Al conversar con el dramaturgo Pedro Rodiz queda claro que nació para el teatro y que se ha dado a la tarea de llevar los sombreros necesarios para, en medio de cualquier crisis, lograr que el teatro mantenga su lugar como una de las principales plataformas culturales de Puerto Rico. Pedro, quien también es director y actor, ha recibido prestigiosos laureles por algunas de sus obras de teatro como: Premio Nacional de Dramaturgia otorgado por el Pen Club de Puerto Rico Internacional, por Deus ex machina en el 2015; primer premio del Certamen de Dramaturgia del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) en el 2011 por Sofía de la cual fue co-autor, y Mención de Honor en el Certamen de Dramaturgia del ICP por El chicle de Britney Spears en el 2005. A continuación, la entrevista que le realizamos a Pedro en su versión editada y condensada.
GDE: Hola Pedro, ¿cómo estás? PR: Bien, saludos, ¿y tú como estás? GDE: Muy bien. Gracias por acceder a formar parte de este proyecto. Tengo entendido que uno de tus recientes trabajos, la comedia Tipos, causó tal sensación que se abrieron funciones adicionales en Musas & Eventos. Háblame de Tipos. PR: Somos tres amigos, tres dramaturgos, directores, actores y otras cosas que aparezcan por el camino… Nos reunimos en el 2004 y trabajamos un proyecto que se llamó El local acerca de tres actores de teatro que compran un local y les va mal. Después de eso cada cual siguió su carrera artística y nos encontramos hace como año y medio y dijimos: deberíamos hacer algo juntos. Inicialmente, íbamos a hacer una segunda parte de El local pero en el proceso decidimos hacer nuevamente El local. Algo pasó que no pudimos y se nos ocurrió hacer algo intermedio que se llamara Tipos, de estos tres tipos que se reúnen y hacen un espectáculo con canciones, magia, actuación, etcétera. GDE: ¿Entre los tres escribieron el libreto? PR: Entre los tres hicimos la primera temporada que consistía de magia, sketches, canciones, etcétera, y siempre se hace entre los tres porque cada cual tiene una estética individual. Pero cuando nos juntamos, escribimos, y de ahí salió la estética de Tipos. GDE: ¿Cuál fue tu motivación al incursionar en el mundo de la dramaturgia? PR: Entré a la Universidad de Puerto Rico por actuación pero no lo tenía muy claro, era un niño. No fue hasta el final que cogí una clase de dirección escénica teatral para ser director, y a la misma vez abrieron una clase electiva de dramaturgia que no se ofrecía hacía mucho tiempo. Decidí coger ambas pues se complementaban. Quienes estaban en la clase de dirección escénica tenían que montar las obras de los de la clase de dramaturgia. En la clase de dirección descubrí que lo que realmente quería ser era director, no actor, pero a la misma vez, en la clase de dramaturgia descubrí que tenía habilidad para la escritura pero no le di tanta importancia. Con los años, escribía paralelo a la dirección pero dirigía más de lo que escribía, no tenía tanto interés en ser dramaturgo. Pasaron los años y me di cuenta de que lo que me más interesaba era que lo que montaba como obras de teatro de otra gente no decía lo que yo quería decir como persona y como artista, y empecé a escribir más. Entonces se dio el proceso a la inversa, de ser director dije: no, yo lo que quiero ser es dramaturgo, pero como no tenía quién me montara las obras pasé a montar mis propias obras. Luego pasé a ser dramaturgo y a escribir muchas obras de teatro. GDE: ¿Te acuerdas de la primera obra que escribiste? PR: Sí, una obra titulada Cuando el mar zurca en el desierto, una versión de Romeo y Julieta en el medio oriente; ella era judía, él palestino y se reencuentran y enamoran. En ese momento yo no tenía idea de cuál era el conflicto de Israel con Palestina, lo único que tenía para buscar información eran las enciclopedias. El tema no pasa de moda; el conflicto continúa. Hace dos años tuve la oportunidad de ponerla nuevamente en escena en El Ateneo Puertorriqueño, la actualicé y le cambié el título a “Desierto”. GDE: Durante el transcurso de tu carrera, ¿quiénes te influenciaron? ¿Tuviste mentores? PR: Wow, válgame. Ha pasado mucha gente porque la dramaturgia… aquí en Puerto Rico tenemos una situación… vamos a empezar por ahí, no existen estudios formales en dramaturgia. Yo cogí un curso que ofreció José Luis Ramos Escobar, una primera influencia, a él le debo esta oportunidad de poder escribir. Pero yo te diría que más que nada, la influencia llega viendo, haciendo y la necesidad del día a día de qué quieres hacer. Tuve la bendición de ser director, eso me ayuda a la hora de construir una obra de teatro porque sé lo que funciona sobre el escenario y creo que más que nadie, es la vida de donde más influencias recibes. Ya después cuando nació mi hijo Daniel, eso me dio un por qué hacer. Qué tipo de obras quiero hacer y los temas cambian porque el día a día junto a él hace cambiar y cambian las