Javier De Jesús es un hombre sumamente carismático y versátil, y detrás de su eterna sonrisa reside un ser a quien la vida confrontó con inmensos retos que lo equiparon con las herramientas necesarias para cada día convertirse en su mejor versión. A sus 47 años, Javier, además de ser fisiculturista, actor, escritor, “Machazo” y Life Coach, es un Youtuber que se dedica a motivar a sus más de 27,000 seguidores a través de mensajes salpicados de positivismo y humor. A continuación, la entrevista que le hicimos a Javier en su versión editada y condensada. GDE: Hola Javier, qué gusto hablarte luego de tanto tiempo. Oye, entre todas las cosas para las que te has preparado, me pareció curioso que también estudiaste para ser Life Coach, ¿por qué? JDJ: Pues mira, lo estudié para beneficio personal porque me gustaba el tema, dentro de la motivación, de las personas que te ayudan a sacar lo mejor de ti y te obligan a encontrar respuestas. Eso precisamente es lo que hace el Life Coach a través de preguntas, te lleva a que sepas qué quieres y luego va mano a mano contigo hasta que lo logras. Entonces, quería saber cómo podía aplicar eso a mi vida para hacerme las preguntas correctas. De ahí lo apliqué a mis charlas de motivación y a las cosas que hago, para llevar un mejor mensaje sin entrar en mi opinión dentro de lo que pueda querer o no para otras personas. Básicamente por eso lo estudié y me encantó, se lo recomiendo a cualquiera. Tuve la oportunidad de trabajar con dos compañías que me contrataron para hacerle coaching a los gerenciales y empleados que eran líderes de distintas áreas; fue chulísimo. GDE: ¿Cuánto tiempo tomó esa preparación? JDJ: Lo mío fue súper rápido porque estudié más de 10 religiones, filosofía… es una pasión. Hubo muchos años de mi vida en que prácticamente era adicto a la lectura y me gustaba todo lo que tenía que ver con lo espiritual, con psicología, y cuando empecé a estudiar Life Coach, que fue en The International School of Coaching y la sede de ellos está en España, empecé a estudiar directamente con un profesor por Skype. Me gustó mucho porque él era la persona a quien le tenía que hacer coaching. Fue bastante rápido por lo que yo había estudiado y en nueve meses lo terminé, eso fue en el 2008. GDE: También eres fisiculturista desde hace tiempo, ¿cuándo fue que empezaste a prepararte para competir? ¿Qué trajo a tu vida toda esa preparación física como competidor de fisiculturismo? JDJ: Mi primera competencia fue en 1994, lo que pasa es que nunca lo decía mediáticamente porque como competí en Puerto Rico no quería que nadie pensara que tenía una influencia mediática en las decisiones de los jueces. Entonces me exigía mucho más porque no quería ganar y que fuera dudoso. Me pasó muchas veces que la gente decía: ganó porque es Javier, porque es “el Machazo”… a pesar de que empecé a competir antes de estar en televisión. Gané cinco años corridos en Puerto Rico, de 2006 a 2010, y luego me retiré por un tiempo. Regresé después de muchas cosas trágicas que me pasaron y ahí creo que te voy a contestar exactamente cómo afectó mi vida. En un momento dado me dio una depresión brutal, no quería trabajar, me llamaban para charlas y decía que la fecha estaba cogida pero estaba en mi casa encerrado. Un amigo me dijo: mira, empieza en el gimnasio de nuevo, y empecé. Ya me había retirado para correr bicicleta porque me había lastimado un hombro y los médicos decían que en cualquier momento se iba a romper el tendón. Regresé en el 2014 y poco a poco hice competencias nacionales. Representé a Puerto Rico en los Centroamericanos y me lancé a competir en Estados Unidos porque quería hacerlo donde nadie me conociera. Gané competencias regionales y después nacionales. En el 2017 competí Open con chamacos de 23 y 24 años y llegué top ten. Soy el único puertorriqueño en llegar top ten en mi categoría a nivel profesional, pero fue bien difícil. ¿Cómo cambió mi vida? Creo que todo lo que he hecho en mi vida está ligado a ese deporte porque no creo que haya otra cosa tan sacrificada en términos generales de vida; tienes que dormir las horas que tienes que dormir, si sales tienes que llevar tu comida, puedes estar en el lobby del Hotel San Juan y sacar tu comida y comer porque te toca. Tienes que entrenar toda tu vida, sacrificar tiempo con amistades, con familia. Entonces la disciplina es tanta que cuando puedes aplicar eso a otras cosas en tu vida, lo logras. La consistencia no se logra en dos días, a mi me tomó años. Llevo 32 años entrenando y eso me ayuda a que cada vez que empiezo algún proyecto, no me precipito ni desespero. Tengo un arma bien poderosa y es que no me voy a rendir y entonces no pierdo, porque mientras luchas no pierdes, o ganas o sigues luchando. Entonces en ese sentido mi vida cambió porque la disciplina la pude aplicar. De hecho, cuando tuve un aha moment fue por Rich Gaspari, un competidor de Estados Unidos que llegó cuatro veces segundo lugar en Mister Olympia. Él cambió el deporte, su condición era la mejor pero por su físico siempre perdía, no se veía bonito en tarima. Entonces montó una compañía de suplementos y en ese momento no tenía mucho dinero. Le dijeron: estás montando una compañía pero vas a competir con otras más grandes que te van a comer, ¿qué te hace pensar que vas a tener éxito? Su contestación fue: fui segundo lugar cuatro veces en Mister Olympia, no hay nada que no pueda lograr. Cuando lo escuché dije: es verdad, a nosotros nadie nos entiende, nadie te aplaude, lo que hacen es criticar hasta que ganes. Incluso cuando mejor te ves siempre hay alguien que dice: estás muy fuerte, me das asco. Es uno contra el mundo. Es