Oriunda del pueblo donde “hasta las piedras cantan”, Aguadilla, la actriz Soledad Esponda dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo como bailarina, a la vez que coqueteaba con la idea de convertirse en actriz. Una de sus primeras oportunidades fue en el popular programa de Telemundo "No Te Duermas", para el cual hacía de una pícara reportera. Al ingresar al Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, perteneció al Teatro Rodante de José Luis Ramos Escobar y participó de obras y danza-teatro, como “Carmen"; "Tus compañeros de cama", y "El cantar del Mío Cid". Su trabajo televisivo incluye: las telenovelas "Sacrificio de mujer" (2011) y "Rosario" (2013) de Venevisión/Univisión; la serie italiana "Ángeles y diamantes" (2011), y los unitarios de Telemundo "Decisiones" (2006). En la pantalla grande, Soledad se ha destacado en películas como: Under Suspicion (2000) protagonizada por Morgan Freeman y Gene Hackman; el cortometraje “El Primer Día” (2015) por el cual fue laureada como “Mejor actriz” en el Miami International Film Festival; y el cortometraje “Celos” (2018) que debutó el año pasado en Puerto Rico como parte del Festival Internacional de Cine Fine Arts. Soledad también participó en la última temporada de la popular serie de Netflix “Narcos”, que estrenó en noviembre del pasado año. Para Soledad el camino no ha sido fácil, pero su disciplina, autenticidad y la pasión que deposita en su trabajo, le continúan abriendo la puerta a oportunidades con las que hasta hace poco soñaba. En su trayectoria como actriz, Soledad ha interpretado tanto a heroínas como a villanas. Sin embargo, su papel más importante es el que vive cada día, el de una mujer genuina que obra desde el corazón. A continuación, la entrevista que le hicimos a Soledad en su versión editada y condensada. GDE: Comencemos con lo básico, tu nombre de pila es Sahyly Yamile Álvarez Esponda, ¿cómo llegaste a ser Soledad? SE: Toda la vida tuve problemas con mi nombre real porque como se escribe súper raro… Desde ir a un Starbucks, que es lo más sencillo del mundo, me generaba complicación porque al preguntarme mi nombre: ese, a, ache… y entonces no tenía nombre, eran letras pues siempre tenía que deletrearlo. Cuando vine a México sentía que el nombre Sahyly no pegaba para el público hispano, entonces también fue como una oportunidad para liberarme de mi deletreo infinito. ¿Cómo surge Soledad? Una vez hice de “Soledad Montoya”, un personaje de García Lorca, en un musical flamenco de Antonio Santaella en Puerto Rico. Ahí no actuaba sino bailaba flamenco, pero interpretaba el personaje en danza y entonces en esa época me encantó llevar ese nombre de “Soledad Montoya” porque era un nombre fuerte e impactante. En esa época pensaba que la gente asociaba ese nombre con soledad, con tristeza. Entonces en México decidí que me iba a cambiar el nombre y pensé en posibilidades y de nuevo me retumbaba el nombre de Soledad. También pensé en Victoria o Valeria, un nombre así, pero Soledad era el que más me gustaba. Pero igual por lo mismo, como generalmente se asocia con tristeza pues no me convencía. Pero una vez estaba caminando por unas calles del área de La Condesa, entre unos árboles, y repetía ¿por qué la gente piensa eso de Soledad? Y repetí muchas veces el nombre de Soledad en mi cabeza y me di cuenta de que se puede dividir, como si fuera una palabra compuesta de sol y edad; el sol es luz y la edad el tiempo de vida. Entonces para mí en tu tiempo de vida lo que debes hacer es buscar la luz, la espiritualidad, que para mi es Dios, pero para otra gente puede ser Buda o el cosmos. Entonces cuando hice ese clic dije: olvídate de lo que piense la gente… GDE: ¿Cuándo fue eso? SE: Cuando llegué a México en el 2016. GDE: ¿Recuerdas cuándo nació en ti el interés por el mundo del espectáculo? SE: Cuando pequeña vivía con mi papá y con mi bisabuela Rosa. Ella siempre veía las telenovelas y yo las veía con ella en un televisor blanco y negro al que había que cambiarle los canales manualmente, no había control remoto. Entonces las dos compartíamos eso. Luego de ver esas telenovelas me encerraba en el cuarto donde ella tenía un armario antiguo bien bonito con espejo y me paraba frente al espejo a imitar los parlamentos del personaje de la malvada de “Cuna de Lobos”, que era lo que veíamos; jugaba con eso y me gustaba. GDE: ¿Quién o quienes fueron mentores durante tu trayectoria como actriz? SE: Mi carrera ha sido de mucha lucha, muy cuesta arriba. No tuve alguien así que me facilitó el camino, no ha pasado y todavía sigo