La Lcda. Adi Martínez Román es una mujer con un sólido y definido compromiso social. Su vasta experiencia y preparación en el campo legal le han equipado con las herramientas y destrezas necesarias para trabajar con comunidades de escasos recursos, facilitándoles el acceso a recursos legales. Luego de fungir por varios años como decana de estudiantes de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, en abril de 2017 Martínez Román fue designada como directora ejecutiva de la corporación sin fines de lucro Fundación Fondo de Acceso a la Justicia (FFAJ). Entre sus numerosas faenas, la arecibeña de 41 años le dio prioridad al descubrimiento y desarrollo de oportunidades que continúen beneficiando a las comunidades menos favorecidas en el aspecto legal. También, busca fortalecer la misión de la organización de asegurar los servicios ofrecidos por las entidades sin fines de lucro de ayuda legal en asuntos civiles a personas de escasos recursos en la isla. Su preparación académica incluye un bachillerato en Política Pública y Asuntos Internacionales de la Universidad de Princeton; un Juris Doctor de la Universidad de Puerto Rico, y una maestría y un doctorado en Filosofía Política del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid. A continuación, la entrevista que le hicimos a la Dra. Adi Martínez Román en su versión editada y condensada.
GDE: Hola Adi, ¿qué trajo a tu vida desempeñarte como directora ejecutiva de la Fundación Fondo de Acceso a la Justicia? AMR: ¡Hola! Creo que el trabajo en la Fundación me acerca un poco más al trabajo comunitario de colaborar con grupos y organizaciones que fortalecen a las comunidades en Puerto Rico, porque lo que hace la Fundación es allegar fondos para las organizaciones que ofrecen servicios legales civiles. GDE: ¿Cuántas organizaciones en Puerto Rico se dedican a esto? AMR: En Puerto Rico tenemos: Servicios Legales de Puerto Rico; Pro-Bono Inc.; Servicios Legales Comunitarios; Oficina Legal de la Comunidad, y las clínicas legales. Además, más de otras 20 organizaciones que trabajan con nosotros y que ofrecen servicios de otros tipos, que añadieron el componente legal para complementar sus servicios. Eso lo logramos a través de nuestro Fondo Legal de Emergencia, que las organizaciones se den cuenta de que sus poblaciones también necesitan representación legal de diferentes tipos y que este componente complementa misiones que son más cotidianas. Por ejemplo, si tienes una organización que apoya a víctimas de violencia, el tener un abogado que las apoye es importante o si tienes un programa de apoyo a envejecientes, tener un abogado que los ayude con sus problemas legales es súper importante. Por ejemplo, la Asociación Mayagüezana de Personas con Impedimentos realiza un trabajo excelente en el área oeste con los problemas de titularidad de hogares de las personas. Añadieron el componente legal porque se dieron cuenta de que las poblaciones a las que atienden tienen estos problemas legales que se suman a sus problemas sociales. Nosotros otorgamos fondos a Servicios Legales de Puerto Rico, a Pro-Bono Inc., a las clínicas… todas las organizaciones reciben algo de nuestra parte, pero también hemos expandido y colaborado con un sinnúmero de organizaciones de otro tipo. GDE: ¿Cuáles son algunos de los logros recientes de la organización? AMR: Empecé en abril de 2017 y en septiembre pasaron los huracanes Irma y María y creamos el Fondo Legal de Emergencia inspirados en lo que se hizo en las jurisdicciones de Florida y Texas, luego de los huracanes Harvey e Irma. Logramos allegar 1.5 millones de dólares para financiar servicios legales de emergencia a más de 23 organizaciones que ofrecen servicios alrededor de Puerto Rico. Hemos financiado servicios que tienen que ver con las solicitudes de FEMA y apelaciones a las denegatorias, financiamos programas dirigidos a los adultos mayores, y programas que tienen que ver con titularidad, esos son los tres más grandes y a través de donaciones bastante generosas de diferentes organizaciones