Oriunda de Manatí, Lini Figueroa encontró un llamado a la misma vez que descubrió el silente, pero muy creativo mundo de la pantomima. Contable de profesión, las artes se convirtieron en un suero de transformación y la pantomima en una pasión que pretende transmitirles a otros. La también directora creativa, actriz y modelo nos relata su travesía por distintas expresiones del arte, su reinvención, las nuevas oportunidades que llegaron a su vida durante la cuarentena y aquello que más le apasiona. A sus 36 años, Lini tiene una visión muy clara de que tanto niños, como jóvenes y adultos deben conocer la pantomima y sus principales exponentes para que permanezca en nuestra amalgama cultural. A continuación, la entrevista que le hicimos a Lini en su versión editada y condensada. GDE: Lini, además de fungir como contable, también eres mimo profesional, ¿cómo llegaste al mundo de la pantomima? LF: Conocí la pantomima en la iglesia, pero no de una manera profesional. No fue hasta que llegué a la Universidad de Puerto Rico de Arecibo, cuando tenía como 18 años, que vi a unos jóvenes haciendo pantomima en una actividad. Para mí fue la primera vez porque era totalmente diferente a lo que se hacía en la iglesia y me dio curiosidad. Uno de los jóvenes se llamaba Melvin Vázquez y luego hablaré más de él. Empezó a hacer la caja, o sea que hacía como si estuviese dentro de una caja y salía. De momento hizo una bola y empezó a crear todo este mundo imaginario delante de mí. Me acerqué a él y me explicó que la pantomima era un arte profesional, que la había estudiado en una escuela en San Juan y que me podía dar un taller. Obviamente, en Puerto Rico tenemos un mimo nacional que es Luis Oliva, que popularizó muchísimo la pantomima en Puerto Rico. También está Iván Olmo, que creó el “Festival Internacional de Mimo y Teatro Físico en el Caribe”; Omar Robles, que fue parte de la última clase graduanda de la escuela de Marcel Marceau en Francia, y otros. Quienes fueron mis maestros tenían una escuela en San Juan llamada Expresión Profética. Estudiaron con Todd Farley, un mimo americano que inicialmente tomó clases con Gregg Goldston, otro mimo americano muy reconocido que estudió en la escuela de Marcel Marceau y que cuando regresó a los Estados Unidos creó la escuela “Mimeistry”. Aunque mucha gente no lo sabe, en Puerto Rico hay muchos mimos. GDE: ¿Queda alguna escuela de pantomima en Puerto Rico? LF: Luego del huracán María, Arquemimo, la escuela de pantomima a la que pertenecía en Manatí tuvo que cerrar. Ahora mismo todos ofrecemos clases o talleres online por esta situación de la pandemia. Actualmente, entre los mimos activos en nuestra comunidad se encuentran los de Arquemimo; un grupo nuevo que se llama Colectivo Mi-Me y yo, que lo trabajo individualmente, pero somos muchos. Hace poco entrevisté a Gregg Goldston y se sorprendió al ver la cantidad de mimos conectados. GDE: Además de que hay más mimos de lo que tal vez pensábamos, ¿qué más debemos saber acerca de la pantomima que tal vez desconocemos? LF: Primero, y es algo en lo que me enfoco mucho desde hace en un tiempo, trato de unir a mi comunidad y que la gente conozca el arte porque, aunque estuvo bien latente especialmente con los festivales que hacía Iván, a través de los años se ha ido perdiendo; que la gente sepa que el arte de la pantomima existe en Puerto Rico y que aquí hay muchos mimos. Número dos, y otra cosa que trato de impartir a otros compañeros en las artes, que la pantomima está en todo. La pantomima es la comunicación no verbal y como ser humano es parte de ti; también hablas con tus gestos, con tus manos, con tu cuerpo… Tengo amigos pintores que usan la pantomima cuando pintan, igual los actores, los bailarines… de alguna manera u otra siempre practicas esa comunicación no verbal. Siempre le insto a la gente que en la pantomima hay