Oriunda del pueblo donde “hasta las piedras cantan”, Aguadilla, la actriz Soledad Esponda dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo como bailarina, a la vez que coqueteaba con la idea de convertirse en actriz. Una de sus primeras oportunidades fue en el popular programa de Telemundo "No Te Duermas", para el cual hacía de una pícara reportera. Al ingresar al Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, perteneció al Teatro Rodante de José Luis Ramos Escobar y participó de obras y danza-teatro, como “Carmen"; "Tus compañeros de cama", y "El cantar del Mío Cid". Su trabajo televisivo incluye: las telenovelas "Sacrificio de mujer" (2011) y "Rosario" (2013) de Venevisión/Univisión; la serie italiana "Ángeles y diamantes" (2011), y los unitarios de Telemundo "Decisiones" (2006). En la pantalla grande, Soledad se ha destacado en películas como: Under Suspicion (2000) protagonizada por Morgan Freeman y Gene Hackman; el cortometraje “El Primer Día” (2015) por el cual fue laureada como “Mejor actriz” en el Miami International Film Festival; y el cortometraje “Celos” (2018) que debutó el año pasado en Puerto Rico como parte del Festival Internacional de Cine Fine Arts. Soledad también participó en la última temporada de la popular serie de Netflix “Narcos”, que estrenó en noviembre del pasado año. Para Soledad el camino no ha sido fácil, pero su disciplina, autenticidad y la pasión que deposita en su trabajo, le continúan abriendo la puerta a oportunidades con las que hasta hace poco soñaba. En su trayectoria como actriz, Soledad ha interpretado tanto a heroínas como a villanas. Sin embargo, su papel más importante es el que vive cada día, el de una mujer genuina que obra desde el corazón. A continuación, la entrevista que le hicimos a Soledad en su versión editada y condensada. GDE: Comencemos con lo básico, tu nombre de pila es Sahyly Yamile Álvarez Esponda, ¿cómo llegaste a ser Soledad? SE: Toda la vida tuve problemas con mi nombre real porque como se escribe súper raro… Desde ir a un Starbucks, que es lo más sencillo del mundo, me generaba complicación porque al preguntarme mi nombre: ese, a, ache… y entonces no tenía nombre, eran letras pues siempre tenía que deletrearlo. Cuando vine a México sentía que el nombre Sahyly no pegaba para el público hispano, entonces también fue como una oportunidad para liberarme de mi deletreo infinito. ¿Cómo surge Soledad? Una vez hice de “Soledad Montoya”, un personaje de García Lorca, en un musical flamenco de Antonio Santaella en Puerto Rico. Ahí no actuaba sino bailaba flamenco, pero interpretaba el personaje en danza y entonces en esa época me encantó llevar ese nombre de “Soledad Montoya” porque era un nombre fuerte e impactante. En esa época pensaba que la gente asociaba ese nombre con soledad, con tristeza. Entonces en México decidí que me iba a cambiar el nombre y pensé en posibilidades y de nuevo me retumbaba el nombre de Soledad. También pensé en Victoria o Valeria, un nombre así, pero Soledad era el que más me gustaba. Pero igual por lo mismo, como generalmente se asocia con tristeza pues no me convencía. Pero una vez estaba caminando por unas calles del área de La Condesa, entre unos árboles, y repetía ¿por qué la gente piensa eso de Soledad? Y repetí muchas veces el nombre de Soledad en mi cabeza y me di cuenta de que se puede dividir, como si fuera una palabra compuesta de sol y edad; el sol es luz y la edad el tiempo de vida. Entonces para mí en tu tiempo de vida lo que debes hacer es buscar la luz, la espiritualidad, que para mi es Dios, pero para otra gente puede ser Buda o el cosmos. Entonces cuando hice ese clic dije: olvídate de lo que piense la gente… GDE: ¿Cuándo fue eso? SE: Cuando llegué a México en el 2016. GDE: ¿Recuerdas cuándo nació en ti el interés por el mundo del espectáculo? SE: Cuando pequeña vivía con mi papá y con mi bisabuela Rosa. Ella siempre veía las telenovelas y yo las veía con ella en un televisor blanco y negro al que había que cambiarle los canales manualmente, no había control remoto. Entonces las dos compartíamos eso. Luego de ver esas telenovelas me encerraba en el cuarto donde ella tenía un armario antiguo bien bonito con espejo y me paraba frente al espejo a imitar los parlamentos del personaje de la malvada de “Cuna de Lobos”, que era lo que veíamos; jugaba con eso y me gustaba. GDE: ¿Quién o quienes fueron mentores durante tu trayectoria como actriz? SE: Mi carrera ha sido de mucha lucha, muy cuesta arriba. No tuve alguien así que me facilitó el camino, no ha pasado y todavía sigo en ese camino. Pero sí tengo gente que me apoya y cree en mi trabajo. Por ejemplo, en Miami, Rubén Morales que es actor y maestro de actuación en Telemundo. Tomé un taller con él y me tendió la mano en el sentido de que me dio apoyo, le hablo bien de mí y me recomendó a un manager que tuve. También Guillermo Quintanilla, un actor reconocido en México. Lo conocí en Miami y siempre me apoya mucho, siempre habla súper bien de mi trabajo y fue el impulso para que viniera a México. Creyó tanto en mí que me dijo: tienes que venirte para acá, hay muchas más oportunidades. GDE: ¿Cómo fue compartir escena con Morgan Freeman en la película Under Suspicion? SE: Ay no, eso fue increíble. Se filmó en Puerto Rico, en La Perla. Tenía escena con él y estábamos en el bar donde se filmaba y me llamaron al set. Veo que sentado en una silla está el doble de Morgan Freeman. Dije: ay Dios, no puede ser. Pensaba que me iban a poner a hacer la escena con el doble. Obviamente no dije nada. Me pusieron frente a cámara, en el espacio donde iba a estar y cuando estábamos por filmar, entró Morgan Freeman. Cuando lo vi, “altote”, porque lo había visto en cine, pero no estaba consciente de su estatura, dije: no puede ser y lo miré, y con la mirada le dije: qué bueno que eres tú. Hicimos la escena