bien complicado y creo que cuando aplico eso a las cosas que quiero lograr digo: esto es un reto más, igual que lo que hecho toda mi vida. GDE: ¿Cómo te mantienes saludable? JDJ: Como estoy con miras a regresar el año que viene a competir una o dos veces para luego retirarme, como cada dos horas y media y todo es pesado y medido. Quiero estar seguro de cuántos gramos de proteína, de carbohidratos y de grasa uso. Básicamente, mi comida es muy aburrida: todos los días como avena, pechuga de pollo, pescado, carne roja súper limpia, arroz blanco, batata mameya y ensalada verde como brócoli, espinaca o espárragos. Entreno de lunes a viernes por una hora y 15 minutos incluido el cardio por 30 minutos; por la noche camino media hora por la calle. GDE: ¿No te das un gustito de vez en cuando? JDJ: Ahora mismo que estoy en off season hago unos videos de comida para mi canal de YouTube donde salgo a comer en restaurantes en Puerto Rico y entonces el día que hago ese video como como salvaje. Antes de hacer el video me mantengo consumiendo proteína. Luego calculo y entonces los próximos días empiezo a bajar en los nutrientes, todo es medido. La gente dice: pero como ese tipo come así, y no es que después como menos, como menos de lo que tengo que comer menos. GDE: Javier, ¿de dónde sacaste la fortaleza luego de la pérdida de tus padres y luego la de tu hermano? JDJ: Estaba en Pittsburgh compitiendo para hacerme profesional, iba montado en un taxi y en ese momento vino una de esas cosas que a nivel espiritual llamo revelación. Algo dentro de mi me dijo: Javier, esto fue así por esta razón. Y me di cuenta en ese momento, y se lo dije al taxista porque tenía que decírselo a alguien, de que todas las cosas que pasaron en mi vida, por más fuerte que fueron, nunca pasó una más fuerte antes. Me explico, cuando pasó lo de mi mamá que estaba enferma con cáncer, recibir esa noticia fue muy fuerte y más cuando nadie lo sabía, solo mi mamá y yo. Así pasaron muchos meses porque mami no quería que nadie supiera nada. Ya eso te empieza a fortalecer y a preparar. Entonces cuando murió, eso me fortaleció. Tú pasas por procesos fuertes y te fortaleces. Luego vino la muerte de mi papá, que yo no lo quería menos que mami, de hecho, mi papá era mi ídolo, para mí era lo más grande. Pues mi papá no estaba enfermo, se operó del corazón y salió bien. Parece que comió mucho la noche anterior y se acostó a dormir y le dio un paro cardíaco. Eso hubiese sido 10 veces más fuerte si hubiera pasado antes que lo de mi mamá, porque un proceso me hizo más fuerte para el siguiente. Entonces cuando pasó lo segundo empecé a lidiar con un sentimiento de que me sentía solo, a pesar de que yo no vivía con mis papás, ni hablaba con ellos todos los días, pero tú sabes que están ahí. Cuando pasó lo de mi hermano Gillito, yo no lo hubiese podido soportar si hubiese pasado primero que los otros dos. Ya yo no era la misma persona. Empecé a aprender que nosotros sufrimos por nuestra manera natural de ser egoístas, de decir: me va a hacer falta, no lo voy a ver. Si pienso en la persona, si cambio el enfoque es más fácil porque digo: esta persona estaba en un cuerpo, en un plano físico donde hay dolor, sufrimiento, enfermedades, angustia. Entonces una vez veo las cosas desde ese punto de vista se me hace menos difícil pasar por el proceso. Ahora, no te puedo decir que superé todo, creo que es un trabajo diario. Es muy difícil para mí ver cosas de mi hermano y que de momento se me aguan los ojos; uno aprende a vivir con eso. Además, no es lo mismo cuando daba charlas de motivación antes que cuando las doy ahora, la gente dice: el tipo tiene credibilidad… Yo di 17 charlas a pacientes de cáncer terminal en tres semanas y la primera fue el día después de que mi mamá murió; estaba delante de esos pacientes que se enteraron por los medios. Tenía que estar allí haciéndoles ver que todo iba a estar bien. Esas cosas te convierten en otra persona. GDE: Partiendo de esa premisa, ¿qué consejos puedes compartir para, al igual que tú, vencer cualquier adversidad y lograr nuestras metas? JDJ: Todo está en cómo miras lo que te sucede. Cuando quiero adquirir fuerzas o desarrollar más un área muscular tengo que entrenar más fuerte y ser más disciplinado. En la medida en que yo pueda mover más eso, voy a seguir ganando fuerzas porque el cuerpo pasa por un proceso de adaptación. No puedo controlar si voy a subir unas pesas una vez las bajo, pero sí puedo controlar el dar el 100 por ciento de mi esfuerzo y mientras lo haga, independientemente del resultado, mi cuerpo siempre va a asumir una actitud de adaptación. Cuando nosotros pasamos por adversidades, es exactamente lo mismo, es algo que va en contra de nosotros pero que precisamente es lo que nos hará subir a un próximo nivel. Es maravilloso pensar en una vida sin adversidades, pero si fuera de esa manera tampoco progresaríamos porque no hay nada que tengas en contra para que te esfuerces a ser mejor. Las adversidades y los obstáculos, cuando hablamos desde el punto de vista profesional o de metas que queremos lograr, son los que te obligan a hacerte la pregunta de cuán grande es tu deseo por lograrlo. Cuando tu deseo no es tan grande, la adversidad siempre va a ganar la batalla. Cuando tu deseo es más grande, tú vas por encima de la adversidad. Estoy totalmente convencido de que las adversidades son las que te preparan para asumir una actitud de humildad ante tus logros. Te conviertes en una persona grandiosa cuando tienes esa adversidad y aceptas que lo que te encuentres de frente es lo que te hará crecer. Cuando me preguntan quién es mi héroe, mi héroe soy yo dentro de cinco