexualmente con unos contextos bien complejos. También vemos niños y niñas en el mundo del narcotráfico y cómo sus cuerpos se utilizan como arma de guerra para transportar drogas. Entonces los casos son mucho más complejos que hace algún tiempo y es un gran problema que para abordarlo, hay que cambiar las políticas públicas. En tercer lugar, las instituciones llamadas a proteger las familias y la niñez se desarrollaron para un momento en la historia y la realidad ahora es otra. La respuesta tiene que ser interagencial, entre organizaciones como nosotros, el gobierno y la empresa privada, pero para que sea efectiva tiene que ser coordinada y articulada. Este el tercer reto, atemperar todas las instituciones para proveer una mejor respuesta articulada. GDE: Por la naturaleza de tu trabajo ves casos muy fuertes de violencia hacia niños. ¿Cómo te preparas emocionalmente para continuar con tu labor? MS: Después de 13 años todavía lloro cada vez que llega un caso, y quiero seguir llorando porque no quiero perder la sensibilidad. Pero sí, ciertamente nos afecta mucho y siempre tratamos de encontrar un balance, pero los mismos niños nos sanan. Mira, lo que pasa dentro de un albergue es como una cajita de resonancia de música. Imagínate una caja de resonancia cerrada y ahí adentro se escuchan las voces de los niños, sus historias de dolor, su sufrimiento, sueños y alegrías. Sus voces hacen diálogo con las nuestras, con los adultos, con los psicólogos y psicólogas, trabajadores sociales y todo el personal. Esas voces tejen redes que no sólo sanan las heridas del maltrato, sino que también alivian ese trauma vicario que cargamos por años los que proveemos servicios. Cuando estas redes se tejen y los niños vuelven a confiar en sí mismos y en los adultos, vuelven a sonreír y a soñar, esa caja se abre y sale música otra vez. Eso es lo que en gran medida nos reconforta. Ver cómo culminan los casos, cómo los adoptan, cómo vuelven a una familia segura. Cada vez que veo que un caso culmina bien para un niño me alivia y me echa gasolina. Nosotros siempre les decimos a los padres y a los cuidadores: hay que echarle gasolina al tanque. Cuando veo que a los niños se les solucionan los problemas que han sufrido en sus vidas, me recargo. Tuvimos el encuentro con 30 mujeres que fueron niñas en albergues; sus historias, los pequeños logros me reconfortan. Hace unos meses llegó un niño de seis años que no hablaba ni caminaba bien porque pasó mucho tiempo en un play yard. Ver cómo poco a poco el niño habla y camina, eso me llena de mucho amor. También tengo una relación muy especial con Dios, con el componente espiritual, y saco mucho espacio para recargarme, para dedicarle a mi familia; eso también me ayuda mucho. GDE: Quisiera que compartieras una de las tantas historias que te impactaron positivamente. MS: Hay un caso de una niña que estuvo en 42 hogares. Luego de sufrir los peores abusos en su casa, pasó de hogar en hogar. La niña logró entrar a la universidad, estudiar, trabajar, y ahora tiene su familia. Hace unos meses estuve en Nueva York donde conocí a un joven, Ghabriello, que durante su niñez vivió en 11 hogares; fue abusado por su padre y después de removerlo del hogar fue llevado a un hogar de crianza, que no es lo mismo que un albergue. Los albergues son instituciones y los hogares de crianza son casas de familias. En el hogar de crianza también sufrió abuso. A pesar de eso, cuando tuvo edad para entrar a la universidad lo aceptaron en el Colegio de Mayagüez donde estudió ingeniería. Anterior a eso, una familia fue a adoptarlo y en aquel momento la trabajadora social le dijo a la familia que tratara de mantenerlo en cosas de matemáticas e historia, nada de artes, porque tenía una tendencia homosexual. Él quería estudiar arte y no se detuvo. Cuando se graduó de Mayagüez decidió ir a Nueva York a estudiar moda. Hoy vive en Nueva York y es una promesa de la moda. La vida de Ghabriello es impresionante, a mí me recargó mucho porque hoy hace lo que ama y es un hombre feliz, que es lo que nosotros justamente queremos que pase. Me siento como si tuviera 10,000 hijos. Sé quién está hospitalizado, quién pasó el kínder, quién no lo pasó, voy a los cumpleaños, a los juegos de pelota, a los field days… Estoy convencido de que, entre tantas otras cosas, nuestros niños lo que necesitan son unos elementos esenciales como: generar vínculos de seguridad y apego, tener acceso a oportunidades, y tener quién crea en ellos. Si en la receta de lo que necesitan tienen esos tres elementos, van a superar ese tramo crítico de violencia de sus vidas. GDE: Mencióname algunos logros recientes de la Red. MS: En primer lugar, el año pasado servimos a 3,000 niños y niñas en diferentes programas y atendimos a 400 