y el súper buena onda, accesible, bien cómodo para trabajar. Incluso después de trabajar me le acerqué y le dije unas palabras porque de verdad lo admiraba y admiro su trabajo y fue súper accesible, bien agradable y humilde. Sí, fue una experiencia muy bonita. GDE: De la misma manera te pregunto, ¿cómo fue la experiencia de participar en una escena de la popular serie Narcos? SE: Cuando me dieron la noticia de que había quedado… porque uno va a castings y muchas veces das lo mejor de ti, pero no quedas… Eso fue en febrero del año pasado. Mi papá estaba de visita aquí en México y cuando me llamaron para darme la noticia lo tenía de frente y nos abrazamos; él se puso bien contento. La experiencia como tal me la disfruté muchísimo. Me encantó el trabajo del director Andi Baiz, porque te hace sentir confiado, te hace las preguntas adecuadas para llevarte a lo que él quiere. En actuación hay dos técnicas de dirección: la dirección directa en la que te dicen: ok, aquí lloras o aquí te enojas, etcétera, como tratar de dirigir emociones; la más efectiva es la que no es directa, te van llevando, te tratan de poner en la situación en la que está el personaje. Entonces él fue así. Yo tenía mi propuesta hecha, la investigación de personaje, pero siempre es necesario que el director te vea de afuera y te vaya moldeando. A veces crees que se nota algo y el director no lo ve y te dice: necesito que hagas tal cosa. No importa si lo estás haciendo, no se está viendo. Entonces tienes que hacer otra cosa en la que eso se exprese. Con él fue muy bueno porque fue muy claro, sabía lo que quería. A veces hay directores que no saben lo que quieren y olvídate, es un caos. GDE: ¿Cuánto tiempo tomó en filmarse esa escena? SE: Se filmó en un día. GDE: ¿Cómo es la experiencia en México? ¿Qué ha traído a tu vida además del acento? Me encanta. SE: ¡Qué bueno! Gracias, porque a veces me siento un poco incómoda con la gente que ya me conoce de antes, no quiero que piensen: ésta qué se cree. Desde que me mudé a Miami cambié el acento para hacerlo más neutral, allí estuve seis años con ese acento. Entonces cuando llegué a México, me faltaban los regionalismos o coloquialismos. Por ejemplo: ay qué padre, qué chido, ese tipo de cosas no me salían, pero tampoco quería forzar algo que no me salía natural. Pero acá, como estoy escucha, escucha, escucha, y aparte de que mi esposo… me acabo de casar, (con el director mexicano Hari Sinn) es mexicano y escuchándolo pues ya me salen esos regionalismos de forma natural. Fue algo que quise hacer, llevar el acento a mi vida normal. A ver si de escucharme en mi vida cotidiana para luego escucharme rara al actuar… no quiero eso. Busco siempre la total naturalidad en la actuación. ¿Qué trajo a mi vida estar en México? Wow, estoy enamorada de México porque… tiene alma. Llegas aquí y desde ver las estructuras y la gente tan linda… cuando te dan un servicio te sientes como si fueran tus familiares porque es tan genuino el servicio. Otra cosa importante de México: los talleres que tomé con Luis Mandoki, un director mexicano que ha dirigido a Susan Sarandon, Andy García y a Jennifer López, entre otros, y acá ha hecho también unas películas increíbles. Bueno, él ofrece talleres de actuación y dirección y eso también ha sido excelente para mi carrera. La técnica que adquirí con él me sirve para volar en escena sin restricciones. De todo lo que he aprendido a través de mi vida, estudié primero actuación en la UPR, luego en Miami tomé varios talleres con diferentes maestros y todo lo que aprendí es maravilloso, pero con él… me dio algo que yo necesitaba. Estos talleres también son algo que me dio México, que es invaluable para mí. GDE: ¿Cuándo comenzaste a tomar esos talleres? SE: Llegué acá en abril de 2016 y ya en noviembre cogí mis primeros talleres con él. Y cada vez que tengo la oportunidad tomo uno de sus talleres. De hecho, los talleres no solo ayudan a los actores pues te sirven para tu vida personal, para entenderte mejor, para entender por qué haces ciertas cosas. Luego cuando estudias un personaje lo abordas también desde ese otro punto de vista más completo, más redondo. GDE: ¿Algún papel que quisieras interpretar en el futuro y algún actor o actriz con quien te gustaría trabajar en algún proyecto? SE: Me gustaría interpretar una mujer despiadada porque casi siempre, no sé, tal vez por mi personalidad o algo, la gente como que me cataloga como la buena, siempre me tocan esos personajes. Sólo en “Decisiones”, los unitarios que hice hace unos años en Puerto Rico, como cada capítulo era una historia distinta, entonces ahí sí como en dos ocasiones me dieron unos personajes de “malvadita”. Me los disfruté porque como uno no es así en la vida real, es como si vivieras una fantasía. Me encanta hacer cosas diferentes porque también cuando eres otro personaje lo comprendes. No es que si me toca hacer de una criminal voy a decir que está bien que sean criminales, pero los comprendo y no los juzgo. Porque creo que el juicio es lo que tiene mal a la humanidad. No se trata de que uno ande por la vida juzgando, señalando, sino actuar desde la comprensión. Tal vez eso puede ayudar más desde la niñez que es la base de todo, para que luego no se conviertan en gente que le hará daño a la sociedad. Y en cuanto a con quién me gustaría actuar, si me dejas volar… imagínate, Meryl Streep y Glenn Close que es mi “ídola”, si se puede decir así; adoro a esas dos mujeres. GDE: ¿Qué consejos tienes para aquellos jóvenes que incursionan en este mundo y buscan el éxito fuera de la isla? SE: Primero, que no vean la carrera como glamour. Que tengan mucha perseverancia y que si lo hacen sea porque de verdad aman llevar un mensaje a la sociedad. Que traten de estar en proyectos que hagan bien y que pongan un granito de arena a la sociedad. No tiene que ser este proyecto