años y cuando pasen los cinco años va a ser lo mismo porque me quiero convertir en esa persona que quiero admirar. Eso no va a pasar si no tengo nada en contra. Compito Open en Estados Unidos con gente mucho más dura que yo, mucho más joven, pero es que eso es lo que quiero. De ninguna otra manera voy a lograr sentirme orgulloso y decir: di mi 100 por ciento. GDE: Dices que eres creyente del poder espiritual, háblame de eso y de si tienes alguna práctica espiritual. JDJ: Estoy pecando de que no estoy meditando. Me levantaba todos los días y meditaba y eso me ayudó mucho. Actualmente, cada vez que tengo proyectos nuevos practico estar solo conmigo, conversaciones conmigo, con mi conciencia. Estoy bien seguro de que hay un poder mucho más grande que nosotros que está presente todo el tiempo y al que llamo Dios. Estoy seguro de que cuando uno tiene esa relación de hablar con ese ser espiritual, uno empieza a tener respuestas si tienes la paciencia necesaria para escucharlas. Pues tengo esas conversaciones en las que me pregunto si estaré en el camino correcto y usualmente la contestación es si te sientes feliz sí, si te sientes mal pues no estás ahí. Es algo que le recomiendo a todo el mundo, que saquen un tiempito porque quien no puede estar solo no va a lograr que alguien quiera estar solo con él. GDE: ¿Quiénes te sirvieron de inspiración durante tu carrera profesional? JDJ: Mi papá, Gilberto De Jesús, me enseñó muchas cosas en términos de asumir responsabilidades. No era un tipo que no cometió errores, pero siempre los afrontó. Era un hombre de palabra. Por él nunca he llegado tarde a un sitio, porque él decía: Javier, no se puede llegar tarde. Por mi papá nunca he prometido algo que no haya cumplido. Antes de prometer algo lo pienso mucho porque sé que me voy a atar con eso. Mi papá decía que la palabra de uno tiene que valer más que la firma de cualquier abogado. Me enseñó muchas cosas, no a ser fiel sino a ser leal. Cuando llegué del hospital dos días antes de que mi mamá muriera, lo llamé y le pregunté: ¿cómo éstas? Te siento triste y no tienes por qué estarlo, desde que te enteraste de que mami tenía cáncer renunciaste a todo, estuviste a su lado todo el tiempo. Entonces me dijo: Javier, eso no es nada por lo que me tenga que sentir orgulloso porque cuando en la iglesia yo le prometí a un cura que iba a estar con tu mamá en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte nos separe, lo único que hice fue cumplir con mi responsabilidad. No merezco ningún tipo de mérito porque hice lo que se supone. Bueno es aquel que hace algo más de lo que se supone. Entonces eso me jamaqueó y dije: quiero ser como él. GDE: Hablemos de tu canal de YouTube que hoy sobrepasa los 27,000 seguidores, ¿cuál es tu misión e intención con el canal? JDJ: Empecé con YouTube cuando me di cuenta de que poco a poco la televisión está desintegrándose. Hace unos meses YouTube sobrepasó la televisión a nivel mundial en ventas de anuncios. También me di cuenta de que personas que querían entrar a los medios de comunicación o demostrar que tenían algún talento, tenían una plataforma completamente gratis para hacerlo. Inicié el canal en el 2007 y primero hacía videos de motivación y autoayuda, que los veo ahora y digo: Dios mío, pero qué vergüenza… No usé más el canal y entonces empecé duro en el 2017, a hacer tres videos semanales y luego cuatro. Después vino el huracán María y ya tenía 11,000 suscriptores y de ahí estuve sin hacer videos hasta casi finales de enero. Entonces empecé de nuevo a trabajar duro, a subir cuatro videos a la semana. Yo lo hago todo, grabo, edito… y me enfoqué, dije: voy a hacer esto porque me gusta, me apasiona, la paso bien y puedo generar una fuente de ingresos y en la medida en que mi capacidad de influenciar crezca puedo llevar un mensaje chévere. Hago videos que pueden ser cómicos o de comida, pero si los ves todos, no importa lo que haga, en algún momento hay un mensaje positivo. Entiendo que es una manera de no limitarme. Así llevo hasta el día de hoy. Estoy enfocado en el canal y para los videos de comida, ya los restaurantes me pagan para que vaya a hacer un video en el establecimiento. Cuando empecé, yo grababa el video por un intercambio de comida y entonces dije: coño mano, yo veo que gente por ahí hace un video, no hay un personality comiendo, no hay nada, es un video de 30 segundos editado para que la gente ponga un anuncio y le cobran mil pesos. Entonces consulté y dije que iba empezar a cobrar 100 pesos por video para sentirme que me están pagando algo; me dijeron que nadie me iba a pagar. Eso era lo que necesitaba para hacerlo. Cuando los primeros negocios me empezaron a pagar, el efecto de la gente respondiendo a los negocios fue brutal y esos dueños de negocios se comunicaban con sus amigos: mira, pusieron mi video y funcionó. Entonces poco a poco fui subiendo la tarifa pues llegué al punto de que cuatro negocios se quedaron sin comida temprano y ya hay negocios que tienen hamburgers con mi nombre. Un video que hice en San Germán, el tipo me llamó como hora y media después de que salió el video y dije: raro que me está llamando porque usualmente es al otro día que reciben el palo. Me llamó para decirme: te pido perdón por haber regateado el precio porque desde que salió el video la gente empezó a llegar con el celular en la mano a decirme que querían lo que tú te comiste. Como se ha regado la voz ya tengo un grupo de miles de personas que esperan el video de comida que sale todos los sábados para ver a dónde van a ir a comer. Esto se traduce a que si de todas esas personas van 100 y si tú en tu negocio metes 100 personas regularmente… es