elementos básicos que se pueden aplicar a todo lo que hacemos. GDE: Cuéntame de esos proyectos virtuales pues estás muy activa en las redes. LF: Cuando empezó la cuarentena los artistas nos quedamos como si nos hubieran puesto una pared de cemento de frente porque todo se detuvo y dependemos mucho del público, de los teatros, de todo este tipo de dinámica. No te puedo mentir que caí en una pequeña… no sé si depresión o frustración. Soy cristiana y empecé a hablar con el Señor: “necesito que me dirijas, ¿qué puedo hacer en este tiempo? ¿Cómo puedo seguir aportando a mi comunidad, a la cultura?” Entonces en esos lapsos de tiempo dije: “espérate, tengo muchas amistades que hacen y han hecho cosas geniales a través de su carrera y muchos son multifacéticos, son artistas, pero también tienen sus profesiones en otras áreas.” Por ejemplo, tengo una amiga doctora que también es mimo, poetisa y pinta. Así comencé, con amigos artistas que tienen otras profesiones. Poco a poco se abrieron puertas y es una de las cosas de las que estoy agradecida de la cuarentena. Los mimos alrededor del mundo empezaron a resurgir porque se quedaron sin dar clases en las escuelas y tuvieron que buscar la manera de seguir conectando. Empezaron a dar clases online.Entonces todos estos mimos, que para conocerlos o estudiar con ellos tenías que viajar, comenzaron a estar más accesibles. En ese momento decidí escribirle al mimo español Carlos Martínez. Dije: “¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Que me diga que no?” Le escribí el mensaje y tardé como una semana en esa lucha normal del ser humano. Cuando finalmente me lancé, me dijo que sí. Dije: “si me dijo que sí puede que otros también me digan que sí.” Sin miedo contacté a Mai Rojas, un mimo profesional corporal que ha viajado el mundo y ganado premios, y que trabajó para Cirque du Soleil; me dijo que sí. También de eso surgieron webinars con ellos; el primero lo realizamos el 18 de julio con Carlos Martínez. Se conectaron más de 45 personas de distintas partes del mundo. Ahora preparo la próxima serie que viene en agosto. Me apasiona ayudar. Con lo de los webinars dije: “déjame hacerlo para mí y tal vez para otras personas que puedan tener mis mismas necesidades.” El feedback que recibo… me dan las gracias por: “esta iniciativa, porque aprendí mucho, porque ahora tengo acceso a otros artistas que no conocía, me siento inspirad@...”. Realmente eso es lo que más me llena. GDE: Además eres modelo y actriz, cuéntanos de esas otras facetas. LF: Si supieras que realmente el modelaje es más un hobby. Te voy a contar cómo surgió en mi vida. Melvin Vázquez, amigo y quien fue mi director de pantomima en Arquemimo, se lanzó como fotógrafo y videógrafo. Cuando empezó su carrera fue el fotógrafo de una nueva línea que esta diseñadora de Ponce iba a lanzar. Ya tenían todas las modelos y la noche antes del shooting me llamó para decirme que una de las modelos había cancelado y que pensaba que yo lo podía hacer. Mira Yadira, soy de las chicas que nunca fui popular ni la más hermosa de la escuela y en aquel tiempo tenía como 20, 21 años y decía que no podía ser. Pero él me decía: “puedes hacerlo, creo en ti, dale pa’lante.” Pues llegué al shooting y dije: “bueno, si él cree en mí que es el fotógrafo, me hará lucir bien.” Si supieras que la modelo llamó para que le explicaran cómo llegar al shooting… Ellos le dicen: “pero es que tú cancelaste” y ella insistió en que no había cancelado, así que nunca supimos qué pasó. Pero le dijeron que ya habían comenzado la sesión de fotos y tenían otra modelo; así empezó mi carrera de modelaje. Fui la cara de esa diseñadora por tres años y luego otros amigos fotógrafos vieron mi trabajo y me buscaban para otras cosas. Pero te puedo decir que la pantomima fue esencial para proyectar en la cámara, me ayudó mucho a acelerar ese