familias a través de nuestro componente de capacitación y adiestramiento para padres, madres y cuidadores, para mejorar las destrezas de crianza y así mitigar los eventos de violencia. Además, publicamos la “Primera guía de recomendaciones para la protección de la niñez en emergencias o desastres naturales en Puerto Rico” que se presentó al poder ejecutivo legislativo. Una de esas recomendaciones ya se convirtió en ley, que es establecer un protocolo acerca de qué va a pasar cuando ocurra un desastre en las escuelas. Hemos incidido en políticas públicas importantes para la niñez como lo es la ley de adopción, para la cual básicamente propusimos todos los componentes del reglamento. También logramos el organismo más articulado de atención al problema de maltrato infantil. Tenemos 104 centros en 32 municipios articulados y ese es el mayor logro porque coordinar esfuerzos en Puerto Rico, donde hay una cultura a trabajar por separado, es bien duro. Logramos establecer el primer proyecto para la atención de hijos e hijas de víctimas de violencia doméstica. En Puerto Rico no hay política pública que establezca la recopilación de datos de los niños y niñas que sufren violencia en el contexto de la violencia de género. Se nos hizo muy difícil conseguir fondos para establecer un proyecto que diera servicios y el año pasado lo logramos. Tenemos APAME, un proyecto de apoyo psicosocial a menores que trabaja con niños y niñas en contextos de violencia doméstica. Nuestro proyecto es pionero porque en Puerto Rico no había estadísticas. Los empezamos a identificar cuando llegaban a los albergues referidos por negligencia educativa. Además, logramos que la Senadora Itzamar Peña integrara una enmienda a la Ley 54 para que cuando haya violencia doméstica se cancelen las relaciones filiales y los niños queden protegidos. Otro proyecto que ya rinde frutos es la mesa asesora de niñez y juventud que establecimos el año pasado para que los niños y jóvenes de las comunidades compartieran sus preocupaciones y cómo podían resolverlas. Dedicamos un año a visitar escuelas y comunidades y ya los niños y jóvenes de la mesa plantean propuestas concretas. Entre jóvenes y niños de diversos municipios decidieron que la prioridad es que se debía mejorar e invertir en la educación. Ese proyecto de acompañar a los jóvenes para que su voz se escuche es otro gran logro del que sin duda estamos súper orgullosos. Otro logro que está a punto de caramelo es que luego del huracán María descubrimos que había muchos niños que después de los 18 años se van de los albergues porque así lo indica la ley. Quedan en la calle porque los hombres de 18 a 24 años no pueden firmar contrato con vivienda pública. En una escuela abandonada que se nos traspasó en junio, vamos a inaugurar el primer proyecto de vivienda y servicios a jóvenes sin hogar que se llamará Casa Ramón. GDE: ¿Algo más que quieras compartir? MS: Enfatizar que todo el mundo tiene la responsabilidad de denunciar la violencia contra los niños; nos toca todos. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: ¿Tiene que ser con una palabra? Soñador, trabajador empedernido y un ser humano que apuesta, sueña y trabaja por un mejor país. Ese soy yo y por eso es por lo que me levanto todos los días. Un libro o disco que te haya influenciado: Lo leí recientemente, el libro de la historia de mi mamá, Elizabeth Andújar, pero no te puedo decir más porque lo va a publicar pronto. Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: Lo digo todos los días, al equipo y a mí: hay que acompañar a los niños con amor y alegría, y el día que no lo podamos hacer con amor y alegría tenemos que irnos. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Me preparo para todo, para propuestas, entrevistas, tomo notas, hago presupuestos y cosas importantes en servilletas. Eso lo aprendí de mi papá adoptivo que falleció hace un tiempo. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Siempre he creído en el trabajo colectivo, pero después del huracán María me di cuenta del gran valor que tienen dos cosas: el trabajo en alianza y el poder que tienen las artes y la cultura para la sanación de cualquier tipo de violencia. Si hubieras podido cambiar un aspecto de tu niñez, ¿qué habrías alterado? Nada Un puertorriqueñ@ que admires: Elizabeth Andújar, mi madre ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Nunca lo voy a olvidar. En el 2005 tuve la oportunidad de viajar a una Jornada Mundial de la Juventud para un encuentro de jóvenes con el Papa, que en aquel momento era Benedicto XVI. Fui a una escuela de niños con autismo a hacer trabajo comunitario. Cuando terminamos, fue hermoso cómo los niños nos decían: no te vayas, gracias. Esa experiencia de haber estado ahí y conocer sobre