Dicen que a veces las cosas suceden por una razón y definitivamente este es el caso de la joven empresaria Crystal Díaz. En un momento de su vida Crystal tuvo la oportunidad de estudiar para convertirse en chef, sin embargo, la vida tenía otros planes para ella. Situaciones, decisiones y su pasión por la comida y la cultura del agro, la llevaron por un proceso de transformación que culminó en convertir su casa de campo en una sublime hospedería inmersa en las montañas de la comunidad Cercadillo de Cayey. El Pretexto abrió sus puertas en junio de 2018, convirtiéndose en la primera hospedería culinaria en la isla. El lugar ofrece a sus huéspedes la oportunidad de quedarse en un remanso de paz rodeado de un hermoso bosque que cobija un huerto agroecológico, que a su vez provee parte de los ofrecimientos culinarios diarios. El Pretexto recibe huéspedes locales, así como de diferentes partes del mundo que buscan disfrutar del campo puertorriqueño en un ambiente sereno. Crystal también es socia de PRoduce! Home Box, servicio de entrega de alimentos frescos y locales que conecta a sus suscriptores con productores locales. Ella decidió apostarle al campo y ofrecer su experiencia empresarial para reforzar la conexión entre productores de alimentos, chefs y consumidores independientes, fortaleciendo así la economía local. A continuación, la entrevista que le hicimos a Crystal en su versión editada y condensada. GDE: Gracias por acceder a ser parte de este proyecto. Cuéntame, ¿cómo fue el proceso de transformar tu casa de fin de semana en una hospedería? CD: Te voy a hacer la historia larga. Por 14 años trabajé en el mundo corporativo y de medios, y luego de 12 años, aunque tenía un buen trabajo en una tremenda empresa, me empezó a dar curiosidad acerca de otras cosas que podía hacer. Siempre me encantó el tema de la comida, no solamente comérmela, pero también cocinar y todo el proceso del origen, la siembra, etcétera y tomé varios cursos de agricultura. Entonces dije: voy a estudiar en el Culinary Institute of New York para ser chef. Visité la universidad, me encantó, me aceptaron y estaba súper ready para renunciar e irme cuando entró una nueva CEO a la empresa y me pidió 18 meses para que la ayudara con un proyecto. Nueva York se echó a un lado. Como a los seis meses le comenté a mi mamá, que vive en Cayey hace muchos años, que si sabía de alguna propiedad que estuviera a la venta que me dejara saber. Lo que quería era una cuerdita para sembrar. Como a los tres meses me llamó para decirme que una persona iba a vender su casa. La casa me encantó. Estaba enterrada en un bosquecito con un deck rodeado de árboles; fue amor a primera vista. Cerré la compra en diciembre del 2016 y empecé a arreglarla. En ese proceso vinieron mis amigos a visitar y muchos me decían que considerara alquilar un cuartito porque “la vista está tan linda” y no se querían ir. Empecé a buscar incentivos de turismo y encontré algunos muy buenos. Empezó a desarrollarse el tema de la categoría bed and breakfast y vi una oportunidad. Tenía todo ready y llegó el huracán María. Obviamente hubo una pausa de nueve meses sin electricidad. María no tocó la casa, pero se llevó todo el deck, la casita de las gallinas y más de 25 árboles. Estuvimos cuatro meses limpiando vegetación y cinco meses en la reconstrucción del deck. Cuando fui a reconstruirlo, el seguro me trató bien, pero jamás me iba a dar la cantidad que necesitaba para hacerlo como quería; más fuerte que antes, en columnas y vigas de cemento con madera encima. Tenía que hacer una inversión mayor y dije: bueno, de alguna manera esto se tiene que convertir en otro tipo de proyecto para recuperar los ahorros de toda mi vida. Ahí fue que empezó la idea de hacer de El Pretexto un bed and breakfast. GDE: ¿Cómo surgió el nombre? CD: En el proceso de bregar con el banco, pues iba a ser mi casa personal, me fui a México porque mi mejor amiga se casaba. Estaba con un corillo de panas y una me dice: ay nena, pero por qué tanto revolú, por qué Cayey, mira al final del día esto es un pretexto para volver al campo. Dije: ¡ese es el nombre! Definitivamente es un pretexto para mí, que me crié en un campo en Manatí y mis abuelos maternos practicaban la agricultura, pero no estuve de ninguna manera expuesta a eso durante mi niñez. El tema de la comida me apasiona desde chiquita. Mi maestría es en gestión cultural y el proyecto final fue la reconexión entre productores, consumidores y chefs. Pues fue un pretexto para regresar al campo, tener un espacio para poder cosechar parte de lo que me como y disfrutar del campo de Puerto Rico desde otra perspectiva. Está el chinchorreo y me encanta, pero mi proyecto ofrece otra perspectiva del campo puertorriqueño. GDE: ¿Cuál es el concepto? CD: Lo describimos como un culinary lodge. Ofrecemos la experiencia de hospedarte en el campo, rodeado de naturaleza, con una vista espectacular del suroeste hasta el Mar Caribe. María nos maltrató un poquito, pero aún tenemos cientos de árboles en la propiedad. Además, tenemos una pequeña siembra agroecológica. Lo próximo es que vamos a habilitar la casita de las gallinas para ofrecerles a nuestros huéspedes la experiencia de ir por la mañana a recoger los huevos que les prepararemos en el desayuno. Es un lugar sólo para adultos, para que se desconecten en una comunidad bien bonita y unida; un lugar para disfrutarse el campo, pero relax. La comida es parte de esa experiencia, aunque esto no es un restaurante. El desayuno está