Silverio Pérez fue, es y siempre será uno de nuestros grandes querendones. Tal vez se deba a la eterna sonrisa dibujada en su rostro y componente esencial de su carisma, tal vez a los años en que ha demostrado su lealtad y compromiso con el pueblo puertorriqueño. Lo cierto es que este versátil y talentoso músico, escritor, humortivador y profesor, entre tantas otras cosas, cumplió 70 años el pasado mes de julio y al parecer sus energías son inagotables. Conversamos con Silverio por un rato en el que compartió anécdotas, sus estrategias para el manejo del tiempo, así como proyectos actuales y futuros. A continuación, una transcripción de la charla, editada y condensada. GDE: Hola Silverio, ¿cómo estás? SP: Bien ¿y tú, querida? GDE: ¡Bien, qué bueno escucharte! Silverio, te quiero agradecer el tiempo para hacer esta entrevista y quería comenzar con el hecho más reciente, la celebración de tus 70 años y por lo que leí en tu página web parece que hay Silverio para largo porque tu papá tiene 104 años y tu mamá 93, ¿cómo se llaman? SP: Mi papá se llama Silverio Pérez y precisamente por eso me llamo así, porque soy el primogénito de la cepa de papi y mami. En el campo se acostumbraba siempre a ponerle el nombre del papá al hijo mayor. Además, papi se llama Silverio porque también era costumbre ponerle a las personas el nombre de acuerdo al santo que apareciera en el almanaque Bristol el día que nacían. Mi mamá se llama Victorina precisamente también por el almanaque, porque era el día de San Victorino y lo convirtieron en femenino. GDE: ¿Qué es una de las cosas más importantes que ellos sembraron en ti y que a su vez tú sembraste en tus hijos? SP: En el caso de mi papá, el humor, que es una constante en la comunicación de mi papá con la familia y con sus amigos y vecinos. También de él siento que heredé ese compromiso con el trabajo, con estar haciendo algo productivo, pues era una persona que no se daba por vencido; cuando no aparecía trabajo como carpintero, trabajaba arando la tierra o haciendo cualquier cosa. Siempre vi en él el ejemplo de que el ocio o estar haciendo nada no cabía dentro de nuestro sistema de creencias. En el caso de mi mamá, es la persona con inteligencia emocional más extraordinaria que conozco. Mi mamá solo estudió hasta cuarto grado, sin embargo, siempre analiza las cosas con mucha ponderación. Además, siempre tiene una tranquilidad y una paz. Me parece que esas dos cosas, el humor y el compromiso con el trabajo de mi papá, y el balance emocional de mi mamá, son las herencias más preciadas que tengo de ellos. GDE: Me parecen fascinantes los proyectos que has tenido este año, ¿cómo van las clases en la Universidad del Sagrado Corazón? SP: La primera se llama Humortivación Práctica y está abierta al público en general. Ahí tengo un grupo de personas que vienen a la clase en búsqueda de un respiro en medio de una era muy intensa que se vive en Puerto Rico. La otra clase sí está dedicada a estudiantes de comunicaciones y tiene que ver con la redacción de columnas para los periódicos; le llamamos Periodismo de Opinión. Esa clase conlleva una responsabilidad muy grande de enseñarle a los estudiantes a redactar, la forma más correcta de hacer una columna de opinión, y cómo participar de la vida pública del país opinando acerca de aquellas cosas que son importantes. GDE: ¿Esto es algo que vas a continuar? SP: Es algo que me interesa continuar. Cada día me siento más cerca de la academia. Estoy haciendo un doctorado en historia, voy para el tercer semestre y estoy cogiéndolo poco a poco para disfrutármelo. La idea, más que obtener un título, es obtener conocimiento que me sirva como base para escribir, para hacer otras cosas. Adopté el escribir en este momento como mi oficio y entonces creo que esa cercanía con la academia me da otro aspecto que antes no cultivé y que me mantiene muy entusiasmado. GDE: De alguna una manera, la escritura siempre ha formado parte integral en tu vida, desde libretos, canciones y libros, tan así que en el 2005 hiciste una maestría en Creación Literaria en el Sagrado Corazón que resultó en tu primera novela “Un espejo en la selva”. ¿Cómo es tu proceso al escribir? ¿Cómo te inspiras y preparas? SP: Creo que el génesis de escribir está en el deseo de comunicar algo y en mi caso, ese algo usualmente tiene que ver con algo que quiero aportar a la sociedad, una reflexión, unas ideas. Entonces ese algo que uno quiere aportar hay que profundizarlo y estructurarlo. Estoy