Oriunda de Manatí, Lini Figueroa encontró un llamado a la misma vez que descubrió el silente, pero muy creativo mundo de la pantomima. Contable de profesión, las artes se convirtieron en un suero de transformación y la pantomima en una pasión que pretende transmitirles a otros. La también directora creativa, actriz y modelo nos relata su travesía por distintas expresiones del arte, su reinvención, las nuevas oportunidades que llegaron a su vida durante la cuarentena y aquello que más le apasiona. A sus 36 años, Lini tiene una visión muy clara de que tanto niños, como jóvenes y adultos deben conocer la pantomima y sus principales exponentes para que permanezca en nuestra amalgama cultural. A continuación, la entrevista que le hicimos a Lini en su versión editada y condensada. GDE: Lini, además de fungir como contable, también eres mimo profesional, ¿cómo llegaste al mundo de la pantomima? LF: Conocí la pantomima en la iglesia, pero no de una manera profesional. No fue hasta que llegué a la Universidad de Puerto Rico de Arecibo, cuando tenía como 18 años, que vi a unos jóvenes haciendo pantomima en una actividad. Para mí fue la primera vez porque era totalmente diferente a lo que se hacía en la iglesia y me dio curiosidad. Uno de los jóvenes se llamaba Melvin Vázquez y luego hablaré más de él. Empezó a hacer la caja, o sea que hacía como si estuviese dentro de una caja y salía. De momento hizo una bola y empezó a crear todo este mundo imaginario delante de mí. Me acerqué a él y me explicó que la pantomima era un arte profesional, que la había estudiado en una escuela en San Juan y que me podía dar un taller. Obviamente, en Puerto Rico tenemos un mimo nacional que es Luis Oliva, que popularizó muchísimo la pantomima en Puerto Rico. También está Iván Olmo, que creó el “Festival Internacional de Mimo y Teatro Físico en el Caribe”; Omar Robles, que fue parte de la última clase graduanda de la escuela de Marcel Marceau en Francia, y otros. Quienes fueron mis maestros tenían una escuela en San Juan llamada Expresión Profética. Estudiaron con Todd Farley, un mimo americano que inicialmente tomó clases con Gregg Goldston, otro mimo americano muy reconocido que estudió en la escuela de Marcel Marceau y que cuando regresó a los Estados Unidos creó la escuela “Mimeistry”. Aunque mucha gente no lo sabe, en Puerto Rico hay muchos mimos. GDE: ¿Queda alguna escuela de pantomima en Puerto Rico? LF: Luego del huracán María, Arquemimo, la escuela de pantomima a la que pertenecía en Manatí tuvo que cerrar. Ahora mismo todos ofrecemos clases o talleres online por esta situación de la pandemia. Actualmente, entre los mimos activos en nuestra comunidad se encuentran los de Arquemimo; un grupo nuevo que se llama Colectivo Mi-Me y yo, que lo trabajo individualmente, pero somos muchos. Hace poco entrevisté a Gregg Goldston y se sorprendió al ver la cantidad de mimos conectados. GDE: Además de que hay más mimos de lo que tal vez pensábamos, ¿qué más debemos saber acerca de la pantomima que tal vez desconocemos? LF: Primero, y es algo en lo que me enfoco mucho desde hace en un tiempo, trato de unir a mi comunidad y que la gente conozca el arte porque, aunque estuvo bien latente especialmente con los festivales que hacía Iván, a través de los años se ha ido perdiendo; que la gente sepa que el arte de la pantomima existe en Puerto Rico y que aquí hay muchos mimos. Número dos, y otra cosa que trato de impartir a otros compañeros en las artes, que la pantomima está en todo. La pantomima es la comunicación no verbal y como ser humano es parte de ti; también hablas con tus gestos, con tus manos, con tu cuerpo… Tengo amigos pintores que usan la pantomima cuando pintan, igual los actores, los bailarines… de alguna manera u otra siempre practicas esa comunicación no verbal. Siempre le insto a la gente que en la pantomima hay elementos básicos que se pueden aplicar a todo lo que hacemos. GDE: Cuéntame de esos proyectos virtuales pues estás muy activa en las redes. LF: Cuando empezó la cuarentena los artistas nos quedamos como si nos hubieran puesto una pared de cemento de frente porque todo se detuvo y dependemos mucho del público, de los teatros, de todo este tipo de dinámica. No te puedo mentir que caí en una pequeña… no sé si depresión o frustración. Soy cristiana y empecé a hablar con el Señor: “necesito que me dirijas, ¿qué puedo hacer en este tiempo? ¿Cómo puedo seguir aportando a mi comunidad, a la cultura?” Entonces en esos lapsos de tiempo dije: “espérate, tengo muchas amistades que hacen y han hecho cosas geniales a través de su carrera y muchos son multifacéticos, son artistas, pero también tienen sus profesiones en otras áreas.” Por ejemplo, tengo una amiga doctora que también es mimo, poetisa y pinta. Así comencé, con amigos artistas que tienen otras profesiones. Poco a poco se abrieron puertas y es una de las cosas de