paso. Empecé en la pantomima porque era bien tímida, me ves ahora y me conoces así que hablo con todo el mundo, pero yo no era así. Fueron las artes las que me ayudaron. Pero la actuación siempre me gustó. No fue hasta que el director Julio Román trabajaba en un cortometraje y me dijo que tenía un personaje para mí. Le dije que me enviara el guion pues pensaba que era un extra. Mi personaje era Laura y pensé que tal vez Laura tenía una línea. Cuando lo leí vi que Laura estaba en la primera página, en la segunda, en la tercera… lo llamé para preguntarle si estaba seguro de que ese era mi personaje pues era el principal. “Sí, es el tuyo.” Yo no había cogido talleres de actuación ni nada, pero él me dijo que me ayudaría y me llevó de la mano. El cortometraje fue “Al Otro Lado del Tiempo” y en el Rincón International Film Festival gané como mejor actriz. Cuando doy conferencias a juveniles y jóvenes, tengo una charla que se llama “True to Yourself” y una de las cosas que siempre digo es que es más fácil decir que no cuando tenemos miedo, dudas y no creemos en nosotros. Les digo, si es un sueño que quieres hacer y está en tu corazón desde hace mucho tiempo, ¿por qué decir que no si se te da la oportunidad? Más aún si tienes personas a tu alrededor que se ofrecen a darte la mano, como en mi caso me pasó con Melvin en el modelaje y con Julio en la actuación. Si hubiese dicho que no, qué puertas hubiese cerrado o qué planes hubiese atrasado por el simple hecho de que es más fácil decir que no y sustentar esos miedos y dudas. Así que siempre digo que necesitamos un poquito de coraje y decir que sí porque es como todo en la vida, te caes, pero tienes la oportunidad de levantarte nuevamente y seguir intentando hasta que lo logres. GDE: Al mirar hacia el futuro, ¿tienes proyectos a largo plazo? LF: Un amigo escribió una obra experimental en la que hizo una fusión de muchas artes: acrobacia, teatro, pantomima… y me fascinó esa dinámica y propuesta. Me reuní con él y le dije que quería hacer algo así. Comenzamos el año pasado a escribir un tipo de monólogo. Nunca he trabajado sola, así que también me quiero retar en esa área. Ver qué otra faceta tiene Lini Figueroa. Quizás tendré otros elementos en el escenario, pero que sea una obra completamente contada y escrita por mí, que también es algo nuevo para mí pues nunca he escrito nada. Así que ese es el primer reto y proyecto que tengo a corto plazo y que ya se trabaja. Además, ver a dónde nos lleva esto de las entrevistas y webinars. Pienso que surgen unas oportunidades bien bonitas y creo que eso también puede seguir tomando forma en el futuro. Finalmente, seguir enseñando y sembrar un poquito en mi cultura de Puerto Rico. Para mí es importante que la gente reconozca la pantomima como el arte maravilloso que es y por eso en parte doy talleres a niños porque son la próxima generación. Enseñarles el arte de la pantomima, los exponentes internacionales y locales para que puedan continuar eso y compartirlo con sus amiguitos. LA ÑAPITA Descríbete con tres palabras: Soñadora, atrevida y servicial Si tuvieras que regalarles un libro o disco a todos tus seres queridos, ¿cuál sería?: Leí un libro cristiano muy bueno que se llama “Anónimo”. Me pareció interesante porque habla de la historia de Jesús, pero de su época anónima. En la Biblia se empieza a contar desde que comenzó su ministerio hasta el momento de su muerte, pero antes de eso se conoce muy poco. El libro enfoca esa área anónima de Jesús y lo transmite a nosotros como el momento en que nos toca vivir esa época anónima. Puede ser antes del comienzo de algo, o viceversa, éstas en tu cúspide, muy exitoso, y de momento llega algo a tu vida que te convierte en anónimo pues todo se desborona. El libro habla de que ese tiempo anónimo de Jesús fue cuando se preparaba para lo siguiente. En nuestro caso, nuestro momento anónimo, no importa si es bueno porque nos preparamos para lo que viene o malo porque teníamos el éxito y caímos, siempre es un proceso de crecimiento. En cuanto al disco, me encanta la música instrumental; el disco que recomiendo porque me encanta de principio a fin es “Freedom” de Michael W. Smith. Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: El 2018 fue un año bien difícil para mí en términos emocionales y personales y cuando vi la obra “Hamilton”, el personaje de George Washington dice: “Dying is easy, living is harder”. Me hizo pensar pues es verdad, vivir no es fácil, tienes tus altas y bajas. Morir es fácil porque después lo que hay es la vida eterna o lo que sea en que cada uno crea, pero la vida es una. Creo que, aunque sea difícil en momentos, eso es lo que la hace interesante y lo que nos hace crecer y mejores seres humanos. Algo que trato de decirme todos los días es: “¿Qué puedo hacer diferente hoy? ¿Qué puedo hacer mejor?” Porque la realidad es que la vida puede cambiar en un segundo. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Soy derecha, pero hago muchas cosas con mi lado izquierdo. Por ejemplo, si me voy a poner una camisa y la empecé con el lado derecho, mi cuerpo automáticamente me dice que estoy mal y tengo que quitármela y ponérmela por el lado izquierdo. Es una cosa bien rara. Además, tengo que dormir en el lado izquierdo de la cama. Es bien curioso porque no soy zurda. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Creo que valorar lo que es un amigo y la amistad. No todos los amigos son iguales; puedo tener una amiga que necesita unas cosas de mí que tal vez otra no, es descifrar eso. Hay que ser detallista y entenderlos a cada uno por igual e individualmente. Otra cosa que evalúo y que trato de mejorar es que no quiero hacer lo que no quiero que me hagan a mí. Un puertorriqueñ@ que admires: Amo a Denise Quiñones. También es artista y me encanta su personalidad, cómo trabaja y cómo ha crecido en su espacio y distintas facetas. Siento que me identifico un poco con ella; me encanta. Quisieras aprender a: Música, me encanta, y uno de los instrumentos que quiero aprender es la armónica. ¿Qué te inspira? Dios y las artes. Una persona que cambió tu vida y por qué: Primero, mis padres porque siempre me han apoyado. Tengo una gemela idéntica. Las dos estudiamos contabilidad y trabajamos como contables, pero tenemos personalidades muy distintas y ha sido bien interesante cómo nuestros padres siempre nos apoyan a ambas en lo que decidimos hacer. Segundo, mis pastores de joven, Javier Molina y Keyza Dávila. Te comenté que yo era bien tímida e introvertida y ellos me enseñaron muchísimo a tener confianza en mí y a estructurarme. El próximo es Melvin Vázquez porque con él aprendí este mundo de la pantomima y fue quién me dio la oportunidad del modelaje. Aunque Julio me dio la oportunidad de actuar por primera vez, la primera producción de cine que hice fue con Melvin, así que él estuvo en esas nuevas facetas de mi vida. Por último, mi jefa, la licenciada Ilia Toledo porque me ofreció trabajo donde estoy actualmente y donde he crecido muchísimo. Es una mujer extraordinaria y con ella aprendí a crecer en el área profesional. Quisieras que te recordaran por: Como una persona que ayudó a crecer a otros. Siempre he querido que de alguna manera se pueda decir que aporté mi granito de arena para sembrar el arte de la cultura de la pantomima en Puerto Rico. Amo todas las artes, pero específicamente el arte que hago. Que aunque sea un grupo pequeño pueda decir: Lini hizo todo lo posible para que conociéramos del arte y sus exponentes. Sigue a Lini en las redes sociales: Facebook: @linifigueroapr IG: @linifigueroapr YouTube: Lini Figueroa
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Diciembre 2020
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