incluido en la tarifa de la noche; la cena es opcional y sólo para los huéspedes. Hago las compras en fincas cercanas, en la plaza del mercado de Cayey, y la idea es una experiencia agro-culinaria de productos en su mayoría locales. GDE: ¿Cuándo abrió sus puertas y como cuántos huéspedes han recibido hasta hoy? ¿De qué partes del mundo los han visitado? CD: Abrimos el 21 de junio de 2018 y hemos recibido sobre 170 huéspedes. En la temporada alta se reciben más personas del extranjero y en temporada baja más locales, de todas partes de Puerto Rico y a quienes les interesa apoyar un proyecto como éste y buscan un sitio para estar relax. Fuera de eso hemos recibido gente de Estados Unidos, Canadá, China, Australia, España, Colombia, Argentina, India… que llega a disfrutar del campo puertorriqueño, que para mí eso es bien importante. Además, este tipo de proyectos crea una microeconomía en comunidades donde usualmente hay falta de empleo. GDE: ¿En qué consisten los eventos tipo pop-ups con chef locales? CD: Los pop-ups surgen de conversaciones con chefs que de alguna manera buscan resaltar el producto local, y vienen y hacen una demostración de todas esas cosas nítidas que se pueden hacer con el producto de aquí. La gente me lo describe como una experiencia íntima que te invita a conversar. He visto gente que no se conocía cuando se sentaron juntos en la mesa y salen los más panas del mundo, compartiendo teléfonos, emails, haciendo negocios… se crean relaciones. Tengo a muchos que les encanta la experiencia y no se quieren perder ninguna. También mucha gente nueva y me encanta que siempre recibo gente de Cayey y de otras partes de Puerto Rico. Lo hacemos como una forma de demostrar lo que es el proyecto. Después de ese tipo de actividad surgen aquellos que se quiere quedar, los que quieren hacer eso mismo pero privado para celebrar una ocasión especial, para un evento corporativo, entre otros. Es una experiencia bien curada. Es poder disfrutar de una tarde bien distinta con un chef de alta cocina que presenta su propuesta con el producto local. GDE: Háblame de PRoduce! CD: PRoduce! es el primer servicio de entrega de comida producida en Puerto Rico que está atado a la tecnología. En un inicio, el proyecto buscaba conectar al productor local con el chef, pero nos dimos cuenta que el poder de compra lo tenía el restaurante. El tema del marketplace es bien complejo porque necesitas tener un marketplace con un montón de productores “pompiaos” subiendo todos sus productos para que los restaurantes quieran comprar, y necesitamos que los restaurantes compren para que los productores se “pompeen” y suban producto. Entonces decidimos ajustar y de ahí nació la idea del PRoduce! Home Box, que es una suscripción en la que el consumidor decide si quiere la caja de productos semanal o bisemanal. Esta cajita viene llena de un aproximado de 18 libras de productos cosechados o producidos en Puerto Rico. Tiene vegetales, frutas, pan, huevos, usualmente trae un queso o un yogur... Ahora nosotros, con el apoyo de estos suscriptores, tenemos el poder de compra y aseguramos una compra a los productores para que se animen. Uno de los socios es Cincosentidos Culinary Group que tiene muchos años en la industria gastronómica. Otro socio es Francisco Tirado, uno de los fundadores de Uva! y un fan del tema de logística y tecnología, así que aporta ese conocimiento al proyecto. Yo traje mi amor por el tema del origen de la comida y mi conexión con productores. Así que somos un equipo diverso. A todos nos apasiona la comida y vemos a PRoduce! como el hilo que hilvana o interconecta otros proyectos agrícolas y de producción artesanal a los que les compramos. GDE: ¿Cuántos suscriptores tienen? CD: Tenemos 240 y seguimos creciendo. Recientemente visité un proyecto que se llama Agro Comunidades; se trata de huertos en algunos residenciales en Puerto Rico, auspiciado por el Departamento de Vivienda Federal. Ellos buscan la manera de ser sostenibles. Se reunieron con nosotros y empezaron a sembrar batatas. Los visité para documentar el proceso de la siembra inicial. A partir de agosto les vamos a comprar las batatas. De esa manera el huerto también es autosostenible y puede tener continuidad en caso de que en algún momento los fondos no existan. Lo mismo hicimos con distintas fincas donde los productores, al ver que la compra es constante y en aumento por nuestra parte, pueden crear más empleos y más canales de siembra. Tenemos esa flexibilidad en donde, por ejemplo, el productor tiene varias libras de cilantrillo en exceso que piensa que va a perder, y nosotros podemos comprarlas y repartirlas esa misma semana. Más allá de ser un negocio, es un proyecto de país porque aporta a que el dinero se quede en Puerto Rico. PRoduce! Home Box empezó en septiembre de 2018 y recuerdo que la primera cajita fue para 12 suscriptores. Ya hemos comprado y entregado cerca de 50,000 libras de comida, cien por ciento producida en Puerto Rico. GDE: En términos de agroecología y agricultura sustentable, ¿cómo ves la situación en Puerto Rico? ¿Qué hace falta? CD: Soy una persona realista de corte optimista, así que mi respuesta tiene ese contexto. Entiendo que el clima del empresarismo en Puerto Rico ha mejorado mucho; no es lo mismo que hace 10 años. El tema del agro-empresarismo tomó un auge brutal por varias razones. Uno, hay muchos jóvenes interesados en entrar al negocio agrícola que se había perdido hace dos generaciones. Ahora tienes esta generación de