perspectivas, las cosas que tienes que decir. También ver festivales de teatros de otros países. Ver que lo que escriben no necesariamente es lo que se escribe en Puerto Rico pero te das cuenta de que hay puntos de encuentro. GDE: ¿Qué obras de teatro te marcaron o impresionaron? PR: En abril estuve en el Festival Iberoamericano de Bogotá y vi tres proyectos que me volaron la cabeza. La primera fue una obra europea acerca de unos refugiados musulmanes, una obra muy fuerte que me dejó sin aire. De alguna manera ellos sienten que el cristianismo europeo se ha beneficiado de la manipulación o del maltrato hacia los musulmanes. Entonces dices: diantre, qué lejano está ese asunto de nosotros porque no nos llega, no tenemos noticias siquiera. Sin embargo, es una realidad que ellos viven. Otro proyecto era de Italia, una versión de Macbeth. Un trabajo tan extraordinario, ver cómo jugaban con las sombras y cada escena se montaba como si fuese una obra independiente; una obra magistral. Y entonces vi un proyecto colombiano, Labio de liebre, que no es otra cosa que labio leporino y eso fue un texto extraordinario, un proyecto muy interesante en términos de construcción dramática. GDE: ¿Cómo describes tu proceso creativo? PR: Llega de muchas maneras y cada obra arriba con su propio librito. Me explico, se me ocurre una idea, luego pienso: ¿cómo pongo estos personajes a interactuar? Por ejemplo, escribí un proyecto llamado Deus ex machina. Un día me llamó Roberto Ramos Perea y me preguntó si tenía algo para llevar al Ateneo. Yo dije: sí, tengo una obra. No tenía nada. Lo que tenía era una idea, una imagen de Cristo en el día 35 en el desierto, apestado, que no quería hacer nada y de pronto se le aparece el diablo y empiezan a hablar de arquitectura, rompiendo por completo con la tradición del bien y el mal. Eran dos panas que hablaban y de ahí surge esa obra. Entonces se me ocurre: qué pasaría si es en el presente, porque en el pasado la Biblia me daba unas camisas de fuerza que no me permitían moverme mucho. Tenía que sacarlo de contexto. El diablo clona a Cristo y lo mete en un laboratorio y lo tiene como un hamster dando vueltas. Lo droga y le hace creer que está en el día 35; eso me dio la posibilidad de hacer una propuesta atrevidísima. Cristo como personaje literario es muy interesante, se le puede sacar mucho partido. Sin embargo, por el asunto religioso no se puede tocar. En ese sentido te diría que mi dramaturgia en este momento es tipo mina, caminas confiado y pisas una mina y después de que estás ahí no puedes sacar el pie porque explota. En la obra hablo un poco de teología, un poco atrevido de mi parte. Hablo sobre el silencio de Dios por tantos siglos. Doy mi teoría de que cuando Cristo regresa a la Trinidad, regresa como un híbrido, ya no es el mismo ser puro que vino y no se puede fusionar con la Trinidad. Es un invento mío; tal vez terminaré en una parrillada (se ríe a carcajadas). Hay veces en que la historia me llega. Por ejemplo, una de las últimas historias que escribí, El arcángel de los perros, surgió al llegarme una confidencia de que se daba un asunto de prostitución con perros. La confidencia llegó a gente que se dedica a defender los animales y el asunto llegó a oídos del FBI. Pero todo era callado, al igual que con las peleas de perro. Todo es bien clandestino, nadie sabe, se mueve mucho dinero. Entonces dije: eso es una buena idea para escribir. Así es que comienza mi proceso, escribo a partir de qué pasaría… ese es mi estilo. Qué pasaría si eso ocurriera aquí en Puerto Rico; qué pasaría si la persona involucrada en eso es un rescatista de perros; qué pasaría si de pronto llega otra persona a hacerle una propuesta de esta naturaleza, cuánto estaría dispuesto a ceder. A partir de eso construyo, primero una idea, a veces llega el final primero, a veces llega una idea sola y parto de ahí. No suelo trabajar en estructura a menos que trabaje dramaturgia colectiva como en el caso de Tipos. Pero cuando escribo solo, no. De hecho, me toma mucho tiempo el proceso. GDE: ¿Cuánto tiempo más o menos? PR: Madurar la idea me puede tomar de tres a seis meses. El proceso de sentarme a escribir es más rápido. Una vez me siento a escribir lo puedo hacer en dos semanas. Y lo dialogo mucho. Por ejemplo, si estoy contigo, te digo: estoy escribiendo esta obra, y te la explico porque al tratar de hacerlo me llega claridad. La persona me dice: no entiendo tal cosa, y ahí clarifico y corrijo. Ya cuando tengo una idea bastante clara de cómo es que se desarrolla la obra entonces la escribo. Hay unas limitaciones, por ejemplo, si escribo lo hago pensando en que la tengo que montar yo, que nadie me la va a producir, entonces comienzo con el presupuesto. Escribo pensando en elementos mínimos que pueda pagar. GDE: Entre todos tus oficios, el de director, actor, dramaturgo, ¿hay alguno que disfrutes más? PR: Si tuviese que elegir yo te diría que el de dramaturgo, creo