de Puerto Rico y Estados Unidos. GDE: ¿Cuáles son algunos de los retos que enfrentan? AMR: La Fundación se creó para administrar el Fondo de Acceso a la Justicia que se nutre del dinero que se genera de cuentas que se supone abran los abogados, te explico. Se supone que los abogados separen los bienes que le pertenecen al cliente de los bienes suyos y los operacionales. Ese dinero aparte debe ponerse en unas cuentas llamadas Interest on Lawyer Trust Accounts o IOLTA, en español son las cuentas de intereses en fideicomisos de abogados y abogadas, o cuentas CIFAA; estas cuentas generan un interés que se supone va al Fondo. Cuando comencé, solo había como 30 cuentas creadas y en junio de 2017 hubo una enmienda a la ley que, en vez de hacerlo mandatorio a los abogados, lo hizo voluntario. Ahora solamente tenemos como 70 cuentas abiertas. Es una pena porque si los abogados lo hicieran tuviéramos una fuente recurrente y estable de fondos para ayudar a las organizaciones que ofrecen servicios legales. En estos momentos tenemos dos fuentes principales de fondos, una viene de unos acuerdos que hubo en Estados Unidos de unos pleitos contra unos bancos por prácticas inapropiadas al prestar dinero hipotecario y ese fue el primer fondo grande que recibimos de 13 millones de dólares. Cada año, con ese fondo financiamos programas alrededor de Puerto Rico que ayudan contra las ejecuciones de hipotecas y con el desarrollo económico comunitario; anualmente repartimos alrededor de un millón y ahora vamos para el cuarto año. La otra fuente grande de fondos fueron las donaciones al Fondo Legal de Emergencia después del huracán, cuando allegamos 1.5 millones en menos de un año. El principal reto es conseguir fuentes recurrentes de fondos para poder tocar otras áreas como familia, salud, educación… que también son importantes. Creo que el reto más grande es, y es parte de mi plan de trabajo este año, posicionar a la Fundación. Que los abogados entiendan que está ahí para hacer un bien, que usamos el dinero para realmente apoyar a las organizaciones e incluso para darle trabajo a los abogados porque después del huracán María, el Fondo Legal de Emergencia fue en lo único que muchos abogados pudieron trabajar. GDE: ¿En qué proyectos trabajan actualmente? AMR: Como parte del Fondo Legal de Emergencia trabajamos en un proyecto colaborativo con la Hispanic Federation, donde otorgan fondos a organizaciones en 15 comunidades para reconstruir viviendas y para abogacía. Junto a ellos, planificamos proveerles servicios legales a esas 15 organizaciones. También queremos ver cómo podemos colaborar con el gobierno para allegar más fondos de servicios legales a través de las mismas agencias, un proyecto que tratamos de impulsar junto al Departamento de Justicia. Además, vamos a ver cómo podemos promover que los abogados hagan sus cuentas CIFAA, no solo los de aquí sino también los que vienen a litigar casos importantes en Puerto Rico o a dar servicios a las diferentes instancias gubernamentales. También, como parte de la labor de promover el acceso a la justicia, hay un proyecto a través del Fondo Legal de Emergencia que empezó hace unos meses y es una clínica legal psicológica a través de la Universidad de Cayey en la comunidad de San Isidro en Canóvanas. Subvencionamos un esfuerzo en conjunto entre abogados y psicólogos que ofrecen servicios a esta comunidad que quedó bien golpeada luego del huracán. Se vio que los problemas legales y psicológicos se relacionan mucho y tenemos la esperanza de que esas clínicas tengan buen resultado en la comunidad. GDE: Quienes te conocen saben que eres una persona multifacética, que siempre tienes varios proyectos a la vez, ¿para cuáles te divides hoy día? AMR: Todavía doy la clase de Derecho y Pobreza en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico y no pienso dejar de hacerlo porque me encanta el aula. Me gusta mucho la interacción con los estudiantes y estimular el pensamiento a través de nuestras experiencias y de la teoría. Mi doctorado es en Filosofía