en ese camino. Pero sí tengo gente que me apoya y cree en mi trabajo. Por ejemplo, en Miami, Rubén Morales que es actor y maestro de actuación en Telemundo. Tomé un taller con él y me tendió la mano en el sentido de que me dio apoyo, le hablo bien de mí y me recomendó a un manager que tuve. También Guillermo Quintanilla, un actor reconocido en México. Lo conocí en Miami y siempre me apoya mucho, siempre habla súper bien de mi trabajo y fue el impulso para que viniera a México. Creyó tanto en mí que me dijo: tienes que venirte para acá, hay muchas más oportunidades. GDE: ¿Cómo fue compartir escena con Morgan Freeman en la película Under Suspicion? SE: Ay no, eso fue increíble. Se filmó en Puerto Rico, en La Perla. Tenía escena con él y estábamos en el bar donde se filmaba y me llamaron al set. Veo que sentado en una silla está el doble de Morgan Freeman. Dije: ay Dios, no puede ser. Pensaba que me iban a poner a hacer la escena con el doble. Obviamente no dije nada. Me pusieron frente a cámara, en el espacio donde iba a estar y cuando estábamos por filmar, entró Morgan Freeman. Cuando lo vi, “altote”, porque lo había visto en cine, pero no estaba consciente de su estatura, dije: no puede ser y lo miré, y con la mirada le dije: qué bueno que eres tú. Hicimos la escena y el súper buena onda, accesible, bien cómodo para trabajar. Incluso después de trabajar me le acerqué y le dije unas palabras porque de verdad lo admiraba y admiro su trabajo y fue súper accesible, bien agradable y humilde. Sí, fue una experiencia muy bonita. GDE: De la misma manera te pregunto, ¿cómo fue la experiencia de participar en una escena de la popular serie Narcos? SE: Cuando me dieron la noticia de que había quedado… porque uno va a castings y muchas veces das lo mejor de ti, pero no quedas… Eso fue en febrero del año pasado. Mi papá estaba de visita aquí en México y cuando me llamaron para darme la noticia lo tenía de frente y nos abrazamos; él se puso bien contento. La experiencia como tal me la disfruté muchísimo. Me encantó el trabajo del director Andi Baiz, porque te hace sentir confiado, te hace las preguntas adecuadas para llevarte a lo que él quiere. En actuación hay dos técnicas de dirección: la dirección directa en la que te dicen: ok, aquí lloras o aquí te enojas, etcétera, como tratar de dirigir emociones; la más efectiva es la que no es directa, te van llevando, te tratan de poner en la situación en la que está el personaje. Entonces él fue así. Yo tenía mi propuesta hecha, la investigación de personaje, pero siempre es necesario que el director te vea de afuera y te vaya moldeando. A veces crees que se nota algo y el director no lo ve y te dice: necesito que hagas tal cosa. No importa si lo estás haciendo, no se está viendo. Entonces tienes que hacer otra cosa en la que eso se exprese. Con él fue muy bueno porque fue muy claro, sabía lo que quería. A veces hay directores que no saben lo que quieren y olvídate, es un caos. GDE: ¿Cuánto tiempo tomó en filmarse esa escena? SE: Se filmó en un día. GDE: ¿Cómo es la experiencia en México? ¿Qué ha traído a tu vida además del acento? Me encanta. SE: ¡Qué bueno! Gracias, porque a veces me siento un poco incómoda con la gente que ya me conoce de antes, no quiero que piensen: ésta qué se cree. Desde que me mudé a Miami cambié el acento para hacerlo más neutral, allí estuve seis años con ese acento. Entonces cuando llegué a México, me faltaban los regionalismos o coloquialismos. Por ejemplo: ay qué padre, qué chido, ese tipo de cosas no me salían, pero tampoco quería forzar algo que no me salía natural. Pero acá, como estoy escucha, escucha, escucha, y aparte de que mi esposo… me acabo de casar, (con el director mexicano Hari Sinn) es mexicano y escuchándolo pues ya me salen esos regionalismos de forma natural. Fue algo que quise hacer, llevar el acento a mi vida normal. A ver si de escucharme en mi vida cotidiana para luego escucharme rara al actuar… no quiero eso. Busco siempre la total naturalidad en la actuación. ¿Qué trajo a mi vida estar en México? Wow, estoy enamorada de México porque… tiene alma. Llegas aquí y desde ver las estructuras y la gente tan linda… cuando te dan un servicio te sientes como si fueran tus familiares porque es tan genuino el servicio. Otra cosa importante de México: los talleres que tomé con Luis Mandoki, un director mexicano que ha dirigido a Susan Sarandon, Andy García y a Jennifer López, entre otros, y acá ha hecho también unas películas increíbles. Bueno, él ofrece talleres de actuación y dirección y eso también ha sido