el tema del autismo, que en aquel momento no sabía nada, marcó mi vida. Ese fue un momento importante, pero siento satisfacción cada vez que un niño sonríe. Quisieras aprender a: quisiera aprender algo nuevo todos los días, lo que sea. ¿Qué te inspira? La niñez, la juventud, verlos salir hacia adelante, verlos cuando llegan maltratados por la violencia, pero siguen apostando al amor. Siempre nos dicen “yo quiero a mi mamá”, aunque la mamá haya sido la abusadora. La niñez siempre apuesta por la esperanza y me inspira verlos luchar por un país distinto. Quisieras que te recordaran por: que la gente cuando me recuerde diga: coño, Marcos vivió sus días tratando de pintar una patria nueva desde el amor. Sigue a la Red por los Derechos de la Niñez y Juventud de Puerto Rico en las redes sociales: Facebook: Red por los Derechos de la Niñez y Juventud de Puerto Rico Twitter: @redenijpr Instagram: @redenijpr La Red necesita el apoyo económico y de voluntarios para completar su proyecto de vivienda y servicios a jóvenes sin hogar, Casa Ramón. Para donar, pueden hacerlo a través de PayPal: alberguespr, o en la sección de donar de ATH móvil: alberguespr. Gloriann Sacha Antonetty Lebrón es una fuerza de la naturaleza que intenta convertirse en parte de la solución ante los problemas de discrimen, racismo y desigualdad que existen en la isla. Esta escritora, comunicadora, activista, madre y esposa, entre otros roles que asume con orgullo, eligió formarse en el área de las comunicaciones debido a una temprana exposición a este campo: clases de modelaje, participación en comerciales de televisión, y ayudante técnico de su abuelo, quien conducía un programa radial y escribía para un periódico. Gloriann posee un bachillerato en Comunicación con concentración en Publicidad y Relaciones Publicas de la Universidad del Sagrado Corazón, y una maestría en Periodismo Investigativo de Florida International University. Su experiencia profesional incluye fungir como directora de comunicaciones para organizaciones sin fines de lucro, y agencias de publicidad y relaciones públicas. También se desempeñó como profesora de comunicaciones en la Universidad Sagrado Corazón y en la Universidad del Turabo. En su oficio de escritora, publicó varias obras entre las que se encuentran: “Hebras”, colección de poemas por el cual recibió mención de honor en el 9no Certamen Nacional De Poesía José Gautier Benítez (2014), e historias en las antologías “Cuentos de Huracán”, “Maraña de Tejedoras de Palabras” y “Palenque: antología puertorriqueña de temática “negrista”, antirracista, africanista y afrodescendiente”. Por su labor en el campo del empresarismo y las comunicaciones, recibió el premio a la empresa social de EnterPRize, del Grupo Guayacán (2018), y el premio Silver Anvil de la Public Relations Society of America (2009). Recientemente, Gloriann alcanzó uno de sus sueños al lanzar la Revista étnica de la cual es fundadora. Con este medio crea una plataforma que promueve el talento y aportaciones de la comunidad afrolatina, a la vez que sirve de movimiento social. A continuación, la entrevista que le hicimos a Gloriann en su versión editada y condensada.
GDE: Gloriann, ¿cuándo adquiriste conciencia de la desigualdad y el racismo que existe en Puerto Rico? GS: Creo que siempre vas atando situaciones o experiencias personales, así que cuando primero viví el asunto de la desigualdad fue en tercer grado con un comentario que me hizo una niña y que aún recuerdo claramente. Me dijo “tú serías bonita si no fueras negrita”. Ese recuerdo está bien vivo. Después me ocurrió otro incidente similar. Desde los seis años estuve en la escuela de modelaje de Nairda Hernández y para el cierre del curso siempre hacíamos un shooting en un hotel. Mi abuela era costurera así que para ese evento tenía ropa de alta costura y unas flores. Una niña me dijo que le fuera a buscar las flores que yo tenía para ella. Me incomodó el proceso y la manera en que se dio el approach, y le dije “no, yo no te voy a buscar las flores, tú puedes caminar y buscarlas”. Entonces, así como esas uno va teniendo diferentes experiencias a lo largo de la vida y se da cuenta de que en realidad tener este color de piel nos hace diferentes. Incluso en los últimos diez años trabajé como directora de comunicaciones de una organización sin fines de lucro donde también tuve la oportunidad de trabajar en muchas comunidades que viven en pobreza. Pude ver que la mayoría de las personas en estas comunidades tienen unas características. Muchas veces son comunidades negras en espacios marginados y en desventaja, como lo son residenciales públicos y barriadas. Hay unos asuntos sistémicos que te permiten acceder a oportunidades de manera distinta, o se cierran esos accesos