panfletario de que tienes que ser bueno y no hacer cosas malas; no tiene que ser directo. A veces hay proyectos muy fuertes… de hecho, hace poco hice un cortometraje que se llama “Celos” y si lo ves dices: ¿dónde está el mensaje?, porque es un corto súper fuerte. Cuando las personas se reflejan en lo que ven en pantalla y se cuestionan… generar ese cuestionamiento es el primer paso para forjar un cambio en actitudes. Eso es súper importante para mí, es mi propósito. Por eso amo esta carrera. A los jóvenes les aconsejaría que busquen ese tipo de proyectos y sé que no siempre se puede porque también uno tiene que crecer el currículo y no siempre se puede ser tan selectivo. Pero que trabajen y adquieran experiencia y cuando tengan la oportunidad de escoger, escojan. Si no, que hagan sus propios proyectos. Hoy día, con la revolución de las redes sociales ya pueden crear sus propios proyectos, canales en YouTube o en cualquier otro medio. Que sean honestos. A veces hay gente que se aprovecha pues uno tiene sus sueños de ser actor, que no caigan en ofertas engañosas pensando que no van a tener otra oportunidad, eso es mentira. Sí van a tener otra oportunidad mejor y honesta. GDE: ¿En qué trabajas actualmente? SE: Mi esposo y yo tenemos una compañía productora que se llama Único Producciones y recientemente hicimos un largometraje, un proyecto independiente que se llama “Juzga”, que filmamos a finales del año pasado y está en posproducción. Ya tenemos un primer corte y lo estamos puliendo para primero presentarlo en festivales y luego moverlo. Es un proyecto súper fuerte, hay violencia bastante marcada en la historia, pero tiene un mensaje muy contundente en cuanto a lo que te comenté hace un rato de lo que es el juicio. Porque sale una noticia y la gente rápido corre a juzgar y no estoy diciendo esto como que soy perfecta, todo el mundo juzga, a mí también me pasa. Uno rápido tiene un juicio en la cabeza, pero entonces uno tiene que frenar un poco y ver qué fue lo que realmente pasó. Entonces la película va jugando, te va llevando como espectador a que tú de repente piensas una cosa y de repente pasa otra cosa en la historia que te hace dudar de lo que pensaste; te va llevando por la historia a cambiar ese juicio. Luego al final, no te puedo decir, pero al final te quedas pensando: espera, ¿qué fue lo que pasó? Eso es lo que queremos. En la vida hay que preguntarse antes de llegar a conclusiones. Eso es en lo que estamos ahora; es nuestro bebé. Estamos súper entusiasmados y locos por finalizar la posproducción para estrenarlo. También al cortometraje “Celos” lo aceptaron en el Beverly Hills Film Festival que es ahora en abril y se va a presentar ahí. Estamos entusiasmados porque es un festival bastante importante. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: sol, luna y mar Un libro o disco que te haya influenciado: uno de mis libros favoritos de la literatura es "Don Quijote de la Mancha". De hecho, en mi maestría hice una monografía defendiendo la cordura de Don Quijote y la inteligencia de Sancho Panza. Me encanta ver más allá de lo aparente, buscar la esencia de los personajes, lo que se esconde detrás de la superficie. Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: no sé por qué me vino esto, es una frase y la quiero decir: “Haz bien y no mires a quién”. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Lo voy a tener que decir, caray. Cuando me quedo en casa de otra persona me baño con chancletas… En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica ha mejorado considerablemente tu vida? La técnica de Luis Mandoki ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Perseverancia” Un puertorriqueñ@ que admires: Modesto Lacén. Somos muy amigos y trabajamos juntos en Puerto Rico. De hecho, fundé una compañía de teatro en Puerto Rico e hicimos una obra llamada “Salón de masajes” y busqué a Modesto para que protagonizara. Aparte de que lo admiro pues es muy buen actor, muy luchador, es una persona tan genuina, tan linda. Que es lo que admiro de la gente. No importa si llegaste hasta la cosa más grande de este mundo, si no eres una persona buena, genuina… Quisieras aprender a: hablar todos los idiomas para poder comunicarme con todo el mundo. ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Trabajé en un cortometraje que todavía no ha salido y que se llama “Revolución”, para el cual me tocó ir en personaje a una casa hogar de niñas. Las niñas me recibieron e interactué con ellas y casi me dan ganas de llorar allí. Es una cosa increíble porque en la casa tienen un salón de baile y como tú sabes que en mis inicios bailaba… entonces cuando entré al saloncito y las vi bailando, que sabes que son niñas de hogares dañinos y por eso están ahí, y verlas con esa ilusión e inocencia… ay no, te juro que me tuve que virar porque se me aguaron los ojos. Me dio una emoción tan grande y bueno, tenía que seguir porque estábamos filmando. Eso fue para mí increíble, convivir con ellas, aquí le decimos convivir a compartir, que para ellas fue momento de alegría. Ser parte de dar esa alegría, con mucha humildad lo digo, ser un poquito esa herramienta de Dios de dar bien o alegría, eso es lo máximo para mí. ¿Cómo te relajas? Respirando y escuchando música de Karunesh, me transporta, me lleva a volar ¿Qué te inspira? La carita de un niño inocente, la sonrisa de una viejita, la naturaleza, poner un granito de arena por el bien de la sociedad, si es más grande mejor Quisieras que te recordaran por: una persona genuina que trató de hacerlo todo desde el corazón. Sigue a Soledad en las redes sociales: Facebook: Soledad Esponda Instagram: @soledad_esponda Twitter: @soledad_esponda