excelente para mi carrera. La técnica que adquirí con él me sirve para volar en escena sin restricciones. De todo lo que he aprendido a través de mi vida, estudié primero actuación en la UPR, luego en Miami tomé varios talleres con diferentes maestros y todo lo que aprendí es maravilloso, pero con él… me dio algo que yo necesitaba. Estos talleres también son algo que me dio México, que es invaluable para mí. GDE: ¿Cuándo comenzaste a tomar esos talleres? SE: Llegué acá en abril de 2016 y ya en noviembre cogí mis primeros talleres con él. Y cada vez que tengo la oportunidad tomo uno de sus talleres. De hecho, los talleres no solo ayudan a los actores pues te sirven para tu vida personal, para entenderte mejor, para entender por qué haces ciertas cosas. Luego cuando estudias un personaje lo abordas también desde ese otro punto de vista más completo, más redondo. GDE: ¿Algún papel que quisieras interpretar en el futuro y algún actor o actriz con quien te gustaría trabajar en algún proyecto? SE: Me gustaría interpretar una mujer despiadada porque casi siempre, no sé, tal vez por mi personalidad o algo, la gente como que me cataloga como la buena, siempre me tocan esos personajes. Sólo en “Decisiones”, los unitarios que hice hace unos años en Puerto Rico, como cada capítulo era una historia distinta, entonces ahí sí como en dos ocasiones me dieron unos personajes de “malvadita”. Me los disfruté porque como uno no es así en la vida real, es como si vivieras una fantasía. Me encanta hacer cosas diferentes porque también cuando eres otro personaje lo comprendes. No es que si me toca hacer de una criminal voy a decir que está bien que sean criminales, pero los comprendo y no los juzgo. Porque creo que el juicio es lo que tiene mal a la humanidad. No se trata de que uno ande por la vida juzgando, señalando, sino actuar desde la comprensión. Tal vez eso puede ayudar más desde la niñez que es la base de todo, para que luego no se conviertan en gente que le hará daño a la sociedad. Y en cuanto a con quién me gustaría actuar, si me dejas volar… imagínate, Meryl Streep y Glenn Close que es mi “ídola”, si se puede decir así; adoro a esas dos mujeres. GDE: ¿Qué consejos tienes para aquellos jóvenes que incursionan en este mundo y buscan el éxito fuera de la isla? SE: Primero, que no vean la carrera como glamour. Que tengan mucha perseverancia y que si lo hacen sea porque de verdad aman llevar un mensaje a la sociedad. Que traten de estar en proyectos que hagan bien y que pongan un granito de arena a la sociedad. No tiene que ser este proyecto panfletario de que tienes que ser bueno y no hacer cosas malas; no tiene que ser directo. A veces hay proyectos muy fuertes… de hecho, hace poco hice un cortometraje que se llama “Celos” y si lo ves dices: ¿dónde está el mensaje?, porque es un corto súper fuerte. Cuando las personas se reflejan en lo que ven en pantalla y se cuestionan… generar ese cuestionamiento es el primer paso para forjar un cambio en actitudes. Eso es súper importante para mí, es mi propósito. Por eso amo esta carrera. A los jóvenes les aconsejaría que busquen ese tipo de proyectos y sé que no siempre se puede porque también uno tiene que crecer el currículo y no siempre se puede ser tan selectivo. Pero que trabajen y adquieran experiencia y cuando tengan la oportunidad de escoger, escojan. Si no, que hagan sus propios proyectos. Hoy día, con la revolución de las redes sociales ya pueden crear sus propios proyectos, canales en YouTube o en cualquier otro medio. Que sean honestos. A veces hay gente que se aprovecha pues uno tiene sus sueños de ser actor, que no caigan en ofertas engañosas pensando que no van a tener otra oportunidad, eso es mentira. Sí van a tener otra oportunidad mejor y honesta. GDE: ¿En qué trabajas actualmente? SE: Mi esposo y yo tenemos una compañía productora que se llama Único Producciones y recientemente hicimos un largometraje, un proyecto independiente que se llama “Juzga”, que filmamos a finales del año pasado y está en posproducción. Ya tenemos un primer corte y lo estamos puliendo para primero presentarlo en festivales y luego moverlo. Es un proyecto súper fuerte, hay violencia bastante marcada en la historia, pero tiene un mensaje muy contundente en cuanto a lo que te comenté hace un rato de lo que es el juicio. Porque sale una noticia y la gente rápido corre a juzgar y no estoy diciendo esto como que soy perfecta, todo el mundo juzga, a mí también me pasa. Uno rápido tiene un juicio en la cabeza, pero entonces uno tiene que frenar un poco y ver qué fue lo