una locura. Fui a un negocio que era a la orilla de la carretera y que hacen las mejores maicenas y avenas que he probado en mi vida, una cosa increíble, y esa gente abrió dos negocios más después de mi video. GDE: O sea que ahora tú no escoges los restaurantes, ahora te llaman para que vayas a hacer el video. JDJ: Sí, los negocios me llaman, los verifico, los reviews... porque si el negocio no es bueno no lo puedo hacer porque se me daña el grupo de seguidores. GDE: ¿Cuánto tiempo tardas desde el momento en que grabas el video hasta que lo subes al canal? JDJ: Grabo rápido, es la parte más fácil. La parte que más tarda es la idea porque son cuatro a la semana. La edición de un video me puede tomar desde una hora y media hasta seis. GDE: Y no importa el tema del video, siempre hay un mensaje positivo y de motivación… JDJ: Siempre. Por ejemplo, hice uno en un lugar de sushi y cuando la muchacha que entrevisté me dijo que abrían los siete días, dije: se fijan, esta gente trabaja los siete días. Nosotros muchas veces a las cinco menos cuarto estamos en el ponchador esperando a que sean las cinco para irnos; no podemos progresar de esa manera. Siempre voy a llevar un mensaje en cada video para que la gente diga: coño, verdad es. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: obstinado, compulsivo y disciplinado Lugar del mundo: Egipto Frase: “Tenemos la responsabilidad de vivir nuestra grandeza o si no sufriremos la condena de ser olvidados.” Coleccionas... experiencias Alguna obsesión o manía: me encantan las mujeres demasiado, es mi punto más débil.¿Te gustaría conocer a? Les Brown, para mí es el mejor motivador del mundo. ¿Qué lees o escuchas al momento? Terminé un libro que se llama YouTube Secrets y tengo al lado El poder de la autodependencia de Jorge Bucay. ¿Qué te inspira? Mi padre Algo placentero para ti es: viajar ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Un hombre imperfecto” Si existen las vidas pasadas, ¿que fuiste en otra vida? Creo que tuve mucho dinero. Un puertorriqueñ@ que admires: mi padre Quisieras aprender a: ser mago, una persona capaz de lograr que independientemente de la circunstancia a su alrededor, su estado de ánimo no cambia. ¿Cómo te relajas? En mi casa, soy casero, me tiro en la cama, prendo el aire y me quedo ahí o leyendo un libro o haciendo una entrevista como esta… ¿Qué te da esperanza? Cada vez que nace un niño. Creo que no podemos tratar de entender la capacidad de sabiduría infinita de Dios y se me hace totalmente ilógico pensar que el mundo no tiene una capacidad de cambiar y aún así sigue llegando gente. Creo que cada persona que nace es la semilla de un cambio, es quizás la próxima persona que pueda ser un líder que cambie las cosas. Quisieras que te recordaran por: ser un tipo alegre que no se rindió. Sigue a Javier en las redes sociales: YouTube: Javier de Jesús PR Facebook: Javier De Jesús Instagram: javierdejesuspr
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Sergio Yamil Morales, a quien muchos llaman por su segundo nombre, es ebanista de profesión y el genio detrás de SMaderas Custom, su compañía de creación de cajones. Oriundo de Aguadilla donde también tiene su taller, sus exquisitas piezas llegan a lugares como México, Alemania, República Dominicana y los Estados Unidos. A sus 33 años y al sol de hoy, Yamil ha entregado 1,123 piezas firmadas de una calidad inigualable y con la capacidad de producir un sonido que previamente existía sólo en su cabeza. Conversamos un rato con el maestro ebanista; a continuación la entrevista editada y condensada.
GDE: Hola Yamil, gracias por este un ratito. ¿Cómo nació tu afinidad por la música? YM: ¡Saludos! Pues, creo que desde las cacerolas de mi mamá porque literalmente cuando se hacía café con colador, yo jugaba con esas cacerolas y escuchaba un tono, un sonido como lo que es el bongó. Pero eso fue por cosas de la vida, no fue que alguien me enseñó, me gustaba el sonido cuando le daba cantazos a las latas. A los doce años trabajaba en un taller de serigrafías y mi papá me regaló un bongó; decidí venderlo para comprarme una guitarra. Pero antes, pasaba por una casita y en el zafacón había muchos pedazos de madera, los recolectaba y los llevaba a casa para inventar. No sabía lo que hacía en ese momento. Me gustaba montarlos, ensamblarlos, como darle Legos a un niño. Cuando salí a vender el bongó, quien era mi jefe me dijo: tengo una persona que te lo va a comprar. Resulta que llegó una pickup de donde iba a recoger la madera y no sabía que él era músico, percusionista. Se llama William Pérez Cruz y ese fue mi papá adoptivo en el sentido de lo que es trabajo. Luego de esa venta del bongó, me ofreció trabajo porque cuando llegué a su taller me sentí en Disney. Empecé a ver máquinas, muchos pedazos de madera, gabinetes, algo que no sabía que me iba a llamar tanto la atención porque era la primera vez que lo veía. Él vio mi cara y me preguntó: ¿quieres aprender a trabajar la madera? Le dije que sí y preparó un pedazo de madera y me enseñó lo que significaba una pulgada. Me dijo: tienes que aprenderte esto para comenzar a trabajar. Por un año sólo estuve lijando y luego entendí el procedimiento de la lija. Estuve ocho años con él y gracias a él logré mi taller de ebanistería. Mi mamá me regaló parte de las máquinas y a mis 19 años hacía cocinas solo. Aprendí con una persona muy diestra, fue mi escuela y graduación; ahí fue que vi las piezas de percusión y todo cambió. GDE: ¿Dónde y cuándo escuchaste un cajón por primera vez? Describe ese momento. YM: En el 2002 o 2003 escuché un cajón peruano que no utiliza cuerdas y no me llamaba tanto la