personas en sus veintes y treintas que dicen: hay un negocio que puede ser rentable y además me alimento mejor. Poco a poco ha despertado una conciencia, particularmente en jóvenes educados que decidieron apostarle a su tierra, meter mano y sembrar. Es un cambio que veo al estar dentro del mismo crisol, pues dejé mi trabajo de un chequecito seguro los viernes para hacer un proyecto relacionado. Fuera de eso creo que también el tema con el gobierno siempre es más lento, eso es natural, pero sí puedo ver que hay un interés. Al gobierno ya no tener el incentivo de las 936, ha visto que hay que diversificar de dónde se genera economía. Sacando los incentivos de manufactura, te queda el turismo, que obviamente es uno de los canales que más promueven, y te queda la agricultura. Definitivamente no es la prioridad ni la protagonista de ninguno de los programas de gobierno, pero tiene un poquito más de exposición. Es imposible no ver que hay una tendencia a hablar del tema agrícola, que eso no pasaba hace unos años, y eso ha despertado mucho interés. Creo que el Puerto Rico Destination Marketing Organization tiene buenas intenciones de atar todos estos proyectos de agroturismo para que también los turistas vean otras cosas además de playas, casinos y hoteles. De eso finalmente concretarse, el potencial es enorme porque entonces el productor no solamente vive de su cosecha, sino que diversifica sus ingresos. Sé que mucha gente quisiera que fuese más rápido, pero es difícil lograr cambios sistémicos y cambiar la mentalidad de la gente dentro de un sistema colonial, dentro de una crisis de 15 años, pero habemos varios locos que pensamos que sí se puede. GDE: ¿Alguna novedad para El Pretexto este año? CD: Con la ayuda de Recuperación Agrícola, un programa del Puerto Rico Science Trust, vamos a poder reforzar el tema de la siembra en el proyecto, a un nivel un poquito más intensivo. Voy a enfocarme en que todo lo que sean las frutas para el desayuno y la base del sofrito de la cena lo pueda cosechar directamente en el proyecto. También quiero reconstruir la casita de las gallinas. En enero me instalaron placas solares, así que el proyecto corre cien por ciento solar. El camino o el norte es ver un proyecto autosuficiente que integre un proyecto de permacultura agroecológica. Aunque tengo cisternas, el agua no está demás. Las sequías vienen por ahí, así que para que toda la siembra tenga su agua asegurada vamos a cosechar el agua de lluvia. Estamos remodelando una villa nueva para poder sumar dos habitaciones; ahora mismo el máximo de huéspedes es 10 personas o cinco parejas en cada habitación. En términos de cenas y eventos privados, podemos atender hasta 50 personas. Estoy enamorada del proyecto, de la vista, del cantito de tierra que la vida me permitió obtener. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: puertorriqueña, libre y foodpreneur Un libro o disco que te haya influenciado: “Puerto Rico en la olla: ¿Somos aún lo que comimos?” de Cruz Miguel Ortíz Cuadra Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: “We are what we repeatedly do. Excellence, then, is not an act, but a habit.” ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Literalmente, para poder lograr tantas cosas en un día, lo que no existe en mi calendario no existe. Todo tiene que estar ahí, inclusive cosas obvias como almorzar y el tiempo de guiar de un lado a otro. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? Definitivamente sembrar. ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Un pretexto para vivir” Un puertorriqueñ@ que admires: Tengo dos que son contemporáneos. Admiro mucho lo que hace Ian Pagan-Roig del proyecto agroecológico El Josco Bravo, con el tema del agro, de promover la agroecología en otras personas. La otra persona es Cruz Miguel Ortíz, un doctor en historia que se fijó en lo que nadie más se fijó, que era la ausencia del relato de la historia gastronómica puertorriqueña. Eso nadie lo había tocado desde el siglo pasado y él ha hecho un trabajo bestial en recopilar esa información para que no se pierda para futuras generaciones; los dos se han ocupado de asuntos que otros pasaron por alto. ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Tener los “pantalones” de dejar un trabajo seguro. ¿Cómo te relajas? Viajando ¿Qué te inspira? Los viajes, ver proyectos pequeños metiendo mano, eso me vuela la cabeza; la música… Quisieras que te recordaran por: que le aposté al campo Sigue a El Pretexto y a PRoduce! en las redes sociales: Facebook: El Pretexto; Puerto Rico PRroduce! Instagram: @elpretextopr; @puertoricoproduce
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Rafael Trelles es uno de los artistas plásticos puertorriqueños más importantes de nuestros tiempos. Su inclinación por el realismo mágico es evidente en la mayoría de sus obras, que nos transportan a mundos fantásticos en los que predominan personajes y elementos místicos. En su trabajo también sobresalen temas como la literatura mundial y la mitología, así como la evidente influencia del artista surrealista alemán Marx Ernst. A los once años y bajo la tutela del artista catalán Julio Yort, Trelles comenzó su travesía en el mundo del arte. Poco a poco exploró y desarrolló técnicas que lo llevaron a crear un estilo que hoy día es reconocido internacionalmente entre los más importantes críticos del arte. También se destaca en el arte público, con instalaciones que llamó “En concreto, gráfica urbana” y que consisten en la creación