A los cinco años ingresó en el Conservatorio de Música de Puerto Rico para tomar clases de piano clásico hasta que conoció el género de la bomba mientras estudiaba en la Universidad de Puerto Rico. Fue amor a primer oído. Hoy, Amarilys Ríos, mejor conocida como Ama, vive de la música afrocaribeña, destacándose como percusionista en el cuarteto Émina del cual es cofundadora. La agrupación, compuesta por Ama en la percusión y voz principal; Aniela Batrés en el vibráfono y coros; Angélica Kolsan en el bajo y coros, y Janice Maisonet en el saxofón, efectos y coros, intenta llenar un espacio en el ambiente de la música independiente local con sus ritmos folclóricos salpicados de música electrónica. Ama también se destaca como la directora musical de la banda de Tego Calderón, y como corista del dúo de reguetón Plan B. Además, ofrece clases de percusión de bomba en la escuela de baile Taller Tambuyé. A continuación, la entrevista que le hicimos a Ama en su versión editada y condensada. GDE: ¿Cómo estás Ama? AR: Bien, ¿y tú? Gusto en conocerte finalmente. GDE: Igualmente. Primero que todo, entiendo que estás en Seattle de trabajo. AR: Sí, estoy en la Universidad de Washington en Seattle donde trabajaré como hasta mediados de marzo, pues me ofrecieron una residencia bajo su programa Ethnomusicology Visiting Artist. Aquí doy clases de bomba a los estudiantes y preparo un curso requisito para ellos y que también estará disponible como curso electivo para aquellos estudiantes que quieran aprender algún tipo de música afrocaribeña. El 14 de marzo es el concierto de los estudiantes y el 15 hay un “bombazo”, una fiesta con todo el corillo. Además, la universidad tiene un evento el 16 que se llama “Women who Rock” que este año me lo van a dedicar. GDE: Cuéntame de tus comienzos en el mundo de la música, ¿qué fue lo que te motivó a estudiarla? AR: Empecé a los cuatro años tocando piano. Tengo un hermano que en su niñez trabajó en esos programas de WAPA-TV que estaban bien pegaos en ese momento, como Carmelo y Punto. Él se inclinó por las artes y se compró un piano. Con ese piano nunca dio pie con bola, pero yo jugando le saqué bastante música. Empecé a coger clases de piano clásico a los cinco años en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, hasta los catorce. Luego le di un descanso a la música para estudiar teatro en la Universidad de Puerto Rico, pero nunca terminé el programa. En la universidad conocí la bomba a través de un estudiante que trabajaba con el folclor. Me presentó la bomba y me enamoré y empecé a tocarla. Luego ingresé al Conservatorio donde terminé el bachillerato en Jazz y Música Afrocaribeña con concentración en Percusión Latina. GDE: ¿Qué músicos te inspiraron durante tu preparación y desempeño como percusionista? AR: En el área de la música, del folclor, mi profesor inicial fue Jerry Ferrao y terminé tomando clases con Víctor “Vitito” Emanuelli, quien es mi maestro hasta el día de hoy. Fuera de eso, Paoli Mejías, que también fue mi maestro y Andrew Lázaro, el coordinador del Departamento de Jazz y Música Caribeña del Conservatorio. Para mí estas personas son el elemento clave para ser quien soy hoy día. GDE: También das clases de música, ¿cómo te iniciaste como maestra? AR: Mi primer trabajo como educadora fue hace como dos años cuando empecé a dar clases de música en general en un programa dirigido a niños de residenciales públicos que se llamaba Danza, Música y Teatro, bajo el Departamento de Recreación y Deportes. Me asignaron el Residencial Yukiyú en Loíza y fue allí donde empecé a trabajar con niños y me gustó. Era un programa muy bueno, pero lamentablemente el gobierno lo eliminó al recortar fondos. Luego entré al Taller Tambuyé en Río Piedras, una escuela de baile que dirige Marién Torres y donde se dan clases de danza aérea, yoga, salsa, rumba, plena… Entré como maestra de percusión de bomba; la primera vez que le doy clases a adultos, que es una dinámica totalmente diferente. GDE: Háblame del Émina. AR: La mayoría de las chicas de Émina, con la excepción de una, estudiamos juntas en el Conservatorio de Música donde participamos en conciertos para los que teníamos que trabajar juntas. En el mundo de la música tienes que tener el cuero duro para sobrevivir el ambiente y poder llevarte bien con tus compañeros. Es un ambiente bastante fuerte y competitivo. Entonces siempre me gustaba la vibra que había entre nosotras. Con ellas se podía improvisar en tarima y sentirte cómoda al irte hacia