terminando el proceso de escribir un libro que debe salir en noviembre y que va a llevar como título “Sólo cuento con el cuento que te cuento” y es una memoria de mi vida narrada con los recursos literarios que nos da el cuento. Tiene cerca de 50 capítulos, estructurados de tal forma que los puedes leer casi independientemente. La narración del libro se divide en cuatro partes: mi vida en el campo; en los años 70; de los 80 al 2000, y del 2000 al presente. La estructura es lo que determina el cómo cuento eso que quiero contar, que no es otra cosa que las épocas del país vistas a través de las experiencias de un hombre que transita desde la ruralía de los años 50 en Puerto Rico, a las luchas de los 70, a la transformación tecnológica que ocurre de los 80 en adelante, y del 2000 en adelante el encuentro con la escritura y con la literatura como medio de comunicación. GDE: ¿Cuándo empezaste a escribir este libro? SP: Yo te diría que hace como 13 o 14 meses. GDE: ¿Tu dirías que eso es aproximadamente lo que te tardas en escribir un libro? SP: Éste está dentro de lo normal. Hay algunos que me tomaron mucho menos como los primeros sobre motivación, pero hay tres libros que marcaron una diferencia. El libro “Paso a paso por el Camino de Santiago” se convirtió en una crónica de viaje; hice anotaciones mientras hacía el Camino y una vez llegué a Puerto Rico le di forma de libro. “La vitrina rota” es un libro de historia y conllevó hacer una investigación previa y escribirlo me tomó como entre unos ocho a nueve meses. La novela es la que más tiempo tomó, te diría que desde que fue concebida hasta que llegó a la librería, siete años: dos o tres años de investigación del funcionamiento de la guerrilla en Colombia, dos años de escritura, un año de revisión y luego un año de esperar a que se publicara. El de ahora requirió, para mi sorpresa, mucha investigación de mi memoria porque una cosa es recordar lo que tú viviste y otra cosa es ser específico con fechas. También tuve que buscar información sobre el contexto en que se dio lo que me pasó, entonces ya eso necesitó una investigación de la cual no estaba consciente, pero que me fascinó. GDE: Para escribir hay que leer, ¿cuáles son algunos libros que has disfrutado? SP: Lo que dices es una verdad muy grande. Nadie puede aspirar a escribir si no es un lector ávido porque sino se va a notar en lo que escribes. Yo leo de todo, muchas biografías. Tengo siempre dos o tres libros que leo simultáneamente. Leo mucho a García Márquez, literatura de latinoamericanos y puertorriqueños, de Edgardo Rodríguez Juliá, Mayra Montero, Mayra Santos Febres, todas las personas que cultivan la literatura en Puerto Rico. Me gusta leer mucho de política y tengo muchos libros de los análisis políticos que salieron de toda la situación del país, Nestor Duprey, Carlos Gallisá, Héctor Luis Acevedo. También leo libros de espiritualidad. Uno de los primeros libros que me tocó mucho fue “Conversaciones con Dios” de Donald Walsch. He leído libros de transformación personal de Walter Riso, libros que tratan de explicar asuntos que uno puede considerar como casuales pero que no tienen nada de casuales como “Muchas vidas, muchos maestros”. Así me paso, en temas variados para que mi mente pueda enriquecerse y cuando vaya a escribir pues alguna de esas cosas sirvan de aliciente para lo que estoy pensando y reflexionando. GDE: Mencionaste la espiritualidad, este año también recorriste el Camino de Santiago por cuarta ocasión. ¿A qué le dedicaste este peregrinaje? SP: Al pueblo puertorriqueño. Puerto Rico vive en este momento creo que su momento más crítico y hay que hacer un llamado a todo el mundo, a reflexionar. Creo que los paradigmas que teníamos antes hay que descartarlos; los pensamientos políticos, las divisiones, todo lo que nos imaginamos antes tenemos que en cierta forma darle significado de acuerdo al momento presente. Entonces aproveché este Camino para reflexionar y los sacrificios que conllevaron hacerlo, se los dediqué como fuerza energética al pueblo puertorriqueño para ayudarlo en esa reflexión necesaria que este nuevo momento nos reclama. GDE: ¿Qué consejos básicos puedes compartir a quienes quieren hacer el Camino? SP: Lo primero es leer la historia del Camino porque conocer la historia es lo que enamora a una persona a que luego quiera hacerlo. Segundo, hay que buscar alguna razón para hacerlo y no tiene que ser trascendental. Me encontré con jóvenes que hacían el Camino en