para mucha gente a pesar de los talentos, la belleza y la riqueza que tienen esas comunidades. GDE: ¿Por qué decidiste dedicarte a las comunicaciones? GS: Mi familia y abuelos paternos vivían en Carolina y mis abuelos maternos vivían en Santurce. Mis papás compartieron mi crianza con mis abuelos, así que toda mi crianza se dio entre Santurce y Carolina. Mi abuela materna prácticamente me buscaba todas las tardes a la escuela en lo que mis papás salían de trabajar. Mi abuelo José Cheo Antonetty era ciego, y era comentarista deportivo y leía mucho; era muy intelectual. Él conducía un programa de radio desde su casa. Entonces desde bien pequeña a mí me tocaba hacer los soundchecks, coordinar los micrófonos… para ese tiempo él grababa en 8-track y en cassettes… Como mi abuelo era no vidente y también escribía una columna para El Vocero, me dictaba las historias, sus columnas, y yo las escribía a maquinilla; eso era lo que se le entregaba al periódico. Así que siempre estuve bien conectada con ese mundo. También el aspecto de haber estado en escuela de modelaje desde los seis años me expuso al mundo de la publicidad, de los anuncios. De niña hice muchos comerciales y mis papás también. Creo que el aspecto de la comunicación siempre fue bien importante. Siempre había gente en casa y se sentía una preocupación de cómo estaba el otro en el barrio, esa conexión comunitaria. Mis papás me llevaban a muchas actividades culturales así que desde la niñez todo eso me formó y me dejó claro que quería estudiar comunicaciones. GDE: Hay mucha gente que piensa que en Puerto Rico no existe el racismo, ¿qué significa ser una persona negra en el Puerto Rico de hoy? GS: Creo que ser una persona negra en el Puerto Rico de hoy representa tener menos oportunidades, tener salarios inferiores, vivir en comunidades que han sido empobrecidas donde también hay unos procesos de injusticia ambiental y social. Por ejemplo, por año y medio participé de un programa empresarial de startups del Grupo Guayacán. Cuando les hacía mi pitch a los jueces y a los coaches, comenzaba con dos preguntas: la primera era cuántas personas negras veían o estaban en posiciones de top management. Les decía “no me contesten, sólo piénsenlo”; se les desfiguraban las caras. Mi segunda pregunta era “y ¿cuántas de esas son mujeres negras?” Para mí es bien importante entender las complejidades, las interseccionalidades, porque hay muchos factores que determinan el nivel de opresión, discrimen y racismo que uno vive. Desde dónde naciste, en qué familia te criaste, qué acceso tienes para ir a la universidad, la escuela, los trabajos que puedes adquirir. Por ejemplo, a mí me tocó formar parte de equipos ejecutivos y darme cuenta de que en mi equipo yo era la menos que ganaba en comparación con otras mujeres con la misma experiencia y el mismo nivel de aportación. Y mucha gente vive en esa negación. Nos dicen “es que ustedes son unos acomplejados, déjense de changuerías”. Una de las cosas que más escuché en el análisis del lanzamiento de la revista fue “ya vienen estos a traer otra cosa para dividirnos, somos todos iguales”. Pero no es la realidad. Por más que uno quiera que la gente piense de esa manera, no es la realidad ni la experiencia que vivimos. GDE: ¿Qué es necesario para educar a las comunidades, niños y próximas generaciones en términos de raza e igualdad? GS: Es importante que podamos entender conceptos básicos importantes como el racismo y entender lo que es la equidad, que no necesariamente son las mismas oportunidades de manera igual para todos. La equidad establece que hay unas personas que viven unos niveles de opresión y que es importantes que se les de una oportunidad a mayor escala. Creo que es importante reconocer esos procesos que no son equitativos para otros y disponer los recursos para ayudar a romper las barreras del racismo, que más que nada son sistémicas. La gente piensa que el que quiere llegar puede, que lo logra. Incluso mucha gente cuando vea mi historia dirá “si ella pudo, otras mujeres negras pueden lograrlo, no hay excusa”. Pero es que no es la misma realidad. Incluso como mujer negra reconozco mis privilegios. No necesariamente crecí en una barriada o en un residencial público. Vengo de una familia de clase media trabajadora, pero mi realidad es distinta a otras mujeres, incluso que nacen y se crían en otros entornos. Así que eso es importante. Creo que la gente puede entender sus propios privilegios como individuos y reconocer estas otras inequidades que existen allá afuera a nivel sistémico y pasar de la negación. Porque en la medida en que lo sigamos negando no vamos a poder tener unos diálogos abiertos ni entender la situación de otros. GDE: Háblame de étnica. GS: étnica es mi respuesta a un vacío