de imágenes en superficies exteriores. Trelles es miembro fundador de varias organizaciones como: la Asociación Puertorriqueña de Artistas Plásticos afiliada a la UNESCO, (San Juan, 1998); el grupo plástico teatral “Taller Delfín del Cielo” (Islas Canarias, España, 1986); el grupo de teatro “La Iguana Marina” (Ciudad México, 1985), y el grupo plástico literario “El Alfil (imagen y palabra) (San Juan, 1984). A lo largo de su trayectoria como artista y por la excelencia y calidad de su trabajo, ha recibido numerosos reconocimientos y premios que incluyen: la Medalla de Cultura de la Fundación Alegría (San Juan, 2011); Premio a la Mejor Exhibición, Asociación Internacional de Críticos de Arte, Capítulo de Puerto Rico (San Juan, 2009), y la Medalla de las artes, Asociación Puertorriqueña de Artistas Plásticos afiliada a la UNESCO (San Juan, 1998). Sus obras le han dado la vuelta al mundo, exhibiéndose en países como Estados Unidos, España, Argentina, Canadá, Serbia, Portugal, Cuba, Eslovenia, Italia, República Dominicana y México. Su preparación académica incluye un bachillerato en Arte de la Universidad de Puerto Rico y estudios post graduados de la Universidad Autónoma de México en Ciudad México. A continuación, la entrevista que le hicimos a Rafael en su versión editada y condensada. GDE: Rafi, comenzaste a estudiar arte a los once años bajo la tutela del artista catalán Julio Yort, ¿cómo ocurrió esa conexión? RT: Esa conexión ocurrió gracias a la visión de mi madre. Yo era el típico niño que tenía habilidad para el dibujo y ella entró en contacto con este artista que le habían dicho que era muy bueno. Me concertó una cita y me llevó donde el señor catalán, residente de Puerto Rico y graduado de San Fernando en Madrid y de algunas academias italianas. Era muy amigo de Pablo Casals. Resulta que él no daba clases a niños, sólo a adultos, pero me hizo una pequeña prueba. Recuerdo que me puso una botella de vino de frente y me dio un pedazo de carboncillo. Nunca había visto carboncillo y le pregunté “¿para qué es eso?” Me dijo: “con eso vas a dibujar”. Dibujé la botella y cuando terminé, me hizo unas correcciones y le dijo a mi madre “me voy a quedar con él porque es calladito”. Nunca supe si se quedó conmigo porque dibujé bien la botella o porque era calladito. Estuve con él unos cuantos años y gracias a su padrinazgo aprendí todos los fundamentos del dibujo y del trabajo al óleo académico. Íbamos a pintar con el grupo al Jardín Botánico de la Universidad de Puerto Rico donde yo era el único niño, y también a su taller, un apartamento en la calle México en Hato Rey. Para mí, él fue muy importante porque no solamente me enseñó los fundamentos básicos de la pintura, sino también una ética de trabajo, a respetar y cuidar los materiales. Me enseñó que había una tradición detrás de los pintores y tenía que conocer esa historia del arte, y que de alguna forma u otra cuando asumes una profesión como ésta también aceptas ser parte de una larga tradición que hay que respetar y honrar con un trabajo serio. GDE: ¿Quiénes fueron mentores a lo largo de tu carrera? RT: Años después nos mudamos de Río Piedras a Yauco y allí continué estudios en Ponce con otros maestros españoles. Eventualmente entré a la Universidad de Puerto Rico y cogí clases con varios de los artistas puertorriqueños de una generación anterior a la mía como: Carmelo Fontánez; John Balossi; Luisa Géigel, y Félix Bonilla Norat; no puedo quejarme porque tuve muy buenos maestros. Me fui a México en el ‘83 para hacer estudios postgraduados en la Academia San Carlos de la Universidad Autónoma de México. Allí conocí a un escritor español a quien le gustó mi trabajo y me invitó a Islas Canarias para que hiciera un trabajo de ilustración de las cartas del Tarot que llegaron a publicarse bajo la Editorial Antacarana y se distribuyeron en español e inglés en varios países del mundo. Allá estuve poco menos de un año. GDE: A la hora de crear, ¿qué te inspira? RT: Cuando regresé de Islas Canaria había comenzado a experimentar con el azar como punto de partida para hacer una obra de arte. Utilizaba las técnicas académicas que normalmente se basan en que cuando vas a trabajar una obra, una pintura, tienes una idea y la elaboras en un boceto hasta que de uno que consideras final, pasas a la pintura y desarrollas la obra. Cuando yo seguía este método, que es muy tradicional y útil, comencé a repetir temas y estrategias de composición y me cansé de lo que hacía. Entonces recordé una experiencia de la niñez en la que me gustaba mucho visualizar formas y figuras en las nubes y en las losetas de terrazo de la casa de la infancia. ¿Sabes que las losetas de terrazo tienen unas manchitas? Yo tenía una especie de bestiario en las losetas… Por toda la casa sabía dónde había un pajarito, un león… alrededor del inodoro tenía unos personajes que me rodeaban en el piso. Me escondía debajo de la mesa de la sala y veía un montón de animalitos y los dibujaba ahí mismo en el piso, les añadía ojitos… Ese aspecto de la niñez, combinado con unas lecturas y un encuentro con unos ejercicios de los surrealistas, me llevaron a experimentar con hacer manchas abstractas sobre superficies. Más bien era la estampación de una textura con pintura húmeda sobre la superficie de la pintura, y a partir de esa textura hecha totalmente al azar, empezar a visualizar formas y sacar una imagen. Aunque parto de una experiencia de la infancia, con el tiempo descubrí que otros artistas ya trabajaban esta