Política del Derecho y siempre trato de hacerle ver a los estudiantes cómo la teoría se combina con la práctica. Ese ejercicio me gusta mucho así que siempre trataré de dar clases. Anteriormente, estuve involucrada en veinte mil cosas y antes del huracán decidí cogerme un break porque estaba demasiado cargada, daba clases de karate, cogía clases de bomba… Ya me recuperé y comencé de nuevo como voluntaria. Apoyo a un grupo de líderes comunitarios que tratan de enmendar la ley de expropiación forzosa que se convirtió en un movimiento llamado Puerto Rico por el Derecho a la Vivienda Digna. Los apoyo en sus esfuerzos de estar partícipes dentro de todo este proceso de recuperación de las comunidades especiales de Puerto Rico que tienen miedo a ser desplazadas o a quedarse fuera del proceso de desarrollo. Trato de ayudarlos en lo posible, en sus reuniones y estructura. También voy al gimnasio todas las mañanas. GDE: Una persona con escasos recursos que necesite asistencia legal por x o y razón, ¿cuál es el primer paso que debe tomar para orientarse? AMR: Hay diferentes organizaciones que tienen distintos servicios. Si la persona tiene internet, hay una página que se llama ayudalegalpr.org, que es de una organización que subvencionamos, y en esa página hay una sección que se llama “Derecho a tu casa”. Hay información legal gratuita accesible y en un formato bastante simple y refiere a las personas a distintas organizaciones que ofrecen los servicios; es un recurso bastante bueno. Si la persona no tiene internet, puede llamar a Teleabogados de Servicios Legales de Puerto Rico, que sigue siendo el mayor proveedor de servicios legales gratuitos en Puerto Rico para personas que están bajo el nivel de la pobreza. Por teléfono te atiende un abogado y trata de ayudarte y si no, te refiere a alguno de los servicios de Servicios Legales de Puerto Rico. La otra opción siempre es llamar a la Fundación Fondo de Acceso a la Justicia al 787-725-0117 y nosotros tratamos de referirlos a cualquier proveedor de servicios legales que conocemos. También están las clínicas de asistencia legal disponibles en cada escuela de derecho; tenemos la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras; la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana, y en Ponce, la clínica de asistencia legal de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Además, Pro-Bono Inc., que tiene algunas oficinas a través de Puerto Rico, también ofrece servicios legales gratuitos. Toda esta información está en ayudalegalpr.org. La Ñapita: Descríbete con una palabra: dinámica ¿Qué te gustaría mejorar de ti? Ser más organizada Lugar del mundo: Italia Frase: “Siempre ser fiel a lo que quiero” ¿Te gustaría conocer a? Al Dalai Lama Un libro o disco favorito: me gusta mucho el libro Illusion de Richard Bach ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “No le hagas a nadie lo que no te gustaría que te hicieran a ti” De no ser abogada, serías: maestra de kínder Un puertorriqueñ@ que admires: el Lcdo. Noel Colón Martínez Quisieras aprender a: cantar bien ¿Cómo te relajas? Leyendo o viendo series ¿Qué te da esperanza? Los niños, especialmente las niñas que se dejan el pelo rizo Quisieras que te recordaran por: que me puedo llevar bien con todo el mundo Sigue a la Fundación Fondo de Acceso a la Justicia en las redes sociales: Facebook: Fundación Fondo de Acceso a la Justicia Twitter: @ffajpr Instagram: @ffaj_pr
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Presidenta y fundadora de la organización sin fines de lucro Love4Satos Animal Rescue, Mareli Llorens no titubeó al responder a un inesperado llamado de salvar vidas, un perro a la vez. La misión de su organización se centra en el rescate y la rehabilitación de perros satos de la isla, y encontrarles hogares estables en los Estados Unidos. Sin embargo, según la oriunda de Guaynabo, aún queda mucho trabajo por hacer en términos de educación y concienciación para reducir significativamente el problema de los animales satos en Puerto Rico. A continuación, la entrevista que le hicimos a Mareli en su versión condensada y editada.