las que estoy agradecida de la cuarentena. Los mimos alrededor del mundo empezaron a resurgir porque se quedaron sin dar clases en las escuelas y tuvieron que buscar la manera de seguir conectando. Empezaron a dar clases online.Entonces todos estos mimos, que para conocerlos o estudiar con ellos tenías que viajar, comenzaron a estar más accesibles. En ese momento decidí escribirle al mimo español Carlos Martínez. Dije: “¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Que me diga que no?” Le escribí el mensaje y tardé como una semana en esa lucha normal del ser humano. Cuando finalmente me lancé, me dijo que sí. Dije: “si me dijo que sí puede que otros también me digan que sí.” Sin miedo contacté a Mai Rojas, un mimo profesional corporal que ha viajado el mundo y ganado premios, y que trabajó para Cirque du Soleil; me dijo que sí. También de eso surgieron webinars con ellos; el primero lo realizamos el 18 de julio con Carlos Martínez. Se conectaron más de 45 personas de distintas partes del mundo. Ahora preparo la próxima serie que viene en agosto. Me apasiona ayudar. Con lo de los webinars dije: “déjame hacerlo para mí y tal vez para otras personas que puedan tener mis mismas necesidades.” El feedback que recibo… me dan las gracias por: “esta iniciativa, porque aprendí mucho, porque ahora tengo acceso a otros artistas que no conocía, me siento inspirad@...”. Realmente eso es lo que más me llena. GDE: Además eres modelo y actriz, cuéntanos de esas otras facetas. LF: Si supieras que realmente el modelaje es más un hobby. Te voy a contar cómo surgió en mi vida. Melvin Vázquez, amigo y quien fue mi director de pantomima en Arquemimo, se lanzó como fotógrafo y videógrafo. Cuando empezó su carrera fue el fotógrafo de una nueva línea que esta diseñadora de Ponce iba a lanzar. Ya tenían todas las modelos y la noche antes del shooting me llamó para decirme que una de las modelos había cancelado y que pensaba que yo lo podía hacer. Mira Yadira, soy de las chicas que nunca fui popular ni la más hermosa de la escuela y en aquel tiempo tenía como 20, 21 años y decía que no podía ser. Pero él me decía: “puedes hacerlo, creo en ti, dale pa’lante.” Pues llegué al shooting y dije: “bueno, si él cree en mí que es el fotógrafo, me hará lucir bien.” Si supieras que la modelo llamó para que le explicaran cómo llegar al shooting… Ellos le dicen: “pero es que tú cancelaste” y ella insistió en que no había cancelado, así que nunca supimos qué pasó. Pero le dijeron que ya habían comenzado la sesión de fotos y tenían otra modelo; así empezó mi carrera de modelaje. Fui la cara de esa diseñadora por tres años y luego otros amigos fotógrafos vieron mi trabajo y me buscaban para otras cosas. Pero te puedo decir que la pantomima fue esencial para proyectar en la cámara, me ayudó mucho a acelerar ese paso. Empecé en la pantomima porque era bien tímida, me ves ahora y me conoces así que hablo con todo el mundo, pero yo no era así. Fueron las artes las que me ayudaron. Pero la actuación siempre me gustó. No fue hasta que el director Julio Román trabajaba en un cortometraje y me dijo que tenía un personaje para mí. Le dije que me enviara el guion pues pensaba que era un extra. Mi personaje era Laura y pensé que tal vez Laura tenía una línea. Cuando lo leí vi que Laura estaba en la primera página, en la segunda, en la tercera… lo llamé para preguntarle si estaba seguro de que ese era mi personaje pues era el principal. “Sí, es el tuyo.” Yo no había cogido talleres de actuación ni nada, pero él me dijo que me ayudaría y me llevó de la mano. El cortometraje fue “Al Otro Lado del Tiempo” y en el Rincón International Film Festival gané como mejor actriz. Cuando doy conferencias a juveniles y jóvenes, tengo una charla que se llama “True to Yourself” y una de las cosas que siempre digo es que es más fácil decir que no cuando tenemos miedo, dudas y no creemos en nosotros. Les digo, si es un sueño que quieres hacer y está en tu corazón desde hace mucho tiempo, ¿por qué decir que no si se te da la oportunidad? Más aún si tienes personas a tu alrededor que se ofrecen a darte la mano, como en mi caso me pasó con Melvin en el modelaje y con Julio en la actuación. Si hubiese dicho que no, qué puertas hubiese cerrado o qué planes hubiese atrasado por el simple hecho de que es más fácil decir que no y sustentar esos miedos y dudas. Así que siempre digo que necesitamos un poquito de coraje y decir que sí porque es como todo en la vida, te caes, pero tienes la oportunidad de levantarte nuevamente y seguir intentando hasta que lo logres. GDE: Al mirar hacia el futuro, ¿tienes proyectos a largo plazo? LF: Un amigo escribió una obra experimental en la que hizo una fusión de muchas artes: acrobacia, teatro, pantomima… y me fascinó esa dinámica y propuesta. Me reuní con él y le dije que quería hacer algo así. Comenzamos el año pasado a escribir