Cuando Gary Núñez fundó el conjunto musical Plena Libre en 1994, sabía que para alcanzar el éxito y que su música transcendiera el tiempo, tenía que crear un sonido único, cargado de personalidad y distinción. Su fórmula consistió en mucha claridad, visión y consistencia. Hoy día, Plena Libre es una institución musical sólida, cuyos sonidos y ritmos folclóricos y orgánicos de bomba y plena permiten la fusión de estilos, arreglos e influencias contemporáneas. El resultado es una música inequívocamente única y muy nuestra, que también invita al mundo entero a disfrutarla. A lo largo de su trayectoria, el grupo ha viajado a más de 15 países y participado de prestigiosos festivales como el Festival Internacional de Jazz de Montreal; el Festival Fez de Marruecos; el Playboy Jazz Festival de California, y el Festival Mundial de Música de Chicago. Con cuatro nominaciones al premio Grammy, 15 grabaciones y un cuarto de siglo de historia, la agrupación, liderada por Núñez y compuesta por músicos de alto calibre, no cesa de sorprender y cautivar a una amplia gama de personas que aprecian su esencia tradicional y folclórica, así como su constante innovación. Queda claro que la visión y persistencia de Núñez lograron darle una nueva vida a la plena para el deleite y disfrute de todos. A continuación, la entrevista que le hicimos a Gary en su versión editada y condensada.
GDE: Gary, ¿cómo logras mantener la vigencia de Plena Libre en un campo donde muchos no lo lograron? ¿Cuál es la clave? GN: Hace tiempo que no me hacían esa pregunta. La contestación básica es mucho esfuerzo y consistencia. Hay unos cuantos factores. Primero, una visión clara de qué es lo que quiero hacer y qué es Plena Libre, que es una institución musical y cultural que representa al país y a la gente, y una visión clara de defensa, renovación y difusión de los ritmos afro-puertorriqueños. Detrás de esa visión hay una voluntad que corre de parte de la dirección que en este caso soy yo, y de los músicos que están conmigo que entienden lo que se hace. Hay otros factores como, por ejemplo, es una música puertorriqueña, por ende, apela al corazón de los puertorriqueños. Por otro lado, es una música de mucha calidad para disfrutar y bailar, lo que nos permite no solamente llevarla a Puerto Rico, sino al exterior con una calidad y con mucha preocupación de que se toque y presente bien. Así que es una serie de factores que se juntan y que permiten la riqueza y que se haya mantenido durante todos estos años. Además, está el otro factor emocional pues nosotros gozamos mucho haciéndolo. No ha sido fácil, es una batalla como la de David y Goliat porque obviamente la música puertorriqueña no tiene los recursos que tienen otros géneros en y fuera de Puerto Rico, así que todo lo que se hace cuesta más trabajo y esfuerzo, pero se hace con mucho gusto, convicción y placer. GDE: ¿Cómo entiendes evolucionó la música de Plena Libre desde sus inicios en 1994 hasta el presente? GN: Ha evolucionado porque musicalmente hablando, yo evolucioné y los músicos que llegan aportan. Así que lo que te diría es que en sus inicios el grupo fue un poco más orgánico, bien básico. Obviamente desde el principio siempre hubo innovación porque empecé a experimentar con esos ritmos y a buscarle la vuelta para que no sonara como sonaba la plena hace 30, 40 o 50 años; traté de crear un nuevo sonido que fuera diferente y que apelara a la gente joven sin descuidar a la gente mayor. Musicalmente hablando hemos crecido mucho y eso lo notas en los discos. También el asunto del material original. Te diría que el 80, 90 por ciento de la producción discográfica de Plena Libre es material nuevo, no es reciclado, no son canciones viejas. De eso hay, pero es la minoría. Además, hubo una renovación, no solo musical, sino también del lenguaje, de los textos, de cómo se canta y qué es lo que te dice, y eso también ayuda a la consistencia. Que uno siempre busca que suene y se oiga diferente, que las letras sean diferentes, que no sea una repetición de lo que se hizo hace 30 o 40 