Tara Rodríguez Besosa es una de las portavoces más importantes del movimiento de agricultura sustentable en Puerto Rico y trabaja incansablemente para lograr que ciudadanos y representantes locales de las industrias agrícolas y gastronómicas creen conciencia y apoyen los esfuerzos de líderes que luchan por levantar la agroecología en la isla. Rodríguez Besosa estudió arquitectura en el New York’s Pratt Institute, pero dejó la vida del arte para dedicarse a la sublime y ardua tarea de cultivar la tierra e implementar prácticas sustentables que aporten a la economía local. En este campo, Tara fue vanguardista en el 2010 cuando fundó El Departamento De La Comida, programa que desde aquel entonces promovía la agricultura local: inicialmente recibía productos de fincas locales para venderlos a hogares y restaurantes. Tras el paso del huracán María, Tara, quien en ese momento se encontraba en Nueva York, aprovechó la oportunidad para convocar la ayuda de varias organizaciones y aunar esfuerzos a través del Fondo de Resiliencia de Puerto Rico que ayudó a fundar. Gracias al Fondo y a un grupo de personas que se unieron a su iniciativa, logró ayudar a un gran número de agricultores de la isla en la reforestación y reconstrucción de fincas, haciéndolas más sustentables y resilientes. Luego de varias transformaciones que incluyen: un café vegetariano; un servicio de entrega de productos agrícolas, y un restaurante, este año el Departamento De La Comida renace con una misión que alberga varios programas dirigidos a concienciar y ayudar a aquellas comunidades que buscan la autosuficiencia. A continuación, la entrevista que le hicimos a Tara en su versión editada y condensada.
GDE: Desde su creación en el 2010 El Departamento De La Comida atravesó varias transformaciones, ¿cómo defines hoy su misión? TRB: Estoy en el proceso de cerrar El Departamento De La Comida incorporado, con fines de lucro y del cual soy dueña, y reabrirlo como una entidad sin fines de lucro. Es importante, que aunque sea sin fines de lucro, asegurar que haya democracia, horizontalidad y transparencia y trabajamos en lograr eso como estructura dentro de la organización, algo que no veo en muchas organizaciones en Puerto Rico. Luego de todas estas experiencias y de 10 años de trabajar con agricultura ecológica, quiero que este proyecto continúe y que no sea necesariamente mío. Ahora mismo lo fundamos tres personas que servimos de codirectores y hay una junta de tres mujeres. Nuestra misión es ser un colectivo no gubernamental y sin fines de lucro en apoyo a lo que es la agricultura sustentable y resiliente en Puerto Rico. GDE: Luego del huracán María fuiste cofundadora del Fondo de Resiliencia de Puerto Rico, ¿me puedes mencionar algunos logros de esta iniciativa? TRB: Visitamos más de 60 proyectos alrededor de las islas de Puerto Rico, desde huertos comunitarios y escolares, fincas privadas y fincas más comerciales, todo tipo de siembra. Se ayudó con cinco áreas de enfoque:
GDE: Tara, ¿alguna finca en específico que quieras mencionar por su progreso y por ser modelo para otras? TRB: Wow, ayudamos a tanta gente… Por ejemplo, en Siembra Tres Vidas en Aibonito, la finca de la que mi hermana forma parte con un colectivo, hay un techo de recogido de lluvia bastante bien hecho con un tanque más grande. Ese techo ahora está donde ellos cosechan y preparan sus cosechas. En la casa de una muchacha en Ciales, su casa era de dos pisos de madera que se jodió por completo y ese fue un proyecto donde hubo dos o tres grupos que tuvimos que desmontar la casa completa. Se logró hacer el primer piso en cemento, un proyecto gigantesco. Fuimos a muchos eventos y a mercados a repartir semillas. Estuvimos en la Escuela Intermedia Berwind en Sabana Llana que trata de especializarse en Agroecología Urbana, y por una semana y con ayuda de la gente de Huerto Semilla se hizo un vivero; una experiencia inolvidable. Aquí en la comunidad San Salvador en