que realmente pasó. Entonces la película va jugando, te va llevando como espectador a que tú de repente piensas una cosa y de repente pasa otra cosa en la historia que te hace dudar de lo que pensaste; te va llevando por la historia a cambiar ese juicio. Luego al final, no te puedo decir, pero al final te quedas pensando: espera, ¿qué fue lo que pasó? Eso es lo que queremos. En la vida hay que preguntarse antes de llegar a conclusiones. Eso es en lo que estamos ahora; es nuestro bebé. Estamos súper entusiasmados y locos por finalizar la posproducción para estrenarlo. También al cortometraje “Celos” lo aceptaron en el Beverly Hills Film Festival que es ahora en abril y se va a presentar ahí. Estamos entusiasmados porque es un festival bastante importante. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: sol, luna y mar Un libro o disco que te haya influenciado: uno de mis libros favoritos de la literatura es "Don Quijote de la Mancha". De hecho, en mi maestría hice una monografía defendiendo la cordura de Don Quijote y la inteligencia de Sancho Panza. Me encanta ver más allá de lo aparente, buscar la esencia de los personajes, lo que se esconde detrás de la superficie. Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: no sé por qué me vino esto, es una frase y la quiero decir: “Haz bien y no mires a quién”. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Lo voy a tener que decir, caray. Cuando me quedo en casa de otra persona me baño con chancletas… En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica ha mejorado considerablemente tu vida? La técnica de Luis Mandoki ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Perseverancia” Un puertorriqueñ@ que admires: Modesto Lacén. Somos muy amigos y trabajamos juntos en Puerto Rico. De hecho, fundé una compañía de teatro en Puerto Rico e hicimos una obra llamada “Salón de masajes” y busqué a Modesto para que protagonizara. Aparte de que lo admiro pues es muy buen actor, muy luchador, es una persona tan genuina, tan linda. Que es lo que admiro de la gente. No importa si llegaste hasta la cosa más grande de este mundo, si no eres una persona buena, genuina… Quisieras aprender a: hablar todos los idiomas para poder comunicarme con todo el mundo. ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Trabajé en un cortometraje que todavía no ha salido y que se llama “Revolución”, para el cual me tocó ir en personaje a una casa hogar de niñas. Las niñas me recibieron e interactué con ellas y casi me dan ganas de llorar allí. Es una cosa increíble porque en la casa tienen un salón de baile y como tú sabes que en mis inicios bailaba… entonces cuando entré al saloncito y las vi bailando, que sabes que son niñas de hogares dañinos y por eso están ahí, y verlas con esa ilusión e inocencia… ay no, te juro que me tuve que virar porque se me aguaron los ojos. Me dio una emoción tan grande y bueno, tenía que seguir porque estábamos filmando. Eso fue para mí increíble, convivir con ellas, aquí le decimos convivir a compartir, que para ellas fue momento de alegría. Ser parte de dar esa alegría, con mucha humildad lo digo, ser un poquito esa herramienta de Dios de dar bien o alegría, eso es lo máximo para mí. ¿Cómo te relajas? Respirando y escuchando música de Karunesh, me transporta, me lleva a volar ¿Qué te inspira? La carita de un niño inocente, la sonrisa de una viejita, la naturaleza, poner un granito de arena por el bien de la sociedad, si es más grande mejor Quisieras que te recordaran por: una persona genuina que trató de hacerlo todo desde el corazón. Sigue a Soledad en las redes sociales: Facebook: Soledad Esponda Instagram: @soledad_esponda Twitter: @soledad_esponda
0 Comentarios
Al conversar con el dramaturgo Pedro Rodiz queda claro que nació para el teatro y que se ha dado a la tarea de llevar los sombreros necesarios para, en medio de cualquier crisis, lograr que el teatro mantenga su lugar como una de las principales plataformas culturales de Puerto Rico. Pedro, quien también es director y actor, ha recibido prestigiosos laureles por algunas de sus obras de teatro como: Premio Nacional de Dramaturgia otorgado por el Pen Club de Puerto Rico Internacional, por Deus ex machina en el 2015; primer premio del Certamen de Dramaturgia del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) en el 2011 por Sofía de la cual fue co-autor, y Mención de Honor en el Certamen de Dramaturgia del ICP por El chicle de Britney Spears en el 2005. A continuación, la entrevista que le realizamos a Pedro en su versión editada y condensada.