años. Así que hubo crecimiento por todos lados. GDE: ¿Cómo han cambiado tus fans y seguidores? GN: Creo que somos un grupo raro porque apelamos a diferentes grupos. Cuando empezamos, el primer segmento poblacional que nos recogió fue la gente joven porque no era un grupo tradicional, era un grupo con otra visión. Ahora esa gente está mayor y también hay un segmento mayor que nos sigue al que le gusta la bomba y la plena, que son puertorriqueñistas. Así que nosotros somos un grupo al que lo sigue gente joven, de mediana edad y gente adulta porque el grupo tiene una propuesta que apela a nuevos públicos. Pero a la misma vez, como es un ritmo tradicional, ese público tradicional también nos sigue, así que es todo un reguero de gente. GDE: ¿Qué músicos fueron influencias al momento de crear Plena Libre? ¿Qué músicos te influencian hoy? GN: Al principio, cuando decidí montar este proyecto escuchaba conjuntos de salsa, de trombones, que no eran muchos en ese momento. Pero musicalmente hablando, mi influencia es bien amplia porque toqué todo tipo de música, desde música clásica hasta música sudamericana y jazz. Así que cuando empecé este grupo ya tenía todas esas influencias y todas esas cosas se fueron reflejando poco a poco en la creación de un estilo, de un sonido. Porque lo que aprendí de toda esa gente que escuché en mi vida es que tienes que crear un sonido para poder durar. Si suenas igual que todo el mundo, eventualmente vas a caer; tienes que tener personalidad y distinguirte. Entonces en nuestro caso, busqué crear ese sonido, esa personalidad, que cuando la gente oyera el principio de una canción de Plena Libre ya supieran que es nuestra. GDE: ¿Cuál es uno de los tantos logros de Plena Libre del que estés sumamente orgulloso? GN: Bueno, son unos cuantos. Plena Libre es el único grupo en hacer un concierto con la Sinfónica de Puerto Rico y es el grupo que más discos ha grabado en la historia de la bomba y la plena; son 15 grabaciones. Internacionalmente hablando, tenemos las primeras tres nominaciones a los premios Grammy que se otorgaron a un grupo cuyo estilo está basado en la música folklórica puertorriqueña. Eso es bien importante porque estas nominaciones abrieron el ojo para otra gente. Fue el primer grupo que se escuchó después de como casi 20 años en que la plena estaba cerrada a menos que fuera en Navidad. Todo el año estamos en la radio y eso es así desde nuestros inicios. Lo más importante de todo es que somos un proyecto duradero y consistente y que creamos muchos trabajos y educamos a mucha gente en nuestros ritmos. Hay muchos logros, unos más visibles que otros. Me siento bien contento pues ha sido una escuelita bien chévere y hemos conseguido muchas cosas. GDE: ¿Cómo ves el presente y el futuro de la plena en Puerto Rico? GN: No está en el nivel que quisiera porque, por ejemplo, Puerto Rico no tiene una emisora de radio de música puertorriqueña. Pienso que los puertorriqueños no apoyamos la música nuestra como se apoya en otros países. Por ejemplo, si pones a competir la bomba y la plena con la salsa, que es música cubana, o con el pop, que es de origen europeo, pero se convirtió en estadounidense, pues obviamente no tenemos la misma difusión que esos géneros ni el respaldo del capital. Esas cosas tienen que ver más con la condición política de Puerto Rico. Por ejemplo, nosotros producimos plátanos, pero en Puerto Rico la producción de plátanos no es suficiente para el mercado puertorriqueño. Entonces en la música pasa lo mismo. Nosotros somos un mercado abierto y aquí entra un montón de gente con mucho capital para empujar ritmos que no son puertorriqueños y los puertorriqueños no tienen una industria musical que apoye la música puertorriqueña. Esa es la parte que pienso que es el problema mayor que enfrentamos todos los que interpretamos la música puertorriqueña; las excepciones confirman las reglas. El lado positivo, porque no todo es negativo, es que ahora es normal llegar a un sitio y que haya un grupo de cuatro panderos tocando música de plena; eso no existía