Gloriann Sacha Antonetty Lebrón es una fuerza de la naturaleza que intenta convertirse en parte de la solución ante los problemas de discrimen, racismo y desigualdad que existen en la isla. Esta escritora, comunicadora, activista, madre y esposa, entre otros roles que asume con orgullo, eligió formarse en el área de las comunicaciones debido a una temprana exposición a este campo: clases de modelaje, participación en comerciales de televisión, y ayudante técnico de su abuelo, quien conducía un programa radial y escribía para un periódico. Gloriann posee un bachillerato en Comunicación con concentración en Publicidad y Relaciones Publicas de la Universidad del Sagrado Corazón, y una maestría en Periodismo Investigativo de Florida International University. Su experiencia profesional incluye fungir como directora de comunicaciones para organizaciones sin fines de lucro, y agencias de publicidad y relaciones públicas. También se desempeñó como profesora de comunicaciones en la Universidad Sagrado Corazón y en la Universidad del Turabo. En su oficio de escritora, publicó varias obras entre las que se encuentran: “Hebras”, colección de poemas por el cual recibió mención de honor en el 9no Certamen Nacional De Poesía José Gautier Benítez (2014), e historias en las antologías “Cuentos de Huracán”, “Maraña de Tejedoras de Palabras” y “Palenque: antología puertorriqueña de temática “negrista”, antirracista, africanista y afrodescendiente”. Por su labor en el campo del empresarismo y las comunicaciones, recibió el premio a la empresa social de EnterPRize, del Grupo Guayacán (2018), y el premio Silver Anvil de la Public Relations Society of America (2009). Recientemente, Gloriann alcanzó uno de sus sueños al lanzar la Revista étnica de la cual es fundadora. Con este medio crea una plataforma que promueve el talento y aportaciones de la comunidad afrolatina, a la vez que sirve de movimiento social. A continuación, la entrevista que le hicimos a Gloriann en su versión editada y condensada.
GDE: Gloriann, ¿cuándo adquiriste conciencia de la desigualdad y el racismo que existe en Puerto Rico? GS: Creo que siempre vas atando situaciones o experiencias personales, así que cuando primero viví el asunto de la desigualdad fue en tercer grado con un comentario que me hizo una niña y que aún recuerdo claramente. Me dijo “tú serías bonita si no fueras negrita”. Ese recuerdo está bien vivo. Después me ocurrió otro incidente similar. Desde los seis años estuve en la escuela de modelaje de Nairda Hernández y para el cierre del curso siempre hacíamos un shooting en un hotel. Mi abuela era costurera así que para ese evento tenía ropa de alta costura y unas flores. Una niña me dijo que le fuera a buscar las flores que yo tenía para ella. Me incomodó el proceso y la manera en que se dio el approach, y le dije “no, yo no te voy a buscar las flores, tú puedes caminar y buscarlas”. Entonces, así como esas uno va teniendo diferentes experiencias a lo largo de la vida y se da cuenta de que en realidad tener este color de piel nos hace diferentes. Incluso en los últimos diez años trabajé como directora de comunicaciones de una organización sin fines de lucro donde también tuve la oportunidad de trabajar en muchas comunidades que viven en pobreza. Pude ver que la mayoría de las personas en estas comunidades tienen unas características. Muchas veces son comunidades negras en espacios marginados y en desventaja, como lo son residenciales públicos y barriadas. Hay unos asuntos sistémicos que te permiten acceder a oportunidades de manera distinta, o se cierran esos accesos para mucha gente a pesar de los talentos, la belleza y la riqueza que tienen esas comunidades. GDE: ¿Por qué decidiste dedicarte a las comunicaciones? GS: Mi familia y abuelos paternos vivían en Carolina y mis abuelos maternos vivían en Santurce. Mis papás compartieron mi crianza con mis abuelos, así que toda mi crianza se dio entre Santurce y Carolina. Mi abuela materna prácticamente me buscaba todas las tardes a la escuela en lo que mis papás salían de trabajar. Mi abuelo José Cheo Antonetty era ciego, y era comentarista deportivo y leía mucho; era muy intelectual. Él conducía un programa de radio desde su casa. Entonces desde bien pequeña a mí me tocaba hacer los soundchecks, coordinar los micrófonos… para ese tiempo él grababa en 8-track y en cassettes… Como