GDE: Hola Pedro, ¿cómo estás? PR: Bien, saludos, ¿y tú como estás? GDE: Muy bien. Gracias por acceder a formar parte de este proyecto. Tengo entendido que uno de tus recientes trabajos, la comedia Tipos, causó tal sensación que se abrieron funciones adicionales en Musas & Eventos. Háblame de Tipos. PR: Somos tres amigos, tres dramaturgos, directores, actores y otras cosas que aparezcan por el camino… Nos reunimos en el 2004 y trabajamos un proyecto que se llamó El local acerca de tres actores de teatro que compran un local y les va mal. Después de eso cada cual siguió su carrera artística y nos encontramos hace como año y medio y dijimos: deberíamos hacer algo juntos. Inicialmente, íbamos a hacer una segunda parte de El local pero en el proceso decidimos hacer nuevamente El local. Algo pasó que no pudimos y se nos ocurrió hacer algo intermedio que se llamara Tipos, de estos tres tipos que se reúnen y hacen un espectáculo con canciones, magia, actuación, etcétera. GDE: ¿Entre los tres escribieron el libreto? PR: Entre los tres hicimos la primera temporada que consistía de magia, sketches, canciones, etcétera, y siempre se hace entre los tres porque cada cual tiene una estética individual. Pero cuando nos juntamos, escribimos, y de ahí salió la estética de Tipos. GDE: ¿Cuál fue tu motivación al incursionar en el mundo de la dramaturgia? PR: Entré a la Universidad de Puerto Rico por actuación pero no lo tenía muy claro, era un niño. No fue hasta el final que cogí una clase de dirección escénica teatral para ser director, y a la misma vez abrieron una clase electiva de dramaturgia que no se ofrecía hacía mucho tiempo. Decidí coger ambas pues se complementaban. Quienes estaban en la clase de dirección escénica tenían que montar las obras de los de la clase de dramaturgia. En la clase de dirección descubrí que lo que realmente quería ser era director, no actor, pero a la misma vez, en la clase de dramaturgia descubrí que tenía habilidad para la escritura pero no le di tanta importancia. Con los años, escribía paralelo a la dirección pero dirigía más de lo que escribía, no tenía tanto interés en ser dramaturgo. Pasaron los años y me di cuenta de que lo que me más interesaba era que lo que montaba como obras de teatro de otra gente no decía lo que yo quería decir como persona y como artista, y empecé a escribir más. Entonces se dio el proceso a la inversa, de ser director dije: no, yo lo que quiero ser es dramaturgo, pero como no tenía quién me montara las obras pasé a montar mis propias obras. Luego pasé a ser dramaturgo y a escribir muchas obras de teatro. GDE: ¿Te acuerdas de la primera obra que escribiste? PR: Sí, una obra titulada Cuando el mar zurca en el desierto, una versión de Romeo y Julieta en el medio oriente; ella era judía, él palestino y se reencuentran y enamoran. En ese momento yo no tenía idea de cuál era el conflicto de Israel con Palestina, lo único que tenía para buscar información eran las enciclopedias. El tema no pasa de moda; el conflicto continúa. Hace dos años tuve la oportunidad de ponerla nuevamente en escena en El Ateneo Puertorriqueño, la actualicé y le cambié el título a “Desierto”. GDE: Durante el transcurso de tu carrera, ¿quiénes te influenciaron? ¿Tuviste mentores? PR: Wow, válgame. Ha pasado mucha gente porque la dramaturgia… aquí en Puerto Rico tenemos una situación… vamos a empezar por ahí, no existen estudios formales en dramaturgia. Yo cogí un curso que ofreció José Luis Ramos Escobar, una primera influencia, a él le debo esta oportunidad de poder escribir. Pero yo te diría que más que nada, la influencia llega viendo, haciendo y la necesidad del día a día de qué quieres hacer. Tuve la bendición de ser director, eso me ayuda a la hora de construir una obra de teatro porque sé lo que funciona sobre el escenario y creo que más que nadie, es