Caguas donde vivo y tenemos nuestra finca, también ayudamos a traer grupos que vinieran a limpiar el huerto comunitario que está hermoso. En Hacienda Río Viejo en Río Grande se montó recogido de lluvia; en la finca de una pareja en Guayama estuvimos una semana con una cooperativa de agricultores de Vermont ayudando a sembrar pues perdieron el 80 por ciento de su siembra de árboles frutales de 10 y 20 años. A esa finca regresé como a los ocho meses y todo el trabajo que hicimos ya era evidente. Cuando visito algunas fincas se nota que mantienen el trabajo; a veces es tan sencillo como tener manos adicionales que ayuden con la limpieza. Honestamente, no nos dio tiempo de darle seguimiento a todas las fincas así que ahora me da curiosidad de saber cómo están. GDE: Mencionaste tu finca en San Salvador en Caguas, que entiendo compraste el año pasado, ¿cómo va su progreso? TRB: Aquí estoy. Es una finca que llevaba más de 20 años abandonada y tiene como ocho cuerdas y una casa de cemento; la primera estructura de cemento de San Salvador de los años 40 más o menos. El progreso va bien, “en casa de herrero cuchillo de palo”. Después de un año de mucho trabajo por Puerto Rico nos encontramos aquí, con mucho trabajo, sin un fondo de resiliencia o algo así, pero poco a poco. Es bien sanador y es un proyecto hermoso que me trae a mi tierra después de un año de mucho movimiento y viajes. También es un proyecto para el que visualizamos que haya más gente involucrada en un futuro. Estamos en la fase principal de habitar, limpiar y pintar la casa, y de empezar a limpiar, sembrar y despejar caminos y todo lo que trae el abandono. No hay electricidad ni agua potable, el agua se recoge de la lluvia y tenemos unas placas solares; va a ser completamente off the grid y desmontable. Mucho del aprendizaje de este último año se aplica aquí. GDE: ¿Cómo ha sido la acogida y respaldo de los chefs locales hacia este tipo de iniciativas? TRB: Más lento de lo que hubiese querido, muy mediático, aunque realmente para mí es sumamente importante put your money where your mouth is. Creo que ha sido un proceso lento para que más cocineros, chefs y dueños de restaurantes, a través de la compra, apoyen la agricultura ecológica local. Creo que aquí debe haber más demanda de parte de los restaurantes y de una manera distinta y mejor educada. Al igual que la mayoría de los ingredientes del mundo, aquí hay varios ingredientes que son por época, pero hay otros que aquí simplemente no se pueden sembrar y otros que nadie los pide. Debe ocurrir un trabajo educativo para todos los chefs, para que sepan lo que realmente significa apoyar la agricultura y de qué manera lo pueden hacer y pagar justamente. No todos los restaurantes hacen compras muy grandes y automáticamente piensan que debe ser a un precio menor que el precio al detal. Ahora, si compras más de cierta cantidad pues entonces quizás debe haber un precio especial, pero hacerlo a base del volumen que se compre. Para mí el modelo de restaurante está obsoleto. Hay muchos restaurantes que cambiaron esa jerarquía de chef, souss chef… que surgen con un acercamiento distinto en la manera en que se estructuran; eso es sumamente importante. No pretendo que todos estén al día sobre lo que se practica en agricultura ecológica, específicamente con agroecología, que no es solamente la siembra, sino la enseñanza política, educativa y social de las comunidades y de justicia a la tierra. Creo que esa parte todavía no ha llegado a la industria de los restaurantes. Cuando abrimos El Departamento había dos restaurantes vegetarianos y eran como health food stores con comida de microondas. Nosotros tampoco fuimos perfectos y no pretendo que seamos los mejores del mundo, pero algo que sí hacíamos era que los ingredientes tenían que ser locales, ecológicos y pagados justamente. No necesariamente teníamos la fórmula perfecta para lograrlo y ser sustentables, pero en esta última década, gracias