un tipo de monólogo. Nunca he trabajado sola, así que también me quiero retar en esa área. Ver qué otra faceta tiene Lini Figueroa. Quizás tendré otros elementos en el escenario, pero que sea una obra completamente contada y escrita por mí, que también es algo nuevo para mí pues nunca he escrito nada. Así que ese es el primer reto y proyecto que tengo a corto plazo y que ya se trabaja. Además, ver a dónde nos lleva esto de las entrevistas y webinars. Pienso que surgen unas oportunidades bien bonitas y creo que eso también puede seguir tomando forma en el futuro. Finalmente, seguir enseñando y sembrar un poquito en mi cultura de Puerto Rico. Para mí es importante que la gente reconozca la pantomima como el arte maravilloso que es y por eso en parte doy talleres a niños porque son la próxima generación. Enseñarles el arte de la pantomima, los exponentes internacionales y locales para que puedan continuar eso y compartirlo con sus amiguitos. LA ÑAPITA Descríbete con tres palabras: Soñadora, atrevida y servicial Si tuvieras que regalarles un libro o disco a todos tus seres queridos, ¿cuál sería?: Leí un libro cristiano muy bueno que se llama “Anónimo”. Me pareció interesante porque habla de la historia de Jesús, pero de su época anónima. En la Biblia se empieza a contar desde que comenzó su ministerio hasta el momento de su muerte, pero antes de eso se conoce muy poco. El libro enfoca esa área anónima de Jesús y lo transmite a nosotros como el momento en que nos toca vivir esa época anónima. Puede ser antes del comienzo de algo, o viceversa, éstas en tu cúspide, muy exitoso, y de momento llega algo a tu vida que te convierte en anónimo pues todo se desborona. El libro habla de que ese tiempo anónimo de Jesús fue cuando se preparaba para lo siguiente. En nuestro caso, nuestro momento anónimo, no importa si es bueno porque nos preparamos para lo que viene o malo porque teníamos el éxito y caímos, siempre es un proceso de crecimiento. En cuanto al disco, me encanta la música instrumental; el disco que recomiendo porque me encanta de principio a fin es “Freedom” de Michael W. Smith. Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: El 2018 fue un año bien difícil para mí en términos emocionales y personales y cuando vi la obra “Hamilton”, el personaje de George Washington dice: “Dying is easy, living is harder”. Me hizo pensar pues es verdad, vivir no es fácil, tienes tus altas y bajas. Morir es fácil porque después lo que hay es la vida eterna o lo que sea en que cada uno crea, pero la vida es una. Creo que, aunque sea difícil en momentos, eso es lo que la hace interesante y lo que nos hace crecer y mejores seres humanos. Algo que trato de decirme todos los días es: “¿Qué puedo hacer diferente hoy? ¿Qué puedo hacer mejor?” Porque la realidad es que la vida puede cambiar en un segundo. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Soy derecha, pero hago muchas cosas con mi lado izquierdo. Por ejemplo, si me voy a poner una camisa y la empecé con el lado derecho, mi cuerpo automáticamente me dice que estoy mal y tengo que quitármela y ponérmela por el lado izquierdo. Es una cosa bien rara. Además, tengo que dormir en el lado izquierdo de la cama. Es bien curioso porque no soy zurda. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Creo que valorar lo que es un amigo y la amistad. No todos los amigos son iguales; puedo tener una amiga que necesita unas cosas de mí que tal vez otra no, es descifrar eso. Hay que ser detallista y entenderlos a cada uno por igual e individualmente. Otra cosa que evalúo y que trato de mejorar es que no quiero hacer lo que no quiero que me hagan a mí. Un puertorriqueñ@ que admires: Amo a Denise Quiñones. También es artista y me encanta su personalidad, cómo trabaja y cómo ha crecido en su espacio y distintas facetas. Siento que me identifico un poco con ella; me encanta. Quisieras aprender a: Música, me encanta, y uno de los instrumentos que quiero aprender es la armónica. ¿Qué te inspira? Dios y las artes. Una persona que cambió tu vida y por qué: Primero, mis padres porque siempre me han apoyado. Tengo una gemela idéntica. Las dos estudiamos contabilidad y trabajamos como contables, pero tenemos personalidades muy distintas y ha sido bien interesante cómo nuestros padres siempre nos apoyan a ambas en lo que decidimos hacer. Segundo, mis pastores de joven, Javier Molina y Keyza Dávila. Te comenté que yo era bien tímida e introvertida y ellos me enseñaron muchísimo a tener confianza en mí y a estructurarme. El próximo es Melvin Vázquez porque con él aprendí este mundo de la pantomima y fue quién me dio la oportunidad del modelaje. Aunque Julio me dio la oportunidad de actuar por primera vez, la primera producción de cine que hice fue con Melvin, así que él estuvo en esas nuevas facetas de mi vida. Por último, mi jefa, la licenciada Ilia Toledo porque me ofreció trabajo donde estoy actualmente y donde he crecido muchísimo. Es una mujer extraordinaria y con ella aprendí a crecer en el área profesional. Quisieras que te recordaran por: Como una persona que ayudó a crecer a otros. Siempre he querido que de alguna manera se pueda decir que aporté mi granito de arena para sembrar el arte de la cultura de la pantomima en Puerto Rico. Amo todas las artes, pero específicamente el arte que hago. Que aunque sea un grupo pequeño pueda decir: Lini hizo todo lo posible para que conociéramos del arte y sus exponentes. Sigue a Lini en las redes sociales: Facebook: @linifigueroapr IG: @linifigueroapr YouTube: Lini Figueroa