la vida de donde más influencias recibes. Ya después cuando nació mi hijo Daniel, eso me dio un por qué hacer. Qué tipo de obras quiero hacer y los temas cambian porque el día a día junto a él hace cambiar y cambian las perspectivas, las cosas que tienes que decir. También ver festivales de teatros de otros países. Ver que lo que escriben no necesariamente es lo que se escribe en Puerto Rico pero te das cuenta de que hay puntos de encuentro. GDE: ¿Qué obras de teatro te marcaron o impresionaron? PR: En abril estuve en el Festival Iberoamericano de Bogotá y vi tres proyectos que me volaron la cabeza. La primera fue una obra europea acerca de unos refugiados musulmanes, una obra muy fuerte que me dejó sin aire. De alguna manera ellos sienten que el cristianismo europeo se ha beneficiado de la manipulación o del maltrato hacia los musulmanes. Entonces dices: diantre, qué lejano está ese asunto de nosotros porque no nos llega, no tenemos noticias siquiera. Sin embargo, es una realidad que ellos viven. Otro proyecto era de Italia, una versión de Macbeth. Un trabajo tan extraordinario, ver cómo jugaban con las sombras y cada escena se montaba como si fuese una obra independiente; una obra magistral. Y entonces vi un proyecto colombiano, Labio de liebre, que no es otra cosa que labio leporino y eso fue un texto extraordinario, un proyecto muy interesante en términos de construcción dramática. GDE: ¿Cómo describes tu proceso creativo? PR: Llega de muchas maneras y cada obra arriba con su propio librito. Me explico, se me ocurre una idea, luego pienso: ¿cómo pongo estos personajes a interactuar? Por ejemplo, escribí un proyecto llamado Deus ex machina. Un día me llamó Roberto Ramos Perea y me preguntó si tenía algo para llevar al Ateneo. Yo dije: sí, tengo una obra. No tenía nada. Lo que tenía era una idea, una imagen de Cristo en el día 35 en el desierto, apestado, que no quería hacer nada y de pronto se le aparece el diablo y empiezan a hablar de arquitectura, rompiendo por completo con la tradición del bien y el mal. Eran dos panas que hablaban y de ahí surge esa obra. Entonces se me ocurre: qué pasaría si es en el presente, porque en el pasado la Biblia me daba unas camisas de fuerza que no me permitían moverme mucho. Tenía que sacarlo de contexto. El diablo clona a Cristo y lo mete en un laboratorio y lo tiene como un hamster dando vueltas. Lo droga y le hace creer que está en el día 35; eso me dio la posibilidad de hacer una propuesta atrevidísima. Cristo como personaje literario es muy interesante, se le puede sacar mucho partido. Sin embargo, por el asunto religioso no se puede tocar. En ese sentido te diría que mi dramaturgia en este momento es tipo mina, caminas confiado y pisas una mina y después de que estás ahí no puedes sacar el pie porque explota. En la obra hablo un poco de teología, un poco atrevido de mi parte. Hablo sobre el silencio de Dios por tantos siglos. Doy mi teoría de que cuando Cristo regresa a la Trinidad, regresa como un híbrido, ya no es el mismo ser puro que vino y no se puede fusionar con la Trinidad. Es un invento mío; tal vez terminaré en una parrillada (se ríe a carcajadas). Hay veces en que la historia me llega. Por ejemplo, una de las últimas historias que escribí, El arcángel de los perros, surgió al llegarme una confidencia de que se daba un asunto de prostitución con perros. La confidencia llegó a gente que se dedica a defender los animales y el asunto llegó a oídos del FBI. Pero todo era callado, al igual que con las peleas de perro. Todo es bien clandestino, nadie sabe, se mueve mucho dinero. Entonces dije: eso es una buena idea para escribir. Así es que comienza mi proceso, escribo a partir de qué pasaría… ese es mi estilo. Qué pasaría si eso ocurriera aquí en Puerto Rico; qué pasaría si la persona involucrada en eso es un rescatista