técnica, como el artista canario Óscar Domínguez. Para la década del ‘30, él desarrolló esta técnica que llamó de calcomanía y la llevó al grupo de surrealistas en Francia. Allá la comenzaron a utilizar los surrealistas Breton, Marx Ernst y muchos otros. En la psiquiatría hay una prueba muy conocida, la Rorschach, donde al igual que los surrealistas, el psiquiatra pretende, a través de lo que ve el paciente, explorar su subconsciente. Entonces era una manera de explorar el subconsciente de lo surrealista, de evadir la razón entrando en ese mundo del subconsciente para poder acceder a un mundo nuevo. Partiendo de esas ideas, las adapté a mis necesidades personales e ideas creativas y empecé a desarrollar mi trabajo. En el 1991 comencé con una serie de trabajos que comenzaban de una mancha en óleo, antes lo hice en tinta china sobre papel, y en el ‘93 hice una exposición de ese grupo de pinturas que sirvió para conmemorar el aniversario número cuarenta de la Galería Botello en San Juan. De ahí en adelante mi trabajo adquirió cierta visibilidad. Empezó a venderse fuera de Puerto Rico, en Christie’s, Sotheby’s, y eso fue como realmente el antes y después del desarrollo de mi trabajo. GDE: ¿Cuáles son algunos de tus trabajos de los que estás más orgulloso? RT: “Visitas a El Velorio”, que está en la colección del Museo de Arte de Puerto Rico, es una de las obras más emblemáticas de mi cuerpo de obras por ser una instalación, muy distinto al modo de pintar partiendo de una mancha, que es una pintura más íntima. Desde mis años universitarios también he tenido unas inquietudes sociales y políticas. Cuando he tenido la necesidad de comentar y opinar sobre la realidad que me rodea, en vez de recurrir a la pintura de caballete, escojo otros medios distintos como la instalación, el performance y las intervenciones en la calle como recurso expresivo que creo que en mi caso particular son más adecuadas para expresar las ideas de índole política y social. Entonces en el año ‘91 trabajé esta instalación “Visitas a El Velorio” que me tomó un año hacerla, y en la cual recreé “El Velorio” de Francisco Oller y lo actualicé al ‘91. Presenté la obra frente a “El Velorio” original en el museo de arte de la Universidad Puerto Rico. Fue un gran éxito. A la apertura fueron casi 400 personas y llamó mucho la atención. Posteriormente la adquirió el Museo de Arte de Puerto Rico. Desde entonces me mantengo haciendo instalaciones. Otro proyecto que también puedo decir que es de mis preferidos es “En concreto, gráfica urbana”. Presenté este proyecto en el 2004, en el contexto de la Trienal Poli/Gráfica. Es una serie de intervenciones en las paredes sucias de la ciudad donde, utilizando plantillas de plástico y una máquina de lavado con agua a presión, comienzo a dejar estos diseños utilizando el sucio como el medio principal. Lo que hago es que limpio las paredes a través de la plantilla y cuando retiro la plantilla queda impreso el diseño. Es un trabajo muy redondo porque, no solamente el resultado plástico es bastante eficaz visualmente, sino que también la misma técnica y el hecho de hacer arte con sucio, aporta al contenido de la obra. El artista expresa que hay belleza en el sucio y demuestra que con lo menos noble se puede crear una obra de arte. GDE: ¿Algunos artistas que admires? RT: Esa primera exposición que hice en la Galería Botello en el ’93 se la dediqué a dos artistas muy importantes: Carlos Raquel Rivera, artista puertorriqueño de Yauco que en la década del ‘50 también exploró una especie de realismo mágico muy personal, y a Max Ernst que se conoce como el pionero alemán del surrealismo. Ambos continúan siendo importantes para mí, aunque también soy fanático del buen arte y el buen arte está, gracias a Dios, en todas partes. GDE: ¿Cómo ves el arte en Puerto Rico? ¿Hacia dónde entiendes se dirige? RT: A pesar de la crisis, el mejor momento en la historia de las artes plásticas en Puerto Rico lo hemos vivido en los últimos 20 años, gracias a varios factores. Primero, a un proceso histórico acumulativo donde cada día hay más academias y escuelas de arte. Se consolidó la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico y casi todas las universidades tienen un programa de artes plásticas, a diferencia de los años ‘50 que apenas había oportunidad de estudiar arte. O sea, que eso ha generado una cantidad de jóvenes puertorriqueños que se gradúan de arte y que también han podido vivir fuera de Puerto Rico para estudiar. Eso en combinación con la llegada del Internet que dio acceso a los artistas puertorriqueños y al mundo entero a compartir sus trabajos y enterarse de lo que pasa en el mundo. Cuando me desarrollaba, para enterarte de lo que pasaba en otros países, o viajabas, o tenías que estar suscrito a las revistas de arte que eran el mejor instrumento para mantenerse al día. Otra cosa es que en las nuevas corrientes museográficas internacionales está en boga lo que llaman el multiculturalismo, que permite que los grandes círculos y las grandes capitales de la cultura acepten el arte de la periferia. Cuando me desarrollé y mucho antes, el arte de América Latina apenas existía para las principales corrientes de la cultura; éramos casi inexistentes. Hoy en día las grandes exposiciones del mundo siempre cuentan con el tercer mundo, con América Latina, con África, y eso hace que a los artistas jóvenes se le abran las puertas con mucha más facilidad que antes. GDE: ¿Qué consejos compartes a esos jóvenes que desean dedicarse