que es a lo que vine. Los otros puedo hacerlos muy bien pero no me llenan tanto, no me dan la satisfacción que me da la dramaturgia, pero me la complementan. El quehacer teatral se logra más a través de ser dramaturgo porque de la dramaturgia puedes crear empleos. GDE: ¿En qué proyectos trabajas actualmente? PR: Recientemente trabajé en un proyecto que se llama Payasos sin fronteras, de este payaso que es tercera generación de payasos, se pelea con el viejo, se va a Europa, conoce la organización Payasos sin Fronteras que realmente existe y que se dedican a ir a sitios en conflicto. Es un monólogo, esa estética me gusta mucho. Quiero hacer proyectos que pueda hacer solo, así es que quiero combinar este proyecto con otro que se llama El rescatista, de este hijo de un rescatista que trata de salvar a sus hijos y se ahoga. Luego quiero hacer un proyecto con mi hijo que se llama Legoman, una historia de papá e hijo. Fíjate que las tres tienen que ver con padres e hijos porque es lo que vivo. A mi hijo de 11 años lo quiero incluir en los proyectos porque me parece que no volveré a tener esta oportunidad, una vez crezca será otra dinámica. Otro proyecto se llama Mami me mima, tiene que ver con mis issues con mi mamá. Ella murió pero me visita en sueños. En los sueños está viva y entonces trato de resolver una serie de cosas con ella. Todos son temas familiares que de alguna manera conectan con mucha gente. (Mami me mima se estrena del 8-10 de noviembre como parte del festival “Leyendas urbanas” en Cinema Bar, Cuartel de Ballajá, Viejo San Juan.) GDE: ¿Cómo ves el futuro del teatro en Puerto Rico? PR: Es muy complejo decirte porque el teatro de alguna manera siempre está un poco en crisis. Ahora el país también está en crisis, así es que de crisis sabemos. Vivimos un círculo vicioso, si en Puerto Rico no estrenamos las obras de teatro con regularidad, algo que le ocurre a la mayoría de los dramaturgos, ¿cómo prosperamos? Nosotros no tenemos acceso a los teatros del estado porque para producir tenemos que hacerlo todo nosotros y no necesariamente tenemos el capital o somos expertos en producir o comercializar nuestro proyecto para que la gente se entere. Eso crea unos vacíos, el que los dramaturgos puertorriqueños no estrenen con la regularidad que se supone para mejorar, versus los productores que sí tienen el capital y optan por traer obras extranjeras que ya tuvieron la oportunidad de probarse en diferentes países; ya es un producto maduro versus nosotros que tenemos que ver cómo funciona. Entonces, vemos esos proyectos y decimos: nosotros pudimos haberlo hecho. Aquí no podemos hacer proyectos que se queden en cartelera por mucho tiempo, duran muy poco porque los teatros están ocupados o la gente no va; se caen los proyectos. Entonces, en otros países la gente o es dramaturgo, o director, o actor. En Puerto Rico ya no se puede ser ni director, ni dramaturgo, ni actor puro; hay que hacer de todo. Empecé como actor, pasé a ser director, después fui dramaturgo y de pronto vuelvo a ser actor. La situación es tan complicada que esto hace que cambie la forma en que hagamos y repensemos el teatro. Se hacen muchos esfuerzos, se trabaja mucho en cooperativas, trabajo colectivo y en espacios alternos porque no se pueden pagar los del estado. Pero la gente tiene necesidad de hacer teatro. Creo que las propuestas, las nuevas ideas van a hacer que surja un teatro más íntimo, que la gente se ponga mucho más creativa. GDE: ¿Qué aspiras con tu talento? ¿Qué te falta por lograr? PR: Creo que mi aspiración es la de muchos, es un sueño colectivo de tener un espacio propio y no tener que alquilar, un espacio donde podamos explorar y hacer teatro continuo. Estoy confiado de que en algún momento voy a tener mi espacio en el que pueda acomodar entre 75 y 100 personas. No quiero mucho, porque eso hace que sea un teatro íntimo. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: arriesgado, consistente y disciplinado Lugar del mundo: Puerto Rico y Argentina Frase: “Voy a todas” Coleccionas… Coleccionaba lápices, luego monedas y libros, ahora colecciono experiencias. Alguna obsesión o manía: las historias inconclusas Una aplicación que uses con frecuencia: Facebook e Instagram Te gustaría conocer a: La Zaranda, una agrupación española de teatro que para mí son de los mejores del mundo. ¿Qué lees o escuchas al momento? “Una novela criminal” de Jorge Volpi y un texto de fábricas culturales, proyecto que se gestó a través del Instituto de Cultura en el que dan adiestramientos técnicos gerenciales para ayudarnos con la autogestión. ¿Qué te inspira? Mi hijo Daniel y la necesidad de explorar otros proyectos teatrales de altura que motiven a otra gente a hacer lo mismo. Algo placentero para ti es: Hanguear con mi hijo, leer, escribir, dormir y tomar café. ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “La vida” Si existen las vidas pasadas, ¿qué fuiste en otra vida? Pienso que sí, que he tenido otras vidas y todas asociadas al teatro. Cuando estaba en escuela superior no hacía teatro, el que lo hacía era mi hermano; él era muy bueno, yo era tímido. Yo estudiaba un programa para ser contable y mi hermano me invitó a coger clases de teatro en Caguas porque en San Lorenzo, de donde soy oriundo, no podía. El maestro de teatro en San Lorenzo era el mismo de Caguas así que tenía clases con él en Caguas y no en San Lorenzo. Él estaba montando la misma obra en ambos pueblos y quien iba a ser el personaje principal en San Lorenzo se fue. El maestro no llamó a mi hermano, me llamó a mi. Esa experiencia me ayudó a decidir que eso era lo que quería hacer toda la vida. De alguna manera pienso que los dioses del teatro reclaman a sus hijos donde quiera que estén. Un puertorriqueñ@ que admires: Ramón Emeterio Betances. Creo que le tocó la mala suerte de ser un visionario en un tiempo en que la gente no estaba lista para entenderlo. Quisieras aprender a: trabajar la madera, el metal, la cerámica, cosas manuales porque de alguna manera complementan lo que se hace en el teatro. ¿Cómo te relajas? Leyendo, bebiendo café y en ratos de silencio. Quisieras que te recordaran por: el deseo inacabable de hacer buen teatro siempre, a pesar de nuestras circunstancias. Sigue a Pedro en las redes sociales: Facebook: Pedro Rodiz Instagram: @rodizpedro
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Pablo Parra pensó que iba a ser maestro de educación física elemental. Pero mientras cursaba su segundo año en la Universidad Metropolitana, para eso de 2005, conoció la capoeira a través de una amiga. La suerte estaba echada.
Lo que inicialmente le atrajo de este arte marcial afro-brasileño fue el aspecto instrumental, espiritual e histórico. “La capoeira me trajo ese conocimiento, ese trasfondo de la historia de las rebeliones de los africanos en Brasil. A pesar de que no soy brasilero, ni puertorriqueño (Pablo nació en Santiago de los Caballeros en la República Dominicana) soy afro-descendiente y la historia fue muy similar en el Caribe. Sí, está la parte del ejercicio y movimientos, pero lo más que me llamó la atención fue esa parte cultural, las canciones y percusión, pues es un arte más holístico en comparación con los deportes que practicaba,” comparte Pablo. Uno de los rituales de la capoeira es bautizar a quienes la practican con un nombre. El mestre (maestro) escoge un nombre único que identifique al practicante. Puede provenir de un atributo físico o hasta de un momento jocoso. Por su altura de 6’1 y el gran alcance de su patada, a Pablo lo bautizaron “Pernalonga” que significa piernas largas en portugués. Brasil Para sumergirse de lleno a la cultura y práctica de la capoeira, Pablo viajó tres veces a Brasil. Su último viaje fue a Salvador de Bahía en el 2014 y según él le cambió la vida. “Esos viajes fueron para buscar información en la meca, para beber agua de la fuente en el lugar que es. Si alguien va a aprender de bomba pues viene a Puerto Rico. Sí, hay bomba en Chicago, en Nueva York, pero aquí es que es; lo mismo con la capoeira.” Capoeira orgánica Desde el 2014 Pablo ofrece clases de capoeira orgánica, para la cual entrelaza la tradición Angola y la metodología Senzala con la que aprendió. “Va más dirigida al movimiento orgánico, a tener más conciencia con tu cuerpo, a ir paso a paso.” Pionero en la Isla en capoeira infantil, diseña sus clases al combinar la metodología de la capoeira con la educación física tradicional. Entre los beneficios que trae el arte a los niños se encuentra el desarrollo de las destrezas motoras, así como la canalización del sueño y agresividad. “La música también es componente clave, siempre traigo mis panderos pues la instrumentación es bien importante, además que los niños se exponen a otro idioma pues las canciones son en portugués.” Pablo ya realizó dos graduaciones de capoeira infantil. Según Pablo, la capoeira también trae innumerables beneficios a los adultos, como una mayor conciencia con el cuerpo y un enfoque más positivo de la vida. “…mejora la autoestima y al ser un proyecto social, trae un apoyo colectivo.” Pablo ofrece clases de capoeira orgánica los sábados a las 11:00 a.m. en El Bastión del Viejo San Juan para niños de seis a 11 años. Para adultos, las clases son los lunes a las 6:30 p.m. en el área de la laguna de Condado. También ofrece talleres en campamentos de verano y clases privadas. Oferenda Significa ofrenda en portugués y es un proyecto social de música creado hace dos años por Pablo. Los integrantes, mayormente percusionistas, ofrecen música afro-brasileña, específicamente en el genero de afoxé, o música afro-mágica de Brasil. Durante el día ofrecen talleres de movimiento con técnicas de sound healing y West African Dance, entre otras. También participan de talleres de yoga con meditación guiada, los cuales acompañan con instrumentos mágicos como gones y campanas. Por las noches, el proyecto se transforma en una agrupación musical que ofrece música bailable con instrumentos afro-mágicos como el berimbau, atabaque, batá y percusión contemporánea de cajón y rebolo; también incluyen un sintetizador para el elemento electrónico. Se presentan en lugares de la escena local como El Boricua en Río Piedras y El Local en Santurce. “Lo que llevamos con nuestro sonido es una experiencia. De repente tocamos una samba afro, nos movemos a un samba reggae, luego a temas instrumentales, la gente baila y se identifica con los coros. Es muy poderoso.” El grupo espera lanzar su primer disco el próximo año. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: positivo, curioso y enérgico Lugar del mundo: Salvador de Bahía, Brasil Frase: “Alegría total” Coleccionas: plantas e instrumentos Alguna obsesión o manía: tocar en cualquier superficie para hacer ritmos Una aplicación que usas con frecuencia: Instagram y el calendario ¿Qué lees o escuchas al momento? Música africana ¿Qué te inspira? La vida, el sol, el calor, el mar, la música, las personas que más allá de sudar quieran transformarse y ser capaces de crear algo Algo placentero para ti es: una taza de café, tocar música con mis amistades ¿Como se llamaría la película de tu vida? “La superación de un inmigrante” Si existen las vidas pasadas, ¿que fuiste en otra vida? Una planta o un tambor Un puertorriqueñ@ que admires: Ismael Rivera Quisieras aprender a: cultivar la tierra ¿Cómo te relajas? Respirando ¿Qué te da esperanza? Que voy a ser padre Quisieras que te recordaran por: contribuir a la cultura ya sea con la música o con la capoeira Sigue a Pablo en las redes sociales: Facebook: Capoeira Orgánica Puerto Rico Instagram: @oferendapr Email: capoeiraorgá[email protected] Silverio Pérez fue, es y siempre será uno de nuestros grandes querendones. Tal vez se deba a la eterna sonrisa dibujada en su rostro y componente esencial de su carisma, tal vez a los años en que ha demostrado su lealtad y compromiso con el pueblo puertorriqueño. Lo cierto es que este versátil y talentoso músico, escritor, humortivador y profesor, entre tantas otras cosas, cumplió 70 años el pasado mes de julio y al parecer sus energías son inagotables. Conversamos con Silverio por un rato en el que compartió anécdotas, sus estrategias para el manejo del tiempo, así como proyectos actuales y futuros. A continuación, una transcripción de la charla, editada y condensada. GDE: Hola Silverio, ¿cómo estás? SP: Bien ¿y tú, querida? GDE: ¡Bien, qué bueno escucharte! Silverio, te quiero agradecer el tiempo para hacer esta entrevista y quería comenzar con el hecho más reciente, la celebración de tus 70 años y por lo que leí en tu página web parece que hay Silverio para largo porque tu papá tiene 104 años y tu mamá 93, ¿cómo se llaman? SP: Mi papá se llama Silverio Pérez y precisamente por eso me llamo así, porque soy el primogénito de la cepa de papi y mami. En el campo se acostumbraba siempre a ponerle el nombre del papá al hijo mayor. Además, papi se llama Silverio porque también era costumbre ponerle a las personas el nombre de acuerdo al santo que apareciera en el almanaque Bristol el día que nacían. Mi mamá se llama Victorina precisamente también por el almanaque, porque era el día de San Victorino y lo convirtieron en femenino. GDE: ¿Qué es una de las cosas más importantes que ellos sembraron en ti y que a su vez tú sembraste en tus hijos? SP: En el caso de mi papá, el humor, que es una constante en la comunicación de mi papá con la familia y con sus amigos y vecinos. También de él siento que heredé ese compromiso con el trabajo, con estar haciendo algo productivo, pues era una persona que no se daba por vencido; cuando no aparecía trabajo como carpintero, trabajaba arando la tierra o haciendo cualquier cosa. Siempre vi en él el ejemplo de que el ocio o estar haciendo nada no cabía dentro de nuestro sistema de creencias. En el caso de mi mamá, es la persona con inteligencia emocional más extraordinaria que conozco. Mi mamá solo estudió hasta cuarto grado, sin embargo, siempre analiza las cosas con mucha ponderación. Además, siempre tiene una tranquilidad y una paz. Me parece que esas dos cosas, el humor y el compromiso con el trabajo de mi papá, y el balance emocional de mi mamá, son las herencias más preciadas que tengo de ellos. GDE: Me parecen fascinantes los proyectos que has tenido este año, ¿cómo van las clases en la Universidad del Sagrado Corazón? SP: La primera se llama Humortivación Práctica y está abierta al público en general. Ahí tengo un grupo de personas que vienen a la clase en búsqueda de un respiro en medio de una era muy intensa que se vive en Puerto Rico. La otra clase sí está dedicada a estudiantes de comunicaciones y tiene que ver con la redacción de columnas para los periódicos; le llamamos Periodismo de Opinión. Esa clase conlleva una responsabilidad muy grande