agradecimiento porque su equipo de fútbol no bajó a segunda categoría y hay personas que lo hacen porque tienen un diagnóstico de cáncer terminal y eso estaba en su bucket list. Tercero, uno debe escoger cuántos días le va a dedicar. Le puedes dedicar desde seis hasta 32 días. Seis es lo que te permite caminar los 100 kilómetros, requisito para ser declarado peregrino de Santiago. Lo cuarto es qué Camino quieres hacer, el portugués, el del norte, el primitivo, el francés, hay para escoger. Y cinco y más importante, hay que prepararse físicamente, se debe caminar antes por tres o cuatro meses consistentemente, que es lo que hago con la gente que va a hacer el Camino. Entonces uno debe planificar el viaje con gente seria que sepa a lo que va. El que desea hacerlo, que no deje pasar la oportunidad porque es una experiencia que le va a cambiar la vida. GDE: Voy a regresar al pasado, a tocar un tema un tanto sentimental; en el 2005 falleció uno de nuestros querendones y tu gran amigo Tony Croatto. El documental “Croatto... la huella de un emigrante” ganó un Emmy como mejor documental cultural para el cual colaboraste como conceptualizador, libretista y productor. Pero más allá de eso, ¿qué te enseñó Tony? SP: De todo esto que me preguntas he reflexionado profundamente para estas memorias. Tony significó mucho para mí, no creo que ha existido una persona, fuera del ámbito de mi familia, más influyente en mi vida que Tony. Lo conozco previo a estar en Haciendo Punto en Otro Son porque nos convertimos en vecinos y confidentes y compartíamos los procesos paralelos y similares que vivíamos en ese momento: dejar de cantar con las personas que siempre habíamos cantado y la terminación de una relación matrimonial. Reflexionábamos sobre todo eso y de esas conversaciones en el campo surge Haciendo Punto en Otro Son. Yo te diría que durante la etapa de la enfermedad y muerte de Tony, el último legado que me dejó además de ser un amigo incondicional y un mentor en lo musical, fue el acercarme al momento de la muerte, conocerla de cerca y aprender que uno muere como vive. Tony vivió repartiendo amor y murió rodeado de gente que lo amaba. Yo dije: si así uno puede vivir y así podemos morir, pues no hay que temerle a la muerte. Es cuestión de vivir una vida intensa, vivir en amor, en servicio, y si uno vive la vida así, la muerte va a ser un episodio más, consecuencia de la vida. Creo que esa enseñanza es lo más importante que Tony me dejó. GDE: Silverio, ¿de dónde sacas toda esa energía para hacer todo lo que haces y hacerlo bien? ¿Cómo manejas tu tiempo? SP: Creo que el manejo del tiempo posiblemente es mi talento más desarrollado, más que escribir, que cantar, que hacer otras cosas. Esas cosas no las haría si no tuviese una cierta obsesión tranquila y serena, aunque parezca contradictorio, con respecto al uso del tiempo. Creo que la estructura me viene de mi preparación como científico, como ingeniero. Pero no rendirme a la estructura, sino la estructura en servicio de lo que quiero hacer porque mucha gente es estructurada pero se convierten en prisioneros de su estructura. Te voy a llevar hasta el punto más ridículo de cómo puedo estructurar el tiempo. Me puse el reloj, son las seis de la mañana, tengo una terapia de mi pierna a las ocho, pues tengo dos horas. Cómo aprovecho mejor el tiempo porque después tengo una reunión importante a las diez y después tengo otros asuntos. Si pongo el café primero, en lo que el café hierve salgo a buscar el periódico y lo empiezo a ojear en lo que termina de hervir. Si voy afuera primero a buscar el periódico y pongo el café después, eso va a extender más el tiempo. Entonces veo el periódico, y aprovecho porque estoy gestando un artículo que quiero escribir sobre la situación de los partidos políticos y entonces veo que hay información ahí, arranco la página, no la voy a leer ahora porque si me pongo a leerla no termino el periódico. La saco aparte, la leeré más adelante en algún momento en que tenga el tiempo. Y es así, pequeñas cosas construyen la agenda del día, para sacarle mayor provecho posible al día. Y entonces ¿porqué esa estructuración? Porque tengo un foco; tengo que prepararme para mis clases, tengo que recopilar información también para un libro que tengo pensado. Entonces tener un proyecto con fecha y hacia dónde quieres dirigirte da esa dirección de que tienes que aprovechar el tiempo si quieres hacer tantas cosas. Es importante el qué para cuándo. GDE: Mencionaste