GDE: Hola Mareli, ¿cómo estás? ML: Todo bien, ¿y tú? GDE: Muy bien. Gracias por aceptar la invitación para conversar un rato. Mareli, ¿cuándo descubriste tu pasión por ayudar a los animales? ML: Pues mira, siempre tuve perritos pero este tema del rescate básicamente no lo planifiqué. Hace como cuatro o cinco años encontré unos perritos pequeños cerca de mi casa, que los veía cuando llevaba a mi nena al colegio y cuando regresaba les daba comida. Se lo comenté a mi nena que no los había visto y un viernes cuando la recogí del colegio y regresábamos a casa, los puppies estaban allí así que nos detuvimos. En lo que me bajé del carro, ya ella se había bajado, los había cogido y montado en el carro; ni preguntó. Me traje a esos dos perritos y no sabía qué iba a hacer con ellos porque ya tenía mis perros. Entonces eso me llevó a empezar a conocer un poco más acerca del rescate. Empecé a hablar con diferentes personas, a conocer gente en el ambiente de lo que es el rescate de animalitos, y a la verdad nos dio mucha satisfacción ese primer rescate que no fue planificado sino algo más casual que otra cosa. GDE: Háblame de cómo comenzó Love4Satos. ML: Antes de crear la organización, ya venía unos años trabajando de manera independiente en lo que es el rescate. Después ayudé a otra organización de unas amiguitas en Ponce por par de años. En el 2017 ya tenía los planes de crear la organización y casualmente la incorporé en septiembre de 2017, unos días antes del huracán María. En eso llegó el huracán y la historia ya todo el mundo la sabe. Básicamente, no fue hasta noviembre que hice público lo de la organización, que abrí la página en Facebook, etcétera. GDE: ¿Cuántas personas colaboran contigo en la organización? ML: Oficialmente somos tres: una amiga es la vicepresidenta, un gran amigo el tesorero y yo. Sin embargo, para nosotros funcionar realmente necesitamos el apoyo de mucha gente, especialmente de voluntarios, en la parte de lo que son los fosters u hogares temporeros. Somos tres los que dirigimos la organización pero no seríamos lo que somos ni hubiésemos llegado a donde estamos si no es por mucha otra gente que nos da la mano de diferentes maneras, ya sea como fosters, ayudan en un viaje, bañan a los perritos, los llevan al veterinario, etcétera. Son muchas las labores que hacemos en el día a día. GDE: ¿Cómo es el proceso desde que rescatan a un perro hasta que le consiguen hogar en Estados Unidos? ML: Hay un protocolo. Se rescata el perrito, muchas veces de la calle o en otras ocasiones se comunican personas que tienen una perrita o rescataron un perro y no lo pueden tener, pero la mayoría son rescates de la calle. Luego se hace una evaluación inicial para saber dónde está el perrito en términos de salud y se comienza de inmediato lo que es el protocolo: las vacunas, si tiene seis meses o más se esteriliza, se le hacen pruebas del gusano del corazón, y si tiene algún tipo de enfermedad se pone bajo tratamiento hasta que esté cien por ciento saludable. Un rescate está con nosotros un mínimo de dos meses. Puede ser más tiempo; todo depende de la salud. Una vez pasa el protocolo veterinario, se propone el perrito a algunos de los grupos de rescates con los que tenemos acuerdos en la parte noreste de los Estados Unidos. Se envían las fotos y perfiles y cada grupo elige dependiendo de lo que la gente de su área está buscando. Una vez aceptados en algún grupo de rescate, se pasa a la parte de coordinar el viaje. Se saca la fecha, se coordinan los preparativos antes del viaje con los voluntarios, y también con la parte en el exterior que es quién los recibe y transporta para ponerlos en adopción. Casi todos nuestros grupos de rescates en Estados Unidos también trabajan con fosters. Solamente tenemos uno que es un albergue en Maine, pero si los perritos son pequeñitos van a fosters aún cuando es un albergue. Te diría que usualmente en menos de una semana se adoptan porque una vez les envío el perfil del perro, ellos