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Tara Rodríguez Besosa es una de las portavoces más importantes del movimiento de agricultura sustentable en Puerto Rico y trabaja incansablemente para lograr que ciudadanos y representantes locales de las industrias agrícolas y gastronómicas creen conciencia y apoyen los esfuerzos de líderes que luchan por levantar la agroecología en la isla. Rodríguez Besosa estudió arquitectura en el New York’s Pratt Institute, pero dejó la vida del arte para dedicarse a la sublime y ardua tarea de cultivar la tierra e implementar prácticas sustentables que aporten a la economía local. En este campo, Tara fue vanguardista en el 2010 cuando fundó El Departamento De La Comida, programa que desde aquel entonces promovía la agricultura local: inicialmente recibía productos de fincas locales para venderlos a hogares y restaurantes. Tras el paso del huracán María, Tara, quien en ese momento se encontraba en Nueva York, aprovechó la oportunidad para convocar la ayuda de varias organizaciones y aunar esfuerzos a través del Fondo de Resiliencia de Puerto Rico que ayudó a fundar. Gracias al Fondo y a un grupo de personas que se unieron a su iniciativa, logró ayudar a un gran número de agricultores de la isla en la reforestación y reconstrucción de fincas, haciéndolas más sustentables y resilientes. Luego de varias transformaciones que incluyen: un café vegetariano; un servicio de entrega de productos agrícolas, y un restaurante, este año el Departamento De La Comida renace con una misión que alberga varios programas dirigidos a concienciar y ayudar a aquellas comunidades que buscan la autosuficiencia. A continuación, la entrevista que le hicimos a Tara en su versión editada y condensada.
GDE: Desde su creación en el 2010 El Departamento De La Comida atravesó varias transformaciones, ¿cómo defines hoy su misión? TRB: Estoy en el proceso de cerrar El Departamento De La Comida incorporado, con fines de lucro y del cual soy dueña, y reabrirlo como una entidad sin fines de lucro. Es importante, que aunque sea sin fines de lucro, asegurar que haya democracia, horizontalidad y transparencia y trabajamos en lograr eso como estructura dentro de la organización, algo que no veo en muchas organizaciones en Puerto Rico. Luego de todas estas experiencias y de 10 años de trabajar con agricultura ecológica, quiero que este proyecto continúe y que no sea necesariamente mío. Ahora mismo lo fundamos tres personas que servimos de codirectores y hay una junta de tres mujeres. Nuestra misión es ser un colectivo no gubernamental y sin fines de lucro en apoyo a lo que es la agricultura sustentable y resiliente en Puerto Rico. GDE: Luego del huracán María fuiste cofundadora del Fondo de Resiliencia de Puerto Rico, ¿me puedes mencionar algunos logros de esta iniciativa? TRB: Visitamos más de 60 proyectos alrededor de las islas de Puerto Rico, desde huertos comunitarios y escolares, fincas privadas y fincas más comerciales, todo tipo de siembra. Se ayudó con cinco áreas de enfoque:
GDE: Tara, ¿alguna finca en específico que quieras mencionar por su progreso y por ser modelo para otras? TRB: Wow, ayudamos a tanta gente… Por ejemplo, en Siembra Tres Vidas en Aibonito, la finca de la que mi hermana forma parte con un colectivo, hay un techo de recogido de lluvia bastante bien hecho con un tanque más grande. Ese techo ahora está donde ellos cosechan y preparan sus cosechas. En la casa de una muchacha en Ciales, su casa era de dos pisos de madera que se jodió por completo y ese fue un proyecto donde hubo dos o tres grupos que tuvimos que desmontar la casa completa. Se logró hacer el primer piso en cemento, un proyecto gigantesco. Fuimos a muchos eventos y a mercados a repartir semillas. Estuvimos en la Escuela Intermedia Berwind en Sabana Llana que trata de especializarse en Agroecología Urbana, y por una semana y con ayuda de la gente de Huerto Semilla se hizo un vivero; una experiencia inolvidable. Aquí en la comunidad San Salvador en Caguas donde vivo y tenemos nuestra finca, también ayudamos a traer grupos que vinieran a limpiar el huerto comunitario que está hermoso. En Hacienda Río Viejo en Río Grande se montó recogido de lluvia; en la finca de una pareja en Guayama estuvimos una semana con una cooperativa de agricultores de Vermont ayudando a sembrar pues perdieron el 80 por ciento de su siembra de árboles frutales de 10 y 20 años. A esa finca regresé como a los ocho meses y todo el trabajo que hicimos ya era evidente. Cuando visito algunas fincas se nota que mantienen el trabajo; a veces es tan sencillo como tener manos adicionales que ayuden con la limpieza. Honestamente, no nos dio tiempo de darle seguimiento a todas las fincas así que ahora me da curiosidad de saber cómo están. GDE: Mencionaste tu finca en San Salvador en Caguas, que entiendo compraste el año pasado, ¿cómo va su progreso? TRB: Aquí estoy. Es una finca que llevaba más de 20 años abandonada y tiene como ocho cuerdas y una casa de cemento; la primera estructura de cemento de San Salvador de los años 40 más o menos. El progreso va bien, “en casa de herrero cuchillo de palo”. Después de un año de mucho trabajo por Puerto Rico nos encontramos aquí, con mucho trabajo, sin un fondo de resiliencia o algo así, pero poco a poco. Es bien sanador y es un proyecto hermoso que me trae a mi tierra después de un año de mucho movimiento y viajes. También es un proyecto para el que visualizamos que haya más gente involucrada en un futuro. Estamos en la fase principal de habitar, limpiar y pintar la casa, y de empezar a limpiar, sembrar y despejar caminos y todo lo que trae el abandono. No hay electricidad ni agua potable, el agua se recoge de la lluvia y tenemos unas placas solares; va a ser completamente off the grid y desmontable. Mucho del aprendizaje de este último año se aplica aquí. GDE: ¿Cómo ha sido la acogida y respaldo de los chefs locales hacia este tipo de iniciativas? TRB: Más lento de lo que hubiese querido, muy mediático, aunque realmente para