al arte? RT: Creo que el mundo del arte está lleno de contradicciones y una de éstas es el poder del mercado del arte. Por un lado, genera muchas oportunidades de vender arte, pero a la misma vez desarrolló un poder que controla las tendencias, estimula los estilos, incluso influencia la instituciones culturales, los críticos de arte y los curadores. Antes nos decían: sigue trabajando y tal vez cuando llegues a los cuarenta años, que la crítica te haya convalidado, que la academia y las instituciones te hayan respaldado, entonces el mercado, que generalmente en aquella época era más conservador, va a apoyar tu trabajo. Ahora es al revés, el mercado va por muchachos jóvenes acabados de salir de la escuela de arte, pues pueden vender su trabajo a precios muy bajos y rápidamente inflar su obra para tener grandes ganancias en poco tiempo. Eso es peligroso para los jóvenes porque un éxito económico a temprana edad puede ser catastrófico para alguien que esté madurando, no solo como artista, sino como persona. Así que deben tener mucho cuidado con las tentaciones del mercado y ocuparse más en desarrollar su trabajo, en educarse, en tener una cultura amplia para que tengan cosas que decir. Que desarrollen su técnica, porque si logran una obra que sea sólida desde el punto de vista técnico, formal y de contenido, va a tener salida porque la misma obra se va a imponer por su calidad. Que no inviertan el orden de los factores y estén más pendientes a la venta porque van a producir una obra que no resistirá el tiempo. GDE: ¿En qué proyectos trabajas? RT: Ahora mismo trabajo en varias cosas. Junto a un grupo de artistas puertorriqueños trabajo en un portafolio que va a ser en linóleo y el tema es un acercamiento crítico a la Constitución de Puerto Rico. Además, trabajo en una serie de dibujos en tinta de aceite sobre papel sobre el tema de personajes de la literatura, que se exhibirá próximamente en la Universidad de Syracuse en Nueva York. También preparo un grupo de pinturas que se exhibirán en Londres, tal vez para el 2020. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: comprometido, disciplinado y apasionado Un libro o disco que te haya influenciado: El libro de las mutaciones I Ching Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: Hay una cita del autor francés Eliphas Lévi que dice: “Un hombre importante con el tiempo supera un fracaso, pero un hombre mediocre jamás superará un éxito.” En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica mejoró considerablemente tu vida? La lectura Cuando sientes que pierdes el enfoque o la inspiración temporeramente, ¿qué haces? Corro a trabajar. ¿Cómo se llamaría la película de tu vida? “Sin título” Un puertorriqueñ@ que admires: Lolita Lebrón Quisieras aprender a: ser más inclusivo con todos los seres humanos que me rodean. ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Estudiar y trabajar en el arte. Ser una persona que desde joven quería ser artista y vivir del arte. Me costó mucho trabajo porque es difícil y fui terco por muchos años, pero hoy puedo decir que vivo de mi trabajo y eso me da mucha satisfacción. ¿Cuál es una de las mejores inversiones que has hecho? Comprar mi casa. ¿Cómo te relajas? Compartiendo con mis amigos. Quisieras que te recordaran por: mi trabajo Sigue a Rafael Trelles en las redes sociales: Facebook: Rafael Trelles rafaeltrellesonline.com Gloriann Sacha Antonetty Lebrón es una fuerza de la naturaleza que intenta convertirse en parte de la solución ante los problemas de discrimen, racismo y desigualdad que existen en la isla. Esta escritora, comunicadora, activista, madre y esposa, entre otros roles que asume con orgullo, eligió formarse en el área de las comunicaciones debido a una temprana exposición a este campo: clases de modelaje, participación en comerciales de televisión, y ayudante técnico de su abuelo, quien conducía un programa radial y escribía para un periódico. Gloriann posee un bachillerato en Comunicación con concentración en Publicidad y Relaciones Publicas de la Universidad del Sagrado Corazón, y una maestría en Periodismo Investigativo de Florida International University. Su experiencia profesional incluye fungir como directora de comunicaciones para organizaciones sin fines de lucro, y agencias de publicidad y relaciones públicas. También se desempeñó como profesora de comunicaciones en la Universidad Sagrado Corazón y en la Universidad del Turabo. En su oficio de escritora, publicó varias obras entre las que se encuentran: “Hebras”, colección de poemas por el cual recibió mención de honor en el 9no Certamen Nacional De Poesía José Gautier Benítez (2014), e historias en las antologías “Cuentos de Huracán”, “Maraña de Tejedoras de Palabras” y “Palenque: antología puertorriqueña de temática “negrista”, antirracista, africanista y afrodescendiente”. Por su labor en el campo del empresarismo y las comunicaciones, recibió el premio a la empresa social de EnterPRize, del Grupo Guayacán (2018), y el premio Silver Anvil de la Public Relations Society of America (2009). Recientemente, Gloriann alcanzó uno de sus sueños al lanzar la Revista étnica de la cual es fundadora. Con este medio crea una plataforma que promueve el talento y aportaciones de la comunidad afrolatina, a la vez que sirve de movimiento social. A continuación, la entrevista que le hicimos a Gloriann en su versión editada y condensada.