al Departamento y a otros proyectos, hay restaurantes veganos y vegetarianos, hay más mercados agrícolas en la isla, y también se ve un aumento por parte del consumidor y lo que pide. He visto también un aumento en los restaurantes más elegantes que compran de estos agricultores. Un buen ejemplo es Vianda de Francis Guzmán en Santurce, un restaurante más upscale y ese muchacho tiene los mejores ingredientes. Cada vez que voy puedo reconocer ingredientes de conocidos. No es un restaurante vegetariano, pero hace muchos platos creativos y él no lo anuncia, es muy humilde con eso. El otro restaurante que creo que promete en el 80 por ciento ser de fincas locales se llama CRU en Condado, muy bueno también. Ese tipo de restaurante es el que nace en los últimos 10 años y que me parece buenísimo. GDE: ¿Qué trae El Departamento De La Comida este año y para el futuro? TRB: Mi gran proyecto este año es mi proyecto personal de sanación y de mudarme a este hermoso espacio en Caguas, pues es algo que comparto con El Departamento De La Comida; vamos a cederle como cuatro cuerdas a la organización. Empezamos operaciones en enero y tratamos de organizar qué es El Departamento y en qué nos vamos a enfocar; ya tenemos nuestros cuatro programas. Uno es el de la finca, donde vislumbramos crear una producción de plantas medicinales y semillas en vez de dedicarnos a producción de alimentos como tal. Así podemos brindarles semillas como recurso a otros agricultores y fincas con las que trabajamos y apoyamos en vez de convertirnos en competencia. Tenemos lo que se llama La Agencia que trata de proponer una alternativa a otros departamentos gubernamentales. Bajo La Agencia este año escogeremos tres proyectos para dedicarles trabajo pro bono en apoyo a lo que necesiten. El primero es el jardín comunitario de aquí de San Salvador que necesita ayuda en la coordinación y programación de actividades, coordinación con voluntarios y escribir propuestas. Buscamos dos proyectos adicionales: un agricultor que necesite apoyo en cómo hacer transición de prácticas convencionales a unas más sustentables, y un proyecto orgánico ecológico que ya sea exitoso, para apoyarlo y que sea el modelo, el ejemplo de lo que queremos para Puerto Rico. También tenemos la cocina que lo más seguro abra para el 2020. Más allá de tener un restaurante, abriremos el Departamento De la Comida para crear nuestra línea de productos, todo local y sustentable. Así que este año recaudaremos fondos para la cocina, para dar talleres y prestarle la cocina a aquellas personas y proyectos que conocemos, que tienen sus propios productos pero no tienen dónde prepararlos de una manera licenciada o sanitaria. Por último, la biblioteca. World Central Kitchen nos dio el primer grant de 20 mil dólares para una biblioteca de recursos que se compone de una biblioteca de prestar herramientas, una de semillas, y una de material educativo técnico. Al hablar con diferentes agricultores a base de la experiencia del último año con el Fondo de Resiliencia, nos dimos cuenta de que muchos no tienen las herramientas suficientes para recibir grupos. Estudié mucho lo que son los tool lending libraries y la idea sería esa y que tengamos dos kits. Por ejemplo, que un agricultor diga: voy a recibir un grupo de personas, necesito el kit de brigada. Y ese kit puede que traiga veinte machetes, palas y pares de guantes… Que lo pidan prestado para talleres o para alguna actividad en la finca, etcétera, sin tener que comprarlo. El otro kit estaría compuesto de maquinarias que no sean grandes y que son un poquito más costosas, que muchos agricultores quizás no tienen el dinero para comprar y que no necesariamente necesitan todo el tiempo: un buen trimmer; una buena sierra; herramientas y materiales de construcción, un tractor pequeño con su chipper y shredder… Finalmente, con las semillas queremos ayudar a crear algún tipo de estructura que disperse y distribuya semillas pero de