lo empiezan a promover en sus páginas de redes sociales y hacen eventos de adopción. Cuando el perro llega ya ellos han hecho parte de la labor, como las entrevistas a las personas que llenaron solicitud para algún perrito. GDE: Aproximadamente, ¿cuántos perros han rescatado? ML: Cerramos el 2018 con 545 perros. GDE: ¿Cómo ves el futuro de Love4Satos? ¿Qué retos enfrentan? ML: Nuestro plan es crecer y esto significa muchas cosas. Actualmente, tenemos seis o siete grupos de rescate en Estados Unidos que reciben nuestros perritos, así que ese es nuestro primer enfoque: conseguir grupos adicionales. En la medida en que tengamos más, podemos hacer el esfuerzo de rescatar más. Si en vez de viajar 50 o 60 perros al mes puedo viajar 75, entonces ya es secundario ir a buscar el apoyo económico que es el próximo paso, y el apoyo en términos de hogares temporeros para poder tener el perrito en algún lugar en lo que lo preparamos para el viaje. Es muy importante el apoyo económico para esterilizar, vacunar, viajar, todo eso tiene un costo y los hogares temporeros también. GDE: ¿Cuál es el costo por perro rescatado con todo su protocolo veterinario hasta que llega a Estados Unidos? ML: Es un promedio de 200 dólares. Nosotros utilizamos American Airlines Cargo que fue el más económico para viajar, pero recientemente y en tres ocasiones aumentaron los precios de los pasajes; ahora son 45 dólares más por jaula y eso es un impacto fuerte. Trabajamos con donativos de la gente que nos siguen en la página. No tenemos apoyo económico de parte del gobierno, contrario a lo que mucha gente piensa. GDE: ¿Qué es necesario para educar a la gente, a las comunidades, acerca de los animales y su cuidado? ML: Creo que la solución o gran parte de ésta es educar a los niños; hay que ir a la raíz. En Puerto Rico gran parte del problema es que los niños no están educados para ver a un animal con compasión y como un ser viviente, que si es tu mascota, es parte de tu familia. Es lamentable, pero es gran parte del problema. Aquí pueden ver a un puppy y pues lo quieren adoptar, o gran parte de la gente todavía compra animales, y cuando dejan de ser chiquitos y bonitos pues van para la calle o el albergue. Tampoco los esterilizan, que es otro problema. Si Puerto Rico tuviera un plan de educación en ese tema para los niños, te diría que entre 10 y 15 años el problema se minimizaría. GDE: Una persona que quiera adoptar un sato, ¿qué son algunas de las cosas que debe tener en mente? ML: Tiene que pensar que adoptar un sato, como cualquier otro animal, es un compromiso de 10 a 15 años. Por ejemplo, a las personas jóvenes, que están en la universidad, siempre les digo: tienes que pensar que te vas a graduar dentro unos años, ¿qué vas a hacer? ¿Sabes dónde vas a trabajar? ¿Dónde vas a vivir? Si te vas a mudar, si vas a viajar, si te vas a casar, si vas a tener hijos, ese perrito es parte de tu familia y tienes que planificar con él en mente. Entonces lo otro que también veo mucho es el aspecto de la planificación financiera. Si tienes un perrito, primero, hay unos gastos anuales de sus vacunas, etcétera, pero más que eso siempre tienes que pensar que puede surgir alguna emergencia y los gastos veterinarios de una emergencia pueden ser de dos, tres, cuatro mil dólares. Así que eso hay que ponerlo también dentro de la ecuación al momento de evaluar si vas a adoptar un perrito. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: perfeccionista, enérgica y sincera Lugar del mundo: París Frase: “Adopta, no compres” Coleccionas... billetes y monedas Alguna obsesión o manía: a veces soy muy perfeccionista ¿Te gustaría conocer a? Ricky Martin ¿Qué lees o escuchas al momento? Leo un libro de energía solar ¿Qué te inspira? Salvar vidas Algo placentero para ti es: descansar un ratito ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “La rescatista de Guaynabo” Si existen las vidas pasadas, ¿que fuiste en otra vida? Gimnasta Un puertorriqueñ@ que admires: Ricky Martin y Luis Llorens Torres Quisieras aprender a: hacer