1 Comentario
A sus 35 años, el artesano Alex Ríos recuerda sus comienzos en lo que se convirtió en su pasión de vida. Era un preadolescente cuando talló su primer pájaro, sin tan siquiera saber el significado de tallar: fue amor a primera vista. Al poco tiempo tuvo la oportunidad de conocer maestros y mentores que le enseñaron técnicas, a la vez que creaba su propio estilo. Para esta época fue certificado por la Compañía de Fomento Económico y ganó el premio de Artesano del Año en la Feria Bacardí. Desde ese entonces compite en competencias artesanales de Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico y Camboya. En 2017, recibió el primer lugar por un gallito de pelea, en Maryland, en la categoría de miniatura y primer lugar con Reinita Galana en tamaño real. Recientemente, se convirtió en el primer puertorriqueño y el primero del continente americano en imponerse en la Japan Bird Carving Association en la que ganó los tres premios principales. El joven oriundo de Bayamón comparte que, aunque en sus comienzos se aventuró en otras áreas de la artesanía, una y otra vez regresaba al tallado de aves. A continuación, la entrevista que le hicimos a Alex en su versión editada y condensada. GDE: ¿Cómo nació tu interés por la artesanía, específicamente por el tallado? AR: Comencé a boxear cuando tenía 11 años, para 1995, y en ese momento papi tenía unas vacas y parte de mi entrenamiento consistía en correr desde mi casa por el campo hasta una finca donde estaban las vacas. Un día corría por una de las veredas y pisé un pedazo de madera que tenía como una mancha en la que vi la forma de un pájaro, como una cotorra o un perico. De regreso me lo llevé y luego cogí un cuchillo de cocina y literalmente tallé la mancha. No sabía ni lo que era tallar pues no había estado expuesto al arte como tal, para mí era un juego. Lo tallé y pinté, y una tía me dijo que parecía un pájaro. De manera que comencé trabajando con las manchas de la madera. Luego mami vio mi inquietud de que querer tallar y estudiar arte y entre ella y mi tía me llevaron a la Escuela de Artes Plásticas en el Viejo San Juan, pero en ese entonces no había maestros de tallado. Fue entonces cuando conocí a Eduardo González, mejor conocido como “El Barón”, en la Plaza de Hostos; en esos tiempos había artesanía prácticamente en todas las plazas de San Juan. Cuando vi que tallaba gallos y pájaros quise hacer un gallo porque desde que tengo uso de razón en mi familia siempre hubo gallos de pelea. Le pregunté, pero me dijo que no daba clases. Vi más o menos lo que hacía, fui a casa, hice un gallo y se lo llevé. Cuando lo vio me dijo: “ven este fin de semana que te voy a traer uno ya cortado para que lo hagas.” Así fue como hice un gallo con él y emprendí en el tallado. Entonces experimenté en otras ramas del arte: pintura, talla de santos, prendas, grabado... y en el 2000 conocí a mi mentora, Rosabel Suárez. Su trabajo me impactó, dije: “¿cómo es posible que haga unos pájaros que parecen estar vivos?” Empecé a insistirle, pero no daba clases. La llamé todos los días con cualquier excusa hasta que un día se cansó y me dijo que me enseñaría. Ahí comenzó mi aventura de aprender a tallar aves en madera. GDE: Además de la experiencia que tuviste al ver la forma de un pájaro en un pedazo de madera y luego con el señor que te ayudó a tallar un gallo, ¿tienes alguna otra razón por la que prefieres tallar aves? AR: Una razón como tal, no. Pienso que fue el destino, amor a primera vista. Por algo comencé con las aves y aunque experimenté con otras ramas de la artesanía siempre terminaba tallando aves; ya pasaron casi 25 años desde ese encuentro. GDE: ¿Qué madera usas? AR: La madera que utilizo es laurel. En estos últimos años, muchas de las bases y ramas las hago en bronce y llevo así los montajes a otro nivel, no tan rústicos. Cuando comencé, hacía las aves en cedro o caoba, que para mucha gente son mejores, pero para mí son las peores para tallar aves porque son demasiado rojizas. Sin embargo, el laurel que uso es medio blancuzco y cenizo y ayuda a resaltar los colores claros o bien vivos. Lo otro es la dureza. En mi caso los picos y rabos son súper finos. El cedro, depende de la fibra, se parte con cualquier