de perros; qué pasaría si de pronto llega otra persona a hacerle una propuesta de esta naturaleza, cuánto estaría dispuesto a ceder. A partir de eso construyo, primero una idea, a veces llega el final primero, a veces llega una idea sola y parto de ahí. No suelo trabajar en estructura a menos que trabaje dramaturgia colectiva como en el caso de Tipos. Pero cuando escribo solo, no. De hecho, me toma mucho tiempo el proceso. GDE: ¿Cuánto tiempo más o menos? PR: Madurar la idea me puede tomar de tres a seis meses. El proceso de sentarme a escribir es más rápido. Una vez me siento a escribir lo puedo hacer en dos semanas. Y lo dialogo mucho. Por ejemplo, si estoy contigo, te digo: estoy escribiendo esta obra, y te la explico porque al tratar de hacerlo me llega claridad. La persona me dice: no entiendo tal cosa, y ahí clarifico y corrijo. Ya cuando tengo una idea bastante clara de cómo es que se desarrolla la obra entonces la escribo. Hay unas limitaciones, por ejemplo, si escribo lo hago pensando en que la tengo que montar yo, que nadie me la va a producir, entonces comienzo con el presupuesto. Escribo pensando en elementos mínimos que pueda pagar. GDE: Entre todos tus oficios, el de director, actor, dramaturgo, ¿hay alguno que disfrutes más? PR: Si tuviese que elegir yo te diría que el de dramaturgo, creo que es a lo que vine. Los otros puedo hacerlos muy bien pero no me llenan tanto, no me dan la satisfacción que me da la dramaturgia, pero me la complementan. El quehacer teatral se logra más a través de ser dramaturgo porque de la dramaturgia puedes crear empleos. GDE: ¿En qué proyectos trabajas actualmente? PR: Recientemente trabajé en un proyecto que se llama Payasos sin fronteras, de este payaso que es tercera generación de payasos, se pelea con el viejo, se va a Europa, conoce la organización Payasos sin Fronteras que realmente existe y que se dedican a ir a sitios en conflicto. Es un monólogo, esa estética me gusta mucho. Quiero hacer proyectos que pueda hacer solo, así es que quiero combinar este proyecto con otro que se llama El rescatista, de este hijo de un rescatista que trata de salvar a sus hijos y se ahoga. Luego quiero hacer un proyecto con mi hijo que se llama Legoman, una historia de papá e hijo. Fíjate que las tres tienen que ver con padres e hijos porque es lo que vivo. A mi hijo de 11 años lo quiero incluir en los proyectos porque me parece que no volveré a tener esta oportunidad, una vez crezca será otra dinámica. Otro proyecto se llama Mami me mima, tiene que ver con mis issues con mi mamá. Ella murió pero me visita en sueños. En los sueños está viva y entonces trato de resolver una serie de cosas con ella. Todos son temas familiares que de alguna manera conectan con mucha gente. (Mami me mima se estrena del 8-10 de noviembre como parte del festival “Leyendas urbanas” en Cinema Bar, Cuartel de Ballajá, Viejo San Juan.) GDE: ¿Cómo ves el futuro del teatro en Puerto Rico? PR: Es muy complejo decirte porque el teatro de alguna manera siempre está un poco en crisis. Ahora el país también está en crisis, así es que de crisis sabemos. Vivimos un círculo vicioso, si en Puerto Rico no estrenamos las obras de teatro con regularidad, algo que le ocurre a la mayoría de los dramaturgos, ¿cómo prosperamos? Nosotros no tenemos acceso a los teatros del estado porque para producir tenemos que hacerlo todo nosotros y no necesariamente tenemos el capital o somos expertos en producir o comercializar nuestro proyecto para que la gente se entere. Eso crea unos vacíos, el que los dramaturgos puertorriqueños no estrenen con la regularidad que se supone para mejorar, versus los productores que sí tienen el capital y optan por traer obras extranjeras que ya tuvieron la oportunidad de probarse en diferentes países; ya es un producto maduro versus nosotros que tenemos que ver