atención el sonido. Llegó esta persona que se llama Freddy Santiago, mi amigo y un maestro de la percusión en Puerto Rico a nivel mundial y que levantó una escuela de percusión en Alemania, con un cajón alemán. Cuando le metió la palmada a ese cajón dejé lo que hacía; ese sonido me mató. Ahí fue que miré lo que era, de lejos, no podía decirle quiero hacer uno por respeto de ebanista, de jefe a empleado. Esperé cuatro años. En el 2004 me enseñó a hacer uno pero no me dijo qué madera usar. Me tocó a mí la asimilación, elaborar mi estilo y conseguir el sonido que tenía en mente. Entonces le dije: me encantaría desarrollar esto para vivir de esto. Y me dijo: tú eres ebanista, con el arte que tienes te puedes ganar el dinero así. Ya había salido del taller y él llegó una vez a casa y vio como unas 40 piezas que había montado y me dice: muchacho, te volviste loco. Le dije: ¿te acuerdas que te dije que quiero vivir de esto? Voy a echar pa’lante. Él me miraba y miraba las piezas y decía: este tipo no estaba relajando. Entonces empecé a elaborar, a darle las piezas a músicos, a hacer investigación como por dos años, buscando la tapa del cajón pues aún no me sonaba. Eran piezas que hacía y se perdían. Entonces le mostré la pieza a unos amigos músicos, Obed Sepúlveda que ha tocado con Wisín y Yandel, y Antonio Alonso, el baterista de Kany García, personas que me iban a decir si servía o no. Cuando me dijeron: éste está bien cerca, eliminé todo lo que no servía y comencé nuevamente con ese. Y no me arriesgué a escuchar otras piezas porque yo tenía el sonido en mi oído y si escuchaba otras piezas puede que se mezclara con lo que sentía que quería en el cajón. Cuando conseguí la tapa que era, dije: este es el sonido que tengo dentro de mí, que quiero expresarle a la gente. Cuando conseguí el que estaba en un 98, 99 por ciento, se lo volví a dar a mis panas y abrieron los ojos bien grandes y me dijeron: esto suena bien bravo. GDE: SMaderas Custom Woods comenzó operaciones oficialmente en el 2006, ¿cómo les va? YM: En el 2006, 2007 fue que realicé algunas ventas y desarrollé el look de la pieza. Puedo hacer un cajón que suene brutal pero si no tiene estilo no lo puedo vender. Ahora, si hago una presentación que lo quiera comprar hasta el aficionado más grande para dejarlo en una esquina de la casa y no tocarlo, eso es un logro porque entonces pude llamar la atención de él que cuando lo tocó dijo: wow. Pero no sé si Ricky Martin es su pana y va a su casa y pregunta quién lo hizo… Nosotros no tiramos algo a lo loco porque no sé de qué mano en mano puede correr la pieza. Hasta esta fecha llevamos 1,123 piezas firmadas en el mercado. Al mes pueden salir de tres a cuatro piezas, pero cada año que pasa se sigue doblando la cantidad y eso es positivo. Ahora es nuestra temporada por la Navidad. Es la época en que más se escucha la música puertorriqueña, la típica. Ahora los niños se identifican cada vez más con la música y el cajón. Cada año que pasa me encuentro con 10 a 12 niños que quieren un cajón para Navidad. Para mí eso es un honor porque en vez de querer una consola digital para jugar sus juegos quieren un instrumento. Esa es mi debilidad, los niños. GDE: Aproximadamente, ¿cuánto tiempo tardas en hacer un cajón? YM: Hago medias docenas porque a un panel de cuatro por ocho puedo sacarle 56 piezas. Entonces, para que el cliente tenga un buen precio tengo que empezar a hacer medias docenas o docenas. En una semana puedo sacar entre 20 a 25 piezas terminadas, con un empleado extra y trabajando de ocho a nueve horas diarias. Pienso que cuando te apasiona algo, mueves el mundo. GDE: ¿Cómo escoges los materiales? YM: Compramos madera de Paraguay que es el plywood. Si voy a exportar a Estados Unidos, muchas de las maderas de Puerto Rico en Estados Unidos se pueden dañar por el cambio de clima; se pueden expandir o encoger. Cuando hablamos de maderas nativas, escojo la caoba que me da mayor resonancia y algunos colores de otra calidad de madera que solo uso para adornar. El cuerpo tiene que ser un 80 por ciento caoba porque estoy seguro de que no le va a pasar nada. El majó me da un poco de problema si el lugar es medio húmedo, así que lo utilizo para diseño. GDE: ¿Cómo describes tus piezas? YM: Son piezas boutique. Tenemos varios precios, por ejemplo: una pieza de plywood en cedro regular con su tapa de birch comienza en $150 a $160. Tenemos piezas de $110 para estudiantes que vengan con su ID; se las doy casi al costo. Tengo un range de $480 a $560 que depende del arte. Tengo que ponerme en los zapatos del que lo va a comprar. Soy bien juicioso porque no quiero fallar y si pasara algo pido la pieza de vuelta y hago una nueva. Por ejemplo, si te vendo una pieza y te encantó, vas a buscar 30 músicos y decirles: no, tú no vas a comprar eso, tienes que ir a casa de fulano de tal en Aguadilla. GDE: ¿En cuántas tiendas tienes tus cajones? YM: En tres: Carlos Weber Music Center en Mayagüez; GJM Sound en Aguada, y Guitars Boutique en Guaynabo. GDE: ¿Algún percusionista que admires? YM: Tengo muchos, pero tengo que decir Freddy Santiago, que fue de quien aprendí. Después de aquel momento dejé de verlo por un tiempo. Su hija, que era mi amiga hace años, me consiguió por Facebook. Cuando vio SMaderas Custom por poco se muere. Me dijo: necesito que papi vea esto. Ella vino primero y estuvimos como cuatro horas en el taller hablando de lo que había pasado gracias a su papá. Entonces cuando vino Freddy me echó los brazos. Freddy Santiago es uno de esos percusionistas reconocidos mundialmente pero no tanto eso, es una persona bien natural, bien dada. GDE: ¿Algún famoso que te gustaría tuviera