mí es sumamente importante put your money where your mouth is. Creo que ha sido un proceso lento para que más cocineros, chefs y dueños de restaurantes, a través de la compra, apoyen la agricultura ecológica local. Creo que aquí debe haber más demanda de parte de los restaurantes y de una manera distinta y mejor educada. Al igual que la mayoría de los ingredientes del mundo, aquí hay varios ingredientes que son por época, pero hay otros que aquí simplemente no se pueden sembrar y otros que nadie los pide. Debe ocurrir un trabajo educativo para todos los chefs, para que sepan lo que realmente significa apoyar la agricultura y de qué manera lo pueden hacer y pagar justamente. No todos los restaurantes hacen compras muy grandes y automáticamente piensan que debe ser a un precio menor que el precio al detal. Ahora, si compras más de cierta cantidad pues entonces quizás debe haber un precio especial, pero hacerlo a base del volumen que se compre. Para mí el modelo de restaurante está obsoleto. Hay muchos restaurantes que cambiaron esa jerarquía de chef, souss chef… que surgen con un acercamiento distinto en la manera en que se estructuran; eso es sumamente importante. No pretendo que todos estén al día sobre lo que se practica en agricultura ecológica, específicamente con agroecología, que no es solamente la siembra, sino la enseñanza política, educativa y social de las comunidades y de justicia a la tierra. Creo que esa parte todavía no ha llegado a la industria de los restaurantes. Cuando abrimos El Departamento había dos restaurantes vegetarianos y eran como health food stores con comida de microondas. Nosotros tampoco fuimos perfectos y no pretendo que seamos los mejores del mundo, pero algo que sí hacíamos era que los ingredientes tenían que ser locales, ecológicos y pagados justamente. No necesariamente teníamos la fórmula perfecta para lograrlo y ser sustentables, pero en esta última década, gracias al Departamento y a otros proyectos, hay restaurantes veganos y vegetarianos, hay más mercados agrícolas en la isla, y también se ve un aumento por parte del consumidor y lo que pide. He visto también un aumento en los restaurantes más elegantes que compran de estos agricultores. Un buen ejemplo es Vianda de Francis Guzmán en Santurce, un restaurante más upscale y ese muchacho tiene los mejores ingredientes. Cada vez que voy puedo reconocer ingredientes de conocidos. No es un restaurante vegetariano, pero hace muchos platos creativos y él no lo anuncia, es muy humilde con eso. El otro restaurante que creo que promete en el 80 por ciento ser de fincas locales se llama CRU en Condado, muy bueno también. Ese tipo de restaurante es el que nace en los últimos 10 años y que me parece buenísimo. GDE: ¿Qué trae El Departamento De La Comida este año y para el futuro? TRB: Mi gran proyecto este año es mi proyecto personal de sanación y de mudarme a este hermoso espacio en Caguas, pues es algo que comparto con El Departamento De La Comida; vamos a cederle como cuatro cuerdas a la organización. Empezamos operaciones en enero y tratamos de organizar qué es El Departamento y en qué nos vamos a enfocar; ya tenemos nuestros cuatro programas. Uno es el de la finca, donde vislumbramos crear una producción de plantas medicinales y semillas en vez de dedicarnos a producción de alimentos como tal. Así podemos brindarles semillas como recurso a otros agricultores y fincas con las que trabajamos y apoyamos en vez de convertirnos en competencia. Tenemos lo que se llama La Agencia que trata de proponer una alternativa a otros departamentos gubernamentales. Bajo La Agencia este año escogeremos tres proyectos para dedicarles trabajo pro bono en apoyo a lo que necesiten. El primero es el jardín comunitario de aquí de San Salvador que necesita ayuda en la coordinación y programación de actividades, coordinación con voluntarios y escribir propuestas. Buscamos dos proyectos adicionales: un agricultor que necesite apoyo en cómo hacer transición de prácticas convencionales a unas más sustentables, y un proyecto orgánico ecológico que ya sea exitoso, para apoyarlo y que sea el modelo, el ejemplo de lo que queremos para Puerto Rico. También tenemos la cocina que lo más seguro abra para el 2020. Más allá de tener un restaurante, abriremos el Departamento De la Comida para crear nuestra línea de productos, todo local y sustentable. Así que este año recaudaremos fondos para la cocina, para dar talleres y prestarle la cocina a aquellas personas y proyectos que conocemos, que tienen sus propios productos pero no tienen dónde prepararlos de una manera licenciada o sanitaria. Por último, la biblioteca. World Central Kitchen nos dio el primer grant de 20 mil dólares para una biblioteca de recursos que se compone de una biblioteca de prestar herramientas, una de semillas, y una de material educativo técnico. Al hablar con diferentes agricultores a base de la experiencia del último año con el Fondo de Resiliencia, nos dimos cuenta de que muchos no tienen las herramientas suficientes para recibir grupos. Estudié mucho lo que son los tool lending libraries y la idea sería esa y que tengamos dos kits. Por ejemplo, que un agricultor diga: voy a recibir un grupo de personas, necesito el kit de brigada. Y ese kit puede que traiga veinte machetes, palas y pares de guantes… Que lo pidan prestado para talleres o para alguna actividad en la finca, etcétera, sin tener que comprarlo. El otro kit estaría compuesto de maquinarias que no sean grandes y que son un poquito más costosas, que muchos agricultores quizás no tienen el dinero para comprar y que no necesariamente necesitan todo el tiempo: un buen trimmer; una buena sierra; herramientas y materiales de construcción, un tractor pequeño con su chipper y shredder… Finalmente, con las semillas queremos ayudar a crear algún tipo de estructura que disperse