GDE: Gloriann, ¿cuándo adquiriste conciencia de la desigualdad y el racismo que existe en Puerto Rico? GS: Creo que siempre vas atando situaciones o experiencias personales, así que cuando primero viví el asunto de la desigualdad fue en tercer grado con un comentario que me hizo una niña y que aún recuerdo claramente. Me dijo “tú serías bonita si no fueras negrita”. Ese recuerdo está bien vivo. Después me ocurrió otro incidente similar. Desde los seis años estuve en la escuela de modelaje de Nairda Hernández y para el cierre del curso siempre hacíamos un shooting en un hotel. Mi abuela era costurera así que para ese evento tenía ropa de alta costura y unas flores. Una niña me dijo que le fuera a buscar las flores que yo tenía para ella. Me incomodó el proceso y la manera en que se dio el approach, y le dije “no, yo no te voy a buscar las flores, tú puedes caminar y buscarlas”. Entonces, así como esas uno va teniendo diferentes experiencias a lo largo de la vida y se da cuenta de que en realidad tener este color de piel nos hace diferentes. Incluso en los últimos diez años trabajé como directora de comunicaciones de una organización sin fines de lucro donde también tuve la oportunidad de trabajar en muchas comunidades que viven en pobreza. Pude ver que la mayoría de las personas en estas comunidades tienen unas características. Muchas veces son comunidades negras en espacios marginados y en desventaja, como lo son residenciales públicos y barriadas. Hay unos asuntos sistémicos que te permiten acceder a oportunidades de manera distinta, o se cierran esos accesos para mucha gente a pesar de los talentos, la belleza y la riqueza que tienen esas comunidades. GDE: ¿Por qué decidiste dedicarte a las comunicaciones? GS: Mi familia y abuelos paternos vivían en Carolina y mis abuelos maternos vivían en Santurce. Mis papás compartieron mi crianza con mis abuelos, así que toda mi crianza se dio entre Santurce y Carolina. Mi abuela materna prácticamente me buscaba todas las tardes a la escuela en lo que mis papás salían de trabajar. Mi abuelo José Cheo Antonetty era ciego, y era comentarista deportivo y leía mucho; era muy intelectual. Él conducía un programa de radio desde su casa. Entonces desde bien pequeña a mí me tocaba hacer los soundchecks, coordinar los micrófonos… para ese tiempo él grababa en 8-track y en cassettes… Como mi abuelo era no vidente y también escribía una columna para El Vocero, me dictaba las historias, sus columnas, y yo las escribía a maquinilla; eso era lo que se le entregaba al periódico. Así que siempre estuve bien conectada con ese mundo. También el aspecto de haber estado en escuela de modelaje desde los seis años me expuso al mundo de la publicidad, de los anuncios. De niña hice muchos comerciales y mis papás también. Creo que el aspecto de la comunicación siempre fue bien importante. Siempre había gente en casa y se sentía una preocupación de cómo estaba el otro en el barrio, esa conexión comunitaria. Mis papás me llevaban a muchas actividades culturales así que desde la niñez todo eso me formó y me dejó claro que quería estudiar comunicaciones. GDE: Hay mucha gente que piensa que en Puerto Rico no existe el racismo, ¿qué significa ser una persona negra en el Puerto Rico de hoy? GS: Creo que ser una persona negra en el Puerto Rico de hoy representa tener menos oportunidades, tener salarios inferiores, vivir en comunidades que han sido empobrecidas donde también hay unos procesos de injusticia ambiental y social. Por ejemplo, por año y medio participé de un programa empresarial de startups del Grupo Guayacán. Cuando les hacía mi pitch a los jueces y a los coaches, comenzaba con dos preguntas: la primera era cuántas personas negras veían o estaban en posiciones de top management. Les decía “no me contesten, sólo piénsenlo”; se les desfiguraban las caras. Mi segunda pregunta era “y ¿cuántas de esas son mujeres negras?” Para mí es bien importante entender las complejidades, las interseccionalidades, porque hay muchos factores que determinan el nivel de opresión, discrimen y racismo que uno vive. Desde dónde naciste, en qué familia te criaste, qué acceso tienes para ir a la universidad, la escuela, los trabajos que puedes adquirir. Por ejemplo, a mí me tocó formar parte de equipos ejecutivos y darme cuenta de que en mi equipo yo era la menos que ganaba en comparación con otras mujeres con la misma experiencia y el mismo nivel de aportación. Y mucha gente vive en esa negación. Nos dicen “es que ustedes son unos acomplejados, déjense de changuerías”. Una de las cosas que más escuché en el análisis del lanzamiento de la revista fue “ya vienen estos a traer otra cosa para dividirnos, somos todos iguales”. Pero no es la realidad. Por más que uno quiera que la gente piense de esa manera, no es la realidad ni la experiencia que vivimos. GDE: ¿Qué es necesario para educar a las comunidades, niños y próximas generaciones en términos de raza e igualdad? GS: Es importante que podamos entender conceptos básicos importantes como el racismo y entender lo que es la equidad, que no necesariamente son las mismas oportunidades de manera igual para todos. La equidad establece que hay unas personas que viven unos niveles de opresión y que es importantes que se les de una oportunidad a mayor escala. Creo que es importante reconocer esos procesos que no son equitativos para otros y disponer los recursos para ayudar a romper las barreras del racismo, que más que nada son sistémicas. La gente piensa que el que quiere llegar puede, que lo logra. Incluso mucha gente cuando vea mi historia dirá “si ella pudo, otras