hace 20 años. O los grupos de bomba, que son un montón, eso no existía. Cuando nosotros empezamos, básicamente los grupos de bomba eran pocos, bien folklóricos, y los grupos de plena ni decir. Así que en ese sentido eso se normalizó. Lo que aún no pasa es que no hay una conciencia de levantar eso a un nivel que sea una fuerza en el mercado puertorriqueño e internacional y las condiciones están bien difíciles para eso. Por un lado, hay una alegría porque se convirtió en algo normal, pero por otro lado hay mucho trabajo que hacer para que la bomba y la plena sea la reina de la música en Puerto Rico como debería ser, porque es la música de aquí. GDE: ¿Qué proyectos nuevos tienen? GN: Tenemos un tema en la radio que se llama “Somos diferentes” que escribí y lo canta José Alberto “El Canario”. Ya tenemos un par de temas grabados del próximo disco que espero salga a finales de 2019 o a principios de 2020. Ya no hay tanta prisa pues el negocio cambió. Antes tenías que sacar un disco todos los años porque el negocio lo exigía, pero a la misma vez te lo permitía. También viajamos mucho. Salimos de siete a 10 veces al año y hemos ido alrededor de ocho veces a ciudades europeas como: Italia; Eslovenia; Francia; España; Inglaterra; Malasia y Marruecos. En esta última ciudad nos pasó algo bien loco porque cuando hicieron la crítica de la presentación, esa fue la primera vez que la gente se paró a bailar en un festival pues allá es otro tipo de cultura. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: músico, puertorriqueño y de mucha fe. Un libro o disco que te haya influenciado: Leo entre dos y tres libros al mes. Recién leí la novela “Estado de miedo” de Michael Crichton en el que presenta algunas posiciones que desmantelan el esquema del asunto climático; eso le choca a uno. Otro que leí hace poco se llama “Sapiens”, impresionante. Es un análisis del desarrollo de la humanidad. Cuando empecé a leerlo no pude despegarme hasta que lo acabé. Es el tipo de libros que busco, de cosas que me sacudan. También me leo algunas novelitas pendejas en el aeropuerto para entretenerme. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Trabajo en alejar un poco las emociones de las cosas porque tiendo a ser emocional y las cosas me afectan. Hay algo que aprendí precisamente del libro “Sapiens”. Habla del personaje Siddharta y cómo establece su filosofía de no esperar nada para que todo lo que llegue sea bueno. Había leído “Siddharta” hace muchos años y de momento me encontré con eso y me lo recordó: a bajar las expectativas con la realidad y la gente para que las cosas no le afecten mucho a uno. Cuando sientes que pierdes el enfoque o la inspiración temporeramente, ¿qué haces? Busco qué es lo que no estoy haciendo que hacía en ese otro momento. Una regla básica es que cuando el cuerpo no está alegre, lo primero que hay que hacer es cambiar el físico; hacer ejercicios para cambiar la postura, eso ayuda. ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? La verdad es que no sé. Sí sé mi epitafio: “Le metió todo su empeño, hizo lo que pudo y disfrutó mucho haciéndolo.” Un puertorriqueñ@ que admires: Trato de aprender de toda la gente. En general, admiro a las personas, puertorriqueñas o no, que son consistentes con sus posiciones aún cuando sean diferentes de las mías. Respeto a la gente que hace lo que dice y que tiene la capacidad de sacrificar el presente por un futuro, por una idea; eso incluye músicos, políticos, escritores… Trato de vivir así. Quisieras aprender a: practicar karate o ser maratonista ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Mi familia ¿Cómo te relajas? Tocando y haciendo música. La música me quita todos los dolores y malos humores; me lo quita todo. Quisieras que te recordaran por: volvemos a mi epitafio: “Le metió todo su empeño, hizo lo que pudo y disfrutó mucho haciéndolo.” Sigue a Plena Libre en las redes sociales: www.plenalibre.com Facebook: Plena Libre / Gary Núñez
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Categorías
Todo
Entrevistas
Diciembre 2020
|