y distribuya semillas pero de una manera educativa y de recopilación de historia e información. Nos enfocaremos en tratar de preservar semillas nativas de Puerto Rico y archivaremos y documentaremos las historias de esas semillas y las de diferentes agricultores en general. Entonces tendremos libros, que aquí sabes que casi no hay bibliotecas, tener una pequeña colección de manuales y libros de temas de comida y de la cultura del agro para que las personas tengan algún tipo de acceso a estos recursos porque muchos agricultores no necesariamente pertenecen a las redes a las que nosotros pertenecemos. Muchos agricultores en su día a día lo que quieren es leerse un libro y entender mejor cómo hacer su trabajo y esto ayudaría a lograrlo. GDE: ¿Cómo ves el futuro de Puerto Rico en términos de sustentabilidad? ¿Qué hace falta aún? TRB: Hace falta que la diáspora de Puerto Rico se quite de la mente el sueño romántico y nostálgico acerca de lo que es Puerto Rico y cuál es nuestra cultura, y lo que realmente hace falta, específicamente cuando tiene que ver con agricultura. Muchas personas de la diáspora no conocen bien la agricultura ecológica o cuál es una manera de sembrar en Puerto Rico. Eso es sumamente importante porque ahora mismo la gran mayoría de los puertorriqueños viven afuera y ahí hay mucho dinero y para que nosotros logremos organizarnos mejor necesitamos contar con ellos, que pueden votar, tienen mayor acceso a capital, son más, y quizás son menos susceptibles a huracanes. Que en ese momento cuando Puerto Rico pase por el próximo huracán contemos con su presencia como lo hicimos este último año. Para que Puerto Rico eche pa’lante necesitamos negociar lo que sucede con la Junta de Control Fiscal y la deuda; es imposible pasar por un proceso de austeridad a la vez que se intenta pasar por un proceso de descolonización. Necesitamos hacer bien visible nuestro caso a un nivel en donde realmente se tiene que de alguna manera u otra resolver nuestra relación con los Estados Unidos; eso es sumamente importante. Y la organización comunitaria, empezar a demandar desde el hogar y desde la comunidad para crear la descolonización que uno quiere. Por ejemplo, como individuo decidí que al mudarnos a la finca en Caguas no iba a conectarme con la Autoridad de Energía Eléctrica ni con Acueductos. La comunidad trabaja un proyecto en el cual aproximadamente 300 casas estarán conectadas a una micro red solar comunitaria que le pertenecerá a la comunidad. Hay varias comunidades organizándose de esa manera. No solo pensando en las próximas tormentas sino también en el mientras tanto, y de qué manera podemos organizarnos mejor en este momento de limbo. La Ñapita: Descríbete con una palabra: andrógena ¿Qué te gustaría mejorar de ti? Mi paciencia Lugar del mundo: el presente Frase: “Buenos días” ¿Te gustaría conocer a? Mis ancestros Un libro o disco favorito: el que leo ahora me encanta que es The Cooking Gene de Michael W. Twitty ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Chayote” Un puertorriqueñ@ que admires: mi hermana, Daniela Rodríguez Besosa Quisieras aprender a: utilizar el bambú de más maneras ¿Cómo te relajas? Meditando, fumando marihuana, jugando cartas, leyendo… ¿Qué te da esperanza? Cuando las matitas moribundas salen y reverdecen Quisieras que te recordaran por: caerme muchas veces y ser la persona que se cae por otros Sigue a El Departamento De La Comida en las redes sociales: Facebook: El Departamento De La Comida Instagram: @eldepartamentodelafood Mientras se formaba en la industria del cine en la ciudad de Nueva York, la cineasta Karen Rossi tuvo la oportunidad de trabajar como asistente de edición para la película mexicana Y tu mamá también del reconocido y laureado director mexicano Alfonso Cuarón, experiencia que recuerda como una validación de que transitaba en la dirección correcta. Con los documentales como vernáculo principal para transmitir su voz, la filmografía de Rossi incluye: el cortometraje ¿Quién eres tú? de la serie 100 Minutos de Voces de mujer(2006); el documental Éxito en Sevilla(2008); el documental Algo más (2009); el cortometraje Sábado de Gloria(2012), y el documental para televisión Isla chatarra (2007). Este último lo produjo luego de convertirse en la primera ganadora en Puerto Rico de la convocatoria DocTV Iberoamérica; la pieza además ganó un premio Suncoast Emmy como mejor documental cultural. Su primer largometraje, Ser Grande, el cual se estrenó en la pantalla grande local el pasado mes de enero, narra la crisis existencial que enfrentan los adolescentes cuando se apartan de “la norma” y chocan con lo que la sociedad espera de ellos. El largometraje vino acompañado de una campana de comunicación social llamada “¿Cómo SER GRANDE?” que, a través de proyecciones especiales y conversatorios en escuelas, comunidades, y grupos de trabajo, entre otros, facilita el apoyo en distintas áreas a los jóvenes en Puerto Rico. A continuación, la entrevista que le hicimos a Karen en su versión editada y condensada.