cantazo, pero el laurel me ayuda a llevarlo al fino que quiero y no rompe tan fácil. GDE: ¿Más o menos cuánto tiempo te toma hacer una pieza? AR: Depende, por ejemplo, un zumbador que es súper pequeñito y mide como cuatro pulgadas, me puede tomar dos meses. Un guaraguao promedio, tamaño real, casi siempre mide entre 18 a 24 pulgadas y me puede tomar de nueve meses a un año. Cuando es una pieza grande, trabajo casi todos los días en ella, pero no 10 ni 12 horas. Lo que hago es que intercalo con alguna pieza pequeña para que cuerpo y mente no sufran porque tanto tiempo en algo tan grande te consume. GDE: ¿Como cuántas piezas has hecho en total? AR: No tengo un conteo definido, pero sí en estos últimos cuatro años comencé nuevamente a documentar las piezas. Cuando vendo una pieza entrego un certificado pues son piezas únicas y anoto quién la tiene y lo archivo, pero muchas piezas las hice cuando era un nene y no tenía fotos buenas ni números de serie. Así por encima, he hecho por lo menos de 400 a 500 piezas. Pero también tengo dos etapas: la de niño, cuando te hacía 10 pájaros en una semana, y la de ahora, que si hago siete piezas al año es mucho. GDE: Hablando de esa evolución de niño a adulto, además de la cantidad que produces al año ¿qué otras cosas evolucionaron en ti a la hora de crear? AR: Todo. Desde mi personalidad, mi enfoque, lo arriesgado que soy y la resistencia física. Vengo implementando en mi trabajo lo que aprendí del boxeo, de mi mentora y lo que aprendí de la vida, y de la estructura de mis padres. Creo que combiné todo eso para crear quién soy. A veces tomo riesgos descomunales como ir a otros países sin saber el idioma y confiar en gente que a veces ni conozco, pero siempre ando con un lema que es “el que no se arriesga no gana”. GDE: ¿Cómo te inspiras a la hora de crear? AR: Muchas de mis piezas salen de sueños. Por ejemplo, un día estaba en el campo por casa y vi una escena de un falcón que perseguía a una rolita y vi que hizo un movimiento específico. Entonces en la noche lo soñé, pero como si lo tallara. Esa pieza la hice hace un par de años; literalmente tallé lo que soñé. Cuando cogí el pedazo de madera fue como si ya hubiera hecho esa escena; todo fue fácil y rápido. GDE: O sea que ya tienes el resultado final en tu mente, es cuestión de quitar el exceso de madera. AR: Lo único es que a veces uno lo sueña de una manera y tienes que montarlo de otra porque no hay forma de que encaje, pero el concepto sí viene de muchos de mis sueños. Duermo con una libretita y muchas veces me despierto y hago algún boceto para que no se me olvide. Muchos están guardados: lo dibujé hoy, pasaron 10 años, lo busco y digo: “hoy te toca”. A veces estoy tallando una pieza y llevo en ella dos o tres meses y de momento se me va la inspiración. No me sale lo que se supone que siempre me sale de un intento; ahí sé que mi mente no está en ella. Entonces la guardo y la dejo añejando. A veces pasan tres y cuatro años y la pieza está guardada casi terminada. Mucha gente que me hace comisiones me pregunta cuando voy a terminar la pieza y hasta se me olvida. Trabajo por inspiración, porque amo lo que hago. Nunca he trabajado por dinero porque el día en que eso pase, hasta ahí llegará mi evolución y mi trabajo porque perderé el enfoque y la esencia de lo que hago. Siempre he tenido eso bien claro desde nene y hasta ahora, en las mejores y en las peores, he aguantado como un gallo de pelea, pero me mantengo firme en mi pensar. GDE: ¿Qué planes tienes este año? AR: Llevo varios años compitiendo en el mundial en Estados Unidos y también en la competencia nacional de Canadá. Todavía no sé si voy a Canadá o al mundial en Estados Unidos que será en Maryland, pero sé que iré para alguna de las dos. Pero mi mayor problema es que no domino el inglés, pero a la vez es mi mayor bendición. Me explico. No saber inglés me abrió las puertas de comunicarme con gente a quien es casi imposible acercarse, talladores sumamente importantes a los que todo el mundo les tiene un respeto descomunal. Pero como no sé inglés me acerco y les hablo español: ellos no entienden lo que digo y yo entiendo, pero no lo hablo. Entonces siempre me acompaña un traductor y hago el gancho porque les da curiosidad saber qué les pregunto y cuando se dan cuenta que les pregunto del trabajo ya están conmigo y me tienen que hablar. El otro aspecto positivo es que esto desarrolló en mí un método de defensa y aprendizaje visual. Puedes hablarme todo lo que quieras de la teoría en inglés, pero déjame mirarte las manos. En 20 minutos puedo hacer lo mismo que hiciste. Entonces monto un taller en el hotel y practico hasta la madrugada porque así voy por la mañana donde el maestro y le enseño el trabajo para que me dé su opinión; esa ha sido mi mayor bendición en ese aspecto. Pero siempre les digo a los niños que aprendan inglés, que es la llave del