uno de tus cajones? YM: Hice un acercamiento a una persona que admiro mucho y que tiene una carrera muy interesante y es el percusionista de Calle 13, Daniel Díaz. GDE: ¿En qué trabajas actualmente? YM: En el 2018 incluí lo que es el full print, full color en la tapa. Eso significa que me envías una fotografía en el formato que necesito y vas a tener en tus manos el cajón con la impresión de la fotografía. Así es que ahora puedo trabajar full color en la tapa porque al cuerpo van sólo cinco colores. Cada vez que me llama un cliente para un cajón es una alegría, una satisfacción porque lo primero que me dice es: me siento honrado en tu trabajo, y te dicen tantos halagos que no sabes qué hacer. Se siente bonito, el truco es el servicio. Si digo el cajón está el lunes, el cajón está el lunes. Si se le rompió una cuerda, vamos a resolverlo. Ese es el éxito de mi trabajo. GDE: ¿Qué proyectos futuros tienes? ¿Qué quisieras lograr con tu empresa? YM: Quiero exportar mayores cantidades. Quiero ir al NAMM Show (una de las exhibiciones más grandes de productos musicales en el mundo que se celebra cada enero en Anaheim, CA), primero a conocer cómo se mueve. Como mi trabajo es boutique, es un trabajo único y custom porque un 70 por ciento de lo que vendo es custom, trabajo un proyecto en la web para que la gente pueda diseñar digitalmente el cajón con el color, diseño, y logo, y enviármelo. Me llega la orden, la persona paga y le doy de siete a 12 días de entrega; esa es una de las metas para el 2019. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: apasionado, atrevido y llevadero Lugar del mundo: quiero ir a España, allí son muchos los artesanos de cajones Frase: “Ser perseverante” Coleccionas… Volkys Alguna obsesión o manía: con el café Una aplicación que uses con frecuencia: Instagram, me ayuda a estar más cerca de las personas. Te gustaría conocer a: John Mayer y a The Edge, de hecho voy a hacer una pieza en homenaje a U2 porque aprendí música con ellos. ¿Qué lees o escuchas al momento? Escucho la emisora radial Magic. ¿Qué te inspira? La naturaleza y mis dos niños. Algo placentero para ti es: la pesca y el surfing ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Al ritmo de un café” Un puertorriqueñ@ que admires: Draco Rosa Quisieras aprender a: cantar y más de mercadeo ¿Cómo te relajas? Al mirar el mar con una taza de café y una buena plática Quisieras que te recordaran: como esa persona que nunca dijo que no. Sigue a SMaderas Custom Woods en las redes sociales: Facebook: SMaderas Custom Woods Instagram: SMaderascustom Reconocido a nivel local e internacional como uno de los más distinguidos chefs puertorriqueños, Mario Pagán aprovecha cualquier oportunidad para presentarle los sabores caribeños al mundo. Propietario de dos de los restaurantes más exclusivos de San Juan: Sage Steak Loft en el Olive Boutique Hotel y Mario Pagán Restaurant, ambos en Condado, también es el chef ejecutivo de tres restaurantes en el Dorado Beach Resort & Gold Club. ¿La receta de su continuo éxito? Su compromiso con la gente. Para Mario la cocina está estrechamente ligada a su gente, a la comunidad. Es por eso que su misión, más allá de ofrecer una gastronomía de excelencia, es asegurar un legado para las próximas generaciones. A continuación, compartimos la entrevista que le realizamos a Mario en su versión condensada y editada.
GDE: Saludos a una de las personas más ocupadas que conozco, ¿cómo estás? MP: Bien ¿y tú? GDE: Bien, gracias por este ratito, comencemos pues. Mario, tengo entendido que tu interés por la cocina comenzó en tu casa mientras prestabas atención a tu mamá y abuela cuando preparaban comida típica puertorriqueña. ¿Cómo era ese momento? MP: Lo que solía hacer era que me gustaba sentarme en el counter de la cocina a mirar a mi mamá y a la nana que teníamos, tanto en casa de mi abuela o cuando mi abuela venía a casa para la hora de la preparación de la comida. Pues mi abuela materna siempre solía merodear por la cocina y a mí me encantaba toda esa dinámica del chismecito, la comidita, aquello y lo otro, los olores… sin pensar que ese era mi llamado. Me fascinaba el hecho de la preparación de la comida y todo lo que conllevaba. GDE: ¿Qué plato fue el que logró enamorarte de la comida a tal nivel que decidiste dedicarle tu vida a la cocina? MP: Cuando era pequeño me fascinaban los amarillitos… el olor, la caramelización, el dulce y el quemadito… O sea, no había nada más rico que unos amarillitos sofreídos en mantequilla con un poquito de azúcar morena, y ese olor es uno de esos recuerdos… como cuando en la película "Ratatouille" el tipo se come el pedazo de ratatouille y lo lleva a la infancia, pues eso. Es un elemento esencial de la cocina en Puerto Rico, un amarillito nunca está de más. GDE: Quienes siguen de cerca tu trayectoria conocen el éxito detrás de tus restaurantes. Pero para ser un buen chef, no solo hay que saber cocinar, ¿cuáles son algunas destrezas que tienes y que te trajeron a este momento? MP: Cuando le hice caso a varias amistades y dije: esto de la arquitectura como que es muy largo y soy un tipo bien desesperado en lo que hago. En lo único que no fui desesperado fue en prepararme, en conseguir diferentes tipos de trabajos en diferentes tipos de posiciones, ya fuera de busboy, mesero, sommelier, gerente, asistente de gerente. Pasé por todo lo que es el front of the house, o el frente del restaurante que es el servicio, porque dije: no voy a trabajar en un hotel, ni a trabajarle a nadie. Quiero tener un restaurante y saber cómo son todas las facetas dentro del negocio. Claro, teniendo en consideración que terminaría cocinando porque