GDE: Karen, ¿de dónde nació tu interés por el cine y en qué momento definiste que querías hacer documentales? KR: Pues creo que se define constantemente. Los documentales es lo que hago ahora, amo esa manera de contar historias, pero no es lo único que voy a hacer toda la vida porque si algo aprendí es que uno está reinventándose constantemente. Cuando me gradué de la universidad, mi primer trabajo fue como periodista en una revista de finanzas en Nueva York y aprendí mucho de investigación. Me encantaba investigar y redactar, pero no me encantaba la prisa, el timing que requería porque no había mucho tiempo para entender e investigar. Creo que ahí fue que me di cuenta de que me encantaba contar historias pero que me interesaba poder hacerlo de una manera más completa. Entonces tuve la suerte de hablarle a mi editor para decirle que posiblemente me iría del trabajo, que consideraba volver a estudiar. Cuando se lo mencioné, me dijo: mi hermana está trabajando con una documentalista. No le digas a nadie que te lo dije porque no queremos que te vayas, pero buscan un asistente. Entonces me fui a entrevistar y me ofrecieron el trabajo. Me fui a trabajar a Inskip Productions, que en ese momento éramos tres mujeres: la productora y directora, su productora asociada y yo, que era asistente y hacía de todo un poco, desde investigación, redacción de entrevistas, asistente de producción, ir con ellas a los sets y buscar el café, lo que me pidieran. Eso fue en el 1998 y desde ese momento continué trabajando freelance y combinando proyectos con talleres intensivos en la New York Film Academy. Empecé a trabajar como asistente de edición y lo mejor que me pasó fue que fui asistente de edición de la película Y tu mamá también de Alfonso Cuarón. GDE: ¿Cómo fue esa experiencia? KR: Imagínate, yo era súper joven y fue mi primer trabajo como asistente en un largometraje de ficción. Llegué allí porque de la New York Film Academy me recomendaron. El editor de Alfonso tenía un buen amigo que era maestro allí y lo llamó para decirle que buscaban un asistente de edición que fuera bilingüe para entender lo que pasaba con la película que era en español, pero todas las llamadas telefónicas y lo que ocurría allí con la película era en inglés, porque hacían la postproducción de sonido en Nueva York. De nuevo, fue como una combinación de haber hecho un buen trabajo en la escuela, de suerte, y de timing. Me ofrecieron el trabajo y fue increíble porque también había que hacer lo que se llama el film conform, que consiste en que el editor te envía las decisiones que se tomaron en edición, y tú con una copia del negativo juntas la cinta de 35mm de cine; hay algo hermoso en ese trabajo. Los cortometrajes que edité y también los que produje y dirigí en la New York Film Academy eran en 16mm, o sea, que ya tenía la experiencia de cortar cinta, pero de 16mm. Con Y tu mamá también pues… obviamente no tocaba el negativo, eso lo hacen expertos, pero hacía los film conforms para los pre screenings. Fue una experiencia en Nueva York de conocer gente, de hacer contactos, de horas interminables de trabajo. Cuando eres empleado en producciones es intenso. A veces los días son de dieciocho horas y nadie te paga el tiempo extra, que me alegro haberlo hecho cuando era más joven y sin hijos porque sería mucho más difícil hacer ese tipo de trabajo ahora. GDE: ¿Tuviste algún mentor o mentora en tu proceso formativo? KR: Creo que mi primera jefa, Marnie Inskip, definitivamente asumió ese rol con mucho cariño. La razón por la que me dieron el trabajo como asistente fue porque necesitaban apoyo con investigación y redacción y venía de ese ambiente de periodismo, pero no tenía experiencia previa en cine, y ella la verdad que fue tremenda mentora. Alfonso igual, no tuve tanta interacción con él porque era la asistente de su editor. Obviamente sí estábamos juntos en la sala de edición y nos conocimos, y hubo momentos en los que se sentó a mi lado y me explicó algunas cosas; eso fue maravilloso. Obviamente, después de lo que pasó con su carrera ha sido bello, mirarlo y decir: wow. Digo, ya sabíamos que él era un gran director en aquel momento porque ya había hecho A Little Princess y Great Expectations, ya era alguien que sonaba, pero que se haya podido destacar como director independiente de cine mexicano insertado completamente en Hollywood es maravilloso. GDE: ¿Qué películas, documentales o directores te sirvieron de inspiración? KR: Me parece fascinante la manera en que Woody Allen trabaja. Pienso que es un extraterrestre, no sé cómo lo hace, pero tiene una capacidad de no parar que no comprendo. A mí me parece increíble que alguien pueda producir tanto cine; él está filmando una película y escribiendo la próxima y no sé cómo hacer eso. Cuando estoy en una película, estoy inmersa completamente en ese proceso y me toma tiempo salir de una y entrar en la próxima. Lo que creó como modelo de trabajo para sí mismo, también desde una productora independiente, pienso que es fascinante. Y definitivamente es alguien que admiro mucho. No me gustan todas sus películas, pero pienso que tiene unas geniales y que él mismo se impuso esa disciplina de no parar para poder llegar a la genialidad de una a otra. Es un ritmo que admiro mucho. En documental me fascina Coco Schrijber. Ella tiene un documental fascinante que se llama How to Meet a Mermaid y ahí fue que dije: wow, la verdad que el documental puede ser cualquier cosa. Podemos ser mucho más creativos en nuestra manera de acercarnos al documental. Esa película abre con unas imágenes fascinantes y un escrito de un premio Nobel. Me pareció fascinante que su documental se nutre de muchas fuentes de inspiración, desde la literatura de Virginia Woolf hasta de las historias reales de personas contemporáneas que ella está conociendo. Eso me abrió los ojos a la posibilidad de la creatividad en el cine documental. GDE: Me parece muy interesante todo lo ocurrido hasta ahora con tu primer largometraje Ser Grande, sobre todo porque vino acompañado de una campaña de comunicación social. Entiendo que este acercamiento al documental como herramienta educativa es nuevo para ti, ¿qué te hizo inclinarte por esta técnica y es algo que continuarás en trabajos futuros? KR: Me di cuenta de ese potencial aquí en Puerto Rico con Isla chatarra, porque, aunque no lo hice con esa intención, fue parte del programa de DocTV Iberoamérica y realicé esa pieza bajo la tutela de ellos con el propósito de que se difundiera en los canales de la televisión pública de los países participantes. Pero una vez salió la pieza me empezaron a llamar de universidades para presentarles a estudiantes de programas