que tienes otro libro pensado, ¿algo que nos puedas adelantar? SP: Va a ser uno muy profundo y diverso. Tiene que ver con lo que ha pasado en Puerto Rico del 2016 al presente. Es la continuación de “La vitrina rota”; qué hacemos con los vidrios de la vitrina, ¿nos herimos los pies al pisarlos, o construimos un vitral hermoso? Voy a empezar el proceso de análisis como en los primeros tres o cuatro meses de 2019, escritura en los próximos meses y debe salir como en marzo o abril de 2020. GDE: Y tú que trabajas tanto, ¿qué haces para desconectarte y divertirte? SP: Ver un buen partido de fútbol, leer, no me pierdo buenas obras de teatro, ir al cine. Estoy bien consciente de que para uno tener esta ola de trabajo que llevo, tengo que agregar ocio, viajar. Entonces me lo disfruto al máximo porque siento que me lo gané, que es un regalo que me hago a mí mismo a cambio de todo el trabajo intenso que hago. GDE: En el ámbito profesional, ¿qué no has hecho aún? SP: En este momento lo más que me interesa es que lo que escribo logre llegar a otras costas más allá de Puerto Rico, internacionalizarme como escritor. Ya logré algo que para mí era como un sueño y es que una editorial internacional me publicara. Mejorar mi escritura, hacerme cada día mejor escritor. GDE: Por último, me gustaría que le enviaras un mensaje al pueblo puertorriqueño que atraviesa un momento difícil y tal vez necesita unas palabras de esperanza para seguir hacia adelante. SP: Que no desaprovechamos el mensaje que la naturaleza nos dio a través del huracán María. Vino a crearnos un borrón y cuenta nueva para que aprendiéramos la fragilidad de nuestra Isla, que habían cosas que creíamos de una forma pero que no eran. Me da el temor de que los políticos no han aprendido esa lección y entonces yo creo que el pueblo la puede aprender y estamos a tiempo. La enseñanza principal que debiéramos derivar de María es que nunca creamos que somos superiores a los demás. Puerto Rico por mucho tiempo vivió en la burbuja de pensar que éramos la vitrina del Caribe y que esas pobres islas del Caribe debían ser como nosotros y en ese sueño hemos estado. De pronto esas islas nos pasaron por el lado en crecimiento económico y en otros desarrollos. María nos dio un golpe de humildad. Vamos a aprender y arrancar de ahí para hacer un mejor país. La Ñapita Descríbete con tres palabras: trabajador, sensible y soñador Lugar del mundo: España Frase: “Siempre, siempre, siempre hay espacio para crecer.” Coleccionas... libros y amigos Alguna obsesión o manía: con producir Una aplicación que usas con frecuencia: Twitter Te gustaría conocer: al Papa ¿Qué lees o escuchas al momento? Leo una historia de un músico que a los 30 y pico de años vivió unas cosas tan intensas que está escribiendo una biografía. Dudé de hacer mi biografía y cuando vi que este músico escribía la suya a los 33 años dije: pues mira, él debe tener una buena razón para hacerlo que justifique la mía a los 70. Escucho a Javier Ruibal, un español que hace flamenco y música andaluza con una influencia de jazz maravillosa. ¿Qué te inspira? Contribuir, el que algo que yo haga le mejore, aunque sea un chispito, la vida a otra persona. Algo placentero para ti es: viajar Cómo se llamaría la película de tu vida? “El Yúnior”; juraba que me llamaba así porque a mí me decían Junior; mi mamá lo escribía con Y. Cuando llegué a primer grado me enteré que mi nombre era Silverio y salí traumatizado. Creo que es una buena excusa para narrar la vida de una persona que creció en el campo. Si existen las vidas pasadas, ¿qué fuiste en otra vida? Un filósofo, por el oriente. Un puertorriqueñ@ que admires: Eddie López, fundador de Los Rayos Gamma y Tony Croatto, que fue un jíbaro puertorriqueño que le dio con nacer en Italia Quisieras aprender a: manejar mejor la tecnología ¿Cómo te relajas? Viendo deportes ¿Qué te da esperanza? Que hayan jóvenes como tú y como otros, que veo mirando la vida de una perspectiva diferente sin las cargas del pasado. Quisieras que te recordaran por: que aportó a una mejor calidad de vida en Puerto Rico Sigue a Silverio en las redes sociales: Facebook: SilverioPérezPR Twitter: @SilverioPR Instagram: @silverioperezpr Nota al calce: Los Rayos Gamma regresan con su espectáculo “La Junta los Junta” los días 16 y 17 de noviembre en el CBA de Caguas. Boletos a través de Ticket Center.
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Diciembre 2020
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