mi abuelo era no vidente y también escribía una columna para El Vocero, me dictaba las historias, sus columnas, y yo las escribía a maquinilla; eso era lo que se le entregaba al periódico. Así que siempre estuve bien conectada con ese mundo. También el aspecto de haber estado en escuela de modelaje desde los seis años me expuso al mundo de la publicidad, de los anuncios. De niña hice muchos comerciales y mis papás también. Creo que el aspecto de la comunicación siempre fue bien importante. Siempre había gente en casa y se sentía una preocupación de cómo estaba el otro en el barrio, esa conexión comunitaria. Mis papás me llevaban a muchas actividades culturales así que desde la niñez todo eso me formó y me dejó claro que quería estudiar comunicaciones. GDE: Hay mucha gente que piensa que en Puerto Rico no existe el racismo, ¿qué significa ser una persona negra en el Puerto Rico de hoy? GS: Creo que ser una persona negra en el Puerto Rico de hoy representa tener menos oportunidades, tener salarios inferiores, vivir en comunidades que han sido empobrecidas donde también hay unos procesos de injusticia ambiental y social. Por ejemplo, por año y medio participé de un programa empresarial de startups del Grupo Guayacán. Cuando les hacía mi pitch a los jueces y a los coaches, comenzaba con dos preguntas: la primera era cuántas personas negras veían o estaban en posiciones de top management. Les decía “no me contesten, sólo piénsenlo”; se les desfiguraban las caras. Mi segunda pregunta era “y ¿cuántas de esas son mujeres negras?” Para mí es bien importante entender las complejidades, las interseccionalidades, porque hay muchos factores que determinan el nivel de opresión, discrimen y racismo que uno vive. Desde dónde naciste, en qué familia te criaste, qué acceso tienes para ir a la universidad, la escuela, los trabajos que puedes adquirir. Por ejemplo, a mí me tocó formar parte de equipos ejecutivos y darme cuenta de que en mi equipo yo era la menos que ganaba en comparación con otras mujeres con la misma experiencia y el mismo nivel de aportación. Y mucha gente vive en esa negación. Nos dicen “es que ustedes son unos acomplejados, déjense de changuerías”. Una de las cosas que más escuché en el análisis del lanzamiento de la revista fue “ya vienen estos a traer otra cosa para dividirnos, somos todos iguales”. Pero no es la realidad. Por más que uno quiera que la gente piense de esa manera, no es la realidad ni la experiencia que vivimos. GDE: ¿Qué es necesario para educar a las comunidades, niños y próximas generaciones en términos de raza e igualdad? GS: Es importante que podamos entender conceptos básicos importantes como el racismo y entender lo que es la equidad, que no necesariamente son las mismas oportunidades de manera igual para todos. La equidad establece que hay unas personas que viven unos niveles de opresión y que es importantes que se les de una oportunidad a mayor escala. Creo que es importante reconocer esos procesos que no son equitativos para otros y disponer los recursos para ayudar a romper las barreras del racismo, que más que nada son sistémicas. La gente piensa que el que quiere llegar puede, que lo logra. Incluso mucha gente cuando vea mi historia dirá “si ella pudo, otras mujeres negras pueden lograrlo, no hay excusa”. Pero es que no es la misma realidad. Incluso como mujer negra reconozco mis privilegios. No necesariamente crecí en una barriada o en un residencial público. Vengo de una familia de clase media trabajadora, pero mi realidad es distinta a otras mujeres, incluso que nacen y se crían en otros entornos. Así que eso es importante. Creo que la gente puede entender sus propios privilegios como individuos y reconocer estas otras inequidades que existen allá afuera a nivel sistémico y pasar de la negación. Porque en la medida en que lo sigamos negando no vamos a poder tener unos diálogos abiertos ni entender la situación de otros. GDE: Háblame de étnica. GS: étnica es mi respuesta a un vacío que tuve desde jovencita. Como te mencioné, el asunto de las comunicaciones siempre estuvo bien claro. Me fascinan los libros y las revistas y al buscar en éstas, lamentablemente no me veía reflejada. Entonces mis papás buscaban la manera de conseguirme una revista “Ebony”, una “Essence”, y ahí vi la posibilidad de poder hacer un medio de Puerto Rico que pudiera conectar con otras