de enseñarle a los estudiantes a redactar, la forma más correcta de hacer una columna de opinión, y cómo participar de la vida pública del país opinando acerca de aquellas cosas que son importantes. GDE: ¿Esto es algo que vas a continuar? SP: Es algo que me interesa continuar. Cada día me siento más cerca de la academia. Estoy haciendo un doctorado en historia, voy para el tercer semestre y estoy cogiéndolo poco a poco para disfrutármelo. La idea, más que obtener un título, es obtener conocimiento que me sirva como base para escribir, para hacer otras cosas. Adopté el escribir en este momento como mi oficio y entonces creo que esa cercanía con la academia me da otro aspecto que antes no cultivé y que me mantiene muy entusiasmado. GDE: De alguna una manera, la escritura siempre ha formado parte integral en tu vida, desde libretos, canciones y libros, tan así que en el 2005 hiciste una maestría en Creación Literaria en el Sagrado Corazón que resultó en tu primera novela “Un espejo en la selva”. ¿Cómo es tu proceso al escribir? ¿Cómo te inspiras y preparas? SP: Creo que el génesis de escribir está en el deseo de comunicar algo y en mi caso, ese algo usualmente tiene que ver con algo que quiero aportar a la sociedad, una reflexión, unas ideas. Entonces ese algo que uno quiere aportar hay que profundizarlo y estructurarlo. Estoy terminando el proceso de escribir un libro que debe salir en noviembre y que va a llevar como título “Sólo cuento con el cuento que te cuento” y es una memoria de mi vida narrada con los recursos literarios que nos da el cuento. Tiene cerca de 50 capítulos, estructurados de tal forma que los puedes leer casi independientemente. La narración del libro se divide en cuatro partes: mi vida en el campo; en los años 70; de los 80 al 2000, y del 2000 al presente. La estructura es lo que determina el cómo cuento eso que quiero contar, que no es otra cosa que las épocas del país vistas a través de las experiencias de un hombre que transita desde la ruralía de los años 50 en Puerto Rico, a las luchas de los 70, a la transformación tecnológica que ocurre de los 80 en adelante, y del 2000 en adelante el encuentro con la escritura y con la literatura como medio de comunicación. GDE: ¿Cuándo empezaste a escribir este libro? SP: Yo te diría que hace como 13 o 14 meses. GDE: ¿Tu dirías que eso es aproximadamente lo que te tardas en escribir un libro? SP: Éste está dentro de lo normal. Hay algunos que me tomaron mucho menos como los primeros sobre motivación, pero hay tres libros que marcaron una diferencia. El libro “Paso a paso por el Camino de Santiago” se convirtió en una crónica de viaje; hice anotaciones mientras hacía el Camino y una vez llegué a Puerto Rico le di forma de libro. “La vitrina rota” es un libro de historia y conllevó hacer una investigación previa y escribirlo me tomó como entre unos ocho a nueve meses. La novela es la que más tiempo tomó, te diría que desde que fue concebida hasta que llegó a la librería, siete años: dos o tres años de investigación del funcionamiento de la guerrilla en Colombia, dos años de escritura, un año de revisión y luego un año de esperar a que se publicara. El de ahora requirió, para mi sorpresa, mucha investigación de mi memoria porque una cosa es recordar lo que tú viviste y otra cosa es ser específico con fechas. También tuve que buscar información sobre el contexto en que se dio lo que me pasó, entonces ya eso necesitó una investigación de la cual no estaba consciente, pero que me fascinó. GDE: Para escribir hay que leer, ¿cuáles son algunos libros que has disfrutado? SP: Lo que dices es una verdad muy grande. Nadie puede aspirar a escribir si no es un lector ávido porque sino se va a notar en lo que escribes. Yo leo de todo, muchas biografías. Tengo siempre dos o tres libros que leo simultáneamente. Leo mucho a García Márquez, literatura de latinoamericanos y puertorriqueños, de Edgardo Rodríguez Juliá, Mayra Montero, Mayra Santos Febres, todas las personas que cultivan la literatura en Puerto Rico. Me gusta leer mucho de política y tengo muchos libros de los análisis políticos que salieron de toda la situación del país, Nestor Duprey, Carlos Gallisá, Héctor Luis Acevedo. También leo libros de espiritualidad. Uno de los primeros libros que me tocó mucho fue “Conversaciones con Dios” de Donald Walsch. He leído libros de transformación personal de Walter Riso, libros que tratan de explicar asuntos que uno puede considerar como casuales pero que no tienen nada de casuales como “Muchas vidas, muchos maestros”. Así me paso, en temas variados para que mi mente pueda enriquecerse y cuando vaya a escribir pues alguna de esas cosas sirvan de aliciente para lo que estoy pensando y reflexionando. GDE: Mencionaste la espiritualidad, este año también recorriste el Camino de Santiago por cuarta ocasión. ¿A qué le dedicaste este peregrinaje? SP: Al pueblo puertorriqueño. Puerto Rico vive en este