velas ¿Cómo te relajas? Me siento a meditar ¿Qué te da esperanza? La gente buena Quisieras que te recordaran por: ser una buena persona y una buena influencia para los demás Sigue a Love4Satos en las redes sociales: Facebook: Love4Satos Twitter: @love4satos Instagram: love4satos Love4Satos Animal Rescue necesita de tu ayuda para continuar con su importante labor. Puedes donar a través de su página de Facebook o de love4satos.org Luego del paso del huracán María por la isla, para muchos, comerse un plato de comida caliente fue un lujo. Rafael Rodríguez, mejor conocido como Rafy, no lo pensó dos veces y con los recursos que tenía a la mano se dio a la tarea de alimentar a la mayor cantidad de gente posible, un plato caliente a la vez. Su labor se convirtió en la Fundación El Plato Caliente, cuya misión crecía y se transformaba con el paso de los días. Hoy se propone levantar la industria del servicio y la nueva economía local que poco a poco se deja sentir luego de la tormenta. A continuación, la entrevista que le hicimos a Rafy, en su versión condensada y editada. GDE: Saludos Rafy, cuéntanos ¿cómo aprendiste a cocinar? RR: Saludos, pues mirando a mi abuelita. A los siete años me paraba a mirarla porque la escuchaba sofriendo. Y yo preguntaba y miraba la estufa, siempre me llamó la atención. Me decía: mira, dejas que el sofrito se pegue un poquito a la olla porque ahí está el sabor. Así aprendí a cocinar, mirando y practicando. Mis hermanos llegaban de la escuela a hacer asignaciones y yo a ayudar a mi abuela y luego a mi mamá. Cuando tenía como 13 años, un día mi mamá llegó de la escuela, era maestra, y ya yo había hecho arroz, habichuelas, pollo y tostones. Ella preguntó: ¿quién cocinó? Le dije que había sido yo. Te he dicho que no toques la estufa, me dijo; después de eso me preguntaba: ¿vas a cocinar? Mi mamá llegaba muerta a las cinco de la tarde y tenía que llegar a cocinarle a cuatro hijos y un marido. Yo diría que lo mío era amor por la cocina, pero lo más importante era aliviarle el trabajo a mi madre. GDE: Háblame de El Plato Caliente, ¿qué es y cómo nace? RR: El Plato Caliente es una fundación sin fines de lucro y comenzamos a trabajar cuatro días luego del paso del huracán María. Salí a buscar a la familia y ver las condiciones en que estaba la isla y cuando llegué a casa dije: voy a cocinar y repartir comida. Monté una cocina improvisada, con un fogón y una estufita pequeña. Mi ruta era desde Carolina hasta Canóvanas, después a Fajardo y luego a Río Piedras. Estuve una semana cocinando desde casa y llegamos a repartir hasta 500 comidas diarias. Pero se empezó a amontonar la basura y pedí una cocina prestada en Hato Rey. Me la prestaron un domingo pero al otro día tuve que mudarme a otra cocina del mismo dueño y que no estaba operacional porque no tenía generador. Cociné allí y se me ocurrió que conocía a más dueños de restaurantes que también estaban cerrados porque no tenían electricidad pero tenían gas. Pedí cuatro cocinas prestadas: dos en Santurce, una en Condado y otra en Río Piedras. Gracias a que pude compartir lo que hacíamos en las redes sociales, porque tenía señal en una esquina de casa, llegaron muchos voluntarios; tenía de 12 a 20 personas por cocina. Algunos nunca habían trabajado en una cocina, pero cualquiera sabe pelar una papa o cortar una zanahoria y también ayudaban a limpiar. Igualmente, llegaron muchos donativos de alimentos, la gente aparecía con compritas que tenían en su casa. El que ayudaba se beneficiaba de dos maneras: comía bien y le dedicaba su tiempo a algo útil porque nadie tenía trabajo, la gente se estaba volviendo loca en las casas. Llegamos a un punto en que hicimos dos mil platos diarios y por eso hicimos ruido. Por ser pequeñitos y sin recibir ningún tipo de ayuda del gobierno, con cinco pesitos aquí, diez acá… Me llegaban mensajes de la gente como: vi que estás ayudando, ¿a dónde te envío dinero? y me enviaban donativos a mi PayPal personal y por Venmo, pero todavía no éramos una fundación. Entonces unos amigos contables