que tuve desde jovencita. Como te mencioné, el asunto de las comunicaciones siempre estuvo bien claro. Me fascinan los libros y las revistas y al buscar en éstas, lamentablemente no me veía reflejada. Entonces mis papás buscaban la manera de conseguirme una revista “Ebony”, una “Essence”, y ahí vi la posibilidad de poder hacer un medio de Puerto Rico que pudiera conectar con otras comunidades afrolatinas. Así que étnica es un sueño hecho realidad. Nace de un dolor, de un proceso de invisibilidad que se convierte en la herramienta para crear un movimiento, una plataforma multimediática. Además, ofrece consultoría a marcas y a otros grupos como organizaciones sin fines de lucro y comunidades, para que se comuniquen y conecten con las poblaciones negras de una manera digna. Parte del racismo son los chismes, chistes y las burlas que normalmente vemos en los medios de comunicación. También hay una invisibilidad de negras y negros; podemos contar con nuestros dedos de la mano los negros y negras en los medios de comunicación. Así que para mí era importante crear un medio donde se nos diera visibilidad, pudiéramos crear contenido y presentar nuestras aportaciones, belleza y talentos. Lo más gratificante del proceso de crear étnica es que es un espacio de trabajo para otros profesionales, particularmente afrodescendientes que creen en la misión y visión de la revista tanto como yo. Los ayudamos a crear oportunidades para su desarrollo profesional, personal y económico, que es muy importante, a la vez que se crea una comunidad sólida. Tengo unos principios bien claros de colaboración y sororidad. Obviamente, mi crecimiento y el poder garantizar una sustentabilidad para mi familia es importante, pero también es bien importante que otros que están cerca de mí puedan crecer de la misma manera. A la revista le dimos vida con la versión impresa en diciembre, pero llevamos varios años con las plataformas digitales y las redes sociales. Desde el 2016 estamos creando esa comunidad y conectando con la comunidad afrolatina. La revista se puede conseguir en las tiendas Walgreens y Walmart, en espacios de economía solidaria como lo son Café Latte que Latte, El Nido en Bayamón, y Taller Tambuyé en Río Piedras. Y pendientes a nuestras redes porque nos insertamos en actividades para vender la revista en esos espacios. La versión impresa de la revista estará disponible dos veces al año: en junio y en diciembre. GDE: ¿En qué otros proyectos trabajas? GS: El más importante es que recién me estreno como madre. Así que este otro rol, que es el más importante, es el de ser madre, lactante, y todo lo que eso conlleva. Obviamente, mi familia es mi centro. Pero estoy en otros proyectos como, por ejemplo, soy parte de la comunidad asesora del Colectivo Ilé, que desde 1992 realiza trabajo antirracista en comunidades, principalmente con mujeres. También soy parte de la junta y el colectivo El Ancón, un espacio histórico al lado del Río Grande de Loíza. El Ancón era el medio de transportación que conectaba a las comunidades de Loíza con San Juan. Estamos insertados en ese espacio para revivir esa memoria histórica, revitalizar el área y trabajar proyectos con jóvenes, particularmente de Loíza, para ayudarlos a mejorar sus condiciones económicas y sociales. Además, soy parte de la junta de 80grados. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: negra, orgullosa y poderosa Un libro o disco que te haya influenciado: el disco “The Miseducation of Lauryn Hill” Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: mi tío abuelo Perucho decía: “La yerba que el chivo no mastica”, significa que somos tan poderosos que nadie puede fastidiar con nosotros. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Comerme los pellejitos de las manos, me destruyo. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica ha mejorado considerablemente tu vida? Creo que la práctica de lactar me permite crear unos vínculos extraordinarios con mis hijos, incluso con mi cuerpo. Es extraordinario ver cómo a veces por más cansada que estoy mi cuerpo se mantiene produciendo. Un puertorriqueñ@ que admires: la escritora y poeta Ángela María Dávila Quisieras aprender a: coser ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Crear étnica Si hubieras podido cambiar un aspecto de tu niñez, ¿qué habrías alterado? El día en que en tercer grado la niña me dijo “si no fueras negrita serías bonita”. ¿Qué te inspira? Mis hijos Quisieras que te recordaran por: valiente y por atreverme a hacer algo innovador. Sigue a Étnica en las redes sociales: revistaetnica.com Facebook: Revista Étnica Instagram: @revistaetnica |
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Diciembre 2020
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