momento creo que su momento más crítico y hay que hacer un llamado a todo el mundo, a reflexionar. Creo que los paradigmas que teníamos antes hay que descartarlos; los pensamientos políticos, las divisiones, todo lo que nos imaginamos antes tenemos que en cierta forma darle significado de acuerdo al momento presente. Entonces aproveché este Camino para reflexionar y los sacrificios que conllevaron hacerlo, se los dediqué como fuerza energética al pueblo puertorriqueño para ayudarlo en esa reflexión necesaria que este nuevo momento nos reclama. GDE: ¿Qué consejos básicos puedes compartir a quienes quieren hacer el Camino? SP: Lo primero es leer la historia del Camino porque conocer la historia es lo que enamora a una persona a que luego quiera hacerlo. Segundo, hay que buscar alguna razón para hacerlo y no tiene que ser trascendental. Me encontré con jóvenes que hacían el Camino en agradecimiento porque su equipo de fútbol no bajó a segunda categoría y hay personas que lo hacen porque tienen un diagnóstico de cáncer terminal y eso estaba en su bucket list. Tercero, uno debe escoger cuántos días le va a dedicar. Le puedes dedicar desde seis hasta 32 días. Seis es lo que te permite caminar los 100 kilómetros, requisito para ser declarado peregrino de Santiago. Lo cuarto es qué Camino quieres hacer, el portugués, el del norte, el primitivo, el francés, hay para escoger. Y cinco y más importante, hay que prepararse físicamente, se debe caminar antes por tres o cuatro meses consistentemente, que es lo que hago con la gente que va a hacer el Camino. Entonces uno debe planificar el viaje con gente seria que sepa a lo que va. El que desea hacerlo, que no deje pasar la oportunidad porque es una experiencia que le va a cambiar la vida. GDE: Voy a regresar al pasado, a tocar un tema un tanto sentimental; en el 2005 falleció uno de nuestros querendones y tu gran amigo Tony Croatto. El documental “Croatto... la huella de un emigrante” ganó un Emmy como mejor documental cultural para el cual colaboraste como conceptualizador, libretista y productor. Pero más allá de eso, ¿qué te enseñó Tony? SP: De todo esto que me preguntas he reflexionado profundamente para estas memorias. Tony significó mucho para mí, no creo que ha existido una persona, fuera del ámbito de mi familia, más influyente en mi vida que Tony. Lo conozco previo a estar en Haciendo Punto en Otro Son porque nos convertimos en vecinos y confidentes y compartíamos los procesos paralelos y similares que vivíamos en ese momento: dejar de cantar con las personas que siempre habíamos cantado y la terminación de una relación matrimonial. Reflexionábamos sobre todo eso y de esas conversaciones en el campo surge Haciendo Punto en Otro Son. Yo te diría que durante la etapa de la enfermedad y muerte de Tony, el último legado que me dejó además de ser un amigo incondicional y un mentor en lo musical, fue el acercarme al momento de la muerte, conocerla de cerca y aprender que uno muere como vive. Tony vivió repartiendo amor y murió rodeado de gente que lo amaba. Yo dije: si así uno puede vivir y así podemos morir, pues no hay que temerle a la muerte. Es cuestión de vivir una vida intensa, vivir en amor, en servicio, y si uno vive la vida así, la muerte va a ser un episodio más, consecuencia de la vida. Creo que esa enseñanza es lo más importante que Tony me dejó. GDE: Silverio, ¿de dónde sacas toda esa energía para hacer todo lo que haces y hacerlo bien? ¿Cómo manejas tu tiempo? SP: Creo que el manejo del tiempo posiblemente es mi talento más desarrollado, más que escribir, que cantar, que hacer otras cosas. Esas cosas no las haría si no tuviese una cierta obsesión tranquila y serena, aunque parezca contradictorio, con respecto al uso del tiempo. Creo que la estructura me viene de mi preparación como científico, como ingeniero. Pero no rendirme a la estructura, sino la estructura en servicio de lo que quiero hacer porque mucha gente es estructurada pero se convierten en prisioneros de su estructura. Te voy a llevar hasta el punto más ridículo de cómo puedo estructurar el tiempo. Me puse el reloj, son las seis de la mañana, tengo una terapia de mi pierna a las ocho, pues tengo dos horas. Cómo aprovecho mejor el tiempo porque después tengo una reunión importante a las diez y después tengo otros asuntos. Si pongo el café primero, en lo que el café hierve salgo a buscar el periódico y lo empiezo a ojear en lo que termina de hervir. Si voy afuera primero a buscar el periódico y pongo el café después, eso va a extender más el tiempo. Entonces veo el periódico, y aprovecho porque estoy gestando un artículo que quiero escribir sobre la situación de los partidos políticos y entonces veo que hay información ahí, arranco la página, no la voy a leer ahora porque si me pongo a leerla no termino el periódico. La saco aparte, la leeré más adelante en algún momento en que tenga el tiempo. Y es así, pequeñas cosas construyen