ambientales, de planificación de desarrollo urbano… Dije: qué interesante la manera en que este documental es útil en los salones de clase. Entonces con Ser Grande tuve esa intención de antemano. Desde el desarrollo del documental sabía que queríamos lanzarlo como una campaña de comunicación social para que sirviera en escuelas y en comunidades. Y sí es algo que definitivamente me interesa seguir cultivando; me interesa seguir aprendiendo de maneras efectivas para el uso del documental y el cine. Hace varios años tuve la oportunidad de colaborar con la organización Espacios Abiertos en una serie de siete cortos que explican un derecho humano distinto y que se siguen utilizando; eso está disponible gratuitamente en línea en sontuyosdefiendelos.org. Entonces sí es algo que se está haciendo hace muchos años, por eso existen programas completos de televisión como PBS. Pero creo que es algo que podemos hacer más en Puerto Rico. Incluso la manera en que se financia el cine debería incluir la posibilidad de una preventa. Por ejemplo, en mi caso que tengo un préstamo del programa de cine, me parecería mucho más interesante que en vez de pagar ese préstamo… pues distribuir la película en las escuelas públicas de Puerto Rico and we call it even. Tú adquiriste un documental educativo que a título indefinido en el tiempo puedes usar en todas las escuelas públicas del país, y yo adquirí financiamiento para realizar esa pieza. En otros países que tienen industrias de cine más maduras, los canales de televisión y los canales educativos son parte del mecanismo de financiamiento para el cine nacional porque adquieren la película para distribuirla educativa o culturalmente. Es algo que aquí todavía no logramos. GDE: ¿Qué es necesario en Puerto Rico para lograr que cineastas como tú echen hacia adelante sus proyectos? KR: Creo que lo primero es cambiar el paradigma de que buscamos ayuda… no busco ayuda... Soy una profesional que me entrené para hacer algo, que lo hago con cierto grado de éxito en mi país y quiero seguir haciéndolo, y el país a cambio recibe un trabajo audiovisual que perdura en el tiempo. Isla chatarra ya tiene más de diez años, entonces si en veinte años generaciones quieren ver cómo se veía el país, cómo se veía la carretera, algunos paisajes en esa época… pues ahí queda un documento audiovisual que está disponible, no pierde vigencia, y de perder contemporaneidad, entonces pasa a ser parte de un archivo histórico importante. Entonces creo que lo primero es que tanto la inversión privada como la posible inversión pública vean el cine como la inversión en un producto nacional que perdura en el tiempo, tiene múltiples usos, y es parte de la economía. Entonces la idea de que estamos mendigando como unos pobres artistas es terrible. Primero, no es verdad, no conozco a ningún cineasta que no sea sumamente emprendedor, trabajador, que no se haya educado, que no se haya fajado, somos gente sumamente trabajadora en una industria que lo exige. Lo primero es eso, entender que somos profesionales que por múltiples razones escogimos ejercer nuestra profesión en este país y que buscamos ser parte de la solución a crear una industria eficiente. Obviamente todo el mundo siempre va a tener alternativas. Nosotros podemos seguir buscando crear esa industria aquí o podemos buscar oportunidades fuera de Puerto Rico. En el momento en que se apoyó a la industria se empezó a ver el crecimiento del cine nacional, se empezó a ver cómo las películas mejoraron calidad y su cantidad y salieron cosas como: Antes Que Cante El Gallo; Quién Eres Tú; Extraterrestres; Las carpetas; Cuentas Pendientes; Ser Grande, Nuyorican Básquet… sería absurdo ignorar eso. Hubo un boom porque hubo apoyo económico y mecanismos de financiamiento. No podemos pensar que ante la ausencia de esos mecanismos podemos continuar la obra. Buscamos hacerlo. Sigo desarrollando proyectos aquí y muchas y muchos de nosotros también, pero definitivamente ese boom respondió a mecanismos que se dieron y que puso el dinero a correr y los trabajos a crearse. GDE: ¿Qué está pasando ahora con Ser Grande? KR: Te diría que entre julio y diciembre del año pasado tuvimos mucho éxito participando en festivales internacionales. Ahora mismo mi interés primordial es seguir distribuyéndolo aquí en Puerto Rico. En enero tuvimos la presentación en Cinema Bar en Ballajá. También tendremos pronto un cine foro con la St. John’s School, que será la primera escuela en Puerto Rico que nos compra un cine foro. Este año me gustaría fortalecer las relaciones que empezamos con las organizaciones aliadas, que fueron las que sugirieron recursos profesionales, como personas expertas en conducta humana, que nos pueden acompañar en los cine foros para dirigir diálogos con grupos de estudiantes que no solo sean acerca de la producción de la película, sino profundizar en temas que la película aborda como educación de género, etc. Me gustaría ver más de eso este año, que logremos continuar la ruta, pero más dirigida a los cine foros con ese tipo de intercambio con el público. La Ñapita: Descríbete con una palabra: intensa ¿Qué te gustaría mejorar de ti? La paciencia Lugar del mundo: Italia Frase: “Pa’lante” ¿Te gustaría conocer a? Meryl Streep Un libro o disco favorito: El Principito ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “En proceso” De no ser cineasta, serías: maestra Un puertorriqueñ@ que admires: Lin-Manuel Miranda Quisieras aprender a: hacer cerámica, trabajar con barro ¿Cómo te relajas? Yoga y meditación ¿Qué te da esperanza? La risa de los niños Quisieras que te recordaran por: mi alegría Sigue a Karen en las redes sociales: Facebook: Karen Rossi; Ser Grande Instagram: @rossikaren www.sergrandepr.com |
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Diciembre 2020
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