mundo. No saber inglés como para tener una conversación profunda afecta los negocios. Cuando conoces gente importante y quieres establecer una conversación y tienes que usar un traductor, siempre se pierde un poco la magia. Pero a lo hecho pecho y hay que bregar con lo que hay. GDE: ¿Dónde las personas interesadas pueden ver tus piezas? AR: Tengo la bendición de que prácticamente casi nunca tengo nada guardado. Las personas pueden ver mi trabajo en mi página de Facebook: Aves Talladas de Puerto Rico donde publico fotos de algunos trabajos, así como las entrevistas que me hacen. Intenté que mi página personal: Alex Ríos, no fuera de trabajo, pero prácticamente lo es porque más gente me busca por mi nombre. Últimamente uso mucho Instagram: @alexrios584 para subir fotos de trabajo. Hace un tiempo comencé un proyecto llamado “De aquí pa’l mundo”, para entrevistar personas de la comunidad del arte y dar a conocer nuevos talentos de aquí o de cualquier parte del mundo, viéndolo desde mi perspectiva como artista. Ahora mismo está en pausa. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: determinación, coraje y entrega. Un libro o disco que te haya influenciado: el disco “MultiViral” de Calle 13; el que tiene la canción “Hielo bajo el sol”, dúo de Ednita Nazario y Tommy Torres, y el disco Fiel a la Vega: El Concierto Acústico. Leí “Un sueño americano” de Óscar De La Hoya. No soy mucho de leer, pero me encantan los libros de biografías, de historia y de superación. También, no leí el libro, pero vi las dos versiones de la película “Intouchables”; la francesa que es la original y la americana. Las dos te marcan la vida hasta cierto punto. Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: “La vida es de riesgos y el que no se arriesga no gana.” ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Tallar. Amo tallar, es mi vida, mi esencia… En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? En estos últimos años tengo más control de mí en el sentido de que antes era bien impulsivo. Intento cultivar ser mejor persona y educarme todos los días… y amar con fuerza, carajo. ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? Como titulé la primera exposición que hice en un museo luego de intentarlo por 20 años: “Volando en libertad”. Es a lo que cada ser humano debe aspirar en la vida, de todos los días levantarse para ser libre y no ser esclavo de nadie ni de las circunstancias. Un puertorriqueñ@ que admires: Admiro mucho a Félix “Tito” Trinidad porque es un tipo de pueblo, que a pesar del dinero se mantuvo humilde y trajo mucha felicidad a este país. Quisieras aprender a: me encantaría aprender inglés full y cualquier otro idioma. ¿Qué te inspira? La gente que lucha por crecer sin hacerle daño a nadie. Quisieras que te recordaran por: ser un ejemplo de superación y que nunca me detuvo ningún tipo de miedo por alcanzar cada sueño y que luché por cada uno. Que a tan temprana edad tuve una visión amplia de llevar mi arte hasta lo que es hoy y lograr el reconocimiento en cada país visitado. Nunca dejen de soñar ni de arriesgarse porque del cobarde no se ha escrito nada, solo se escribe del que se arriesga. Sigue a Alex en las redes sociales: Facebook: Alex Ríos / Aves Talladas de Puerto Rico Instagram: @alexrios584 Mientras estudiaba arte en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, la artista Cristina Muñoz Laboy descubrió un tema que no solo le apasiona, sino que le sirve como herramienta de educación: las flores de Puerto Rico en peligro de extinción. De esta pasión nació su proyecto: Flora pa’l corazón. Poco a poco su pasión se convirtió en un sentido de responsabilidad, pues a la también maestra de arte le gustaría crear un proyecto que combine su propuesta artística con la educación, tanto para niños y adultos. Esta idea con la intención de inculcarles la responsabilidad y compromiso con la preservación de nuestra naturaleza. Para Cristina, su proyecto artístico es su voz, una herramienta clave en este proceso. La joven de 25 años y oriunda de San Lorenzo, tiene claro lo que la mueve: los temas relacionados con la naturaleza y su conservación. El pasado mes de octubre celebró su primera exposición de arte con el proyecto, y a través de San Juan y áreas limítrofes pueden apreciarse sus murales de coloridas flores. A continuación, la entrevista que le hicimos a Cristina en su versión editada y condensada. GDE: Cristina, ¿cuándo decidiste que serías artista? CML: Básicamente, en el transcurso de high school cuando buscaba qué estudiar, sabía que quería estudiar algo creativo, pero no estaba segura si inclinarme por arte en general y me decidí por diseño de modas. Cuando estudié diseño de modas en la Universidad del Turabo y empecé costura, no me gustó. Me encantaban las clases de diseño porque era poner la creatividad a la séptima potencia, pero la costura no y me di de baja. Ahí