la agenda del día, para sacarle mayor provecho posible al día. Y entonces ¿porqué esa estructuración? Porque tengo un foco; tengo que prepararme para mis clases, tengo que recopilar información también para un libro que tengo pensado. Entonces tener un proyecto con fecha y hacia dónde quieres dirigirte da esa dirección de que tienes que aprovechar el tiempo si quieres hacer tantas cosas. Es importante el qué para cuándo. GDE: Mencionaste que tienes otro libro pensado, ¿algo que nos puedas adelantar? SP: Va a ser uno muy profundo y diverso. Tiene que ver con lo que ha pasado en Puerto Rico del 2016 al presente. Es la continuación de “La vitrina rota”; qué hacemos con los vidrios de la vitrina, ¿nos herimos los pies al pisarlos, o construimos un vitral hermoso? Voy a empezar el proceso de análisis como en los primeros tres o cuatro meses de 2019, escritura en los próximos meses y debe salir como en marzo o abril de 2020. GDE: Y tú que trabajas tanto, ¿qué haces para desconectarte y divertirte? SP: Ver un buen partido de fútbol, leer, no me pierdo buenas obras de teatro, ir al cine. Estoy bien consciente de que para uno tener esta ola de trabajo que llevo, tengo que agregar ocio, viajar. Entonces me lo disfruto al máximo porque siento que me lo gané, que es un regalo que me hago a mí mismo a cambio de todo el trabajo intenso que hago. GDE: En el ámbito profesional, ¿qué no has hecho aún? SP: En este momento lo más que me interesa es que lo que escribo logre llegar a otras costas más allá de Puerto Rico, internacionalizarme como escritor. Ya logré algo que para mí era como un sueño y es que una editorial internacional me publicara. Mejorar mi escritura, hacerme cada día mejor escritor. GDE: Por último, me gustaría que le enviaras un mensaje al pueblo puertorriqueño que atraviesa un momento difícil y tal vez necesita unas palabras de esperanza para seguir hacia adelante. SP: Que no desaprovechamos el mensaje que la naturaleza nos dio a través del huracán María. Vino a crearnos un borrón y cuenta nueva para que aprendiéramos la fragilidad de nuestra Isla, que habían cosas que creíamos de una forma pero que no eran. Me da el temor de que los políticos no han aprendido esa lección y entonces yo creo que el pueblo la puede aprender y estamos a tiempo. La enseñanza principal que debiéramos derivar de María es que nunca creamos que somos superiores a los demás. Puerto Rico por mucho tiempo vivió en la burbuja de pensar que éramos la vitrina del Caribe y que esas pobres islas del Caribe debían ser como nosotros y en ese sueño hemos estado. De pronto esas islas nos pasaron por el lado en crecimiento económico y en otros desarrollos. María nos dio un golpe de humildad. Vamos a aprender y arrancar de ahí para hacer un mejor país. La Ñapita Descríbete con tres palabras: trabajador, sensible y soñador Lugar del mundo: España Frase: “Siempre, siempre, siempre hay espacio para crecer.” Coleccionas... libros y amigos Alguna obsesión o manía: con producir Una aplicación que usas con frecuencia: Twitter Te gustaría conocer: al Papa ¿Qué lees o escuchas al momento? Leo una historia de un músico que a los 30 y pico de años vivió unas cosas tan intensas que está escribiendo una biografía. Dudé de hacer mi biografía y cuando vi que este músico escribía la suya a los 33 años dije: pues mira, él debe tener una buena razón para hacerlo que justifique la mía a los 70. Escucho a Javier Ruibal, un español que hace flamenco y música andaluza con una influencia de jazz maravillosa. ¿Qué te inspira? Contribuir, el que algo que yo haga le mejore, aunque sea un chispito, la vida a otra persona. Algo placentero para ti es: viajar Cómo se llamaría la película de tu vida? “El Yúnior”; juraba que me llamaba así porque a mí me decían Junior; mi mamá lo escribía con Y. Cuando llegué a primer grado me enteré que mi nombre era Silverio y salí traumatizado. Creo que es una buena excusa para narrar la vida de una persona que creció en el campo. Si existen las vidas pasadas, ¿qué fuiste en otra vida? Un filósofo, por el oriente. Un puertorriqueñ@ que admires: Eddie López, fundador de Los Rayos Gamma y Tony Croatto, que fue un jíbaro puertorriqueño que le dio con nacer en Italia Quisieras aprender a: manejar mejor la tecnología ¿Cómo te relajas? Viendo deportes ¿Qué te da esperanza? Que hayan jóvenes como tú y como otros, que veo mirando la vida de una perspectiva diferente sin las cargas del pasado. Quisieras que te recordaran por: que aportó a una mejor calidad de vida en Puerto Rico Sigue a Silverio en las redes sociales: Facebook: SilverioPérezPR Twitter: @SilverioPR Instagram: @silverioperezpr Nota al calce: Los Rayos Gamma regresan con su espectáculo “La Junta los Junta” los días 16 y 17 de noviembre en el CBA de Caguas. Boletos a través de Ticket Center. |
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Diciembre 2020
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