cómo funciona. Entonces, vemos esos proyectos y decimos: nosotros pudimos haberlo hecho. Aquí no podemos hacer proyectos que se queden en cartelera por mucho tiempo, duran muy poco porque los teatros están ocupados o la gente no va; se caen los proyectos. Entonces, en otros países la gente o es dramaturgo, o director, o actor. En Puerto Rico ya no se puede ser ni director, ni dramaturgo, ni actor puro; hay que hacer de todo. Empecé como actor, pasé a ser director, después fui dramaturgo y de pronto vuelvo a ser actor. La situación es tan complicada que esto hace que cambie la forma en que hagamos y repensemos el teatro. Se hacen muchos esfuerzos, se trabaja mucho en cooperativas, trabajo colectivo y en espacios alternos porque no se pueden pagar los del estado. Pero la gente tiene necesidad de hacer teatro. Creo que las propuestas, las nuevas ideas van a hacer que surja un teatro más íntimo, que la gente se ponga mucho más creativa. GDE: ¿Qué aspiras con tu talento? ¿Qué te falta por lograr? PR: Creo que mi aspiración es la de muchos, es un sueño colectivo de tener un espacio propio y no tener que alquilar, un espacio donde podamos explorar y hacer teatro continuo. Estoy confiado de que en algún momento voy a tener mi espacio en el que pueda acomodar entre 75 y 100 personas. No quiero mucho, porque eso hace que sea un teatro íntimo. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: arriesgado, consistente y disciplinado Lugar del mundo: Puerto Rico y Argentina Frase: “Voy a todas” Coleccionas… Coleccionaba lápices, luego monedas y libros, ahora colecciono experiencias. Alguna obsesión o manía: las historias inconclusas Una aplicación que uses con frecuencia: Facebook e Instagram Te gustaría conocer a: La Zaranda, una agrupación española de teatro que para mí son de los mejores del mundo. ¿Qué lees o escuchas al momento? “Una novela criminal” de Jorge Volpi y un texto de fábricas culturales, proyecto que se gestó a través del Instituto de Cultura en el que dan adiestramientos técnicos gerenciales para ayudarnos con la autogestión. ¿Qué te inspira? Mi hijo Daniel y la necesidad de explorar otros proyectos teatrales de altura que motiven a otra gente a hacer lo mismo. Algo placentero para ti es: Hanguear con mi hijo, leer, escribir, dormir y tomar café. ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “La vida” Si existen las vidas pasadas, ¿qué fuiste en otra vida? Pienso que sí, que he tenido otras vidas y todas asociadas al teatro. Cuando estaba en escuela superior no hacía teatro, el que lo hacía era mi hermano; él era muy bueno, yo era tímido. Yo estudiaba un programa para ser contable y mi hermano me invitó a coger clases de teatro en Caguas porque en San Lorenzo, de donde soy oriundo, no podía. El maestro de teatro en San Lorenzo era el mismo de Caguas así que tenía clases con él en Caguas y no en San Lorenzo. Él estaba montando la misma obra en ambos pueblos y quien iba a ser el personaje principal en San Lorenzo se fue. El maestro no llamó a mi hermano, me llamó a mi. Esa experiencia me ayudó a decidir que eso era lo que quería hacer toda la vida. De alguna manera pienso que los dioses del teatro reclaman a sus hijos donde quiera que estén. Un puertorriqueñ@ que admires: Ramón Emeterio Betances. Creo que le tocó la mala suerte de ser un visionario en un tiempo en que la gente no estaba lista para entenderlo. Quisieras aprender a: trabajar la madera, el metal, la cerámica, cosas manuales porque de alguna manera complementan lo que se hace en el teatro. ¿Cómo te relajas? Leyendo, bebiendo café y en ratos de silencio. Quisieras que te recordaran por: el deseo inacabable de hacer buen teatro siempre, a pesar de nuestras circunstancias. Sigue a Pedro en las redes sociales: Facebook: Pedro Rodiz Instagram: @rodizpedro |
Categorías
Todo
Entrevistas
Diciembre 2020
|