ya estaba decidido. Así que pasé por todos estos trabajos hasta que empecé a trabajar en cocina, desde sitios bien comerciales hasta hoteles, luego entonces a restaurantes privados en Miami. Obviamente terminé en Puerto Rico, en Chayote que fue mi primer restaurante. GDE: ¿Qué personas, incluidos otros chefs, te influenciaron tal vez hasta convertirse en mentores? MP: En Miami fue Norman Van Aken, uno de los padres de la cocina del nuevo mundo que es la cocina que amarra el Caribe, las Antillas y el sur de los Estados Unidos. Fue una influencia bien grande y puedo decirte que fue el comienzo de mi carrera en términos de inspiración porque de verdad era un genio, un artista. Luego tuve otro mentor que se llama Gilles Epié, un francés y uno de los cincuenta chefs más famosos en Europa y de los más jóvenes en la década de los noventa. Y obviamente Alfredo Ayala, que fue el padre de la cocina moderna puertorriqueña y que ya no está con nosotros pero fue a quien yo primero le trabajé en Puerto Rico y luego adquirí el restaurante que tenía. GDE: Tras el paso del huracán María y ver que tus restaurantes sufrieron daños, sentiste la necesidad de brindarle esperanza a tus empleados y lograr que regresaran a trabajar para que no tuvieran que irse de la isla a buscar trabajo. Entonces convertiste tu restaurante Mario Pagán en La Fonda de Mario, que de alguna manera fue como un regreso al pasado debido a la falta de luz, teléfono… háblame de esa experiencia. ¿Qué aprendiste? MP: Te puedo decir que pasé por el huracán Andrew en Miami, así que antes de que llegara el huracán era uno de los pocos que tenía una idea de cómo iba a hacer eso porque exactamente como me vi en Miami, me vi en Puerto Rico; había ley marcial, comíamos de un camión de goodwill todas las tardes haciendo fila, era una cosa bien dramática y toda la gente, incluyendo los empleados, estaba en estado de shock. No había comunicaciones o telecomunicaciones, no había forma de comunicarse con el banco o sea que todo tipo de venta que se hizo por el primer mes fue en efectivo. Mi miedo, como hubo un éxodo a Estados Unidos, era que mis empleados se me fueran. Para mí lo más importante en mis negocios son mis empleados, sin ellos no soy nada. Como solamente podía abrir el restaurante Mario Pagán porque allí tenía el generador, se me ocurrió volver a las raíces de la comida puertorriqueña, que es bastante económica. Cogí la tabla que usé como tormentera para taparle el ventanal del frente del restaurante y contraté a una grafitera y le dije: escribe La Fonda de Mario. Como nadie cargaba con mucho dinero en efectivo pues no solo era trabajar con los empleados, sino también con la comunidad para que tuviera un sitio donde coger un poquito de aire acondicionado, tomarse un refresquito y comerse algo caliente. Fue un éxito, estuvimos abiertos como un mes y medio más o menos y todavía la gente me lo pide. Y pues, para el año que viene vamos a tener La Fonda de Mario un viernes al mes, para almuerzo. GDE: ¿A más de un año del paso de María, ¿aún enfrentas algún reto? MP: En mis negocios aprendo de una vez. Gracias a los seguros y que los tenía al día, que fue una de las mejores enseñanzas que tuve de uno de mis mentores, puedo proveerle seguridad a mis empleados. Pasa el huracán y en dos días estamos de vuelta, no tenemos que esperar una semana, ni esperar combustible pues tenemos tanques de emergencia. Estamos muy preparados. GDE: Cuando te toca cocinarle a familia y amigos en un ambiente informal, ¿qué prefieres prepararles? MP: Lo más importante cuando estás cocinando con amigos o familiares es buena música y un buen vino. Me encantan los granos, el cerdo, me gusta la comida más comfort, más hogareña, de la abuela. Soy bien sencillo, en mi casa o a mis familiares no me voy a poner a hacerles foie gras y trufas, lo mío es un poquito más criollo. Me encantan los pescados y a nadie le amarga un poquito de pernil. Así es que lo mío es bien sencillo pero bien a las raíces de lo que somos. GDE: ¿Qué es algo que no comes? MP: Hasta ahora no le he dicho que no a nada. GDE: ¿Cuál es uno de tus destinos gastronómicos favoritos? MP: Wow, tengo que decir que Italia. Tiene que ser uno de mis favoritos porque tanto fui a fábricas de prosciutto, como de quesos, pastas y todo es tan artesanal y tiene tantas regiones que cambian tan drásticamente. El norte pues está un poquito más con los alemanes y hay más cremas, o sea cambia de un lado a otro y eso es lo que me gusta. En la misma cultura tienes una diversidad de alimentos y costumbres que es fabuloso. Hay unas que fríen mucho, otras que hierven mucho, es bello. Soy un tipo bien romántico en mi vida personal y ese tipo de comida italiana para mí es súper romántica. No es porque mi nombre sea Mario pero pues, qué te puedo decir. Yo fui italiano en otra vida. GDE: ¿Cómo ves el futuro gastronómico de Puerto Rico en términos de sustentabilidad? MP: Obviamente estoy bien inmerso en eso y abogo por lo mismo. Puedo decirte que antes del huracán no tenía muchas esperanzas en eso pero luego del huracán de verdad que ya no puedo contar ni saber la cantidad de jóvenes agricultores que salen de todas las esquinas con cosas bien interesantes, con ganas de que de verdad seamos sustentables. Creo que es un momento bien importante para que el gobierno esté al tanto de que hay que darle la mano a todas estas personas para que de verdad tengamos algún tipo de sustentabilidad. Lo más importante es, y escribí una pieza acerca de esto, que tiene que haber algún tipo de coordinación, hacer algún tipo de bunkers y acelerar los procesos de las cosechas o pautarlas de una manera para que siempre