comunidades afrolatinas. Así que étnica es un sueño hecho realidad. Nace de un dolor, de un proceso de invisibilidad que se convierte en la herramienta para crear un movimiento, una plataforma multimediática. Además, ofrece consultoría a marcas y a otros grupos como organizaciones sin fines de lucro y comunidades, para que se comuniquen y conecten con las poblaciones negras de una manera digna. Parte del racismo son los chismes, chistes y las burlas que normalmente vemos en los medios de comunicación. También hay una invisibilidad de negras y negros; podemos contar con nuestros dedos de la mano los negros y negras en los medios de comunicación. Así que para mí era importante crear un medio donde se nos diera visibilidad, pudiéramos crear contenido y presentar nuestras aportaciones, belleza y talentos. Lo más gratificante del proceso de crear étnica es que es un espacio de trabajo para otros profesionales, particularmente afrodescendientes que creen en la misión y visión de la revista tanto como yo. Los ayudamos a crear oportunidades para su desarrollo profesional, personal y económico, que es muy importante, a la vez que se crea una comunidad sólida. Tengo unos principios bien claros de colaboración y sororidad. Obviamente, mi crecimiento y el poder garantizar una sustentabilidad para mi familia es importante, pero también es bien importante que otros que están cerca de mí puedan crecer de la misma manera. A la revista le dimos vida con la versión impresa en diciembre, pero llevamos varios años con las plataformas digitales y las redes sociales. Desde el 2016 estamos creando esa comunidad y conectando con la comunidad afrolatina. La revista se puede conseguir en las tiendas Walgreens y Walmart, en espacios de economía solidaria como lo son Café Latte que Latte, El Nido en Bayamón, y Taller Tambuyé en Río Piedras. Y pendientes a nuestras redes porque nos insertamos en actividades para vender la revista en esos espacios. La versión impresa de la revista estará disponible dos veces al año: en junio y en diciembre. GDE: ¿En qué otros proyectos trabajas? GS: El más importante es que recién me estreno como madre. Así que este otro rol, que es el más importante, es el de ser madre, lactante, y todo lo que eso conlleva. Obviamente, mi familia es mi centro. Pero estoy en otros proyectos como, por ejemplo, soy parte de la comunidad asesora del Colectivo Ilé, que desde 1992 realiza trabajo antirracista en comunidades, principalmente con mujeres. También soy parte de la junta y el colectivo El Ancón, un espacio histórico al lado del Río Grande de Loíza. El Ancón era el medio de transportación que conectaba a las comunidades de Loíza con San Juan. Estamos insertados en ese espacio para revivir esa memoria histórica, revitalizar el área y trabajar proyectos con jóvenes, particularmente de Loíza, para ayudarlos a mejorar sus condiciones económicas y sociales. Además, soy parte de la junta de 80grados. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: negra, orgullosa y poderosa Un libro o disco que te haya influenciado: el disco “The Miseducation of Lauryn Hill” Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: mi tío abuelo Perucho decía: “La yerba que el chivo no mastica”, significa que somos tan poderosos que nadie puede fastidiar con nosotros. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Comerme los pellejitos de las manos, me destruyo. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica ha mejorado considerablemente tu vida? Creo que la práctica de lactar me permite crear unos vínculos extraordinarios con mis hijos, incluso con mi cuerpo. Es extraordinario ver cómo a veces por más cansada que estoy mi cuerpo se mantiene produciendo. Un puertorriqueñ@ que admires: la escritora y poeta Ángela María Dávila Quisieras aprender a: coser ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Crear étnica Si hubieras podido cambiar un aspecto de tu niñez, ¿qué habrías alterado? El día en que en tercer grado la niña me dijo “si no fueras negrita serías bonita”. ¿Qué te inspira? Mis hijos Quisieras que te recordaran por: valiente y por atreverme a hacer algo innovador. Sigue a Étnica en las redes sociales: revistaetnica.com Facebook: Revista Étnica Instagram: @revistaetnica
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Diciembre 2020
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