fue que dije que tenía que estudiar arte porque desde pequeña me gustaban las tareas que tuviesen que ver con recortar, pegar, que si los poemas concretos, buscar imágenes, así que ingresé a la IUPI y por dos años trabajé flores en general. Luego fue que nació el proyecto Flora pa’l corazón. GDE: ¿Cómo nació esa inquietud por pintar flores? CML: En una ocasión tuve la oportunidad de restaurarle un oso de madera a una muchacha que era hija de la dueña de una floristería. Cuando fui a entregárselo me encontré con la pared del estacionamiento: grande, blanca y perfecta. Les pedí que me dejaran pintar un mural y como era una floristería, pues obviamente serían flores. Entonces me gustó mucho la dinámica de trabajar flores porque me pareció bello la diversidad que hay entre las plantas y los colores. Empecé a dibujar muchas flores por mi cuenta y dejé de hacer retratos y demás. Me enfoqué mucho más en las plantas, que al principio eran solamente girasoles y lirios, lo más básico. GDE: Uno de los propósitos de tu proyecto Flora pa’l corazón es educar, háblame un poquito del proyecto y qué buscas transmitir a través de estas obras. CML: Flora pa’l corazón nació en marzo de 2017 luego de una exposición que hice de flores generales, pues el feedback que recibí fue muy bueno. Quería hacer una propuesta de arte que tuviese un propósito, que me empujara a educarme fuera de lo que eran técnicas de arte que aprendía en la universidad. Quería hacer algo que me moviera el espacio y que en el transcurso la gente también se pudiera mover conmigo. Me encanta ver todo lo relacionado a la conservación del ambiente, del cambio climático, porque me parece que es sumamente pertinente. Entonces me surgió la pregunta de si en Puerto Rico había flores en peligro de extinción; encontré que había más flores que animales. Comencé a investigar y nació el proyecto. Le puse Flora pa’l corazón porque es algo que decimos mucho, que si te amo con todo mi corazón o lo hago con el corazón es algo que haces con pasión y cuidado. Aunque eventualmente tal vez deje de pintar flores y quizás me mueva a otras ramas que tengan que ver con la conservación, todo nació desde las flores y pues siempre es con el corazón y por la naturaleza. De manera que este proyecto me empodera de muchas maneras, me sirve de inspiración y para conectar con la gente y llevar un mensaje claro de que hay que conservar la naturaleza. GDE: En tu proceso de investigación, ¿cuáles son algunas de nuestras flores que están en peligro de extinción? CML: Hay tres que utilizo mucho. Primero porque son de las más que me gustan y tuve la oportunidad de verlas. Hay una que se llama Goetzea elegans, que normalmente se conoce como Matabuey. Es una florcita pequeñita, amarilla, y tuve la oportunidad de verla en persona en el Parque Doña Inés en Trujillo Alto. En ese parque conservan muchos árboles que se encuentran en estado de amenaza. Otra flor es el palo de nigua, de color violeta y esa me encanta. Hay otra que se llama diablito de tres cuernos, es gracioso porque literalmente la plantita tiene como unos cuernitos. Es simplemente verde, pero tiene algo súper bello y aunque tal vez esas no sean flores de por sí, visualmente me son curiosas. Así que con este proyecto descubrí que realmente la diversidad en las plantas es gigante y también que son plantas de aquí, que a veces uno no tiene acceso a esa información. GDE: ¿Tiene más planes con Flora pa’l corazón? CML: De por sí trabajo para una organización sin fines de lucro como maestra de arte y me di cuenta que estos temas no se tocan directamente en las escuelas, tal vez de animales en peligro de extinción, pero no necesariamente de plantas. Me gustaría crear algo que pueda incluir la educación para los niños que tal vez si conocen estas cosas de pequeños, cuando crezcan van a ser más responsables y comprometidos. Definitivamente también quiero seguir buscando la manera de conectar con adultos, ya sea a través de talleres o experiencias creativas y conversatorios, para que de eso surja también la inquietud de crear otro tipo de proyectos o colaboraciones para seguir manejando este tema que realmente me parece necesario. También, seguir pintando donde la vida me permita para que el mensaje llegue. Para mí, más que un proyecto científico es uno artístico y creo que la mejor herramienta que puedo usar ahora mismo es mi trabajo de arte, que es mi voz. Además, trabajé una colaboración de camisas con Siempre Tropi. Tenemos cuatro diseños y nos falta el último que debe estar listo próximamente para cerrar esa minicolección. Incluso cuando terminemos de lanzar el último diseño, si la gente quiere pedir un diseño lo podrá hacer; se trabajará por pedidos. Están disponibles a través de mi IG: florapalcorazón o en la de siempretropi; en cualquiera de las dos. También pienso lanzar los diseños de Flora en otro tipo de artículos como