y abogados, al ver que estábamos recibiendo mucho apoyo, me ayudaron con el papeleo para hacer una fundación. Para el 9 de octubre de 2017 ya estaba creada la Fundación El Plato Caliente. Y así fue: conseguía dinero, producto, transportación y manejaba cuatro cocinas. Asigné gente buena en cada sitio; es el trabajo más difícil que he tenido pero lo hicimos bien. Esa experiencia me abrió los ojos a que puedo hacer cosas mucho más grandes, que la gente me lo había dicho hace tiempo pero uno es su peor enemigo en cuanto a hasta dónde puedes llegar. Al día de hoy hemos preparado sobre 350,000 platos. GDE: Previo a El Plato Caliente, ¿qué experiencia tenías en la cocina? RR: Llevo 30 años en la industria de los restaurantes, nunca cocinando pero sí es mi hobby. Siempre trabajé en lo que es el front of the house como bartender, mesero, gerente de varios sitios. La gente me dice chef pero nunca estuve detrás de una cocina profesional. También montaba kioscos de bebidas en actividades como festivales playeros, fiestas patronales… básicamente estoy metido en todo lo que es food and beverage y por eso se me hizo fácil al momento de improvisar una cocina. Sin todo este background, todo lo que hice en mi vida, no hubiera logrado lo que hice, pero también con los voluntarios, sin ellos no se lograba nada. GDE: Actualmente, ¿cómo ayuda la fundación? RR: Ahora cocinamos los sábados. Me mudé a un local en Santurce y allí tengo una cocina y preparamos alrededor de 300 comidas semanales. Se me acercan grupos que atienden ancianos, niños en after school programs, iglesias, comunidades en desventaja y cualquiera que necesite. Primero verificamos que la necesidad sea legítima porque luego del huracán nos pasó que personas me pedían comida y después las vendían en las luces. Lo que hacemos es entregar comida a organizaciones; la entregamos empacada, en unos termos con sus bandejas, utensilios, les damos de todo. Ya no consigo voluntarios para cocinar, cocino con algunos empleados, pero hace falta contratar más gente. La fundación también genera fondos a través de caterings. Nos especializamos en comida criolla pero igual, si alguien quiere una actividad con sushi o food trucks, o con lo que sea, podemos hacerlo. Por ejemplo, me llamaron de la Hacienda Juanita en Maricao que tenían una boda tipo campo. Nos enviaron fotos, cotizamos y nos fuimos por tres días, preparamos todo. GDE: A un poco más de un año de su creación ¿cómo ha cambiado la misión de la fundación? RR: Mi misión inicial era repartir comida pero a las tres semanas de empezar me llamó quien era el presidente de la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico, ASORE, y me dijo: lo que estás haciendo es bello, estás ayudando, pero si sigues regalando dos mil platos diarios vas a hacerle más daño a los negociantes que no han podido abrir. Eres experto en restaurantes, busca de qué manera ayudar a esos pequeños restaurantes a reabrir y que operen mejor. Me abrió los ojos. Seguimos ofreciendo comida pero ahora la misión principal de la fundación es ayudar a los pequeños negociantes a ser exitosos en el nuevo Puerto Rico, en la economía después de María. GDE: ¿Cómo vas a lograrlo? RR: La gran mayoría de la gente capacitada para empleos en restaurantes y hoteles se fue de Puerto Rico después del huracán. Ahora mismo, conseguir un buen cocinero es cuesta arriba. Uno de mis fuertes es ofrecer adiestramientos. Llevo cinco años ofreciendo servicios de consultoría a restaurantes y barras. Puedo montar un negocio completo. El cliente me contrata, me dice su presupuesto, le diseño el concepto, desde escoger el local a hacer los contactos, cotización de contratistas, etc. y una vez el cliente aprueba el local manejo todo hasta que esté listo, con el personal adiestrado y todo el inventario. Tengo un plan a largo plazo, quiero hacer un programa para adiestrar a la gente. Puerto Rico apuesta al turismo pero hay poca gente capacitada. Hace falta educar y adiestrar a la gente para que si vas a ser mesero, seas el mejor del mundo, el