mujeres negras pueden lograrlo, no hay excusa”. Pero es que no es la misma realidad. Incluso como mujer negra reconozco mis privilegios. No necesariamente crecí en una barriada o en un residencial público. Vengo de una familia de clase media trabajadora, pero mi realidad es distinta a otras mujeres, incluso que nacen y se crían en otros entornos. Así que eso es importante. Creo que la gente puede entender sus propios privilegios como individuos y reconocer estas otras inequidades que existen allá afuera a nivel sistémico y pasar de la negación. Porque en la medida en que lo sigamos negando no vamos a poder tener unos diálogos abiertos ni entender la situación de otros. GDE: Háblame de étnica. GS: étnica es mi respuesta a un vacío que tuve desde jovencita. Como te mencioné, el asunto de las comunicaciones siempre estuvo bien claro. Me fascinan los libros y las revistas y al buscar en éstas, lamentablemente no me veía reflejada. Entonces mis papás buscaban la manera de conseguirme una revista “Ebony”, una “Essence”, y ahí vi la posibilidad de poder hacer un medio de Puerto Rico que pudiera conectar con otras comunidades afrolatinas. Así que étnica es un sueño hecho realidad. Nace de un dolor, de un proceso de invisibilidad que se convierte en la herramienta para crear un movimiento, una plataforma multimediática. Además, ofrece consultoría a marcas y a otros grupos como organizaciones sin fines de lucro y comunidades, para que se comuniquen y conecten con las poblaciones negras de una manera digna. Parte del racismo son los chismes, chistes y las burlas que normalmente vemos en los medios de comunicación. También hay una invisibilidad de negras y negros; podemos contar con nuestros dedos de la mano los negros y negras en los medios de comunicación. Así que para mí era importante crear un medio donde se nos diera visibilidad, pudiéramos crear contenido y presentar nuestras aportaciones, belleza y talentos. Lo más gratificante del proceso de crear étnica es que es un espacio de trabajo para otros profesionales, particularmente afrodescendientes que creen en la misión y visión de la revista tanto como yo. Los ayudamos a crear oportunidades para su desarrollo profesional, personal y económico, que es muy importante, a la vez que se crea una comunidad sólida. Tengo unos principios bien claros de colaboración y sororidad. Obviamente, mi crecimiento y el poder garantizar una sustentabilidad para mi familia es importante, pero también es bien importante que otros que están cerca de mí puedan crecer de la misma manera. A la revista le dimos vida con la versión impresa en diciembre, pero llevamos varios años con las plataformas digitales y las redes sociales. Desde el 2016 estamos creando esa comunidad y conectando con la comunidad afrolatina. La revista se puede conseguir en las tiendas Walgreens y Walmart, en espacios de economía solidaria como lo son Café Latte que Latte, El Nido en Bayamón, y Taller Tambuyé en Río Piedras. Y pendientes a nuestras redes porque nos insertamos en actividades para vender la revista en esos espacios. La versión impresa de la revista estará disponible dos veces al año: en junio y en diciembre. GDE: ¿En qué otros proyectos trabajas? GS: El más importante es que recién me estreno como madre. Así que este otro rol, que es el más importante, es el de ser madre, lactante, y todo lo que eso conlleva. Obviamente, mi familia es mi centro. Pero estoy en otros proyectos como, por ejemplo, soy parte de la comunidad asesora del Colectivo Ilé, que desde 1992 realiza trabajo antirracista en comunidades, principalmente con mujeres. También soy parte de la junta y el colectivo El Ancón, un espacio histórico al lado del Río Grande de Loíza. El Ancón era el medio de transportación que conectaba a las comunidades de Loíza con San Juan. Estamos insertados en ese espacio para revivir esa memoria histórica, revitalizar el área y trabajar proyectos con jóvenes, particularmente de Loíza, para ayudarlos a mejorar sus condiciones económicas y sociales. Además, soy parte de la junta de 80grados. La Ñapita: Descríbete con tres palabras: negra, orgullosa y poderosa Un libro o disco que te haya influenciado: el disco “The Miseducation of Lauryn Hill” Una frase o cita, tuya o de otra persona, que te gusta mucho: mi tío abuelo Perucho decía: “La yerba que el chivo no mastica”, significa que somos tan poderosos que nadie puede fastidiar con nosotros. ¿Cuál es un hábito poco usual o manía que tienes? Comerme los pellejitos de las manos, me destruyo. En años recientes, ¿qué nueva creencia, comportamiento o práctica ha mejorado considerablemente tu vida? Creo que la práctica de lactar me permite crear unos vínculos extraordinarios con mis hijos, incluso con mi cuerpo. Es extraordinario ver cómo a veces por más cansada que estoy mi cuerpo se mantiene produciendo. Un puertorriqueñ@ que admires: la escritora y poeta Ángela María Dávila Quisieras aprender a: coser ¿Qué es una de las cosas más gratificantes que has hecho? Crear étnica Si hubieras podido cambiar un aspecto de tu niñez, ¿qué habrías alterado? El día en que en tercer grado la niña me dijo “si no fueras negrita serías bonita”. ¿Qué te inspira? Mis hijos Quisieras que te recordaran por: valiente y por atreverme a hacer algo innovador. Sigue a Étnica en las redes sociales: revistaetnica.com Facebook: Revista Étnica Instagram: @revistaetnica |
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Diciembre 2020
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