cualquier dirección dentro del tema pues respondían muy bien. Entonces las convoqué a una reunión y les dije: a mí me gusta trabajar con ustedes y quiero hacer un grupo, pero no quiero que sea de nenas, vamos a empezar por ahí. Nos van a llamar un grupo de mujeres y no quiero que sea un grupo de mujeres. GDE: ¿Por qué? AR: Para empezar, el propósito de un grupo musical no debe estar atado a su sexo, debe ser que todo el mundo haga buena música. Tener un grupo de mujeres te limita a que si necesitas un bajista y a lo mejor tienes un varón que haga un mejor trabajo que una mujer, tienes que escoger a una mujer porque es un grupo de mujeres. Tampoco me gustaría escuchar que El Gran Combo es un grupo de varones porque no lo es, que yo sepa no es un requisito ser varón. Así que no me gusta la idea, siento que nos estaríamos limitando y se perdería el enfoque principal de hacer un grupo, que es relacionarte con gente con la que tengas buena química y que juntos hagan un buen trabajo. Pues convoqué esa reunión inicial y después comenzó un colectivo, todas aportamos por igual. A veces, unas estamos más al mando que otras, en específico Janice y yo, que corremos el grupo pues somos las originales desde el principio. Por ejemplo, ahora mismo estoy en Seattle y en estos últimos meses Janice es la cabeza del grupo porque consigue muchos contactos y trabajo. A ella le encanta ser la relacionista pública del grupo y lo hace muy bien. Poco a poco nos hemos amoldado a nuestras tareas; ahora mismo trabajo más en la parte creativa que en la administrativa. GDE: ¿Cuál es la historia detrás del nombre? AR: Émina es Fémina, pero sin la “F”. Para no hacer un grupo “F”emenino le quitamos la letra y ¡listo! GDE: ¿Qué pretenden con su música? AR: Ahora mismo representamos parte de lo que es la música independiente en Puerto Rico. El público pide cosas nuevas y está abierto a escuchar diferentes tipos de música. Nosotras queremos resaltar de una manera u otra el folclor de Puerto Rico, pero también nos gustan mucho los elementos electrónicos y cada una se los integra a nuestra música. Tanto la bajista Angélica Kolsan como Aniela Batrés, que vino como estudiante internacional de México al Conservatorio y que toca el vibráfono MIDI, o sea que le puede poner sonidos de violines, piano, de cualquier cosa y visualmente se ve espectacular porque lo toca con cuatro palos. El sonido es súper cool y no he visto a mucha gente haciendo eso en Puerto Rico. También Janice, que tiene su saxofón tenor y una pedalera de guitarra para cambiarle los sonidos, y yo, que toco percusión en vivo, pero la mezclo con percusión original que ya tengo creada y trabajada. GDE: ¿Qué planes tienen para este año? AR: Ahora mismo estamos de sencillo en sencillo porque estamos a “pulmón records” y se nos hace un poquito más económico trabajar un tema la vez. Ya tenemos tres sencillos en las redes sociales. El último que se llama “Kingky”, solamente está en YouTube, pero pronto estará en las plataformas digitales. Este año queremos terminar un EP o un disco. Aprovechamos estos tres meses que estuve fuera de Puerto Rico para trabajar fuerte con la preproducción y tratar de solicitar espacios en los festivales internacionales para ver si empezamos a salir más de Puerto Rico. Ya viajamos a Nueva York, pero queremos explorar otras áreas. La Ñapita: Descríbete con una palabra: fajona ¿Qué te gustaría mejorar de ti? La dieta (se ríe) Lugar del mundo: Puerto Rico Frase: “El futuro no es hacia delante, es 360” Un libro o disco favorito: mi disco favorito de toda la vida es Ré de Café Tacuba; lo puedo comprar cuarenta veces, se me guaya y vuelvo y lo compro. Ahora mismo tengo pegao el disco de Los Pleneros de la R que me gustó mucho. ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Un día a la vez” De no ser percusionista, serías: veterinaria Un puertorriqueñ@ que admires: Esmeralda Santiago porque ella es del barrio Macún de Toa Baja igual que yo, y enterarme que había una escritora del barrio en que me crié para mí fue y sigue siendo algo grande. Quisieras aprender a: tocar trompeta ¿Cómo te relajas? Con música ¿Qué te da esperanza? Mis estudiantes Quisieras que te recordaran por: lo que aprendieron de mi, por lo que pude dejar de legado. Sigue a Émina en las redes sociales: eminamusicpr.com Facebook: Éminamusicpr Twitter: @eminamusicpr Instagram: @eminamusicpr
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Diciembre 2020
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