mejor cocinero. Imagínate un curso de cuatro meses en que aprendes cómo se hacen los cortes, la preparación de las salsas madres, control de inventario, compras, porque para ser cocinero o chef hay ciertas cosas más allá de las habilidades con el cuchillo o sobre el grill. En mis adiestramientos enfoco mucho en cambiar la manera de pensar en cuanto a lo que es servir, que la gente entienda que el servicio no es menos; si lo haces profesionalmente, te enaltece. Lo técnico se le enseña a cualquiera. Tengo un espacio grandísimo en el segundo piso de mi local que necesito habilitar para crear un salón de clases. La idea es enfocarnos en comunidades en desventaja, gente que salió de la cárcel que están en halfway houses y que nadie quiere ayudar, personas que eran adictas y completan sus programas de doce pasos, gente que nunca trabajó en restaurantes, y personas como yo. Por ejemplo, una vez solicité a la escuela hotelera y no me dieron la beca; no pude estudiar porque no podía pagarlo. Me quedé con ese sueño. Entonces igual que yo hay mucha gente con habilidad y ganas de estudiar. Conozco maestros que están dispuestos a donar su tiempo o trabajar por una tarifa cómoda, sólo están esperando a que esté listo. Para las personas interesadas sería gratis. Solicitan y si cualifican les damos los cursos gratis y salen certificados. Además, lo ideal sería encontrar cada negocio que cerró después de María, conseguir al dueño y preguntarle qué necesita para reabrir, porque se generan empleos. Si ahora mismo me dicen: Rafy, tengo un hotel, te doy la llave, make it happen, yo me atrevo, porque sé que puedo manejar a mucha gente y resolver situaciones. Pero para eso hay que tener dinero, y ahora mismo no tenemos esa capacidad financiera. GDE: ¿Algún chef local que admires? RR: De los que están en el top: Gabriel Hernández de Verde Mesa; Paxx Caraballo de Jungle Bird, y María Mercedes Grubb del restaurante Gallo Negro, una mujer que ayuda a mucha gente. GDE: ¿Qué más visualizas con la fundación? RR: A mi me encantaría montarme en un avión e ir a cualquier lugar donde haya ocurrido una catástrofe y cocinar y servir platos calientes. Pero ahora mismo no tenemos fondos para eso. Cuando hay cualquier episodio en el que se pierden vidas, en que la gente pierde sus hogares, una cosa es que te den galletitas, pero un plato de comida caliente es como un abrazo de tu abuelita que te dice: todo va a estar bien. Te sirven ese platito caliente y es mucho más que lo físico, es muy emocional. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: ingenioso, soñador y enérgico Lugar del mundo: Puerto Rico Frase: “El que nadie lo haga no significa que sea imposible, es que no se ha pensado de otra manera” Coleccionas… recuerdos Alguna obsesión o manía: las superficies como counters, escritorios, tienen que estar secas Una aplicación que uses con frecuencia: Kayak Te gustaría conocer: al chef David Chang ¿Qué lees o escuchas al momento? Puerto Rico en la olla: ¿Somos aún lo que comimos? de Cruz Miguel Ortiz Cuadra ¿Qué te inspira? El mar Algo placentero para ti es: cocinar y compartirlo Si existen las vidas pasadas, ¿qué fuiste en otra vida? Herrero, un tipo loner; me encanta estar solo ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “El vuelo del fénix” Un puertorriqueñ@ que admires: Mi abuela, Herminia Otero Quisieras aprender a: pilotear aviones ¿Cómo te relajas? Paseando a mis perros, tengo siete rescatados Quisieras que te recordaran por: hacer las cosas bien y dar sin esperar nada a cambio Sigue a la Fundación El Plato Caliente en las redes sociales: Facebook: Fundación El Plato Caliente Instagram: @elplatocalientepr *La Fundación El Plato Caliente necesita donativos para habilitar el área que se usará para ofrecer adiestramientos. Puedes enviar tu donativo a través de: ATH Móvil, en la sección de donaciones bajo El Plato Caliente PR, o a través de PayPal.me/elplatocalientepr |
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Diciembre 2020
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