tengamos en consideración que haya una buena recogida antes de la temporada de huracanes y tengamos abasto. Tomando eso en consideración creo que el gobierno tiene que estar inmerso en esto. Respaldo un cien por ciento la agricultura y los proveedores puertorriqueños. Creo, y óyeme lo que te voy a decir porque es bien importante, creo en el tratado entre otras comunidades y países e islas cercanas. Sin tratados como esos nosotros no somos nadie porque eso genera economía y es buenísimo; qué sería de nosotros si no hubiésemos podido traer plátanos de Costa Rica o de la República Dominicana cuando pasó el huracán, hubiésemos estado un año sin plátanos. Creo en los tratados, no es que seamos completamente sustentables porque eso es casi imposible porque mira lo que pasa, un huracán y no hay nada. Nosotros también tenemos que tener eso en consideración, pero en la práctica sería bello que por lo menos seamos de un 15 a un 20 por ciento sustentables y hasta, a lo mejor estoy exagerando, un 35 a un 40 por ciento; eso sería una maravilla, sería espectacular. GDE: A nivel global, ¿cómo entiendes está cambiando la gastronomía? ¿Qué hace falta aún? MP: En realidad la sustentabilidad está tocando a todo el mundo y a todos los países. Ahora estoy en una alianza con la fundación James Beard en la que intentamos concienciar a todo el mundo de que en el 2050 seremos cinco billones de habitantes y hay que darle de comer a un montón de gente, sobre todo a países de escasos recursos. Lo importante es que tratemos de crear hábitos de sustentabilidad y no tan sólo eso, equipos de cocina que sean más amigables con el medio ambiente. GDE: Con tantos proyectos a la mano, ¿cómo manejas tu tiempo y te organizas? MP: Dormir bien es lo mejor porque cuando no duermes bien al otro día estás como zombie. Pero sinceramente y fuera de broma, el equipo que tienes detrás es quién te hace. Como dueño de negocio tienes que tener un equipo bueno y yo aprendí de mucha gente, aunque no muchos hacen lo que hago ahora. Estoy incluyendo a los empleados que llevan conmigo un poco más de la mitad de mi carrera y que ya son parte de mi familia, en una sociedad, en los negocios nuevos para que fortalezcan su estado financiero y puedan gozar de las cosas que yo gozo gracias a Dios como propietario. Así que tengo copropietarios ahora y en el nuevo restaurante que voy a abrir ahora en diciembre. Creo mucho en el empowerment, así que ese es el futuro de mis negocios. Yo contentísimo con que gente joven eche pa’lante. Y si yo los puedo ayudar, enseñarles y que gocen de lo mismo que un propietario, un comerciante exitoso, pues maravilloso. GDE: Mencionaste un restaurante nuevo, háblame de eso. MP: Ahora viene el sexto restaurante. Para llevarte un poquito al tipo de negocio que es, Sage está localizado en el Olive Boutique Hotel que tiene un rooftop y ahí nosotros hacemos muchas actividades de mi otra compañía de caterings, Alacena Catering, que ya tiene siete años en la industria y nos va muy bien gracias a Dios. Hacemos actividades desde con mil personas hasta cenas en casas; you name it, you got it. Pues ahora los dueños de Olive se dieron a la tarea de construir otro hotel boutique justo frente a la laguna del Condado y ya estamos para abrir, es un sueño de proyecto. En mi opinión, y no es porque voy a tener un restaurante ahí, va a ser uno de los proyectos más icónicos en Puerto Rico en términos de hospedería; no he visto nada así hasta ahora. Me enamoré de él cuando cogía forma y decidí meterme a otra locura más de las mías, pero como te dije, como único lo podía hacer era incluyendo a dos personas que trabajan conmigo como socios, iguales. Me encanta ver a esas personas que tienen menos de 30 años ilusionadas y que de verdad dan el todo por el todo, es lo más que me llena de satisfacción. No es abrir un restaurante por abrirlo. Raya va a ser el nombre, raya de mantarraya y la raya entre el ying y el yang porque luego de vender mi restaurante Lemongrass me quedé con ese mal gusto. Pero en vez de asiático-latino, voy caribeño-asiático: Carib-Asian. Un sitio bien sexy, bien lounge, es completamente diferente, son todos aperitivos para que la gente comparta. Hace poco tuve que describirlo y es como si Bruce Lee estuviese discjockeando y comiéndose un mofongo a la vez. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: curioso, estructurado y súper, súper creativo Lugar del mundo: Puerto Rico Frase: “No bailes en la casa del trompo” Coleccionas... libros de cocina y arte puertorriqueño desde que empecé a depositar dinero en el banco. Alguna obsesión o manía: probar las cosas demasiado ¿Te gustaría conocer a? Michael Schumacher, mi pasión son los carros de Fórmula 1 ¿Qué lees o escuchas al momento? Leo un libro de cómo escribir un libro porque el año que viene voy con un proyecto de recetas alrededor de experiencias o anécdotas. ¿Qué te inspira? Los viajes, esa es mi gasolina. Algo placentero para ti es: una buena fritura. ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Creo que lo hice todo” Si existen las vidas pasadas, ¿qué fuiste en otra vida? Me han dicho que fui un rey porque me paso pidiendo cosas y que me las hagan. Un puertorriqueñ@ que admires: Sonia Sotomayor que inclusive le cociné. Quisieras aprender a: tocar el saxofón. ¿Cómo te relajas? Playa ¿Qué te da esperanza? Nuestra raza. Quisieras que te recordaran por: mi sonrisa, por como soy, el Mario jocoso. Sigue a Mario en las redes sociales: Facebook: Mario Pagán Twitter: @chefmariopagan Instagram: chefmariopagan |
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Diciembre 2020
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