botellas o tazas reusables. GDE: ¿Dónde las personas pueden ver tu arte? CML: Que estén accesibles, en El Vagón en Santurce; hay un mural en la Avenida Sagrado Corazón en Santurce; hay un mural detrás del cementerio en La Perla en el Viejo San Juan, y hay otro proyecto que realmente no es un mural, pero pinté los gazebos de la Playa El Cocal en Yabucoa. Esa propuesta estuvo súper cool pues fue diferente establecer las flores en un espacio completamente natural. GDE: Además de flores, ¿qué otro tema te apasiona a la hora pintar? CML: Últimamente uso mucho una paleta de colores mucho más amplia. Antes me enfocaba solamente en el blanco y negro. Me encanta dibujar las flores, sin embargo, trato de explorar un poco más lo que son los fondos abstractos para mezclarlos con los conceptos literales de la naturaleza. Pero básicamente quiero seguirme moviendo dentro de la naturaleza. Ahora mismo lo más que disfruto son las plantas, pero sí me gustaría poco a poco ir buscando qué puede ser lo próximo en unos años sin salirme de la línea de la conservación y la naturaleza; definitivamente es ahí donde tengo que estar. GDE: ¿Qué otros proyectos tienes? CML: Para el primer semestre del 2020 quiero trabajar otro tipo de presentación que nos conecte más a nuestras madres y abuelas, que son las que normalmente nos traen este amor por las plantas. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: una mujer arriesgada, segura y capaz. Un libro o disco que te haya influenciado: mi disco favorito es de mi artista favorito Bon Iver. El disco se llama “Bon Iver, Bon Iver”. Desde la carátula hasta la música completa me inspira enormemente. Lo uso mucho a la hora de pintar. Puedo estar molesta y me ayuda; puedo estar feliz y también. Hay algo que me transmite que es bien poderoso. Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: Es de Frida Kahlo: “Pies para que los quiero si tengo alas para volar”; la descubrí hace mucho tiempo, pero siempre me ha encantado. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Antes no solía levantarme temprano, era más night person. De repente descubrí la magia que hay en levantarme temprano y poder ser productiva, disfrutar mi café y tener como un espacio de soledad, aunque haya gente en la casa. Es una práctica mañanera que me ayuda a manejar mejor el día. Cuando sientes que pierdes el enfoque o la inspiración temporeramente, ¿qué haces? Lo que me funciona es conectar mucho con amistades que tal vez han visto mis procesos. Hablar con la gente y dejarles saber que estoy bloqueada. Soy bien habladora y realmente en momentos así, que realmente necesito ayuda, la pido y me ayuda a conectar con gente que le añade mucho a mi vida. Un puertorriqueñ@ que admires: podría mencionar un montón de personas, pero ahora mismo una de mis más grandes amigas, Andrea Cruz, empezó a cantar hace varios años y todo empezó así, como bien inusual. Siento que ahora mismo en la escena independiente de Puerto Rico ella le mete bien heavy. Nos damos apoyo, ella desde su rama de música y yo desde el arte y podemos experimentar cosas bien distintas, pero me di cuenta con ella lo bello que es fajarse por lo de uno, parir las cosas con el esfuerzo propio y reconocer que el arte es una herramienta muy sanadora. Fuera de nuestra relación de amistad y demás, la admiro porque se tira de pecho contra todo. Quisieras aprender a: esto es una locura, pero en verdad quiero aprender a cocinar bien rico porque soy malísima. De verdad me encantaría, pero no le encuentro el amor… ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Trabajar en el Boys & Girls Club porque me permite trabajar experiencias creativas con otras personas en un espacio que me permite llegar a niños y jóvenes que tienen una necesidad. Un poco más allá de requerir el apoyo escolar, obviamente son niños que tienen una necesidad de afecto, de atención, etcétera. Cuando uno regala, realmente uno recibe tantas cosas que no son económicas. No pensaba que podía tener paciencia con los niños y realmente me di cuenta que no es paciencia lo que uno necesita, es empatía y amor. Creo que una de las cosas más gratificantes fue toparme con esa organización y estar ahí y permanecer porque el lugar que uno cumple para ellos es bien importante. Estar en ese trabajo me mueve de mil maneras bien lindas. ¿Qué te inspira? La naturaleza, la gente fajona, escuchar historias de éxito y de gente que tal vez se las vio bien fea para arrancar algo y de repente ahora está súper bien y haciendo lo que les gusta. Más que todo me inspira la gente que hace lo que realmente les gusta. Eso me vuela la cabeza. Quisieras que te recordaran por: ser una persona empática que utilizó la herramienta del arte como una voz para amar y educar. Sigue a Cristina en las redes sociales: Facebook: Flora pa’l corazón Instagram: florapalcorazón |
Categorías
Todo
Entrevistas
Diciembre 2020
|