una manera educativa y de recopilación de historia e información. Nos enfocaremos en tratar de preservar semillas nativas de Puerto Rico y archivaremos y documentaremos las historias de esas semillas y las de diferentes agricultores en general. Entonces tendremos libros, que aquí sabes que casi no hay bibliotecas, tener una pequeña colección de manuales y libros de temas de comida y de la cultura del agro para que las personas tengan algún tipo de acceso a estos recursos porque muchos agricultores no necesariamente pertenecen a las redes a las que nosotros pertenecemos. Muchos agricultores en su día a día lo que quieren es leerse un libro y entender mejor cómo hacer su trabajo y esto ayudaría a lograrlo. GDE: ¿Cómo ves el futuro de Puerto Rico en términos de sustentabilidad? ¿Qué hace falta aún? TRB: Hace falta que la diáspora de Puerto Rico se quite de la mente el sueño romántico y nostálgico acerca de lo que es Puerto Rico y cuál es nuestra cultura, y lo que realmente hace falta, específicamente cuando tiene que ver con agricultura. Muchas personas de la diáspora no conocen bien la agricultura ecológica o cuál es una manera de sembrar en Puerto Rico. Eso es sumamente importante porque ahora mismo la gran mayoría de los puertorriqueños viven afuera y ahí hay mucho dinero y para que nosotros logremos organizarnos mejor necesitamos contar con ellos, que pueden votar, tienen mayor acceso a capital, son más, y quizás son menos susceptibles a huracanes. Que en ese momento cuando Puerto Rico pase por el próximo huracán contemos con su presencia como lo hicimos este último año. Para que Puerto Rico eche pa’lante necesitamos negociar lo que sucede con la Junta de Control Fiscal y la deuda; es imposible pasar por un proceso de austeridad a la vez que se intenta pasar por un proceso de descolonización. Necesitamos hacer bien visible nuestro caso a un nivel en donde realmente se tiene que de alguna manera u otra resolver nuestra relación con los Estados Unidos; eso es sumamente importante. Y la organización comunitaria, empezar a demandar desde el hogar y desde la comunidad para crear la descolonización que uno quiere. Por ejemplo, como individuo decidí que al mudarnos a la finca en Caguas no iba a conectarme con la Autoridad de Energía Eléctrica ni con Acueductos. La comunidad trabaja un proyecto en el cual aproximadamente 300 casas estarán conectadas a una micro red solar comunitaria que le pertenecerá a la comunidad. Hay varias comunidades organizándose de esa manera. No solo pensando en las próximas tormentas sino también en el mientras tanto, y de qué manera podemos organizarnos mejor en este momento de limbo. La Ñapita: Descríbete con una palabra: andrógena ¿Qué te gustaría mejorar de ti? Mi paciencia Lugar del mundo: el presente Frase: “Buenos días” ¿Te gustaría conocer a? Mis ancestros Un libro o disco favorito: el que leo ahora me encanta que es The Cooking Gene de Michael W. Twitty ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Chayote” Un puertorriqueñ@ que admires: mi hermana, Daniela Rodríguez Besosa Quisieras aprender a: utilizar el bambú de más maneras ¿Cómo te relajas? Meditando, fumando marihuana, jugando cartas, leyendo… ¿Qué te da esperanza? Cuando las matitas moribundas salen y reverdecen Quisieras que te recordaran por: caerme muchas veces y ser la persona que se cae por otros Sigue a El Departamento De La Comida en las redes sociales: Facebook: El Departamento De La Comida Instagram: @eldepartamentodelafood
2 Comentarios
Edgar Gandia
3/20/2023 05:26:03 am
Los cormos, que nacen, el la base, del Bambú, son una fuente, de proteína vegetal, y fibra. Son, los famosos bambú, de, la comida china. Prueben también, con, los Lerenes, papas Tainas.
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Yadira
3/20/2023 10:41:42 am
Gracias por la información!
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Diciembre 2020
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